Dicen que la vida de un YouTuber de éxito suele ser de unos 7 años. También dicen que la expectativa de mantenerse en la cumbre de una boyband es de 6. La duración media de un matrimonio en Hollywood podría estimarse en 5 años. Y el tiempo normal de Paco Fox para alcanzar el orgasmo en una noche de pasión con Karen Gillan es de 4 minutos. 4 Minutos ANTES de quedar.
¿Cuál es por lo tanto la vida útil de un artista? Si lo miramos desde el punto de vista de un neoliberal, cero, porque eso de crear cosas que no sean útiles es una pérdida de tiempo. Si lo medimos en clinteastwoods, infinito o al menos hasta que un cuñao ultraconservador aficionado a la telebasura se haya hecho con el timón de Warner. Que, a propósito, es lo que ha pasado.
Entre ambos extremos hay todo un mundo que, en palabras de cualquier crítico de música, se define como el “Tú molabas cuando no te conocía nadie” y, para fans del humor, en “El Jueves ya no es el de antes”. Dado que en el mundo hay mucha viejofobia, se tiende a perder interés en una gran cantidad de artistas simplemente porque llegan a esa edad en la que la bolsa escrotal puede remojarse en el agua del retrete. Eso, como imaginaréis si sabéis algo de mí, me parece muy reprobable. Tanto la viejofobia como lo de que te bese Neptuno el saquito. Yo soy más bien gerontófilo en lo que se refiere a todo el tema artístico y desde que era pequeño tengo gran respeto por los señores mayores que nos se dedican a hacer del mundo un lugar mejor o, en el caso de Kiss, con más explosiones y un gasto en gas en los conciertos que le da para financiar a Rusia dos años de la guerra de Ucrania.
Sin embargo, es cierto que no en todas las artes los creadores tienen un periodo de expiración similar. En música suele ser un problema muy agudo, con grupos que duran menos que un plátano al sol en Écija en julio, mientras que en literatura o pintura no moderno-conceptual (o, como lo conoce la mayor parte de la gente, “pintura”) puede pasar más tiempo hasta que empiecen a despreciarte. El cine, que es lo que nos ocupa en este artículo, se sitúa un poco en medio. En parte porque realmente es difícil mantener una buena racha de triunfos en un medio en el que rara vez tienes el poder de controlar el producto final o incluso tu propio trabajo si eres de esos directores que no meten mano en otras tareas más allá de la pura realización. Se trata de un arte colaborativo y, muy a menudo, saboteativo (cómo me gusta inventarme palabros) cuando estás trabajando para algunos productores muy poco profesionales de esos que dicen frases como “Esto es Hollywood, no Hollyfriends” (sí: otra vez el nuevo tarado al frente de Warner).
Así que hoy, tras tres años en mi lista de “Títulos de posibles artículos que probablemente nunca haga”, voy por fin a intentar reflexionar sobre qué les pudo pasar a varios directores los cuales, más allá de gustos, realmente parece que pasaron de ser referentes del cine a ser referentes de “menos mal que esto lo he visto en plataforma y no he pagado por ello”. Que, a ver: has pagado por ello. Y ha contado como una reproducción. Y el director probablemente vea gracias a ello a final de año medio céntimo. Con suerte.
Dario Argento
¿Pero era bueno de verdad?
Uy, esa pregunta es complicada. Argento no creó el giallo, pero fue el realizador que lo popularizó. Para quien no lo sepa, con esa palabra nos referimos tanto al género policiaco italiano con inspiraciones tanto en Agatha Christie como en el cine negro alemán como al color de piel cuando tienes ictericia. Que esto es un chiste muy muy oscuro, pero que el que lo ha pillado ahora mismo se ha puesto una estrellita en su cartilla de freak y ha parado a leerlo para celebrarlo tomándose un bollycao y, aluego, un álmax, que esos bollos las cargaba el diablo.
Argento no creó el estilo de fotografía con muchos colores primarios (eso fue Mario Bava), pero es el que lo hizo popular y lo refinó hasta convertirlo en arte en ‘Suspiria’ hasta el punto de que hoy en día todo el que dice que ‘homenajea al giallo’ básicamente está imitando a esa película. También porque cuando tienes una cámara regulinchi y el tiempo de rodaje que a Michael Bay le daría para grabar un minuto de película en la que un tío se hurga la nariz mientras explota un edificio (y la nariz también, por qué no), es muy aparente cascar gelatinas azules y rojas a sendos focos y dejar que la magia de años de no entender el género hagan el resto.
