Los discos con valores: Anexo 2 (de 2)

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Tras el impresionante y glorioso desinterés general con el que se acogió el primer anexo a nuestra mítica Lista de Discos con valores (partes 1, 2, 3 y 4), volvemos con los siguientes 25 discos escogidos por Vicisitud, Marlow, Cava Baja, Paco Fox y, sí: hasta uno CD de nuestro último fichaje, Guille Stardust. Con esto completamos un apéndice que es la mitad de largo que la lista original. Más que un apéndice es un tercer brazo funcional que puede dedicarse a eso que el ser humano siempre ha necesitado: poder rascarse las pelotas mientras escribes artículos de blogs con las otras dos manos.

A ello. Releed si es necesario de qué va esto aquí (a veces las introducciones son más interesantes que el cuerpo de los artículos de V&S) y, otra vez, sin ningún orden determinado:

25.- John Boswell: Symphony of Science
El autotune debería ser para nosotros el invento del diablo. No porque ayude a pasar por cantantes a gente con talento mediocre, sino porque nos impide disfrutar su pureza sónica y morir así de vergüenza. Desde que existe, ya no es necesaria la existencia de operaciones como Milli Vanilli o C&C Music Factory (también se rumoreaba de Baltimora, pero no está confirmado por el simple hecho de que a nadie le importa ya) que tanto nos gustan. Menos mal que nos queda internet para escuchar gente realmente particular como Los Putos Amos o Flos Mariae (también en esta lista)-

Sin embargo, desde hace unos años se ha estado utilizando para hacer cantar a personalidades. Eso tiene su gracia, pero fue John Boswell quien se curró un disco con la gente a la que de verdad queremos escuchar: científicos de la hostia. Gente que admiramos por molar y al mismo tiempo hacer avanzar la civilización. Nuestro día a día musical está lleno de canciones de amor, desamor, reivindicación social y, si eres fan del Black Metal, necrofilia. No seas fan del Black Metal. Enterrarse en la tierra para saber qué se siente estando muerto es una idiotez. Sobre todo porque cuando estás muertos sientes lo mismo que antes de nacer. Que como dice Richard Dawkins en ‘The Greatest Show on Earth’ (libro y canción de Nightwish que no entra en la lista por poco), ya está bien de quejarse por nuestro inevitable fallecimiento si la mayoría de personas ni siquiera han nacido y muchos menos han probado el Irn Bru.

Lo mejor de todo del trabajo de Boswell es que consigue canciones con sentido poético tomando extractos aislados y, encima, con unos arreglos de la hostiaputa. Y Carl Motherfucking Sagan, señor que demostraba que una persona enterica puede ser un tratado de molarología..

Por: P.Fox

24.- SJK: Santa Justa Klan

He arreglado la portada.

Nunca un Klan hizo tanto daño desde el Ku Klux. Estos cuatro pipiolos lo tenían todo; el apoyo de una discográfica, una serie que les respaldaba, un gordo con apodo y eran jóvenes y guapos. El camino al éxito estaba asegurado, no pasa un solo día en que Canal Fiesta Radio no nos deleite con “A toda mecha”. Sin embargo, sus éxitos más punk han pasado desapercibidos por el común de los mortales. Todos hemos tenido un amigo mayor que no acepta su edad y usa expresiones como dabuti, colegui, pibita o yavestruz. SJK dio a ese señor con crisis de mediana edad la oportunidad de ser quien siempre había querido ser, el eterno adolescente, el Holden de El guardián entre el centeno en una banda de Möbius, el letrista de SJK. Y es que sus letras están plagadas de referencias a la adolescencia pajera. Voy a centrarme en su primer disco SJK, puesto que el segundo, he de confesar, me ha enamorado con esta canción (he aquí un claro ejemplo de la ley de Poe, nunca sabréis si sigo siendo sarcástico o no)

Voy a pasar de largo del single “A toda mecha” porque claramente es un producto de discográfica como “Yvan eht nioj” de Panda a tope. Para mí las joyas son “La profesora de inglés”, con frases como “Qué mala está la vida / La vida está fatal / Porque ya me he gastado / La paga semanal / Pero qué buena está la profesora de inglés / Cada vez que la veo la baba salpica mis pies”. Estoy dando palmadas lentamente ante tamaña muestra de crítica. Esta letra compuesta hace más de 12 años (te sientes viejo y lo sabes) es una profecía de la crisis que azotó Europa en 2008 ¿a quién no le sobra mes al final del sueldo? (acabas de imaginar a tu cuñado en navidad, respira profundamente, ya pasó) y vaticina a Macron, ese adolescente que cumple el sueño aspiracional de muchos tarados de zumbarse a su profesora del instituto, caso especialmente preocupante el de un amigo, ya que además de profesora era su madre. Con “Metrosexual” critican al hipster, aunque allá por 2005 no existía el término, y a la gentrificación (concepto que ya se ha gentrificado de tanto usarlo). Gente que prefiere sushi a los callos, shiatsu al futbol y toman gin tonics que parecen ensaladas mixtas, son los Nostradamus de la cultura pop. Por último, como referente punk al más puro estilo Sex Pistol tenemos “Me pica”: “Me pica mucho, me pica / Y cuanto más me rasco, más me pica. / Empollando y estudiando, por la tarde repasando / entre libros y cuadernos, no me explico lo que siento. / Es un picor, es un dolor, un escozor, algo peor / Corre, corre y me recorre, me recorre, me recorre.”. Un bonito alegato a la masturbación y que explica mejor que ningún Bob Dylan la paja de “porque me aburro”. Por todo esto están en esta lista y por unas letras atemporales, políticamente incorrectas y que reflejan una juventud que siempre estará de nosotros, como la cocaína en las fosas nasales de Rivera.

