La venganza de los hechos conocidos que en realidad son mentira

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Han pasado ocho años desde el primer artículo de esta saga casi anual que empezó con un objetivo: meter unos cuantos datos curiosos para justificar un artículo que se cagara en la homeopatía, con la cual se estaba estafando a varios amigos cercanos. Flash forward a hoy en día, momento en el que por fin hay una ministra de sanidad que abiertamente está en contra de esta engañifa y varias facultades de farmacia la han retirado de sus planes de estudios como agua que lleva la corriente de la ciencia hacia las alcantarillas apestosas donde pertenecen.

Qué poético y repugnante me ha quedado. Muy Eros y Tánatos. No os preocupéis, tarde o temprano caerá un chascarrillo de pollas. Que si de dos cosas estoy seguro es de que nunca me pondré cien por cien intensito en ente bloj y de que estos flotadores que me han salido en la cintura ya no se me quitan.

Así que vamos allá. Más cosas que todo el mundo da por sentado pero que en realidad son más falsas que el pelo de Nicolas Cage:

La vitamina C no cura ni previene resfriados.

Siglos de avances tecnológicos y todavía no podemos curar la imbecilidad. Ni el resfriado. Pero eso es, según tu madre, porque no tomamos suficiente vitamina C. A ser posible, de una naranja recién exprimida, que las vitaminas son como pulgas a las que el agua les quema y se quieren ir saltando del vaso para pasar unas vacaciones en Benidorm.

Así que tú te empiezas a encontrar mal y te tomas rápidamente un litro de naranjas recién exprimidas para hacerte un agujero en el estómago o, alternativamente, cinco kiwis porque tienes lectura atrasada en el retrete. Lamentablemente, la vitamina C no va a evitar que pilles el resfriado ni te lo va a curar. A lo sumo, en ciertas circunstancias, es posible que acorte la duración del trancazo. En algo así como un 8%, que digo yo que tampoco merece tanto la pena. Para mejorar los síntomas es mejor, por ejemplo, hacerse un pajote, que da alegría y te hace sentir mejor. Eso vale para el resfriado, el dolor de muelas, el día de pagar al casero o cuando estás en medio de un atasco.

Bueno, mejor no sigáis esa última idea. Quizir: ayudar, lo que se dice ayudar a reducir el malestar causado por el estrés, ayudaría. Y no veáis el espectáculo gratuito a los demás que estén en el atasco. Y los gritos de tu pareja. Y de tu madre en el asiento de atrás.

Bien pensado, hacedlo. Que sólo se vive una vez.

Así que tomad vuestra dosis de vitamina C normal con vuestra comida, estéis resfriados o no y no os preocupéis de suplementos que tampoco hacen nada.

Michael Jackson no tenía porno pederasta en su casa

No todo va a ser ciencia subnopop en esta serie de artículos. Que también hay sitio para los cotilleos. La salsa rosa está llena de falsedades, medias verdades y, sobre todo, cocaína. Mucha, mucha cocaína.

«Cine» se escribe con «C» de COCAÍNA

Nadie ha sido más importante en esto del corazón que Michael Jackson. El pobre hombre lo tenía todo: talento, incapacidad para tomar decisiones estéticas decentes con su imagen, infancia traumática, denuncias y una obsesión importante con los niños. La cual se derivaba probablemente de su niñez perdida. Pero se le acusó de tocar niños y, como iba por la vida con la cara de una calavera TENÍA que ser verdad. Por lo tanto, los abogados de varias denuncias que nunca acabaron en condena se mataron por probar que Jackson era adicto a la pornografía infantil. Pero no encontraron nada.

Entran en juego los tabloides. Qué más da que los jueces digan misa: ese tío tenía que ser un guarro. Joder: recuerdo cuando sugerí una navidad a mi madre que podía regalarme el ‘History’ y ella se negó porque “ese tío es un degenerado”, en lugar de por algo más normal como “la puñetera ‘They Don’t Care About Us’ está poniendo de moda las batukadas”.

Como no consiguieron nada, cada cierto tiempo sacaban bonitos titulares con supuestos asombrosos descubrimientos en su dormitorio de Neverland. ¡Tenía libros sexuales! Por lo tanto, en el público en general, incluso hoy, ha quedado la idea o la duda de que Jackson tenía porno infantil (mal) o gay (¿y qué si lo tenía?).