Argento tampoco creó la cámara híper cinética, pero creó a Asia Argento. Aunque eso no fue mérito suyo. Pero se lo agradecemos.

Así que yo diría que sí. Es un referente para muchos y posiblemente uno de los tíos más feos de la historia del cine. Eso no tiene nada que ver con todo lo que he escrito, pero hoy es mi último día de vacaciones y estoy de insulto fácil.
¿Cuándo se fue la cosa un poco al carajo?
A eso de mediados de los 80. Su estilo empezó a quedar un poco estancado y a las pelis se les veían las costuras. Sus dos intentos de entrar en el mercado americano fueron fallidos (‘Two Evil Eyes’ y ‘Trauma’), sobre todo porque es un tipo demasiado fistro para una producción de estudio. Pero lo peor estaba por venir. Para cuando llegaron los 2000 ya no hacía películas: las cometía. ‘Giallo’ y ‘Drácula 3D’ fueron recibidas con gran regocijo por el público. Y con ‘regocijo’ me refiero a risas crueles. Pero no puedo decir que las pelis no se las merecieran. Eso sí: me dieron ambas dos de mis momentos favoritos en cine de toda mi vida, aunque no por los motivos que pretendía el director.
¿Pero qué puñetas pasó?
De entrada, su tipo de cine artificioso aplicado al terror pasó de moda. A continuación llegaron los guiones cada vez más lamentables y, curiosamente, mucho actor joven espantoso, algo que plagaba en general todo el cine de terror italiano de la época. Por otra parte, si bien mantenía su cámara loca, empezó a descuidar la iluminación a lo Mario Bava que era lo que le había hecho famoso, filmando una tercera parte de la trilogía que comenzó con ‘Suspiria’ y siguió con ‘Inferno’ que tenía look de directo a DVD a lo secuela de Hellraiser rodada en Bulgaria. ¿Por qué no se unió a mejores directores de fotografía incluso cuando contó con presupuestos solventes? ¿Quizá entendió que eso era algo de su maestro y que lo suyo estéticamente era más sus primeros giallos? ¿Quizá un día se miró al espejo recién levantado y perdió puntos de cordura?
Sí, estoy faltón, perdón. Igual no puedo terminar este artículo en el último día de vacaciones y ya la cosa cambia cuando siga mañana tras el primero de trabajo. A PEOR.
¿Hay esperanzas?
Sus dos capítulos de Masters of Horror no estaban mal y parecía que se había acordado de cómo se hacía una peli, pero luego perpetró sus dos obras magnas de cine-colonoscopia y de eso hace ya más de 11 años. Además, la nueva película, que no he visto todavía, tampoco es que haya sido muy bien recibida. Lo malo es que no le gusta jugar a la playstation como a Carpenter, así que probablemente siga haciendo giallos. De todas maneras, no pueden ser peores que “Veneziafrenia” de Álex de la Iglesia (+2 de Ataque Gratuito Que En Realidad Es Una Exageración, Pero Es Que Menuda Decepción De Peli).
Francisco Ford Coppola
¿Pero era bueno de verdad?
A ver. Hizo la que para muchos es la mejor peli de la historia del cine. Y también ‘El Padrino’, aunque esa no tiene a Gary Oldman con dos tetas como peinado.

¿Cuándo se fue la cosa un poco al carajo?
Después de hacer una de esas pelis de abogados de John Grisham con la misma pasión que yo haciendo macramé, lo mandó todo al carajo y se fue a cultivar uvas. Luego volvió haciendo cosas que no convencieron a nadie.
¿Pero qué puñetas pasó?
La gran tragedia de Coppola es que, aparte de que su vino sea mediocre (o al menos la muy cara botella que me pusieron en Toronto hace unos años), él siempre ha querido ser un JAUTOR a lo nouvelle vague. Y su cruz es que es un gran realizador, pero no es un gran guionista ni acepta que trabaja mejor con material ajeno. Que no pasa nada: Kubrick lo hizo casi toda su carrera y nadie duda de que la barba descuidada es seña de que estaba como un cencerro. Quizir, que nadie duda de que fuera bueno. Pero Coppola se ha pasado media vida distanciándose de ‘El Padrino’ porque le jodía que su obra maestra fuera una cinta de encargo que le cayó de rebote por apellidarse italiano. Al final, se cansó de Hollywood (no le culpo), de perder pasta (lo culpo menos todavía) y se lanzó a hacer películas de esas que en los 70 se llamaban ‘de arte y ensayo’, en el negocio ‘arthouse’, entre aficionados ‘culturetas’ y para mi madre ‘quita eso, por dios’.
