Los blogs nacieron como diarios exhibicionistas. En otra época, la gente escribía sus tontadas en libritos con ridículas cerraduras para que luego fueran encontrados por sus parejas y supieran que eran personas desquiciadas en el mejor de los casos y depravados sexuales en el mucho mejor de los casos. Que con esto de ‘50 Sombras de Grey’ ahora lo que mola es ser un cerdo.
Sólo si estás cuadrado, claro.
Si no tienes tableta y no pareces sacado de la serie ‘Vikingos’ o, peor aún, eres pobre, no puedes permitirte decirle a tu pareja que te gusta que te escupan en el ojete. O escupir en el ojete. O lo que sea con el ojete. Por dios, que obsesión mundial con el ojete. Después de los bombones de orto, creo que la humanidad ha dado el siguiente salto evolutivo. Desde un edificio de 100 plantas hacia un campo de espinos y en pelotas. Esto es, con el ojete al aire.
Pero a lo que iba. Que se está notando que esto es un post para rellenar la actualización debida del blog tras días de silencia. Tras los diarios que algunos guardaban en su mesilla de noche como Toxeiro su dinero y que, sólo si vivías en una película americana de los 80, te los leía tu hermano en su casa del árbol, llegaron los blogs. Que era lo mismo, pero para exhibir tus idiosincrasias menos simpáticas de lo que tú creías al mundo. Que si tu vida como taxista. Que si tu vida como mujer liberada sexualmente. Que si tu día a día como jugador de rol de nivel 50 con una armadura que no le prestarías ni a Iron Man si se le estropeara la suya.
Eso duró poco.
Al final, acabaron siendo webs normales, pero más fáciles de actualizar sin tener que matarse con el HTML. O sea: cómics, fútbol, porno, cine. Nosotros llegamos in media res de esta moda, así que empezamos directamente escribiendo más bien en plan columna de opinión. Esto es, lo que nos salía concretamente de todo lo que es NO los cojones, sino, efectivamente, el ojete.
Así que rara vez lo hemos usado como bitácora personal. Hoy lo voy a hacer.
Y ahora tendría gracia que acabara el post dejando esta larga introducción y poniendo una frase corta en plan ‘llevo dos semanas de mierda’. No creáis que no lo he pensado en plan performance o, como dijo Antonio Trashorras en la poco vista pero excelsa película ‘Faraday’, ¡POSTHUMOR!
Pero no. Voy a contaros lo que ha sido mi vida desde que acabaron las navidades. En una palabra: Pedir. Y odio pedir. Mucho. No me gusta reclamar favores ni rogar que me den dinero. Lo otro ha sido decir que lo que estoy haciendo es la hostia y que todo es maravilloso. Vamos: que llevo más de tres semanas actuando en contra de mi propia naturaleza, consistente en cachondearme de mí mismo y de avergonzarme hasta para pedirle a alguien que me haga una foto y no tener rebajarme a hacerme selfies.
Inciso: hasta yo me meto con los selfies. Incluso he hecho chistes cachondeándome de los palos de selfies. Pero llevo un tiempo pensando que es una actitud tonta. Una moda. Al igual que la riñonera, el palo tiene su uso, y al igual que esa vez que le ví a mi hermano el pene erecto, tiene una explicación sencilla. Antes, le dabas tu cámara a la gente para que te hiciera la foto. Efectivamente, tal y como ocurre en esa jran ovra que es ‘Las vacaciones europeas de una loca familia americana’, podía salir corriendo con la cámara. Perdías un objeto valioso, pero no el puto móvil, donde tienes todos tus contactos, tus grupos de whatsapp al que tu padre te manda chistes malos y las fotos desnudo que le mandaste borracho a esa chica tan mona que desde entonces huye despavorida cuando te ve.
Fin del inciso.
Lo de los selfies lo digo porque lo primero que hice tras las vacaciones fue irme a París por trabajo. Como estaba solo, tuve que hacerme las fotos de aquesta manera. En la capital gabacha hice tres cosas: reunirme mucho (para que me vendieran películas baratas, que mira lo agradable que soy, que soy un chaval de fiar), pedir dinero para la película de Cine Basura (que no conseguí) y bailar como un loco en la fiesta fin de mercado. Básicamente yo solo con tres mujeres un par de lustros mayores que yo. Todas peninsulares. A lo sumo se unió una joven uruguaya. El resto de franceses se contentaba con mirarnos siendo cool, imposibilitados para moverse debido a los palos que tenían metidos en, claro, obviamente, lógicamente, EL OJETE. Al final, llegó la organizadora del mercado en general, una señora guapísima de unos 50 años con la que había tenido el año anterior un momento de vicisitud que hizo que me extrañara que me volviera a invitar:
Esha (póngase ligero acento francés): ¿Paco, qué peli te ha gustado más por ahora?
Paco: La de Sophie Marceau. Dios mío, qué buenas está para tener 54 años.
Esha: Es verdad. Es una cougar. No sé cómo se dice en español…
Paco: Una MILF
Esha: ¿Qué es MILF?
El HIJO adolescente de Esha: Eso es de American Pie. “Mother I’d Like to Fuck”.
Paco: Eso, ‘Madre que me follaría’, mujer de mediana edad que está muy bien. Vamos, como tú.
Esha: (Silencio)
EL HIJO: (Silencio)
Esha: ¡Paco! ¡Joder Paco! ¡CÓRTATE!
Pues nada, que a pesar de todo, me invitó otra vez a París. Y fue la única francesa en subir al escenario esa noche (porque era un escenario, lo cual puede explicar las reticencias de la gente con algo de vergüenza y que no bailan con el modo gay ON como yo). Sus tres o cuatro copazos hablaron por ella y me dijeron algo así como “¡Paco! ¡El año que viene no te invito como comprador de películas! ¡Te invito como animador!