Pues no. Los periódicos llegaron a publicar incluso imágenes falsas en las que retocaban imágenes de libros de fotografía para que pareciera que eran de jóvenes en pelotas:

Incluso empezaron a directamente inventarse que tenía fotos como esta:

Buen rollo

A pesar de que, por un lado, es una imagen del fotógrafo canadiense Jonathan Hobin y, más importante… ni siquiera estaba publicada cuando se hicieron los registros. Pero claro, tras su muerte había que resucitar esas noticias falsas, intentando sugerir que la pornografía se había encontrado post mortem.

Pues no. ¿Sabéis cuáles eran las cosas con las que intentaron empapelar a Jackson? Playboys. Hustlers. Barely Legals. Películas con títulos tan monos como “Sloppy Dogs Presents: Fuck Me, I’m a Bad Girl”. Libros en plan ‘Sex’ de Madonna. Vamos: cosas con las que un adolescente de hoy en día ni se molestaría en echarse la mano a la entrepierna a la espera de encontrar porno duro alemán en X Hamster.

Siempre me ha hecho gracia que una de las páginas porno más importantes del momento tenga de nombre y logo un animal tan mono. Me gustaría saber el proceso mental que llevó a sus creadores a ese nombre. Espero que no tuviera que ver con Richard Gere.

Cosa que también es mentira, pero supongo que eso ya lo sabéis.

A los ratones no les gusta el queso

Tengo unos calzoncillos con ratoncitos comiendo queso. Son mis calzoncillos favoritos. Los llevo a veces aunque estén ya un poco rotos.

Esto es una información sin relación obvia con esta entrada, pero quería dejar claro de que me avergonzaré de ser quien soy, pero al menos lo uso para causar vergüenza ajena en los lectores. Me debo a mi público.

Esa imagen tan icónica de un ratón poniéndose hasta arriba de queso (con agujeros, claro) nos ha acompañado toda la vida a pesar de que seamos conscientes de que el queso es una guarrería. Cojón: es leche estropeada. Y nos la comemos. A menudo con pan, tomate, orégano y, POR SUPUESTO, piña. La verdad es que los ratones se comen el queso solamente si tienen mucha hambre. Ellos son más de granos o, sobre todo, fruta. Los roedores tienen un olfato más desarrollado que los humanos. Evidentemente les da cosa un producto alimenticio que huele a bayeta de anteayer en bar de viejos. Pudiendo elegir, se sienten más atraídos por olores dulces.

Incluso en pelis de calidad de los genios de Vídeo Brinquedo se equivocan

¿De dónde viene entonces este error? Pues no se sabe. De hecho, hasta Séneca ya metía la pata con el tema, y todos sabemos que Séneca, como buen Cordobés, sabía la olor que puede dejar en una habitación un queso fuerte en agosto en plena Bética.

Llevar condón no hace que dures más

Es evidente que la duración de una relación con penetración es uno de los temas que más preocupan a la comunidad científica, porque ellos también quieren que la gente lea sus estudios. Llamémoslo “ciencia click bait”.

Por lo tanto, se han hecho estudios al respecto. El resultado está claro: la media no varía si llevas o no condón. Hay factores más importantes como, por ejemplo, si eres hetero y tu pareja es Alexandra Daddario:

Duración media: I jizzed in my pants

La media varía entre seis minutos y pico entre jóvenes y 4 y pico entre mayores de 51 que lo que quieren es volverse al salón a leer el Marca. Pero en el estudio que midió esas duraciones, quedó claro que llevar un preservativo no suponía ninguna diferencia en las medias (ni, ya puestos, el estar o no circuncidado).

Así que no seáis gilipollas. Si os cuesta correros no le echéis la culpa al preservativo. Echádsela a la fabada que os comísteis antes de hacer la prespitación.

Las damas de hierro son inventos victorianos

Este mito lo tengo tan marcado a fuego en la mente con un hierro candente y tatuado en la barriga con un péndulo que me extraña que no lo haya usado antes en esta serie de artículos. La realidad sobre estos instrumentos de tortura viene a ser muy parecida a la del cinturón de castidad del que ya escribí aquí: básicamente, el inusitado morbo de la Europa del siglo XIX y la necesidad enfermiza de sentirse superiores a cualquier otra cosa o época. En este caso, a la Edad Media.

Las damas de hierro nacen inspiradas por cajas con forma de mujer, pero sin pinchos, que se usaban en Alemania. Inspirado por truculentos cuentos e historias que datan de tiempos del Imperio Romano, un buen señor se la inventó y la vendió a un museo. Pronto se popularizó la idea entre los buscadores de lo sórdido y terrorífico, porque recordemos que en esa época no existía todavía Expediente Warren, imágenes de masacres bélicas en televisión ni el dantesco y aterrador espectáculo de las luchas de poder para derrocar a Pedro Sánchez. La gente pagaba por ver cosas morbosas. Sobre todo si les hacían sentirse mejor respecto a la época más civilizada en la que vivían. Esa avanzada de verdad durante la cual no se podía tener libertad religiosa, estaba bien explotar laboralmente a los niños y era aceptable azotar a tu mujer si enseñaba más que el tobillo en público.