Por: Guille Stardust

23.- Juan Pardo: Qué tienes en la cama

Entre otras cosas, Galicia ha servido siempre como referente y guía de ejemplos de la más pura onvría en todas sus facetas. Dos de esos grandes ejemplos son Yulio Iglesias y el padre de Vicisitud. El tercero, cómo no, es Juan Pardo.

Una vez que este SEÑOR había triunfado en toda España y parte de Albacete con “Bravo por la música” y “Caballo de batalla”, su siguiente paso debía ser medido y mesurado para seguir en la cresta de la ola. ¿Cómo lo hizo? Muy sencillo. Haciendo un disco de batiburrillo de estilos e influencias donde se le fue la perola hasta el infinito y sacó a la luz su faceta de onvre y artitta.

Porque no nos engañemos, un ente que puede mezclar en un mismo disco versos como “Duermo en un armario y renazco cada día”, “Voy buscando a ciegas el amor prometido. Soy el último romántico que has conocido”. O rimas tan jloriosas como “Un pie en la realidad y otro en los sueños. Ayudadme, de verdad, que esto es muy serio«, merece por completo nuestro aplauso.

Un ser que colabora con Mari Trini con abrigo de visón para cantar ese himno que es “Dos locos”, y que se pone una chupa de cuero con tachuelas esgrimiendo una Stratocaster como la del “Brothers in Arms” para cantar una ranchera lentora; un coso con esa barba, esa cadena de oro y esa sortija en el meñique, nos demuestran que este disco es una Ovra Maestra de la sordidez que todos debéis hamar. ¡Feck! Si incluso los Ramnstein pueden eructar “Te quierrrrro puta”; pero Juan Pardo prefiere acompañarse de los Chunguitos y soltar “Hay que sufrir un poco para darle más valor a lo que tienes en la cama”.

A pesar de todo, lo que otorga a este álbum la categoría de Opus Magnus de la vicisitud es la canción que cierra este festival de locuras: La puerta.

Un temazo de doce minutos completamente hecho EN SERIO donde se mezclan coros, movimientos orquestales, partes recitadas en la línea de “Madre, soy cristiano homosexual”, pero hablando de “quiero follarte entre sábanas de seda rosa”, gritos heavys diciendo “Haaaaaaaaaaayyyyy, hay hay… UNA PUERTAAAAAA”, para acabar con ritmo de casiotone y coda de piano. Os juro que hace llorar hasta por las axilas y aplaudir hasta con el alto carallo. Magistral.

Por: C.Baja

22.- Kate Bush: The Sensual World

¿Como no voy a querer a Kate Bush? No solo ha demostrado que una munhé puede hacer música prog buena; no solo ha demostrado que una munhé guapa puede hacer música prog buena; no solo ha demostrada que una munhé guapa con voz de perturbada puede hacer música prog buena; sino que ha demostrado que una munhé guapa con voz de perturbada puede hacer música prog buena y colarla en las listas de superventas del Reino Unido con cada disco. Quicir: ¡cae bien hasta con la gente normal! Y esto a pesar de tener canciones con unas temáticas aparentemente demasiada raras para los 40 principales: literatura gótica, pelis de la Hammer, Wilhelm Reich, leyendas artúricas, masturbación, incesto, y un largo etcétera.

Las letras de este disco son iguales de dementes: van de Hitler intentando ligar en un baile (lo cual demuestra la falta de documentación de Kate), de su señor padre intentando enseñarle a nadar; del punto de vista de un cohete en un espectáculo de fuegos artificiales; y del viejo pervertido coprofilo, James Joyce. Kate juntó a cantantes tradicionales balcánicos (os conté que me gustan los trios: en este caso el Trío Bulgarka), gaiteros tradicionales Irlandeses, el gordinflón David Gilmour de Pink Floyd, el barbudo compositor de bandas sonoras Michael Kamen, el andrógino bajista de Japan Mick Karn, músicos clásicos, el guitarrista de Level 42, su pareja, su hermano y su  señor padre e hizo un disco adorable.

La canción que da título a la ovra hasta incita a la gente a… ¡foshar!

Por: C. Marlow

21.- Atchon Burike: Cuatro temas hard-ñoño

Un onvre muy pedante que conociera una vez me dijo una verdad incontestable: todo artit-ta que se precie debe, todos los días antes de irse a dormir, escribir algo que le avergüence MUY, pero que MUY, profundamente. Acto seguido, lo romperá en pedazos.

Paco Fox, a lo largo de los años, cual Santiago Rouco de la vida, fue acumulando el equivalente musical a esos pequeños textos. Que, pasado el tiempo, decidiese que había que hacer público ESO, ya es un valor en sí mismo. Que, emulando nuevamente a Rouco (número cuatro de la lista de los discos con valores, no lo olvidemos) lo quisiese presentar al público “profundamente bien” contando con la ayuda de un señor músico en los arreglos, ya era un nuevo valor: el arrastrar a la gente respetable a las simas inconfesables de la vergüenza ajena.

Pero todavía había más: para cerrar el círculo e incluir esto en la lista de discos con valores ¿qué habría mejor que amenazar a un servidor de ustedes con “si no me haces la reseña te verás obligado a escuchar las demos”? Acojonado por la perspectiva, le di play al tema ‘Boreas’ ¡y cuál no sería mi cabreo al descubrir que la tía que salía de thumbnail en youtube no se empelotaba, sino que era un cuadro Prerrafaelita que se quedaba tó quieto!

