Como suelo decirle a mis amigos, mis muros de redes sociales son los pozos a los que va a parar todos los ríos de mierda humana de la red.
Caca. Ya empezamos.
Gracias a tener facebook y twat-ter plagados de gente que mi madre denomina ‘tarados’, pero a los que yo llamo con más cariño ‘tarados con los que me gusta arrejuntarme’, toda inmundicia que de risa que empieza a hacerse popular va a parar a los timelines de la gente de mi entorno de frikismo. Eso es como el yogulado: es bueno porque da risa, pero también es malo porque pocas veces pueden sorprenderme con cosas nuevas, pero es bueno porque no tardo nada en saber que Flos Mariae han sacado un nuevo vídeo, pero es malo porque veo dicho vídeo y pierdo las ganas de vivir y considero brevemente el genocidio como una opción política digna de ser ponderada.
![]() |
Referencia 1 de 2 a Los Simpsons en este artículo. |
Como si no tuviera suficiente sordidez en mi vida, hace un tiempo me abrí un Curiouscat, que es como el Ask, pero más despoblado que las calles de un pueblo de Soria en día de misa. Con todo, hay un grupo de aguerridos fistros generalmente anónimos que me preguntan cosas con una asiduidad sorprendente. En esto que llegó un guerrero de la mugre humana que, con la excusa de saber mi opinión sobre Filmaffinity, me dio a conocer a un espíritu libre, distinto, absurdos y, por qué no decirlo ya, detestable. Pero empecemos por la web en sí. Esa que algunos en mi profesión usan en serio para informarse sobre las películas.
Algunos en mi profesión que son, obviamente…
No soy yo de insultar mucho en ente bloj. Pero años de usar las redes para informarme de la opinión general sobre cine me ha llevado a dos conclusiones: que las críticas francesas son detestables y que filmaffinity es una sima de innormalidad. De ahí que próceres del audiovisual y del prog (no relation… ¿o sí?… obviamente, NO) como Norberto Ramos lo conocen cariñosamente como ‘Cuñaoaffinity’.
Sí: sé que el término ‘Cuñao’ se ha pervertido más que el de ‘mansplaining’ o ‘A Michael Bay Film’, pero, joder: sigue siendo divertido usarlo.
Cuñaoaffinity es, en su mayor parte, el patio de recreo en el que juegan aficionados al cine con ínfulas de crítico o, en el peor de los casos, de ser Jordi Costa. Esos dan para otro artículo distinto. Porque me interesan mucho más los que están ahí para echar su reseña breve. Sobre todo si son amigos y ponen a CineBasura: La Peli en donde se merece: en el retrete. Pero siendo conscientes de que, como nos enseñó Frank Miller, “un váter siempre es divertido”. Aquí tenemos un ejemplo de cómo hacer bien un texto de esta web:
“No solo es cutre, sino que, además, es ideológica. Concretamente, muy roja. Los chistecitos fáciles de siempre contra el centro derecha y los católicos y sin ninguna gracia. No merece la pena ni piratearla.” (Diego)
La crítica, cortita para no hacernos perder el tiempo, deja claro de lo que va esta web: de ir a hablar de las obsesiones de cada uno. Lo cual, en el caso de nuestra peli, ha sido maravilloso, porque si tu taradez es el cine mierder, las críticas resultantes (y han sido bastantes) tienden a ser positivas.
Sobre vomitar sus propias obsesiones en esta comunidad van las aventuras literarias de nuestro onvre: Diego Quintero. Un venezolano cuya edad se me escapa, pero que el señor de Curiouscat me aseguraba que pasaba la treintena.
Lo interesante de bucear en sus más de mil quinientas críticas es que la mayoría están escritas ajustándose a la media de calidad de los textos de la web: esto es, repeticiones constantes, puntuación de mierda y abuso de las palabras claves habituales como “bodrio”, “pésima” o, entrando en el terreno de mamá-yo-quiero-ser-crítico, “deliciosa”. Daniel es, además, un onvre sincero: lo normal es que empiece con un ‘Me gustó’ o ‘Pues no me gustó’, lo cual lo pone por encima del otro tipo de usuario habitual de Cuñaoaffinity: el que se está entrenando para intentar colaborar en Fotogrumos con artículos infra remunerados.
Daniel se unió a Fistroaffinity en mayo de 2013 con un sueño: compartir su opinión sobre cine y televisión con todo internet. Y se presentó con la mirada inocente de un niño. En su primera reseña nos quería convencer de que, viendo un documental sobre el Circo del Sol, se había despertado al infante que lleva dentro.