Aparte de una especie de experimento documental (los que seáis fans de su amigo George Lucas os daréis cuenta de que Coppola SÍ hizo lo que decía PapadaMan de rodar cosas pequeñas), su última película, ‘Twixt’, además de tener título de chocolatina y de quedarse inédita en salas en Espppaña (la estrenó en exclusiva el que esto escribe en Canal+ Xtra porque nadie la quería), parecía un cruce entre un corto amateur y una peli cultureta de Albert Pyun. Y, como veremos más adelante, eso no es buena señal. ‘Tetro (Tú te agachas y yo…)’ sí tuvo más distribución, pero no le gustó a casi nadie y realmente parecía que nada había allí de un grande del nuevo Hollywood. Quizá lo que le pasó es que se hartó de hacer las cosas bien y simplemente quería experimentar para MAMÁ QUIERO SER ARTÍT-TA.
¿Hay esperanzas?
Creo que sí. Ha anunciado su proyecto largamente en desarrollo (‘Megalópolis’) que, como tiene nombre de Manga, va a ser bueno sin duda alguna. Mi conjetura es que no se le olvidó cómo hacer una buena peli: simplemente le importaba un caraho hacerla.
Albert Pyun
¿Pero era bueno de verdad?
A ver: No.
Pero yo le quiero mucho.
Feck, que le dediqué tres artículos y dejé pendiente uno porque pensé que iba a poder entrevistarle. Sus películas eran siempre visualmente impactantes, aunque narrativamente fueran un chocho y casi siempre los presupuestos no acompañaban. Pero hasta en sus mierdas tenía al menos estilo. Joer, el primer vídeo que subí a mi canal de YouTube que ahora utilizo para dar la turra con mis no-fucker gustos musicales y los muy entretenidos Battle Royales es este extracto de su primera peli:
Que sentido no tiene, pero ¿a que lo mola todo? Pues eso es parte del cine de Albert Pyun, el hombre que nació con el apellido adecuado para ser director de pelis de tiros.
¿Cuándo se fue la cosa un poco al carajo?
Pues alguna gente con más mala leche que yo diría que desde el principio. Pero, aunque tenga películas muy malas durante toda su carrera, la cosa se empezó a volver preocupantemente loca y dolorosa sobre los 2000, cuando entra en juego como guionista su mujer y descubre el software de efectos baratos. Su secuela de ‘Cromwell Rey de los Bárbaros’ parece hecha por una IA que programada por la mitad de cerebro que quizá le funcione a Isabel Ayuso.
¿Pero qué puñetas pasó?
Desgraciadamente, para esto hay respuesta clara y no especulación como el resto del artículo. Y tengo la ventaja de que el chiste ya lo hizo el propio Albert, así que no quedo como un insensible: Pyun padecía sin saberlo una enfermedad neuronal degenerativa que además le iba creando bloqueos de memoria. Vamos, que “A lo mejor eso explica por qué mis películas nunca tenían mucho sentido y eran un poco caóticas” (Pyun, demostrando ser un jrande en la enfermedad)
¿Hay esperanzas?
Lamentablemente no. Consiguió a duras penas rodar una cosa alternativamente titulada ‘Cyborg: Rise of the Flesh Eaters’ o ‘Badass Angels and Demons’, pero no me consta que se estrenara, las imágenes daban cosica y hace mucho que no hay noticias de él, por lo que me temo lo peor.
John Landis
¿Pero era bueno de verdad?
Pasamos de un caso obvio al mayor misterio de este artículo. El motivo por el que se pasó años en mis borradores. Pero antes, intentemos contestar a la primera pregunta: ¿Era John Landis un gran director? Porque desde luego como guionista no tenemos mucha idea: aunque siempre metiera mano en reescrituras, suyos sólo son los guiones de tres de sus primeras películas. A partir del… “evento”, no escribió mucho más. Como realizador, se sabe que era un poco abrasivo y no se puede decir que tenga un estilo muy marcado por mucho que redefiniera el concepto del videoclip0 de alto presupuesto.

