Post fresquito veraniego: Las mejores versiones de ABBA (Parte 2)

Foto del autor

5
(3)

Tras una primera parte que cortaba el hipo, la digestión y las ganas de
vivir, vamos con la segunda entrega de las mejores versiones de ABBA. ¡Que el otoño aún no ha llegado oficalmente, leche! En esta
lista tendremos canciones muy conocidas y otras menos, pero en todas podremos
encontrar sordidez a raudales, y ello nos provocará gran vicisitud. ¡Al lío!

Summer night city
Esta canción es como las malas noticias: ¿queréis al versión larga o la
corta? La versión larga cuenta con un coro inicial y un golpe de violines que
dan taquicardia. La corta tiene un videoclip: luces que dan epilepsia, una
discoteca con máquina de humo que parece la caverna de una película de espada y
brujería, y unas escenas del amanecer en un yate. ¡Lujo sórdido y grandeza!
¡Chúpate esa, Joe D’Amato!

Ahora bien, sabemos que la atracción del METAL por ABBA es poderosa,
pero todo tiene un límite… o no. Therion, esa banda que versionaba canciones de
ye-yé francés, también se atrevió con el cuarteto sueco. El resultado, cómo no,
indica que cuando ABBA dice “I love the feeling in the air. My kind of people
everywhere” para hablar de una disco-caverna, Therion dice lo mismo para
ilustrar sus aquelarres mensuales de invocación a Nyarlathotep.

I’m a marionette
Esta canción era la última de un mini musical que Björn y Benny idearon
para la gira de ABBA en 1977. The girl with the golden hair contaba la historia
de una chica que, como Concha Velasco, quería ser artitta, lo lograba y se sentía mal porque la fama
no era lo que ella había esperado. A pesar de su original y poco trillado
argumento, de esta historia salió la conocidísma Thak you for the music. Pero
vayamos a la que nos ocupa. 

La canción rara, la que nadie conoce y mucho menos versiona. Bueno,
excepto Ghost. Esos tipos de cara pintada y que dan más mal rollo que unas
declaraciones en diferido de María Dolores de Cospedal acompañada de Cristóbal
Montoro vestido de fallera. Para colmo de males, escuchar la canción no
desgrava ni yendo con las pintas de Ghost a las oficinas de Hacienda.

Y que sepas que este año no te sale a devolver.

Intermezzo nº1
Hay que ser muy freak para conocer esta pieza, así os lo digo. Si ya la
conocíais, ¡enhorabuena! Vuestras calificaciones os hacen aptos para comer
doble ración de chope para merendar. Si no, tampoco pasa nada, porque vais a
tardar muy poquito en conocerla.
Lo curioso de este tema es que es el primero instrumental (que no el único)
de ABBA. Normalmente Benny la tocaba desatado en los conciertos mientras sus
otros tres compañeros se cambiaban de ropa, se echaban la siesta, se tomaban un
café, corrían la San Silvestre y volvían a tiempo para sentarse y reposar un
ratito antes de salir al escenario.

Mira que hay canciones de ABBA que, como hemos visto, cuadran con la
música heavy, porque son canciones metaleras en su esencia. Pues tuvo que
llegar Tommy ReinXeed y decir “No quiero las que escoge todo el mundo. Seré
original y novedoso, y así me ahorro cantar”.

¡Soy de un listo que enternezco!

El resultado es un despropósito que no pega ni con cola, pero a nosotros nos
parece muy bonito que Tommy fuera capaz de cumplir su sueño a costa de nuestras
neuronas.

Angeleyes
¡Qué intro más bonita tiene esta canción! ¡Qué energía, qué fuerza! Esos
violines mezclados con el sintetizador y las voces de coro de angelotes dan
tanto hamor que no es posible que no
pongáis vuestra epiglotis a bailar desaforada en cuanto escuchéis los primeros
compases.

Hasta que llega John Grant, y la diversión se transforma en una balada
depresiva crónica gafapáster. Disfrutadla, pero con lágrimas que rieguen las
rosas negras cuyas espinas hacen que se tiña de rojo el suelo bajo vuestros
pies. Si no, no es lo mismo.

The day before you came
Para mí, este tema es perfecto, maravilloso en su ejecución y en su
concepto entérico. ¿Cómo se puede expresar la llegada de un amor que mejora tu
vida y le da la vuelta por completo? En lugar de contar el cambio en sí (como
sería el caso de la cara B de Chiquitita, Lovelight), es un punto hablar de
cómo estaban las cosas antes de la llegada de ese amor. ¿Y cómo estaban?
Obviamente, no muy bien. De eso va la canción de ABBA, de lo horrible, insulso,
anodino y repetitivo que era todo antes del amor. De ahí el chispún machacón,
el casiotone en bucle y la voz monocorde de Agnetha. Por no hablar de esas
escenas eróticas de esa peaso de sueca rubia digna de un epíteto de José Luis López Vázquez y el actor feo de flequillo churretoso.