Tema tras tema me escuchaba el equivalente auditivo a las poesías de preadolescente hechas por un pequeño petit suisse con canas. Y pronto vi que todos los aspectos que les he relatado antes hacían trascender los temas de Atchon Burike más allá de la dimensión sublime de música para ascensor. Porque hablamos de un ascensor en el que te practican colonoscopias a traición mientras que, disfrazado de elfo, intentas pagarle Fantas a una diosa pelirroja. Y creo que eso es algo que jamás se ha hecho. O, si se hizo antes, yace en pedazos en una papelera.

Por: V.Cisitud



20.- Andrew Powell: Ladyhawke OST

Posiblemente la banda sonora más vilipendiada de la historia del cine. Estamos hablando de un mundo en el que existen partituras de música de sítara compuesta por George Harrison, canciones de Donovan que narran los créditos, lo que sea que hicieran Tangerine Dream y, como no, porno con música de Mike Oldfield metida a capón. Pero nada recibe más odio que esta partitura del orquestador de los discos de Alan Parsons Project. Ni siquiera ‘Cool As Ice’.

El motivo está claro: nadie recuerda con cariño la peli de Vanilla Ice, pero todos sabemos que la de Donner sería una obra maestra sin mácula de no ser por la música. ¿Verdad?

¡NO! Es memorable, romántica y, lo más importante, con dos cojones. El público se queja de la presencia de sintetizador en una película medieval, pero la verdad que la mayoría de los instrumentos de una orquesta sinfónica TAMBIÉN serían anacrónicos. Por no hablar que la mayor parte de la partitura es, de hecho, música orquestal e incluso, esta vez sí, medieval. Pero lo más importante, en un mundo de Junkies XL, Giacchinos y Hans Zimmer pensando que con dos notas para un tema ya va sobrado, es memorable.

Echo de menos las músicas memorables en las películas. Mucho.

Por: P.Fox

19.- Carla Bley: Escalator over the Hill

¡Me gustan los trios!

Probablemente el primer triple disco conceptual de la historia, y el disco más conocido de la jran Carla Bley, porque, si bien este es poco recordado, sus demás discos son de hecho totalmente desconocidos. Los críticos suelen decir que EOTH es un híbrido ambicioso de jazz, rock, country, cabaret, música clásica e de influencia India con un libretto impenetrable para todo el mundo excepto su autor, el poeta Beat Paul Haines. Un servidor suele decir que es un híbrido ambicioso de alcohol, marihuana, LSD, heroina, peyote y anfetaminas con un libretto impenetrable incluso para su autor, Paul Haines. Para intentar explicar la trama, Bley y Haines decían que es una ‘chronotransduction’, que, en inglés, significa…nada. Pero tiene muchos momentos espléndidos gracias a Bley, Karen Mantler, Don Cherry, Linda Rondstadt y, especialmente, Jack Bruce, cantante y bajista bajito psicópata escocés (valga la redundancia) de Cream.

Por: C. Marlow

18.- Therion: Les Fleurs Du Mal

Un grupo de metal que mezcla coros de invocación a Cthulhu, un señor que gruñe a ratos y una soprano lírica. El líder de dicho grupo es un firme creyente en la magia en la estela de un Aleister Crowley de la vida. Su estética incluye levitas y monóculos; además de parafernalia militar y reinterpretaciones de arte clásico, sobre todo decimonónico. No tendría por qué llamar la atención que sacaran un disco con el título de una de las grandes obras de la perversidad universal…

Si no fuera porque, evidentemente, no tiene nada que ver con Baudelaire.

Se trata de un disco de versiones de las canciones más populares del ye-yé francés. Creedme, nunca habéis escuchado “Poupée de cire, poupée de son” tal y como lo versionan estos seres. Sumadle la gran idea de coger el “Initials BB”, que Serge Gainsbourg recita con voz de hombre derrotado por la droga, y ponerle un videoclip con jamelgazas vestidas de nazis en zeppelines, y la genialidad está servida.

Ante la magnitud de los hechos y el dolor testicular, desde este humilde vlog solo tenemos una cosa que decir:

Por favor, señores de Therion, necesitamos lo mismo con versiones de Los diablos, Fórmula V y, por supuesto, Los brincos. Ahora hemos descubierto que tenemos algo con lo que soñar por las noches sin mojar la cama de… pipí.

¿Dónde están esos ultras de Change.org cuando se les necesita?

Por: C.Baja

17.- Dave Greensdale y Patrick Woodroffe: The Penthateuch of Cosmology

El disco se llama “El Pentateuco de la Cosmología”. Sólo eso lo convierte en una inmensa jrandeza. Pero es que además hay dos elementos esenciales: música loca y presentación.

Lo de ‘música loca’ se puede intuir si conoces la obra de Greensdale, uno de esos teclistas de grupos de progresivo de tercera que sólo se recuerdan hoy en día porque las portadas se las hacía Roger Dean. De estos aficionados a hacer que los sonidos de sus sintetizadores so pudieran reproducir por una orquesta de labriegos sudorosos haciendo música con sus sobacos.

Pero lo mejor es que es un disco doble conceptual de ciencia ficción. Con su historia escrita y dibujada por uno de los mejores ilustradores del género de los 70. Es de esos discos que hay que pillar en formato grande e ir leyendo mientras escuchas la hora y media de música. Sí: he dicho leyendo. Porque mirad a lo que nos llevaron los excesos de las presentaciones de vinilo del progresivo:

Efectivamente: por esto sí que vale la pena pagar y no por una reedición de Belle & Sebastian con un señor feo sobre una portada virada a verde.