Como contertulio de podcasts, eso sí, es la hostia. Divertidísimo. Muy locuaz. Con un hijo un poco capullo, pero eso no es culpa suya. Y hablando de culpas…
¿Cuándo se fue la cosa un poco al carajo?
Muchos opinan que su chispa fue cercenada a raíz de lo que ocurrió en el rodaje de ‘En los Límites de la Realidad’, en donde su carrera pasó por la guillotina mediática y él acabó durante un tiempo con la cabeza en otra parte.
#CANCELPACOFOX
Vamos, que hubo un accidente en el rodaje por el que no fue condenado en el que un helicóptero le cortó las testas al protagonista y dos niños que no deberían estar trabajando a esas horas. Por eso se trata de una peli que durante mucho tiempo se vio poco a pesar de contar con dos episodios que son obras maestras.
Ninguno de los dos es de Landis, a propósito.
Pero es una teoría con poco peso. Medio Hollywood se volcó para apoyar su siguiente película, ‘Cuando llega la noche’, con cameos a tutiplén de gente que sólo conocerán los lectores que entiendan la palabra ‘tutiplén’. La peli no es la leche, pero teniendo en cuenta la situación, es entretenida. Pero lo importante es que justo a continuación enlazó dos comedias de culto con muy buenos momentos (‘Espías como nosotros’ y ‘Tres Amigos’) y una absoluta obra maestra: ‘El Príncipe de Zamunda’. Un éxito de taquilla con el que Landis parecía decirle a sus detractores:
Y catapún. Un remake malo de una peli de Louis de Funes (os aseguro que cuando era pequeño había gente a la que le hacía gracia el francés histriónico que debería apellidarse Funes-to) con Stallone, una comedia vampírica en la que no conseguía el equilibrio entre géneros de su famosa ‘Un hombre lobo americano en Londres’ y la espantosa tercera parte de ‘Superdetective en Hollywood’, en la que le coló Eddie Murphy a pesar de que se habían peleado haciendo Zamunda. Lo de ‘Blues Brothers 2000’ lo achaca el realizador a interferencias del estudio (lo de meter un niño fue idea de ellos), así que fueno, fale, y ‘La Familia Stupid’ tiene la escena de ‘Yo mi abuelo soy’ que es JISTORIA del SINE. Pero luego básicamente sólo hizo desastres. Su episodio de ‘Masters of Horror’ era más Horror que Master y ‘Burke & Hare’ (otro intento de comedia negra) desperdiciaba a Simon Pegg (como el 90% de los directores que han trabajado con él y no se llaman Edgar Wright) y, una vez más, no conseguía el equilibrio entre humor y truculencia entre otra cosa porque el humor estaba vomitando en el retrete tras leer el guion y se ausentó del rodaje.
¿Pero qué puñetas pasó?
Pues ya lo he dicho: Landis es el culpable de que nunca haya escrito este artículo hasta ahora. No sé si era bueno o le tocaron buenos guiones. No sé por qué empezó a hacer mierda, sobre todo porque es, como su amigo Joe Dante, Entrevistado Profesional de Documentales Freaks y se le ve que, al contrario que otros barbudos canosos como Paco Fox, rige perfectamente.
¿Hay esperanzas?
En activo sigue, haciendo una serie infantil de animación para niños creada por Stan Lee antes de palmar. Obviamente. Si la hubiera creado después de palmar, sería realmente digno de aplauso. Pero más sorprendido estaría yo si de repente volviera con una gran película. Ni siquiera le dejaron dirigir ‘El Príncipe de Zamunda 2’, y esa cosa no podría en ningún caso haber salido peor de lo que se vio al final. Espero que en Paramount rodaran cabezas tras ese fiasco.
#CANCELPACOFOXDEUNAPUTAVEZINSENSIBLEDEMIERDA
José Luis Garci
¿Pero era bueno de verdad?
Pocos recuerdan ya que fue el director de la primera película española en ganar un Oscar (que no el primer director español).

Pocos recuerdan ya que nos dio a Alfredo Landa duro y con BIGOTÓN. Pocos recuerdan ya que toda la industria del tabaco española se mantuvo a flote durante años gracias a sus programas – tertulia sobre cine sin las cuales no existiría Ángel Codón. Estoy seguro de que surgió por generación espontánea durante un debate sobre John Ford en el que Lamet aprovechaba para decir que no le gustaba Hitchcock.