Si hay una versión bonita de esta canción, que no desmerece en nada a la original, esa es sin duda la de Steven Wilson. El espíritu depresivo del tema de ABBA se mantiene intacto, aunque la épica culebronil queda un tanto apagada por las guitarras. Pero no me negaréis que tras escuhar esto no queréis quedaros en el diván cual dama neurasténica decimonónica en una cálida tarde de miércoles.

Y con esto he cubierto el cupo de esdrújulas del post.

Anne Sofie von Otter le dio a la canción un giro interesante. En lugar
de hacerlo alegre, o de meterle chunda-chunda, o de convertirlo en un hijo de
METAL, le da la vuelta de tuerca perfecta para hacerlo aún más deprimente. Toda
la canción tiene un aire vintage. Por
lo tanto, el día de mierda sigue siéndolo, pero en el Berlín de 1945. Enorme.

When I kissed the teacher
Abandonemos ya las tristezas y amarguras del mundo, y vamos a algo un
poquito más llevadero, que para eso se ha terminado el verano, ha comenzado a llover y no sabemos
qué nuevos inventos nos depara el cambio climático. 
Esta cancioncilla que abría el disco Arrival es un himno adolescente en
toda regla. Posee todos los elementos para convertirse en canción cuqui de la
historia por encima de cualquiera de las de Jethro Tull o de Pepe el Trompeta.

Ser un perfecto tema para adolescentes solo te puede llevar a una cosa:
que te versionen chiquillos con granos y voz regulera. “¿Chiquillos?”, os
preguntaréis, confusos, “pero esta letra es más bien para chicas”. ¡Os voy a
demostrar que no es así! En primer lugar, siempre puedes cambiarle la letra y
convertirla en single de una boy band
francesa de los setenta, o un grupo de chavales que están buscando chapas p’al jaco, que viene a ser lo mismo:

Si esto no os convence, vamos con la segunda prueba: coged la canción
con su letra íntegra, haced una coreografía con pompones y una puesta en escena
de duchas comunes, poned a un coro de chorrocientos onvres que cantan de maravilla y, ¡listo! El perfecto tema
adolescente ha evolucionado a: EL PERFECTO TEMA ADOLESCENTE GAY. 

El hombre que no era ni es travesti aprueba esta versión


Lay all your love on me
Temazo del discazo Super Trouper que seguía con la estela discotequera, aunque con un poso de madurez que ya anuncia la posterior desolación y tristura infinita de The Visitors. Desde luego, la canción tiene potencia y casiotone, por lo que, aparte de que es de ABBA, tiene elementos suficientes para que nos parezca bien.

En este caso, las dos mejores versiones, a mi parecer, son hijas indiscutibles de METAL. Por un lado, la de Avantasia fue la primera versión de ABBA que escuché en mi vida, y le tengo mucho cariño. Por otro, la versión de Helloween es contundente y brillante. Ambas son perfectas para una canción que, en esencia, es un tema heavy (no tanto como Eagle, pero por ahí anda).

Dum Dum Diddle
Cuarta canción de Arrival, no demasiado conocida. Su intro de casiotone
desatado que suena a caballitos de la feria a doscientas revoluciones, el
título sin sentido, y la demencial letra sobre una chica que está enamorada de
un violinista, pero no le hace caso porque “you’re only similing when you play
your violin”, nos ponen las orejas rojas, pero de apludir. ¡Qué genialidad!

Ahora bien, el Dúo Flash se marcó un clon de combate con guitarras donde
la rima del estribillo no cuenta porque para qué. Lo malo es que pierde el
casiotone de la feria, lo bueno es que cambian Dum Dum Diddle por “Dam, dam,
dirididán, canción tan nuestra”. Porque una traducción al castellano puede
prescindir siempre de los determinantes artículos.

Arrival
El segundo y último tema instrumental de ABBA, que le da título a su
cuarto álbum. En realidad esta pieza se utilizó en las giras de ABBA como
música de fondo mientras el público se sentaba o se acomodaba como podía entre
el tumulto. 

Curiosamente, en los años 80, Frida decidió versionar el tema con
dos letras distintas en francés y en inglés, cantando a dúo con dos intérpretes
distintos. Como pienso que queda muy trapacero meter versiones de los
integrantes del grupo en esta lista, lo dejaremos aquí para que disfrutéis de
la original.