Por: P.Fox

16.- OBK: Antropop

El año dos mil representó la entrada de OBK en el Olimpo del nasal-techno-pop mundial. Con Antropop, nos enseñaron uno de los valores básicos para la ffffida: La filosofía profunda de discoteca.

Porque tú puedes ir al bailoteo y al jolgorio y, al mismo tiempo, resumir tu ideología con argumentos de autoridad como “No porque no” o “Tú sigue así”. Que más parecen los argumentos de tu madre no dejándote salir a esa misma discoteca en la que cantas temas como “El cielo no entiende” recordando La vuelta ciclista. Un icono de la modernidad con toques de cosas de toda la vida. Parece fácil, pero esta Ovra de Arte Conseptual consagró a OBK como los Antropopes (ja-ja-JA) de la música moenna, y es del todo irrepetible. Prueba de ello fue que su siguiente disco se llamó “Extrapop”. Y no, hamijos. Una vez creado el título perfecto, no esperes que el Hada de los Nombres de LP’s vuelva a tocarte la pituitaria con su varita. Puede que alguien lo haya conseguido, pero no tengo registros de psiquiátricos a mano para comprobarlo.

Por: C. Baja

15.- Mf Doom: Mm…Food

El rapero más variado y valiente de los últimos años. MF DOOM es un fanático de los tebeos de Marvel, provocar a los racistas – hacen falta guts para hacerlo en EE.UU sin un ejército de guardaespaldas,  y hasta meterse con sus propios fans por mandar a otros personas a actuar y fingir ser él en directo.

Sus ovras suelen ser más siniestras y políticas, pero sus disco conceptual sobre la comida nos sorprendió por ser gracioso, ligero y hasta casi ñoño. Aún asi, y aunqye no va a convencer a Paco o a Vicisitud de las bondades del rap, PAMMG:

Por: C. Marlow

14.- Tuomas Holopainen: The Life and Times of Scrooge

Un disco del Huolo… Hulop… Jilop… DEL DE NIGHTWISH, CARALLO

Ese Scrooge es, para los que no estéis familiarizados con la cultura infantil anglosajona, el Tío Gilito. El pariente del Pato Donald y, para que lo entiendan los millenials, el Señor Burns original. ¿Quién haría un disco conceptual sobre la vida del Tío Gilito? ¿Enrique y Ana? ¿Rebecca Black? ¿Hilary Duff? ¿Emilio Aragón?

No: El líder de Nightwish. El mejor grupo de chochi-metal, ese género tan injustamente menospreciado. Un señor que nos tiene que caer bien porque evolucionó poco a poco al puro progresivo metiendo incluso gaitas sin parar en sus últimos discos. Como debe ser. Dado que en sus discos del grupo el teclista abordaba ya temas bien seriotes, para su aventura en solitario decidió ir a homenajear sus tebeos favoritos de la infancia y su ilustrador preferido, Don Rosa. Es como si a los de Warcry les diera por hacer un disco conceptual con Peyo sobre la épica vida de Papá Pitufo. LO MISMO.

La gracia, claro está, y el VALOR es que no hay comedia ni ironía. Va totalmente en serio. Trata al personaje con respeto como si fuera Miguel Strogoff. Al Tío Gilito. Y por eso amo este CD y la vida así en general.

Por: P.Fox


13.- Richard Wright: Wet Dream

Con Pink Floyd, la gente suele dividirse en tres bandos: los sórdidos – que son talibanes de Rogelio Inodoros; los normales – que son más partidarios de David Gilmour; y los adoradores de la pobre víctima de esquizofrenia y L.S.D.  whimsical Syd Barrett – los subnormales.

Sin embargo, hay un cuarto corriente muy minoritario: los teclistas de buen gusto pero nada virtuosos –  un servidor, entre otros (pocos) – que encontramos en Richard Wright nuestro modelo de sutileza eficaz y atmósfera etérea.  Hasta que pillamos su primer disco en solitario que da vicisitud desde su título absolutamente Spinal Tap, que significa «Sueño Húmedo». La cosa empeora cuando damos cuenta que es una especie de disco semi-conceptual (¿semen-conceptual?) sobre las dificultades con la pareja mientras uno vive entre su yate privado de lujo en el Mediterráneo y su mansión en una isla Griega paradisiaca. Que si, que resulta que the sensitive one de Pink Floyd fue el primero en entregarse al Dillingerismo de lo duro que es ser músico muy rico y sus fantasías masturbatorias, años antes de  «The Wall» y «The Pros and Cons of Hitch-Hiking» de Rogelio. Pero el enfado de Waters con Wright fue a causa del rechazo de Wright a contribuir sus prometedoras ideas musicales a la composición de nuevas obras mayores de Floyd y no guardarles para un solo album vago que parece más una serie de maquetas nada desarrolladas. Que si, resulta que «Wet Dream» es, a la vez, el precursor de «The Endless Rip-Off,» el disco más vergonzoso de los Floyd, aunque Wright no necesitó desenterrar las canciones de un compañero  muerto, cuarto productores, docenas de mercenarios y 20 años para la creación de su propio disco decepcionante, aunque, eso sí, los dos discos tienen portadas malas gracias a Aubrey Powell, y letras malas gracias a las parejas, pero gana «Wet Dream» por tener unas melodías buenas:

Por: C. Marlow

12.- Vainica Doble: Taquicardia

Más de una vez he dicho ya por aquí que adoro a este par de munheres. Porque comenzar con una nana para un niño inseminado, seguir con un temazo de casi siete minutos sobre las fantasías sexuales de un ama de casa que, de pronto, mete un redoble de tambor gritando: “NO PUEDE SER. SE ME QUEMÓ EL PASTEL”, para luego añadirle un movimiento de unos cuatro minutos porque sí, es una puñetera genialidad.

