Aquí Paco Fox: Ésta es Cava Baja. La recordaréis de otros posts como ‘Cariño, he encogido a David Summers’ y ‘Salva a Amistades Peligrosas’. Hoy no vuelve con su especialidad en pop español sórdido (Espero con impaciencia un repaso a OBK), sino con TRADICIONES. Porque aquí en este blog somos muy fans de la Navidad. Y Cava Baja nos habla de uno de sus VALORS:
Desde, más o menos un mes y medio, estamos oficialmente en Navidad. Desde hace algo menos, estamos en campaña electoral. Lejos de comentar nada en plenos momentos de reflexión y pensamiento patriótico, hoy venimos a reivindicar unas tradiciones navideñas que harán las delicias de vuestros sórdidos corazoncitos de pitiminí.
¿Y eso por qué?, os preguntaréis, confusos. Porque, si bien en otros países las tradiciones navideñas tienden a presentar a personajillos de todo tipo, modelo y condición, en el nuestro tenemos cosas de traca. En Italia, la Befana es una bruja buena que reparte regalos a los niños buenos y carbón o ceniza a los que han sido malos. En muchos países nórdicos, Papá Noel va acompañado de diferentes versiones de elfos o duendecillos tradicionales. En Alemania, país sórdido por excelencia, el viejo Santa Claus lleva consigo al sirviente Ruprecht, con pinta de diablo, que amenaza a los niños malos con darles una somanta de palos. Según la tradición, normalmente la intervención de Ruprecht no suele ser necesaria, pero ahí está, por si acaso. El norte, como siempre, es más de gore.
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Los niños de Navidad Islandesa. Su encantadora madre se dedica a raptar niños malos y cocinarlos en un caldero. A FUEGO LENTO. ¡Tradiciones! |
Por su parte, en Irlanda nadie pierde la ocasión de dejarle alguna cosita de comer o beber al pobre Papá Noel, para que sobrelleve su noche de trabajo. La diferencia está en que aquí le dejamos un anisete o cualquier otra bebida castiza (o un orujo gallego, que tampoco entra mal), y allí lo despachan rápido con una botella de Guiness.
Ante todos estos datos, imagino que la siguiente pregunta es: “¡Feck! ¿Y por qué no nos hacemos irlandeses?”. No está mal, pero, hamijos, hay un auténtico motivo de peso para no hacer semejante cosa. La mejor opción que os propone ente vlog es haceros catalanes (si no lo sois ya), porque Cataluña tiene dos de las mejores tradiciones navideñas de EssssssssssPaña, Valladolid y el mundo.
Estas tradiciones, obviamente, tienen mucho que ver con los VALORS que en este desquiciante sitio defendemos a capa y espada
Efectivamente, en este caso hablamos de la caca.
La primera de las tradiciones catalanas navideñas de caca es, quizá, la más conocida. El Caganer es un muñequito que se coloca en el Belén y que, sí, gentularias, se dedica a cagar. Vale que es muy bonito lavar la ropa, atender a las ovejas, hacer pan y demás cositas de la vida cotidiana; pero leche, dentro de la vida cotidiana de todo el mundo entra el hacer de vientre de vez en cuando, ¿o no? El Caganer representa pues, la parte más realista de un Belén. Y, desde luego, la más sórdida.
El paso del tiempo y el devenir de la sociedad posmoderna han hecho del caganer un objeto de culto, mofa, befa y cachondeo, es decir: lo que debe ser. Un deportista famoso o el político del momento puede ser uno de los personajes que se cague en tu próximo Belén, o en lo que te resta de vida.
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Un momento… ¿A qué me recuerda esto? |
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Algo más o menos así. En postura para ser… adorado. |
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¡La magia de la Navidad! |
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Espera, eeeehhhh… ¿A qué me recuerda eso? |