¡Civilización!

Los polígrafos no sirven para saber si alguien dice la verdad.

Pillan a cualquier criminal. Inmediatamente, tu cuñao dice “¡Pues que le pasen el polígrafo y ya veremos!”. El problema es que hace años que sabemos que esas máquinas son menos fiables que un artículo de OK Diario.

Queremos creer que funcionan. En primer lugar porque sería la panacea de la administración de justicia y en segundo y más importante, porque el inventor del aparato, el Profesor Marston, también creó Wonder Woman. Lo cual nos llevó a esto:

Tiene cara de buena gente

Y a esto

Tiene cara de buena gente. Noto una tendencia con este tema.

Pero no funcionan. De hecho son una pseudociencia, porque ningún estudio ha demostrado su valía. Por lo tanto, todas esas horas viendo a Julián Lago hacer preguntas a gente como Lola Flores, El Dioni o John Wayne Bobbitt fueron una pérdida de tiempo a la altura de cualquier momento empleado en ver Telecinco así en general.

En realidad, lo único que mide un polígrafo es la ansiedad. Como persona que tiene fuertes ataques de gases cuando está en reuniones sociales, sé positivamente que tal factor no es el más fiable. Por no hablar de que hay mucha gente que puede controlarlo perfectamente. De hecho, los datos de contraste de preguntas de control y preguntas comprometidas se pueden trucar simplemente con apretar el ojete en momentos aleatorios. Sí, amigos: un buen control de esfínteres puede asegurarte un trabajo en esas empresas imbéciles que usan esta chorrada para contratar.

Por ejemplo, el FBI. América está en buenas manos. Fuck yeah.

Se puede despertar a un sonámbulo

Por supuesto que se puede. Eso sí, mejor no hacerlo. Vamos a explicarlo.

La creencia es que los sonámbulos van con las manos extendidas para no meterse una hosta (falso) y que si los despertamos les da un apechusque y se quedan en el sitio del ataque al corazón (muy falso). En realidad, son simplemente gente que está en estado de sueño profundo. Es difícil despertar a una persona en esa fase, como sabe cualquiera que ha dormido con alguien que padezca apnea del sueño y sea capaz con sus ronquidos de derribar las murallas de Jericó.

El principal problema de despertar a alguien en ese estado, ya esté de pie o tumbado, es que entre en un estado de confusión y agitación.

Vamos, que te puede meter una hostia buena.

Dado que tal estado de confusión que puede durar hasta media hora, es posible que se pongan a realizar tareas medio grogi. Como, por ejemplo encender el gas para preparar una tortilla de espinacas y no prender el fuego. Con lo cual se gana en no tener que comer una tortilla de espinacas, pero se pierde en la explosión mortal subsiguiente.

Lo mejor que se puede hacer es llevar al sonámbulo de vuelta a la cama y quedarte de pie en la oscuridad mirándolo de manera siniestra para que, cuando abra los ojos y te meta una hostia por el susto, al menos sea por un motivo claro.

Los toros no lo flipan con el rojo

No. Tienen visión dicromática. Sólo ven de verde a azul. El rojo lo registra más o menos como mi presencia cuando estaba en un pub con las guays de mi instituto. Lo que hace que embistan a las capas en las corridas es el movimiento. Así que a tomar por culo años de dibujos animados de Bugs Bunny torero u otros entretenimientos mucho más infantiles, absurdos, innecesarios y que deberían haber desaparecido en una época con ofertas de ocio a tutiplén como, qué sé yo… las corridas de toros.

La única corrida de toros que me interesa.

Los avestruces no entierran la cabeza en la tierra

Éste es otro mito de animales muy parecido al anterior y a lo de los ratones y los quesos. O, por ejemplo, eso de que los murciélagos sean ciegos.

Lo de las avestruces tiene su origen en los escritos de Plinio el Viejo, que forjó el mito de que estas aves son subnormales y piensan que al esconder la cabeza ocultan todo el cuerpo. Pero esto no es así.

No porque sepamos que las avestruces no son idiotas. Que lo son. Pero no tanto. En realidad, lo que hacen es que el macho usa la cabeza para cavar nidos para los pedazos de huevos esos que tienen. Sobre todo porque no tienen manos. Que hay que explicarlo todo.