Vainica Doble son un emblema de feminidad inteligente y sutil, que se combina con una delicadeza exquisita y momentos de gran vicisitud que dan a este disco el estatus de Magna Ovra. A veces hacen juegos de palabras: “Tejiendo redes, enredando inventos, inventando líos, liando cuentos”. A veces cantan como si entonaran un salmo: “Tira los cuentos de hadas que en esta vida no te sirven para nada y te hacen mal. Abre el cofre del tesoro, que vuele la pluma del ala de un ángel entre la espuma de ola japonesa, y al filo del alfanje de un rey moro ruedan las cabezas de princesas. Canta el canto del hombre lobo; el llanto del cocodrilo. Ponte el manto del rey de oros”. Otras veces están hasta el moño de la vida y dicen: “Como el gato de Polanski, me convierto en mierda”. Y luego lo acompañan todo con arreglos orquestales, golpetazos de piano, saxofones, movimientos instrumentales… ¿Qué más puedo decir?

Ah, sí. Una cosa. Si alguien os para por la calle y os dice “Quisiera ser leucocito y navegar por tus venas, como si fuera un barquito bogando en la mar serena”, no lo dudéis. Esa persona tiene un problema psiquiátrico y, además, ha conocido el poder de Vainica Doble.

Por: C. Baja

11.- Dog Police: Dog Police

Hoy en día todas las series han de ser SERIAS, IMPORTANTES y con al menos 6 de cada 10 horas dedicadas a relleno de gente hablando en parejas. En otra época mejor y más gilipollas, los canales americanos se lanzaban frotándose las manos cual cura en un orfanato sobre cualquier idea que les pareciera bien. Y habida cuenta de que la cantidad de estupefacientes que se consumían en los 80, ‘bien’ significaba lo que vieran o leyeran una noche a las 4 de la madrugada tras haber sido azotados por una dominatrix. De ahí tuvo que surgir la idea de adaptar un videoclip amateur de la MTV en un piloto. El vídeo fue éste:

Si no estáis enamorados de esta obra maestra del audiovisual, es que no tenéis corazón y sí un nivel poco recomendable de cordura. Naturalmente, los autores de esta gran pieza tuvieron que grabar un LP entero tras su éxito novelero. Obviamente, lo que alumbraron fue una total innormalidad. Esto es: que todo lo que rodea a la historia de este disco-banda-accidente mental con víctimas es una cumbre de los valors: canciones sobre citas con perras humanoides estropeadas por policías perros, un piloto con Adam Sandler y Jeremy Piven, haber sido lanzados por Weird Al, teclado de mano (el segundo instrumento más BELLO en existencia), singles sobre enfermeras transexuales o bossanovas a lo Richard Cheese sobre política.

Por: P.Fox

10.- Art of Noise: The Seduction of Claude Debussy

Disco conceptual del 99 que finge ser la banda sonora de una peli ficticia sobre el compositor de música clásica, Debussy, que aún no ha sido rodada. ¿A que no suena nada prometedor? ¿Y si os digo que mezcla ovras de Debussy con hip hop, opera, un narrador y el temido genero drum ‘n’ bass da aún más miedo, a que si? ¿Y si recordáis que Art of Noise fue una pandilla de inútiles que hicieron horribles versiones de Prince con gentuza como Tom “Sirena de Niebla” Jones en los 80, os quito las ultimas ganas de escucharlo?

Pero, cual Mowgli con la serpiente aquella amanerada de la versión animada de “El Libro de la Selva,” os pido que confiéis en mí. El original jefe de la banda había vuelto para despedir a los inútiles, y tal Sheriff fue nadie menos que el jran gafotas (¿jafotas?), Trevor Horny – si, si, el de los Buggles, el mejor cantante de Yes, el mejor productor pop vivo, y el onvre responsable de nuestras filias sexuales. Y su alineación del grupo incluyó a Anne Dudley, la compositora de las excelentes bandas sonoras de “American History X,” “Full Monty,” “The Crying Game,” y dramas de Paul Verhoeven – filmes con ninguna conexión entre sí excepto que salen primeros planos de pollas, que es lo que da calidad a las películas. También salió Rakim, candidato fuerte para el título de mejor rapero del mundo; la soprano de ópera Sally Bradshawe, que ha cantado con favoritos nuestros como los cachondos KLF, Pet Shop Boys, Mike “Prog” Oldfield y Marc “Gaycidad” Almond. But that’s not all: además el guitarrista fue Lol Creme, con nombre de pornstar jocoso, pero director de videoclips geniales y perpetrador de “Consequences” (en el Anexo 1 de esta lista). Para colmo de nuestros orgasmos, el narrador fue el mejor actor del universo – John Hurt.

¡Y la musica es buenisima y el ambiente es mágico!

Por: C. Marlow

9.-  Future World Orchestra: Mission Completed

El dúo ochentero experimental que no le tenía miedo al futuro, sino que quiso mostrárnoslo. ¿Y qué pasa cuando un ser humano de los 80 intenta enseñarnos qué es el futuro?

¡Ay, yo lo sé! ¡Hacen un Delorean con un condensador de Fluzo!”… Lamento deciros que, de pensar así, habéis visto poco cine colonoscopia. Cosa que aplaudo y me parece una opción vital muy respetable con la que podréis mantener conversaciones normales e, incluso, tener amigos (no, imaginarios no valen).