Y ahí tenéis mi prestigio profesional, bien resumidito en dos frases.
Tras mi periplo gabacho (que incluye una sorpresa para un futuro post en preparación), comprobé que me había quitado mi helicobacter pyloris el día que me mandaban el muy caro presupuesto de “Cine Basura: La película”. Pero decidimos sacar el crowdfunding con dos cojones y una meta muy complicada de obtener. Mi razonamiento: Feck: si sólo 1000 lectores del blog ponen al menos 5 euros, ya tenemos una cuarta parte. Eso es wishful thinking y no ver a Javier Gutiérrez subido a un taburete intentando entrarle a Charlize Theron.
Así que pusimos en marcha grandes planes de promoción en los que estoy sumido. Algunos bien pensados, como tener nuestro propio jefe de prensa del proyecto. Otros, algo menos, como prometer bajarme los pantalones en la presentación del proyecto de la CutreCon si alguien ponía pelas mientras hablaba. Obviamente, fue contraproducente, excepto por mi amigo Ángel Codón, del podcast ‘Carne de Videoclub’, que fue el primero en donar in situ. Pero no vale: él ya me ve los gayumbos en la intimidad.
En vista de ese fracaso, recurrí al apoyo de viejos amigos. Como no tengo el teléfono de G. Sanz, llamé a otro jrande de ente bloj:
El tío es la leche: en menos de cuatro horas ya tenía el selfie en mi correo. Fue mi primer post para la Vicisitud y Sordidez y le debo lealtad. Sabiendo que era para algo sobre cine malo (aunque le expliqué que no era una peli mala a propósito, sino una comedia freak), el tío… ¡Lo hizo! Acojonante. Y demuestra sentido del humor. Es que Uwe hará pelis violentas, pero a él lo que le va es el cachondeo y el rock progresivo. Y cualquiera que haya escuchado el ‘Love Beach‘ de ELP sabe que esta última frase es un pleonasmo.
Otro de esos planes consistía en pedir ayuda a mi amiga Vera Montessori, que conoce a muchos cómicos, para que me hicieran cositas online de promoción. Así que quedé con ella en un japonés y, de paso, con unos compañeros suyos de un doctorado de educación. Además de una gallega con pecas (por lo que, obviamente, me tiré todo el rato llamando la atención y haciéndome el gracioso), había una rubia bastante llamativa con sus generosa delantera y de buen ver. Bien simpática, además. Obviamente, surgió el tema de ‘Vicisitud y sordidez’. La chica abrió los ojos y gritó: “¡No jodas! ¡Yo soy de Satán es mi Señor!”
Aquello me hizo mucha ilusión.
Dos minutos más tarde, soltó así casualmente: “Pues un sumiso mío me ha dicho que se va a Buenos Aires”. Curiosamente, en ese momento mi sushi se cayó sobre la salsa de soja.
Efectivamente: era una intelectual dominatrix.
Aquello me hizo MÁS ilusión todavía.
Y es que, ¿a quién no le haría de ilusión tener de lectora a una simpática experta en pedagogía aficionada a la dominación femenina y dar leches en el culete? A mí, mucho.
Esto es, que mi vida es profundamente interesante hasta cuando quedo a almorzar con una amiga para idear planes de promoción. De los que no se hablaron, porque obviamente llevé la conversación momentáneamente a lo bonito que es que te revienten el (SÍ) ojete con un strapon, pero que no es algo para mí porque desde hace unos meses tengo una almorrana a la que hasta le voy a poner nombre.
La campaña va bien, pero todavía no hemos llegado a la mitad de lo necesario (os invito a colaborar, que han sido ocho años de blog y chistes gratuitos y es la primera vez que pedimos algo a cambio). Sin embargo, me quedo con la ilusión que produce la colaboración de los amigos apoyando no sólo monetariamente. Desde Monigotorium, que ha hecho dibujos en los que parezco un pederasta en la puerta de un colegio:
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La gota de sudor es lo que le da la calidad |
…Hasta el mismo Vicisitud, que me mandó este vídeo:
…O José Luís Moro, de Un Pingüino en mi Ascensor, que ya me asesoró para el crowdfunding y me envió esto:
Y, por supuesto, dentro de la ofensiva de humoristas, Juan Pérez, que se curró esta serie de llamadas de atención:
El resto del tiempo ha sido ocupado por entrevistas con gente que se lo ha currado para dar a conocer el proyecto, otros que se han hecho eco de la nota de prensa y que reclaman una película conmigo de protagonista (insensatos) e incluso un viaje a Berlín para ver cine y, sí: pedir más dinero.
Nada sórdido aconteció en la capital Alemana, más allá del hecho de que con -5 grados mis testículos casi se me salen por la uretra. En mi visita al European Film Market me ví algunas peliculitas muy freaks apropiadas para ente vlog, como ‘Wyrmwood’ y la tremenda ‘Turbo Kid’. Pero de ellas hablaré en otro momento, que este diario personal se me está yendo de extensión.
Obviamente, debería de haber sido un video blog, que es el formato que ha retomado este tipo de confesiones y exhibicionismo en general. Pero ya estáis hartos de ver mis pecas. Además, conociéndome, con tal de pedir dinero habría sido capaz de acabar el diario de la manera que todos sospecháis:
Enseñando el ojete.
Ojete.
Oooooorto.
(PD: Ay, payo, ponme unos eurillos en el cronfrundin ese aquí: http://www.verkami.com/projects/11044-cinebasura-la-pelicula)
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