“Mi nombre artístico es David Ferrer, y me llamo así porque soy David Ferrer” (David Ferrer, artista y David. Ferrer.)
Quien mucho abarca, poco aprieta y luego se le cae todo al suelo, se tiene que agachar, se le raja el pantalón y se jode la espalda. O algo así. No soy mucho de refranes. El caso es que algunos sabrán que yo llevo adelante mil proyectos, ninguno de los cuales tiene especial interés masivo, pero todos un poco de mi corazón. Algunos incluso de mi culo.

Ello implica que algunas cosas que me fascinan quedan en vaya usted a saber qué vídeo o podcast y tardo meses en darme cuenta de que eran material adecuado para un post rápido de Vicisitud y Sordidez, el origen real de todo lo que hago. Que lo que ha impulsado mi vida pública incluya ‘vicisitud’, una palabra que soy incapaz de pronunciar, dice una cosa muy importante de mí: masoquismo.
Justo eso pensarán muchos que supone habernos hecho fans de David Ferrer, un onvre que se llama como el tenista, lo cual no es la mejor de las ideas en la era de internet. Supongo que el alias consistió en usar directamente su segundo apellido, conjeturo, en un impulso para diferenciarse de su padre Antonio Segura, compañero de aventuras coprovisuales, fanático de la steadycam y parte esencial de la leyenda de su hijo. Porque David Ferrer es esa gota de aire fresco que viene cuando abres la ventana en verano en un primero de El Arenal en Sevilla justo encima de una freiduría. ¿Terrible? Sí. ¿Especial? Mucho más. Un poco de alegría para fans de la sordidez que necesita un empujón para subir al olimpo de la chunguez ahora que Flos Mariae, con quienes comparte algunos elementos, se han escindido en dos grupos que no sabemos si lograrán recuperar la magia de su etapa de gloria. ¿Quizá en una gira virtual de reunión dentro de una década? Si el top 20 de spotify sigue en la misma línea de los últimos dos o tres años, lo veo, porque probablemente sea música clásica en comparación con a lo que pueda diginvolucionar el trepetón monguer actual.
David, el niño de Córdoba (aunque noto acento de Andalucía Occidental, más que Oriental, pero no seré yo el que dude de Su Palabra como San Pedro), comenzó sus andanzas en algún momento de 2017 en YouTube con varios vídeos-atentando contra el flamenco. Que bien no están, pero tampoco hay tanta diferencia a tu tío borracho en una boda en Genalguacil de la Mata cuando algún cabrón saca una guitarra. Sin embargo, pronto subió su gran primera ovra audiovisual que tiene algunas de las marcas de la casa. Y con eso me refiero a la marca de agua de su padre como realizador. Amén de descubrir el botón de ritmos del hard casio. Pero “Por el camino de Loja” todavía no es un videoclip de madurez, porque si bien están ya el amor por vestidos rancios, el tratamiento de la imagen más competente que las pelis recientes de la Full Moon y las localizaciones derruidas, todavía es sólo una cosa más de YouTube. Poco después llegaría una versión de ‘Mi Carro’ anti independentista que teorizo que supone el primer punto de inflexión. Y por ello me refiero a que probablemente le cerraran el canal de YouTube por ello, dado que el actual nace en 2018. ¿Ha perdido Espppaña debido a la maldita censura una gran obra maestra? Gracias a dios no. Por otro youtuber existen fragmentos:

Y gracias a Soundcluod está la canción. Agarráos el refajo porque aquí viene lo que para algunos sean el primer contacto con Ferrer. Ahí, arrancando en quinta como si fuéramos Vin Diesel.
Tras unos primeros segundos que hacen que te den ganas de decir “En 1972 cuatro de los mejores hombres del ejército americano que formaban un comando”, pasamos a un karaoke del gran éxito de las mejores patillas de Espppaña con la vox muy en primer término para que podamos apreciar la forma de masajear las palabras de David Ferrer, cuya adaptación de la nueva letra al texto probablemente la hizo usando un potro de tortura de la Inquisición:
“Mi Espaaaña me la negaron / cuando fui a Cataluña / Hablando de mi Espa- A – ña / ahí me querían afusilar / Dónde – Eestá mi España”.
Sorprende especialmente cómo llega al estribillo y decide con arrojo y sin que sea necesario, cambiar el tiempo verbal de la original por un presente que requiere retorcer la declamación hasta que le salga una luxación. Pero ese es el sello de Ferrer: no saber cómo funcionan las sílabas es parte de su encanto. Que en un panorama musical en el que no hay manera de distinguir a un tiktoker de otro, es necesario diferenciarse. (Sí: no digo cantante, porque lo que puebla las listas de hoy se hace con y para tik tok).
La censura tuvo que ser un duro golpe para Ferrer, que sin duda se preocupaba con sinceridad total de esta defensa de la Unidad. Que su vida es la familia, los descampados, España y, por supuesto, el mar. Porque ‘El Mar’ es su ‘Amén’. Su loncha de queso en un sandwich preso. La canción que hizo que internet se pusiera a sus pies de chaval un poco raro que hace la Primera Comunión con un vestido de marinero un poco demasiado elaborado y un bastante demasiado de tres tallas más:
Sí: aquí es donde El Niño de Córdoba descubre su verdadera vocación, la cual era encontrar el nicho de mercado específico para él: El Reguetón Flamenco. El reguetón flamenco chill out experimental, en el que el ritmo va a lo suyo, la voz está cantando otra cosa y la letra ha tomado tanto orfidal que se ha olvidado de lo que quería decir. Y, por supuesto, también es donde Antonio Segura, el amo de la steadycam, descubre la magia del encuadre por la polla. No hablo metafóricamente en plan «de lo que le sale de ahí», sino de lo que pasa cuando vas a descampados y no hay presupuesto para un bote de titanlux para tapar las pintadas:

Si después de escuchar este temazo no pasáis todo el día susurrando “El maaaaaar”, es que no tenéis corazón. Juicio sí. Pero corazón, no. Varios del equipo del Foxverso descubrimos a Ferrer con este tema, que sin duda establecía también algo muy importante que lo pone por encima de, por ejemplo, Bad Bunny: David SIENTE lo que canta. David es de esas maravillas de personas como Wing a las que el talento no acompaña a su sinceridad. Pero en una época en la que todo se hace de cara a la galería y a los 10 segundos de fama en tik tok, “El Mar” huele a una fresca brisa de levante. Una fresca brisa de levante en el paseo frente a El Corte Inglés de Algeciras donde desembocan las aguas fecales de toda la ciudad y hace que todos andemos como Rajoy cuando paseamos por allí, claro, pero brisa al fin y al cabo.
Porque en la serie de Ente Onvre siempre hemos defendido que la gente haga lo que le sale del corazón por encima del postureo cínico. Aunque sea un corazón un tanto franquista. Y por eso nos alegramos de que, tras el éxito de “El Maaaar” (siempre con cuatro aes, por supuesto), Ferrer continuara con su carrera. El siempre complejo segundo single tras un éxito es una de las plagas que más han preocupado a los one hit wonders. Como Rick Dees, que tras ‘Disco Duck’ sacó ‘Dis-Gorilla’, nuestro héroe optó por repetir fórmula con ‘Amor’, sustituyendo el traje con chaqueta de marinero por otro más fresquito y la palabra “Maaaar” por “Amoooor”. Y me acabo de dar cuenta de que algunos no sabréis qué cojones es un Rick Dees y un Disco Duck, así que os dejo los dos vídeos porque sé que os gusta la droja dura:
https://www.youtube.com/watch?v=sysgZabVlZw
Animado por su éxito, Ferrer se presentó a Got Talent junto a su maravilloso padre y llegó a actuar. Cosa que sospecho que no os sorprende, porque sabéis tan bien como yo que en esos programas lo que menos importa es la gente que tiene un talento asombroso y más bien se hacen para reírse de concursantes que son sentimientos y tienen personas.
David ha seguido subiendo vídeos, aunque la pandemia ha parado un poco su producción. Como tampoco se trata este artículo breve de ir pegándolos todos, os invito a que os suscribáis a su canal y os adentréis en su universo paralelo de comentarios cerrados. Que veo que las críticas le han llegado y quizá afectado. Sin embargo, ha respondido como sólo un jrande de Espppaña hace: con una canción rodada en la Plaza de España de Sevilla, hermanándose así su padre en jrandeza con David Lean y George Lucas.
Las trompetas hard casio son tan gloriosas que es darle al play y pensar en una cabra en una escalera. Pero lo importante de este tema es que vuelve a lo que considero el verdadero corazón de Ferrer más allá de sus experimentos con el reguetón: el flamenco con olor a casete de gasolinera. Porque la verdadera esencia musical de este país es la copla sórdida. Lo siento, pero esto es así. David no tiene la capacidad de despertar el verdadero sentido del género, el cual es, como decía en ente bloj Tita Hellen, el Heavy que no sabe que es Heavy. Pero al menos canta desde la sinceridad y, qué cojones, se preocupa por los demás desde su pequeño en lugar en YouTube y nos da ánimos a todos. Desde el racismo y la violencia, pero qué queréis que os diga: nadie es perfecto.