Pero por otra parte, el futuro en los ochenta suele representarse como una cosa raruna cargada de casiotones, música electrónica que se lo cree más que el propio grupo y trajes maravillosos por lo imposible. Esa es la faceta que los Future World Orchestra quisieron difundir gracias, en parte, a su bigotón de Schrödinger, que da virilidad y gaycidad al mismo tiempo; y…

Bueno, y a que siempre es más que idóneo escribir una canción de seducsión con una letra rancia que haría templar de emoción a la próstata de Bertín Osborne, donde parece que la cita perfecta es invitar a tu churri a una cena romántica con un armatoste de doscientos kilos que suena como un organillo en San Isidro mientras tu colega os mira poniendo cara de pederasta.

VALORS

Por: C.Baja


8.- The Kinks: Soap Opera

Ray Davies era un señor con un talento melódico tan descomunal que, a su lado, Paul McCartney parecería… el Paul McCartney que grabó ‘McCartney 2 – (Cádiz 0)’.

Por eso la mejor manera de definir a los Kinks sería como “El grupo de megaéxito que menos éxito tuvo de la historia”.

Y esto es así por un sencillo motivo: Ray Davies, pese a poder haber compuesto diez de las quince mejores cancioncillas que conociese el género humano, decidió que busca respetaría el momento en el que le tocó vivir. Frente toda la contracultura sementera, Ray se comportó como un perfecto snob inglés que tanto despreciaba el hipsterismo (ahí está la inmensa ‘Dedicated Follower of Fashion’) como la modernez (‘Waterloo Sunset’). Lo cual le convirtió en un apestado al que no se podía ignorar al 100%, porque… ‘Lola’, ‘You Really Got Me’… ya saben.

Ray, ante todo, era la apoteosis del individualismo – ahí está su burla hacia los sindicatos en ‘Get In the Line’ – pero que NO podía ser nunca un capullo liberal randiano, ya que eso implicaría creer en superhombres capitalistas, y Ray era demasiado snob como para darle la razón a ningún bando. Así, en este absoluto ensimismamiento, Ray decidió que, a partir de un momento, TODO lo que hiciesen los Kinks serían… ¡discos conceptuales! Por supuesto, como gusta en ente vlog, con historias cada vez más demenciales. Y con lo mejor que se le puede exigir a un disco conceptual: que la canciones, a fuerza en empeñarse en ser útiles para la historia… ¡¡¡sean todas una puta mierda!!! (es divertidísimo escuchar reediciones Deluxe de The Kinks en la que las demos, temas inéditos o caras B aplasten a las del disco original).

Dentro de estas dinámica histérica y autodestructiva, Ray Davies tocó el cielo (o fondo, según cómo quieran mirarlo) con su disco ‘Soap Opera’. Podría molestarme en narrarles el argumento de enta ovra, pero creo que no estaría a la altura de la actuación que Ray dio en la televisión británica, acompañado de un grupo de actores, para poner en escena ese disco. ¿Lo mejor de todo? sin duda alguna, ver como Ray estaba más interesado en cebolletear con las muchachas que molestándose en entonar.

Ayer, hoy y siempre, Ray Davies nos demostró que el éxito, el reconocimiento, el decoro, el… prácticamente TODO, son engaños que el mundo nos pone para desviarnos del recto camino de la sordidez. Pero él fue más fuerte.

JRACIAS.

Por: V.Cisitud

7.- José Luis Perales: Nido de águilas

Los lectores habituales serán conscientes de mi amol por señor de Cuenca con pinta de señor de Cuenca. El mayor sacrificio que he hecho nunca por ellos fue analizar toda su discografía. Una afirmación que lleva mucho peso teniendo en cuenta el trabajo que llevan los Videofobias y que hasta hemos hecho una película. Pero lo  cierto es que nada es comparable a escuchar todos los discos de José Luis mientras estaba en el velatorio de mi abuela (true story). Así que permitidme que repita lo que dije de este LP con un bonito copypaste:

“Perales es feliz, como demuestra su foto de portada en el mejor estilo Ciudadano Soberano. Así que, en busca del chingle que pueda hacer que su anterior éxito masivo tuviera continuidad, se marca un ‘Te quiero’ épico y jovial al mismo tiempo que viene a decir algo así como ‘Años 80: Yo no te gusto y vosotros no me gustáis. Pero voy a ser vuestro referente’.

La alegría romántica del disco queda también perfectamente representada en los arreglos de ‘No soy uno más’. Lo que en los 70 hubiera sido una canción lánguida con unos violines y punto, aquí se transforma como Optimus Prime en una brutalidad con unos disco-violines y un ritmillo galopante de batería que parecen producidos por Alan Parsons con las neuronas convertidas en una masa de caldo primigenio debido a echarse la laca de Luis Cobos.

Pero la locura más cercana a los Petersellers que al propio Perales se establece definitivamente en el quinto tema, ‘Pequeño Superman’, que me fascinaba de pequeño con su intro estilo banda sonora de ‘Puma Man’, su cita a los Bee Gees y su estribillo a lo disco de Los Pitufos:

Viste como quieras, toma Coca Cola,
vuela por Iberia a Nueva York.
Fúmate un Malboro, tómate un Martini,
viste Cimarrón.