También usan el pico para mover los huevos dentro del nido para evitar que se sobrecalienten. ¿Pero cuando viene un depredador? Un cojón van a meter la cabeza acojonados. Echan a correr como avestruz que lleva el diablo gracias a que pueden alcanzar más de sesenta kilómetros por hora. Setenta si llevan el tubo de escape trucado.

La comida orgánica no es mejor para el medio ambiente

Este último punto es el que ha hecho que retrasara un año la redacción de este artículo. El caso es que lo relacionado con la agricultura orgánica es muy complicado. Existen numerosas opiniones y muchos estudios al respecto. Hay gente muy pasional en lo que se refiere a su ataque o defensa. Es, por lo tanto, un tema difícil de tratar en un par de párrafos.

Así que os lo resumo: es una chorrada para pagar más dinero y crear una nueva sección en el Hipercor para que gente a la que le sobra la pasta se sienta mejor consigo misma y piensen que se alimentan mejor.

No diréis que no tengo cuidado de no levantar ampollas.

Da igual que comas una patata orgánica que una idéntica convencional: el alimento va a ser el mismo y como no le eches sal te va a parecer una cosa la mar de intragable. Pero este punto no va del valor nutricional. Esto va de ecología. Porque se puede pensar lo que se quiera de los productos orgánicos y la salud, pero todo el mundo sabe que, desde luego, al menos son mejores para el medio ambiente. Por los pesticidas y tal y la cercanía de la producción. ¿Verdad?

De entrada, sabed que lo de no usar pesticidas sintéticos es muy imbécil. Porque pesticidas se usan sí o sí. Que esto es un negocio. Sólo que no son sintéticos. Es como lamer salicina de un sauce blanco en vez de la dosis sintetizada y medida para tener un efecto concreto que se conoce con el exótico nombre de aspirina. Pero esto no va de eso tampoco. Lo que está claro es que lo orgánico es de agricultura ecológica. Y eso significa respeto con por el medio ambiente y un futuro en el que el planeta sonríe feliz porque comemos sin hacerle pupita.

Es el segundo motivo después de razones de salud por los que la gente dice comprar productos orgánicos (el principal es sentirse super guays, pero eso no lo recogen las encuestas). Y también es falso.

Para medir el impacto ecológico hay que tener en cuenta las emisiones de gases invernadero de todo el proceso (desde plantar hasta consumo), la tierra necesaria (que no es que sobre en este planeta), la polución del agua con exceso de nutrientes, la acidificación de las aguas y el uso de energía. La cosa varía según cultivo, pero en cuanto a uso de tierra y lo relativo a aguas, lo ecológico no resulta ecológico en ningún caso. En cuanto a los gases invernadero, los resultados nocivos se reparten entre ambos tipos de agricultura dependiendo en parte del alimento: la producción de fruta es menos contaminante en lo orgánico, pero mucho más en los cereales, verduras y productos animales. El único punto en el que lo orgánico tiene cierta ventaja es en el uso de energía. Pero es una categoría con un impacto mucho menor en el medioambiente en general que el resto.

Obviamente, el metaestudio en el que se basan estas conclusiones (Clark and Tilman, 2017) ha sido puesto en duda porque POR SUPUESTO QUE SÍ. No sólo porque los defensores de estas cosas están a la que salta, sino porque es un asunto complicado y es posible que se necesiten más estudios, que para eso está la ciencia. La superpoblación y la utilización de los recursos es uno de los grandes problemas de la humanidad a corto y largo plazo unido a la lucha contra el afianzamiento de los vídeos verticales. Pero, ¿de verdad que estás dispuesto a pagar el doble por unas galletas que no te alimentan más que otras y que no está demostrado que su producción tenga impacto alguno en para mejorar la situación del medioambiente? Pues eso. Concéntrate en lo que te comes y no en cómo se produce. Esa es la clave. Pista: vete pensando en que esto de zamparse chuletones de buey muy sostenible no es. ¿Preparado para un futuro de hamburguesas de grillos y las creadas en laboratorio?

Yo digo que si llevan ketchup del bueno, es imposible que sean peores que las que ponen en los bares de viejos como plato combinado.

Y con esta polémica termino. Esta vez me he venido arriba y he tratado diez temas. ¿Cuántos tendré preparado para la próxima? Pero, sobre todo, ¿me esperaré otro año para escribir una nueva secuela? (Os dejo enlaces a algunas de las antiguas aquí, aquí, aquí y aquí) Lamentablemente, el mundo sacará una nueva moda chorra y me dará el ansia viva por refutarla. A ser posible, cagándome en Gwyneth Paltrow por el camino. Que esta vez se me ha pasado.

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