Garci fue una figura esencial de la transición con películas importantísimas y otras importantillas.
¿Cuándo se fue la cosa un poco al carajo?
Mi sesudo análisis ha llegado a la conclusión de que sí que hay un punto claro en el que las películas de Garci pasan de ser encantadoramente viejunas a insoportablemente anticuadas. Y luego está ‘Holmes & Watson: Madrid Days’, cumbre de la vicisitud cinematográfica ya comentada en ente bloj y que supone un maratón de vergüenza ajena que para cuando llega el final en el que Watson le enseña a su pareja los Avíos del Puchero (™) que se ha traído para hacer cocido madrileño en Londres, lo que te da es más bien ganas de echar la raba. O de aplaudir hasta tener las manos coloradas, que es lo que hice yo. Pero ya ha quedado claro que soy de los ‘Señores con barba que no están bien de lo suyo’.
El punto de giro es ‘Historia de un beso’. Antes de ésta, las pelis de Garci solían estar siempre en las quinielas como posibles candidatas a ser presentadas a los Oscar. De hecho, ‘You’re the One’, además de tener título de canción ochentera, ganó varios Goyas. Después… nada.
¿Pero qué puñetas pasó?
Si bien es verdad que en España comenzó una ola de odio hacia Garci, también es cierto que esta película es la primera que co-edita junto a su habitual Miguel González Sinde, un tío muy simpático que hizo a Vicisitud el onvre que es hoy en día y que probablemente sea el único Académico de Hollywood que tiene en su haber una peli de Los Morancos y ‘El Equipo Aaaarg’, que directamente no entra en la categoría de “película”.
Pero a pesar de este cachondeo, el montador de ‘La Frigida y la Viciosa’ algo de mano tendría con el cine de Garci, porque a partir de ahí (con la excepción de ‘Ninette’) el cipotudo realizador lo sustituiría él mismo en la moviola (no Avid, puesto que yo me imagino a Garci delante de un ordenador con la misma cara que el padre del de ‘Lluvia de Albóndigas’ cuando le dicen que adjunte un archivo a un email). Y el resultado son los desastres de sus últimas películas. Ya no sonaron para los Oscar y mucho menos para los Goya. Empezaron a pensarse para la CutreCon.
¿Hay esperanzas?
Pues hablo de oídas, pero me dicen gentes que saben de esto de hacer pelis que su precuela de ‘El Crack’ no está nada mal. Y eso que está hecha a base de dos de las cosas que más odio: Las precuelas (¿a quién le interesan las historias de antes de las historias que sí valían la pena contarse?) y la palabra ‘Crack’ (cuando alguien me la espeta, yo le esputo).
Brian De Palma
¿Pero era bueno de verdad?
Cojón que sí. Pero cojón como huevo de tiranosaurio. De Palma es un virtuoso de la planificación marcapaquete que hace que Dario Argento parezca Uwe Boll intentando molar. De Palma planifica para que el ojo siempre esté entretenido, pero no de manera gratuita. Bueno, un poco sí a veces, pero es al cine lo que Yes a la música: es tan excesivo que cuando alcanza la cima, dicha cumbre no es Gredos sino el puto K2. Y, si quiere, puede contenerse un poquito y hacerse su propio ‘90125’ (el disco comercial de los 80 de Yes, por si alguien quiere seguirme en mi absurda metáfora) con pelis como ‘Missión Impossible’.
Y luego está ya ‘Los Intocables de Elliot Ness’, que hace que mi amor explote sobre la tapicería de mi sofá cada vez que la veo.
¿Cuándo se fue la cosa un poco al carajo?
Para unos serían su peli de encargo ‘Misión a Marte’. Para otros, la ida de olla de ‘Femme Fatale’. Los primeros podría estar en lo cierto si no fuera porque después de la del planeta rojo (que no es rojo, que es la atmósfera, pero ese es otro tema) rodó… ‘Femme Fatale’. Esa peli es cojonuda, una gran sordidez, sale ANTCHONIO y tiene uno de los mejores tráilers de la historia del cine porque te pone TODA LA PELÍCULA:
“Acabas de ver la nueva película de Brian de Palma. ¿No la has entendido? Inténtalo otra vez” es el mejor claim de tráiler ever.
