La porra de la corrupción 2016

La porra necrológica existe para recordarnos que todos morimos y que es algo que hay que tomarse con la misma naturalidad que el cagar, la tendencia a sacarse cascarrias o que la programación de fin de año sea siempre casposa y viejuna. Son verdades universales. De la misma manera, hemos comprendido que la corrupción en el poder es la una gran constante en el universo junto a la burocracia y que cualquier juego triple A necesitará un mínimo de tres parches para que funcione decentemente.

Además, en ente bloj siempre hemos defendido que el choriceo descarado da acción y espectáculo cómico taurino a la existencia, desde que te pillan pagando putiferios con tarjetas black hasta que te meten en la cárcel y te viola analmente un señor de dos metros llamado Bartolo. Porque somos unos románticos y nos gustan los finales felices.

Por lo tanto, proponemos una nueva tradición anual: La Porra de la Corrupción. Como todos los años, algún político será pillado guardando dinero en países marca Féber, creando empresas fantasma, poniendo a nombre de su familia hasta su colección de figuritas vintage de La Guerra de las Galaxias y gastando pasta en droja o, en el mejor de los casos, en los servicios de dominatrix profesionales, lo cual está feo a cargo de dinero público, pero al menos le pegan y le mean encima.

Así que abrimos la tercera votación de estos especiales navideños: ¿Qué famoso será imputado (o como ha obligado el PP a llamarlo, «investigado») por corrupción este año? Podéis votar a DOS (para que luego no nos matemos contrastando la información) y no vale los que ya lo estén en 2015. Documéntense antes, porque, del mismo modo que en la Porra Necrológica vale votar a Val Kilmer por tener cáncer y no querer tratárselo, aquí es lícito votar a ciertos magnates del fútbol por ser sospechosos en sumarios. Puede ser cualquiera: desde un político hasta un gran empresario corrupto (¡pleonasmo!), pasando por artistas o incluso arquitectos.

Al ganador le prometemos un regalo al azar. Metido en un sobre marrón, por supuesto.

¡Vamos a ello! ¡Qué bonito es disfrutar de nuevas tradiciones!