De casi todo sórdido que se precie es conocida la versión de Mike Oldfield,
que incluso se sacó fotos imitando y complementando las imágenes del disco
original de nuestros suecazos. Mike siempre ha sido un perfeccionista.
La quiero suecada, por favor

Sin embargo, la versión que epata las cejas y congela las nalgas no es
otra que la de Sara Brightman, una señora no tan sórdida como Kate Bush, pero
que tiene su punto místico molón. Sarah decidió interpretar el tema
con unos señores vestidos de monjes medievales, en latín y en medio de un palacio oriental
con un buda gigante de fondo. Primero, porque puede; segundo, porque mola; y
tercero, ¿por qué no?

Ring Ring
El primer intento de ABBA de ir a Eurovisión en 1973. Con el grupo
recién formado, la cosa no terminó de cuajar, pero ese fracaso les dio la
oportunidad de componer Waterloo y acompañar su éxito con un disco homónimo que
no tenía ni pies ni cabeza. Más adelante, la canción que nos ocupa volvió a
grabarse con arreglos de saxofón, y el cuarteto grabó un videoclip muy baratero
con una de las coreografías más vergonzosas que se recuerdan y un estilismo que
mezcla a los Vengadores y las Tortugas Ninja en una variante grotesca que me atrevo a llamar savoir faire.

Y en esto, llegaron Nashville Train, un grupo de Country cuyo disco de
versiones de ABBA es genial. En serio, no hay canción mala, y muchas de las que
versiona suelen ser desconocidas por el gran público. Ring ring es, en cierto
modo, la menos “country” de todas, y por eso resulta curioso ponerla en esta
lista.

As good as new
El tema que abría Voulez-vous, de nuevo con violines (como Angeleyes),
pero con un corte tan abrupto del casiotone que casi parece un corte de digestión.
Una canción que se mueve entre lo discotequero y lo cuquirruqui que da gusto.
Por cierto, todos sabéis que vais a acabar dando palmitas en el estribillo, así
que no os molestéis en negarlo. ¡Feck, que esto no es In&Out!

En los años ochenta, de nuevo apareció un clon de combate hispanoamericano,
porque en Gracias por la música no aparecen todas las canciones de ABBA
(gracias a Dios). Así pues, Arelys eligió un tema poco conocido, lo versionó en
español y se mostró al mundo con una coreografía que alterna los mejores
momentos de bedette de Norma Duval con el aerobic y las palmitas. El título de
la versión se tradujo como “Tan bueno es”. Y esa fe y confianza en el trabajo
propio a pesar del resultado es lo que nos conmueve.

Andante, andante
Otra canción de Super Trouper que no es de las más conocidas. Frida está
tan impecable interpretando esta balada tan íntima, tan madura… Qué queréis que
os diga, la verdad es que es preciosa y tiene un cierto aire a las canciones de
los años cincuenta. Muy potita.

Pero este post había que terminarlo con alegría y jolgorio, si no, para
qué. Hazell Dean sacó un disco de versiones de ABBA en 1996. Está bastante
curioso, pero lo principal es que es noventero hasta el extremo. No, no es deprimente,
plagado de videos en blanco y negro, ni va vestida de grunge. Es noventero,
pero de los otros; es decir, los que llevan chispunes, gorgoritos, frivolidad y
diversión. 

Esa es precisamente la grandeza de esta versión. “Andante” se
refiere al ritmo de la melodía, dentro de la metáfora de que el alma de la
protagonista desea ser tocada como un instrumento musical. Sin embargo, Hazell
decide que eso de “andante” suena muy latino, y convierte la balada años
cincuenta en una canción de ritmos caribeños que recuerda sospechosamente a
Gloria Stefan. Es demencial, con grititos, maracas, y alusiones que nos dicen
que no es precisamente el alma lo que la protagonista quiere que le toquen. En
resumen, una perfecta canción del verano sin verano. ¿A que mola?

Mención especial: Wing
¿Qué? La estábais esperando, ¿verdad? ¡Wing es nuestro broche de oro! Si
la versión de Dancing queen ya ha dejado de provocaros pitidos en el colon, no
os preocupéis. ¡Wing tiene un disco entero de versiones de ABBA! ¡Hay para
elegir!

Así pues, nos despediremos de nuevo con una versión de Fernando, que la
caja de música sabía a poco, y nos marcharemos con alegría. ¡Gracias, Wing, por
regalarnos estos momentos tan hermosos!

¡Y fin!

Siga al autor de ESTO en Twitter:

!function(d,s,id){var js,fjs=d.getElementsByTagName(s)[0],p=/^http:/.test(d.location)?’http’:’https’;if(!d.getElementById(id)){js=d.createElement(s);js.id=id;js.src=p+’://platform.twitter.com/widgets.js’;fjs.parentNode.insertBefore(js,fjs);}}(document, ‘script’, ‘twitter-wjs’);

Vota esta publicación

¡Haz click en una estrella para puntuarla!

Puntuación media 5 / 5. Recuento de votos: 3

No hay votos hasta ahora! Sé el primero en calificar esta publicación.