‘Redacted’ era atípica, pero no un desastre. Un director de su talla tiene bula para hacer ese tipo de experimentos de vez en cuando. El problema fue ‘Passion’.
¿Pero qué puñetas pasó?
‘Passion’ es un desastre de tal magnitud que quedó inédita en España hasta que, una vez más, cierto tarado barbudo (creo que ya ha quedado establecido) la compró para Canal+. O Movistar+. Ya no me acuerdo. ¿Un bache? No. Porque ‘Domino’, rodada of all places en Alemería es otro desastre a pesar de contener la mejor muerte por dron al cuello de la historia del cine.
Y posiblemente la última. Esperemos.
De todas maneras, parece ser que la cinta tuvo graves problemas de financiación y Brian se quedó sin pasta para rodarla adecuadamente.
¿Hay esperanzas?
Sí. Tiene un proyecto en preproducción y sólo han sido dos desastres, aunque con destellos del pasado de vez en cuando. Pero fueron batacazos muy gordos, claro. Y no reivindicables como otras condenadas por la crítica del pasado que ahora todo dios alaba (estoy pensando, por ejemplo, en ‘En el nombre de Caín’): éstas no serán ni de culto. Que ya sabemos que hoy en día hasta la mayor mierda de los 80 patrás es ‘de culto’. Lo que me recuerda que….
Lucio Fulci
¿Pero era bueno de verdad?
A ver… Cómo explicarlo…
No.
“Entonces, Paka Carmona de mi vida, ¿por qué lo incluyes en esta lista de directores que perdieron su mojo?” – gritaréis a la pantalla de vuestro móvil en el metro mientras leéis estas líneas ante el estupor de vuestro compañero de asiento. Pues porque sí que era… interesante.
Lucio comenzó su carrera haciendo honor a su nombre (significa ‘Luz’) realizando comedias. Y ahí se sentía cómodo. Una vez me dijo su hija que su peli favorita de su padre (y de él mismo) era, atención, “Il cav. Costante Nicosia demoniaco, ovvero: Dracula in Brianza” (cómo amo la afición de los italianos por los títulos largos…), una parodia del género vampírico con guion suyo y de… ¡Pupi Avati!
(Silencio sepulcral entre el 90% de los lectores menos aquel que pilló el chiste de Argento)
Pero en un momento determinado, la industria italiana se volvió hacia el cine de género con la pasión de Ferreras en una noche electoral y a Fulci, aparte de realizar un par de giallos muy buenos y algún western, le tocó hacer una secuela apócrifa de ‘Dawn of the Dead’ de Romero. Y ya no salió del terror, porque descubrió que no se le daba mal lo de crear ambientillos chungos. Lo de la coherencia de los guiones ya lo dejaban para después del carajillo.

Así que era, al menos, memorable dentro de su onírica locura. Yo suelo recomendar a todo aficionado al cine fantástico y al surrealismo que se vea al menos una vez ‘El más allá’, una de mis películas de terror favoritas aunque soy consciente de que no tiene sentido alguno.
¿Cuándo se fue la cosa un poco al carajo?
Prontito. El periodo dorado (que yo llamo “rojo” por las carátulas de los VHS de José Frade Distribuciones) apenas fue del 79 al 82. Justo al final de ese año se estrenaron un giallo misógino y desagradable (‘El estrangulador de Nueva York’) que, por lo tanto, es de culto hoy en día para gente que no se parte el culo con que el malo hable con la voz del Pato Donald (lo juro) y a la que le parece bien la sordidez mal entendida (esto es, la no jovial), así como ‘Manhattan Baby’, una especie de cruce de ‘La Profecía’, ‘Stridulum’ y ‘Psicotrópicos de los que te dejan daño cerebral’ que llevaba el ‘Esto no tiene orden, concierto ni decencia’ a niveles más allá de los habituales y ni siquiera le acompañaba el ambiente onírico de las anteriores.

A partir de ahí, se hizo una de bárbaros que me hace gracia porque hay nunchacos de la Edad de Piedra y a la lente le han pasado una mano llena de manteca, amén de algunas otras películas menores a medida que los presupuestos empezaron a decaer por problemas en la industria italiana de la época.
¿Pero qué puñetas pasó?