No, en serio:

La cosa sigue de delicia sórdida (saxofón) a vicisitud supina (esos sonidos de organillo de fondo a lo ‘Six Wives of Henry VIII’ en ‘Ella y él’ y ‘Por ti’), en el disco de Perales que suena más a Parchís, a pesar de la queja que se marca al final en una de sus canciones más impresionantemente chungas:

Es la verdad de nuestra profesión / hay que vivir siempre de buen humor / hay que cantar poniendo el corazón / pero a quién le preocupa en realidad si eres feliz o no.
Por: P.Fox

6.- Frida: Something’s Going On

Año del Señor de 1982. ABBA, ese grupo que se lo ha dado todo a la elegancia hortera y a la armonía ñoña de construcción impecable, se está yendo al carajo. Los divorcios de sus parejas integrantes han hecho mella en la moral de los suecos de oro, y sienten que es hora de dejarlo estar.

Frente a esto, un flequillo color rojo coche que intenta emular una cresta punky se alza hacia el horizonte, y decide que se larga y que va a hacer lo que le salga de los ovarios. Sí amigos: Frida. Frida Lyngstad. La mujer despechada que vio cómo su marido se casaba con la hermana menor de una de sus mejores amigas, lo deja todo, se marcha a Londres y decide lanzar su propio disco en solitario para cagarse en todo lo que se menea a gusto y con calma. Si nunca os habíais fijado en ella, tened presente que este disco convierte a Frida en la Ringo Starr de ABBA, que no es moco de pavo con arenques.

Una vez en Londres, Frida tiene claro quién debe ser el productor de su flamante nuevo disco. Se ha pasado días, meses, escuchando el álbum de un artista que la comprende, que está pasando por lo mismo que ella, y que sabe de sordidez y ñoñerío como nadie.

En efecto, Frida escuchó “Face value” de… PHIL COLLINS!!! Y así empezó todo.

PIL tuvo la virtud de producir un disco para hacerse popó en las Tena Lady mientras pasaba olímpicamente de todo lo que no fueran su gira en solitario y el siguiente disco de Genesis (SPOILER. SALE LUEGO). Aun así, nos regaló, entre otras cosas, una preciosa versión de “You know what I mean” CON ARPA. Una ovra de arte que nació gracias al resentimiento y el estar hasta los cojones del universo. Y al oportunismo también. No podía haber salido mejor.


Por: C. Baja

5.- David Bowie: Station to Station

Mi ídolo absoluto tuvo una racha de vicisitud absoluta a mediados de lo 70 a causa de la cocaína que hasta a mí me da vergüenza recordar.

Su vida sexual, que hasta aquel momento me había parecido la más envidiable imaginable – foshar a todo ser vivo que le pareció atractivo, y NADIE  – ni Amanda Lear, ni la viuda de cierta edad de Charlie Chaplin, ni las jóvenes madres de Liv Tyler o Slash, ni Bianca Jagger, ni su marido Mick – podía resistir el encanto de alguien que lucio así incluso en una foto de su detención por la policía (y después de seguir durante años un dieta gilipollesca – pimientos y leche, sin más:

Pero la locura de las drogas significaba que sus amantes por entonces eran horrores como Lou «Igor» Reed o Elizabeth Taylor en su época del mítico bodrio «El Pájaro Azul» y después de seguir durante años la dieta galesa de su marido Richard Burton – 20 pintas de cerveza amarga y caliente al día, sin más – con un look solo adecuado para hacer de «La Ballena Azul». Y ni siquiera eran los más vergonzosos, porque, en un desliz que me cuesta perdonar, Bowie cometió el pecado de tener sexo con…con…con…¡una escocesa! la inútil cantante pelirroja, Lulu.

But that’s not all. A la vez, empezó a coquetear en su vida y en sus letras con ideologías realmente desdeñables y repugnantes – el Nazismo y el Catolicismo – y mezclarles con otras recetas para el desastre, como hacer un disco brebaje de influencias contradictorias como el prog neverfucker de Van De Graaf Generator, la música bailable discotera negra, el Krautrock, el plastic soul, el Krautrot de Friedrich «Bigotón» Nietzsche, y el satanismo, y no del bueno, quicir, el de nuestro Onvre Vicisitud, sino del idioteces de Alasteir Crowley «jracias» a su nuevo «amigo,» Jimmy Page.

But that’s still not all. A partir de no recordar nada del proceso de composición y grabación, Bowie demostró, por enésima vez, que era el jran genio de la música popular con hace una ovra maestra, quizás su mejor álbum de todos. Quicir, quizás el mejor álbum del historia.

Por: C. Marlow

4.- Pet Shop Boys – Battleship Potemkin

Con la muerte de Bowie, creo que Neil Tennant y Chris Lowe son las personas más admirables del pop británico. De verdad: amo todo lo que hacen. Sus canciones geniales, sus videoclips, sus espectáculos en directo, su apoyo para las buenas causas (la libertad sexual y el socialismo), su amistad, su sentido del humor, que Tennant es un lector de Marvel y talibán de Rogelio Inodoros, que Lowe es muy modesto, que hicieron la peli más interesante hecha por estrellas de la música pop, “It Couldn’t Happen Here”… Pero componer y grabar la banda sonora para una peli comunista muda y hacerlo en La Granja de Segovia en directo y gratis cerca de mi casa, y con orquesta, y no hacer un bodrio me dio ganas de shorar con emoción:


Por: C. Marlow

3.- Nacho Cano: Un mundo separado por el mismo dios

Tras disolverse Mecano como zurullo en un retrete inglés, quedaba saber qué harían los dos hermanos. José María se había elevado a partir del cuarto disco como el que más seriedad y risas así en general había otorgado al grupo. ¿Es posible que Nacho envidiara el éxito popular de los ‘Hijo de la Luna que es de un Payo y yo no me lo Callo’, ‘Cruz de Navajas por Mario Postigo mientras su Esposa es Testigo’ o ‘No Hay Marcha en Nueva York y los Jamones son de York’? ¿Se vengaría con el disco pop definitivo?