![]() |
Daniel se presenta al mundo |
Pero la máscara se cayó más rápido que un bigote falso de Caramelos Paco. Tres críticas más tarde ya comentaba en esa oda a la subnormalidad humana que es ‘Prometheus’ lo que realmente le interesaba tanto como el cine:
“Por cierto, a los tíos cachondos, busquen un vídeo de la Noomi Rapece (sic) donde sale haciendo una escena lesbica (sic), le queda bien, da mucho morbo, vaya zorr@ (sic) lesbica (sic) resulto (sic) se las doctora Shaw”.
Dos días más tarde, totalmente desatado, ya estaba cagándose en todo lo cagable porque en ‘El lado bueno de las cosas cosas’ se dijera que un personaje es una lesbiana.
Cagándose. Algo muy importante en esta historia.
Pero no adelantemos acontecimientos. ¿Cómo continuó la trayectoria de Daniel Quintero?
Pues el señor puede cascarse cuatro o cinco reseñas al día. A menudo organizándose sus miniciclos. En gustos no suele adentrarse demasiado en cine clásico o cultureta, aunque sí curiosamente en cortos (algo, como veremos, muy importante para este artículo). En sus textos, como ya hemos visto en ese extracto anterior, exhibe el mismo desprecio por la ortografía que yo por un homeópata. Pero no es algo que me importe demasiado. Aunque no puedo dejar de señalar la fascinación que me produce su creencia firme repetida en varios textos de que la conjunción “e” se escribe con h. Creo que es la primera vez que veo semejante absurdez y, en otra persona, me causaría ternura. En otra persona. Porque Daniel es un homófobo hijo de puta, como veremos.
Estas tangentes no están tan presentes como podría pensarse en alguien con ese nivel de obsesión. Repito que la gracia de la OVRA de ente onvre está en que hay que bucear para encontrar las joyas. Eso sí: está muy necesitado de sexo. Porque sí que es más habitual su afición al Carlos Aguilarismo. Como ya expliqué cuando alabé ese gran libro de humor que es la mítica Guía del Video Cine, Aguilar tenía la simpática afición de despachar una peli en dos frases para acabar a menudo reseñando lo riquiña que estaba tal o cual actriz. Daniel es así, pero en modo berserker:
“El final es un espanto pero de lo mal (sic) que es y en fin, una película mala sin nada bueno que decir salvo la protagonista que esta (sic) muy cogible”.
“Y que bella es la Dakota, yo siendo Banderas dejo a la viejuja (sic… Y YA NO PONGO MÁS SICs, LEÑE) de la Griffith y me caso con la hija”.
Este tipo de optimismo reseñador lo pone en juego hasta en películas tan edificantes como ‘Nekromantik 2’. Sí: se le “ensució el alma y la mente”. Pero seamos positivos: al menos la protagonista le “pareció linda”. Supongo que cuando decapitaba a un tío al final. Todo amor y dulzura.
A menudo, películas con señoras que le erotizan elevan su puntuación. Un buen día puso ‘Ben Hur’ a caer de un burro, pero justo en la siguiente cantó las virtudes de ‘Acoso’: “(…) es una gran película, lo único que me hubiese gustado es que hubiesen mostrado un poco más de carne de la Moore, le hubiesen mostrado las nalgas y una toma bien porno, pero bueno, igual estuvo buena”.
Pero aquí no estáis para conocer a un simple salidorro que escribe regulero y se cree más inteligente de lo normal (excepto en lo que se refiere a mí, claro). Aquí estáis para algo realmente abisal. A ello:
Mirad este extracto de su anormalmente larga reseña de ‘The Fast and the Furious’, en la que se pilla el Buen Libro y se sube al púlpito con la cremallera desabrochada:
“(…) ahora en casi todas las películas y especialmente, las que van dirigidas a públicos adolescentes o adultos jóvenes, eso de poner lesbianas por todas partes o hacer referencias al lesbianismo ya cansa y a las mujeres debería indignarles.
En esta saga las lesbianas y las tomas subliminales sobre el lesbianismo, no creo que ayude en nada ni a la película ni a nadie, lo único que consiguen es denigrar la ya de por si manchadisima imagen de las mujeres modernas, siempre o casi siempre las muestran como objetos sexuales y decorativas que ciertamente, me dan asco, a mí las mujeres me gustan listas he inteligentes y bien heterosexuales, no mariconas haciendo mariconadas. Y una última cosa, en la película algunos personajes tratan de ofender o denigrar a otros llamándolos “maricon” o “putita” ¿Y se codean con lesbianas? ¿Es que eso tiene sentido? ¿Será que debo incivilizarme para poder entender todo eso? Y después vemos a las lesbianas feministas pegando el grito en el cielo cuando no se le complacen sus sucios caprichos de adoptar niños o peor aún, engendrarlos en laboratorios como ratas”.
