Hace un buen puñado de posts me dio por reivindicar la figura de Scatman John. ¿Fue por su afán de ayudar con su música a niños tartamudos? ¿Fue por su bigotón? No: fue porque siempre me ha gustado que señores mayores triunfen entre la chavalería. Incluso cuando yo mismo era chavalería.
Por eso fui feliz cuando los dos compadres de Dos Hermanas lo petaron. Petarlo en el sentido Usain Bolt jugando a Policías y Ladrones. Nivel estratosférico. Récord de permanencia en el número 1 en EEUU sólo superado por la Rocío Jurado norteamericana, Maruja Carey. Pero aquí no estoy para hablar de ‘La Macarena’. Una canción que todo el mundo trae a colación cuando se habla de los peores éxitos de la historia y que a mí, sin embargo, me parece realmente un espanto. U os creíais que iba a ir de rebelde porque el mundo me hizo así y llevar la contraria por ser sórdido. No. La Macarena me horrorizó cuando salió en su versión con saxo cutrón de tómbola del cubo, me espantó en la encarnación bailable que arrasó y ha hecho que tenga que empalarme el conducto auditivo con una berenjena cuando he escuchado esta tarde la nueva versión de unos tipos llamados ‘Gente de Zona’ (featuring Los del Río, claro, porque la mejor maneras de saber si un disco es de los 2010 es si tiene “Ft” en la mitad de las canciones).
La Macarena. Por supuesto que no.
A mí lo que me gustó fue el follow up single.
Los ‘follow up single’ son las canciones que sacan artistas tras tener un gran éxito. Es algo muy jodido. Se trata de constatar que no eres un one hit wonder. Si repites el estilo de manera exagerada, te crucificarán por falta de variedad. Si te apartas mucho, alienarás a la audiencia del original. Sin olvidar hacer un vídeo que valga la pena. O que hunda tu carrera para siempre, como le pasó a Michael Sembrello con la maravillosa sordidez con rayos láser, pintura plateada y trajes Mad Max de ‘Automatic Man’:
Los del Río tuvieron un follow up single raro. La propia carrera comercial de ‘Macarena’ explica lo ocurrido. La canción apareció en el 93 y más o menos funcionó en España. Quizá tuvo más difusión gracias a la previa popularidad más allá de los círculos folklóricos que había adquirido el grupo con ‘Sevilla tiene un color especial’. El cual sería himno de Andalucía si no fuera porque el de Blas Infante es el mejor de todo el mundo por aquello de hablar de tener para comer, inspirar buen rollo en general y demostrar el espíritu Star Trek se puede aplicar a algo tan idiota como el nacionalismo.
Pero no fue hasta el 95 cuando la mayor parte de la población mundial comenzó a pactar suicidios en masa al escuchar por 184ª vez la cosa esa machacona y con letra digna de chistes de Arévalo (Featuring Jorge Cremades, que estamos en los 2010). En el ínterin, Los del Río habían sacado un par de discos en España y alrededor de tres de remixes con versiones hasta de música de baile esquimal y remezclas de temas antiguos que no he podido saber a qué suenan porque todavía tengo los tímpanos irritados por el empalamiento berenjenal.
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¡Marca ESPPPAÑA! |
La Wikipedia en inglés habla de un tal ‘Tengo Tengo’ como siguiente single en 2016, pero eso no tiene vídeo, es una canción de flamenco pop chorra y a estas alturas sabemos que no hay que fiarse de una entrada en inglés sobre un grupo español. Ni de la entrada en español, que encima es vergonzosamente pobre para una gente que ha sido más embajadores de Esppppaña que el bíceps de Nadal. O incluso el trasero de Nadal. El verdadero ‘Siguiente Single’ de Los del Río fue esta maravilla olvidada:
Con título de The Eagles e imagen de The Blues Brothers, The Ones From The River se disponían a intentar reconquistar las pistas de baile en 1997, con un CD cuya portada hizo un chaval con dominio estupefaciente del Paint:
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No puedo poner pie de foto. Sólo un gif: |
Ritmos latinos, que para eso estamos en los años de dominio de Ricky Martin, dan paso a un chunda chunda interpretado por los testículos de un productor musical borracho sobre unas estrofas de las de toda la vida del grupo que, y ahí estuvo el error, tienen melodía. Las de La Macarena eran más simples que el mecanismo de un chupete. Éstas parecen mínimamente pensadas. Mal ejemplo si se quiere alcanzar el éxito mundial.