¡Claro que no! ¡Nacho le dió al prog! Tanto que hasta en una de las fotos del librillo aparece copiando la portada del Omadawn de Mike Oldfield.

Pero, claro: no iba a hacer un Close to the Edge o un Amarok. Bueno, un poco como Amarok sí. Porque la sordidez de meter sonidos porque sí de aquel disco se hereda en éste: Gritos de vaya usted a saber qué, ruidos de una clase de baile, coros, discursos de Hitler, indios rajando y, por supuesto, tener los santos Balls to the Wall de que el primer single incluyera a una niña cantando ‘Al pasar la barca me dijo el barquero’. Joder: hasta mezcla guitarra eléctrica con orquesta en una épica sin rumbo ni perdón de dios que se llama ‘La Batalla’. Aunque de memorabilidad ande a menudo corto, aquí apoyamos sin reservas y con mucho furor testicular un disco con tantas ganas de hacer HARTE y TRASCENDENSSSIA.

Por: P. Fox

2.- Genesis: Genesis

Amar a Pil Collins es algo que le sale natural a todos los sórdidos del mundo, que aprecian el ñoñismo ilustrado como se merece. ¿Podríamos haber cogido otro disco? Probablemente, pero es que…

Pero es que este empieza con “Mama”, que es una marcianada preciosa y ñoña como pocas en la vida, que lleva gritos incorporados y una atmósfera de balada con arreglos moennos de los ochenta y risas oligofrénicas, y que va de un hombre que le pide ayuda a su MADRE. Aunque todos sabemos que, en realidad, lo que Pil quería hacer era ESTO

Pero es que sigue con “That’s All”, que hubiera sido la canción que abriría el disco de cualquier grupo medio normal. Lo malo es que esos grupos jamás sabrán lo que es ser jrande.

Pero es que luego sigue con una historia de fantasmas en una casa frente al mar, ojo al dato, ¡en dos partes! “Home by the sea” y “Second home by the sea” tiene una letra digna de Edgar Allan Poe un día que se fumó más opio de la cuenta, con arreglos de Genesis. Una puta obra maestra.

Pero es que luego sigue con “Illegal Alien”, canción que demuestra que un británico puede hablar de la situación de los inmigrantes antes de la era Brexit/Trump y cantar un tema maravilloso que incorpora música de los caballitos de la feria en la intro mientras Pil intenta pronunciar inglés mal con un acento que sonrojaría al mismísimo Battiato, llevando un peluquín absurdo y un pedazo de BIGOTÓN de pega.

Y ya no digo más, que os conozco, y sé que no os gustan los spoilers.

Por: C. Baja

1.- Flos Maríae: Totus Tuus Maria

Uno de los valores que más apreciamos aquí es enseñar el culo en público. Pero, debajo de él, está el de la sinceridad y el trabajar en lo que crees sin importar el qué dirán. Ahí tenemos a Flos Mariae, que llevan cien canciones (sin contar spin offs instrumentales ni, efectivamente, necesarias versiones en inglés y francés) las cuales, en un milagro de coherencia de dimensiones épicas, son TODAS malas. Es más, son siete hermanas y TODAS cantan mal. Es más, son seis hermanas y TODAS son estéticamente reprobables (si pensáis que la menor elevaría el nivel al crecer, think again, porque la genética es muy puta). Aquí no vale la máxima de las Spice Girls de ‘Ninguna está especialmente buena, pero tienes que elegir una’ (yo Mel C, gracias), básicamente porque su fundamentalismo cristiano haría que no pudieras follar con ninguna. Que esto es ESPPPAÑA y el invento fundamentalista americano de ‘Fuck me in the ass because I love Jesus’ no se estila.

Por supuesto, conoceréis su mítico hit ‘Amén’, que las lanzó a la fama:

Ellas cantan letras de Ned Flanders, pero la realización del vídeo es de Homer Simpson. Lo mejor de esta y todas sus canciones es que ellas creen tanto en lo que hacen que no necesitan falsedades como el Autotune del que hablábamos en el puesto 25 de esta lista. Aquí sabéis que mentir vilmente sobre tus capacidades artísticas es algo que no nos importa y que incluso aplaudimos si se hace con gracia. Pero el valor es que Flos Mariae deciden que no lo necesitan. O no lo saben. Sea como fuere, el resultado es jlorioso. Si no felicitáis a vuestros amigos con este vídeo es que no tenéis corazón:

Confieso que este tema es de su tercer disco, ‘Flos Mariae’. Porque si Genesis pudieron titular uno de sus LPs como ‘Genesis’ a pesar de no ser el primero, nuestras jóvenes Bellido Durán también. Pero ya con el primer CD tenéis 21 temas que pueden, bien convertirte en supernumerario, bien usarse para que todos los perros del vecindario aúllen de dolor o para animar bodas, bautizos, comuniones, velatorios y recepciones oficales de Jefes de Estado. Menos de El Vaticano. No queremos excomuniones masivas por esto:

Por: P. Fox

Pues ya está. Cincuenta discos más que escuchar que elevan la lista de ovras necesarias para los sórdidos del mundo a 150. Que no se diga que no os damos ideas.

Ideas como ir a ver ‘CineBasura: La peli’ antes de que la quiten esta semana de salas. Que es de reírse y está hecha desde el corazón y las ganas de hermanar a la humanidad en el HAMOR y acabar así con peleas y guerras de internet por el poder del cachondeo. Esto y que como que todavía nos faltan unos 20.000 euros para recuperar la inversión.

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