![]() |
A ver si tienes gónadas de decirle eso a la cara a Michelle… |
Su obsesión con el lesbianismo se mezcla con el racismo en una crítica sobre la ignota película ‘Fatal Frame’ (si es que este artículo se escribe solo usando el corta-pega…):
“¿No y que los asiáticos no tienen alma? ¿Y de verdad existen escuelas católicas en Japón? En fin, me gustó esta película (…) Lo que no me gustó fue todo el lesbianismo que destila la película, se nota que tuvieron que hacerla con puras chicas porque no me imagino a un grupo de varones andar tan maricones como esas adolescentes pedorras, aunque eso es la moda actual, ser adolescente y ser lesbiana, bisexual o en su defecto, hetero curiosa o hetero flexible.” Eso sí, al final expresa su deseo de que “ojalá sean heterosexuales las japonesitas”. Para hacerles cosas. ¿Qué cosas? Vamos a ello…
Ya podemos imaginar que Daniel es muy pajillero. Lo cual no es malo. Amijos: desconfiad de la gente que dice no hacerse pajas. Estrangular a la serpiente o hacer de DJ con el taco son cosas bonitas y deseables para mantener el bienestar físico y emocional. Otra cuestión es el cacao que tiene este señor con el tema lésbico, como demuestra en su sabia apreciación de la rara película de Tinto Brass ‘Trasgredire’:
“Perdí la cuenta las veces que ponía esta película solo para masturbarme durante las escenas lesbicas entre la Carla y la Moira, menuda novia se gastaba el veneciano ese, algo que le tengo pánico es conseguirme una novia lesbiana, bisexual o hetero curiosa o flexible, que espanto. Y bueno esta cosa tiene algunas escenas cómicas, todo con tinte erótico,”.
Esa relación odio-paja que tiene este imbécil con el lesbianismo no indica nada bueno. Algo va mal en su cabeza. Algo que le impulsa a contarle al mundo en Filmaffinity sus fobias y filias masturbatorio-sociales. Pero este exhibicionismo puede empeorar. Oh sí. Mucho. Pero mucho…
22 de febrero de 2015.
Un día esencial para entender internet tal y como lo conocemos.
Daniel comenzó el día con una reseña en la que mostraba su conformidad con una miniserie de Leticia Dolera y, siguiendo la Máxima Aguilar (™), con la propia Dolera en sí. Luego, un maratón de cortometrajes: uno con Alexandra Jiménez (“preciosa”), otro con Manuela Vellés (“preciosidad”) y, como antesala de su Magnum Opus Literario, dos infantiles de Pixar, el segundo de los cuales era, por supuesto, “delicioso”. Pero no tanto como otras cosas que son más ricas y que le dan la SABOR A LA BIDA. Reproduzco verbátim:
Por ser como eres, de Álvaro Fernández Armero
No entendí nada.
4 puntos.
No entendí absolutamente nada, lo único que me gustó de este cortometraje es a Alexandra Jiménez que es una preciosidad y me la imagino haciéndose caca encima y me muero de morbo, me encanta esa mujer. Y que buena actuación de ella, aunque no entendí un carajo. Y yo con ella le aguantaría todas sus rabietas y hasta le limpiaría ese culito bello que tiene.
Bravo. Qué se le pasó por la cabeza a Daniel para que, tras dejarnos claro que odia a las lesbianas, que se pajea mucho y que los orientales no tienen alma, soltar esta maravilla del asco puro es algo que debería estudiarse en todas las facultades de psicología. Y de medicina. Y de arte. Joer, hasta de arquitectura. Debería ser asignatura obligatoria para que toda persona que quiera aportar su grano de arena a la sociedad recapacite sobre qué significa vivir en sociedad y democracia.
A continuación, nuestro onvre siguió a lo suyo. Con sus lesbianas, sus pelis que le gustan y que no, su odio a Chávez (aprovechó la reseña de la peli japonesa ‘Parásito’ para concluir con un firme “Hugo Chavez = Parásito.”) y su amor hacia Chespirito y el Chapulín. De hecho, él mismo nos dice que “(…) Para terminar, cuando tenga mis hijos que espero Dios me permita tenerlos, pienso ver todos y cada uno de los capítulos del Chapulín colorado con ellos, crecí viendo a estos personajes y quiero que mis hijos crezcan viéndolos igual que yo”.
Quiero estar en su cita en la que pida matrimonio a su futura mujer. Si es que lo veo:
“Cariño, vamos a ver una película”
“¿Cuál?¿Fast and Furious 9?”
“No, amor: tengo en mente una con una chica muy linda he inteligente dirigida por un gran realizador español. El que hizo ‘Los amantes del Círculo Polar’
“¡Oh! ¡Será romántica!”
“Oh, sí. Muy romántica. Te va a encantar el final…”
![]() |
Para ti será una metáfora contra el heteropatriarcado. Para Daniel ya tal… |
(Anexo: antes de que lo preguntéis: He comprobado que Daniel NO ha reseñado ‘Caótica Ana’. Voy a seguirle en Cuñaoaffinity porque ese día puede ser JLORIOSO)