Pero lo importante es, por supuesto, el estribillo. Ahí es donde el anterior single lo petó. Porque también estaba compuesto con el mismo esfuerzo creativo que una película porno. Una película porno mala. Una película porno mala de una sola escena. Desenfocada.
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El hermano monguer de Punset y Ernest Borgnine te desean alegría y felicidad. |
‘Take it easy’, sin embargo, tiene un estribillo de verdad. Como comparación, si la Macarena es como montar una silla de playa plegable, su secuela es como montar un mueble de Ikea. El resultado tampoco es que sea la hostia de bonito, pero al menos te ha hecho un par de durezas en las manos dándole a la llave allen. Además, se añade el elemento internacional. Como en el clásico inmortal ‘Europe’s Living a Celebration’, los productores de Los del Río piensan que, con meter un par de frases cortas en inglés ya vale para romper el mercado internacional. Así, surge uno de los estribillos olvidados más jrandes de la historia de la música:
“Yo no sé, yo no sé
Yo no sé, I don’t know
Take it easy, tate quieto
Yo no puedo con tu amor”
Repetimos: Take it easy, (es)tate quieto. ¿Estamos ante el mejor uso del idioma mundial en una canción desde los discos de Battiato en los 80? Sin duda alguna. Los del Río se imbuyen del espíritu de Alfredo Landa hablando con guiris y con cinco palabras transmiten la profundidad de la relación de la lengua de Cervantes con la lengua de Danielle Steel mejor incluso que ‘Poeta en Nueva York’.
Otros golpes de CALIDAD lo da el coche con apariencia americana pero matrícula de Dos Hermanas y el momento en el que el que no tiene cara de charcutero (Los del Río son un ente indisoluble y donde empieza uno acaba el otro, por lo que está feo saberse quién es quién) se marca un elegante giro bisbaliano antes de la segunda estrofa que hace que el forofo de la gente mayor que tengo dentro se levante y aplauda golpeando el badajo con la barriga criada tras los excesos veraniegos.
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Abbey Dos |
La canción es, obviamente, un clásico olvidado de la pachanga. El motivo obvio por el que no llegó a nada es porque los segundos singles de one hit wonders chorras casi nunca lo hacen. Si nos ponemos un poco más gsanz (referencias a artículos antiguos del blog: nunca las dejaremos de hacer), porque la base rítmica es francamente lamentable si se quería convertir la canción en un éxito bailable y el estribillo demasiado memorable para los que esperaban lo monótono de La Macarena.
Pero, sea como fuere, la imagen de Los del Río, un grupo que como andaluz me había acompañado y aterrado desde la infancia, vestidos como Dan Aykroyd y John Belushi, me fascinó en el 97. Me hice fan de la canción. Durante años me he dedicado a cantarla delante de amigos cada vez que quería decir la frase ‘No lo sé’, ante la estupefacción y lenta retirada lateral con mirada de terror de todos ellos.
Por eso escribo esta entrada. Para que haya más amor por este olvidado follow up single. Uno de muchos que podríamos rescatar. ¿’The Sun Always Shines On Tv’ de A-Ha con su inicio de troleo y mala leche hacia los fans de ‘Take On Me’? ¿El espanto atonal de ‘Cleopatra’s Cat’ de Spin Doctors? ¿Mi adorada ‘Cross my heart’ de Eighth Wonder? ¿Cock Robin? En serio: había un grupo que se llamaba COCK Robin. Y tengo todos sus discos. Pero teniendo en cuenta que he dicho que me he tirado años cantando una canción desconocida de Los del Río, creo que nadie confiará en mi criterio.
Hacéis bien.
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