A la comentada caída de los presupuestos se le unieron problemas de salud. En pleno rodaje de la muy risible ‘Zombie 3’, Fulci tuvo que largarse a punto de palmar y la cinta fue completada por el siempre colonoscópico Bruno Mattei y su cómplice Claudio Fragasso, al que le tengo cariño porque se rio con un chiste de ‘CineBasura: La Peli’, lo cual es una risa más de la que eché yo en esa proyección.
Por lo que me comentó su hija y se puede leer en sus biografías, nunca recuperó del todo ni la salud ni los ánimos. Siempre fue un cascarrabias, pero su humor se volvió más sombrío a medida que avanzaba el tiempo, participando en una serie de películas directas a VHS que rodaba básicamente para pagar las facturas.
¿Hay esperanzas?
Jodido: está muerto. Sería complicado. Curiosamente, las había: justo en sus últimos días, Argento le iba a producir una versión de ‘Los crímenes del museo de cera’ que acabó rodando Sergio Stivaletti. ¿Habría sido mejor si Fulci hubiera pillado la cosa con ganas y salud?
Pues no lo creo. Que ya sabemos por este mismo artículo cómo estaba Argento a nivel creativo a finales de los 90.
Julio Médem
¿Pero era bueno de verdad?
No.
Bueno, al menos nos ha dado razones para quererle a lo largo de su muy egocéntrica carrera:
1.- Llenó ‘Vacas’ de planos de caca y pedos, aunque extrañamente no fue eso lo que llamó la atención de la crítica, sino el hecho de usar angulares, ojos de pez y travellings. Cualquiera que hiciera eso después de la Era Miró tenía asegurado llamar la atención aunque tuviera el talento de… de… bueno, de Daniel Caspa-lsolo.
2.- Nos enseñó en ‘Los Amantes del Círculo Polar’ a odiar los palíndromos, que son al humor lo que la coliflor a la cocina sabrosa.

3.- Culminó su obra más personal con una chica echando un zurullo sobre un actor de una peli de Brian de Palma, lo cual es glorioso porque hace que todo el artículo esté más cohesionado y porque causó el cisma en la llorada serie de YouTube ‘Videofobia’. Aquí además somos mucho del concepto de ‘BENGADORA ESCATOLÓGICA’, así que nos postramos ante Médem y su sutil metáfora sobre el capitalismo.
4.- Nos hizo una oda a los nunca bien ponderados ojetes en Habitación en Roma y rodó la más mítica sexual secuencia nunca vista de la historia del cine patrio: la orgía cortada y sólo vista en pases previos de ‘Mama’ (Mama de teta y mamá de progenitora: lo de Médem con los juegos de palabras que avergonzarían a Martes y 13 es digno de estudio)
Y ya está. En ‘La Ardilla Roja’ había planos chulos y Emma Suárez salía muy mona, aunque eso no es mérito del director.
¿Cuándo se fue la cosa un poco al carajo?
Cuando todos nos dimos cuenta de que sus diálogos daban risa. Vamos, en ‘Tierra’.
¿Pero qué puñetas pasó?
Que nunca fue bueno.
¿Hay esperanzas?
¡Para que haga una peli digna de la CutreCon sí! ‘El Árbol de la Sangre’ estuvo a punto de generar momento internacional como para convertirse en una de las pelis cutres del año en los circuítos de este tipo de cine, pero se desinfló al final. ¡Ánimo, Julio! ¡Haz la obra definitiva con caca, palíndromos, diálogos que ningún ser humano enunciaría y mucha gimnasia erótico-festiva e igual tenemos una obra maestra del cine-colonoscopia!.
Y con este último realizador incluido medio en broma simplemente porque, si bien empecé el artículo enfadado en mi último día de vacaciones, lo he acabado enfadado tras mi primer día de trabajo. Tenía que sacar la maldad por algún lado y twitter ya me cansa. Al igual que tantas otras cosas como el cine de John Landis, El Jueves, Vicisitud y Sordidez o cualquier nuevo estreno del universo Star Wars, las redes sociales antes molaban.
O quizá nunca lo hicieron. No olvidemos que:
¿Cuándo se fue la cosa de Vicisitud y Sordidez un poco al carajo?
Cuando ya todo se ponía en redes sociales y no en blogs. Y lo de leer artículos kilométricos como que no.
¿Pero qué puñetas pasó?
Que nos hicimos mayores.
¿Hay esperanzas?
A mí esta web me la arrebatarán FROM MY COLD DEAD HANDS
