Hay tradiciones ineludibles que siempre hay que observar: visitar a la familia en navidad, hacer regalos en Reyes, votar a políticos corruptos en Valencia, forrar la taza del váter cuando vas en el curro y, por supuesto, escribir los posts de año nuevo de Vicisitud y Sordidez.
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¡Nuestros posts de año nuevo tienen un colooor especiaaaal! |
Ya hemos empezado con la lista de Onvres del Año (¡VOTEN!). Así que toca la de películas favoritas. No las mejores, porque nuestros egos no son tan grandes como para pensar que siempre tenemos razón. Que no somos Hans Magnus Enzensberger, cojones ya. Algunos, los mismos Mr Scrooge de siempre que sólo disfrutan mesándose su barba de talibán acostumbrado a usar suavizante, dirán que es un tópico ridículo que a nadie le importa. A ellos les digo: practicad el onanismo con un guante de esparto. Porque aquí hacemos las cosas para divertirnos, y hacer listas ES divertido. Porque una parte esencial de verdadero frikismo es compartir el amor. Y si hay películas que te han hecho feliz, ¿por qué no gritárselo al mundo en textos breves pobremente escritos que no explican nada claramente ni sirven ni como reseña de G.Sanz? Pues eso. Que vamos a ello:
LAS DE PACO FOX:
Uno de esos años de muchas de las que he apreciado ciertos aspectos, pero me han cabreado otros; bastantes que me han agradado; un puñado que me han gustado y ninguna que me haya encantado. Vamos: que a quién vamos a engañar: como siempre. De lo primero hay un par de ejemplos clarísimos. ‘El Gran Hotel Budapest’ es para restregarse el glande con las cortinas de la alcoba de la ilusión que da lo preciosamente que está rodada, pero el aburrimiento y lo irrelevante de su trama casi me hizo dormir. Por supuesto, el otro es ‘Interestellar’, también muy buena visualmente, muy entretenida para un fan de la ciencia ficción como yo, pero con un mensaje gilipollas, un final sin sentido y unos personajes femeninos de pelotón de fusilamiento.
Entre las agradables hay títulos como ‘Philomena’ (típica víctima de ‘peli de principios de año de la que ya no recuerdo nada’), ‘Dallas Buyers Club’ (cuyo director consigue que lo que debería haber parecido un tvmovie de Hallmark sea una película de verdad), ‘Magia a la luz de la luna’ (el Fox ñoño disfrutó mucho y el amante de los mensajes claritos y buenrollistas muchísimo), ‘X-Men: Cuanta Gente’ (porque el viaje en el tiempo siempre hace divertida una película excepto si un señor se comunica por morse con su hija a través de un tesaracto o lo que fuera aquello en lo que estaba el cateto de McConaughey), ‘La Lego Película’ (absolutamente lo mejor que se podía hacer con la premisa de «¡HAZME UNA PELI SOBRE LEGOS!») o ‘Nebraska’, con quizá el momento más jlorioso del año cuando la señora mayor se levanta la falda en el cementerio… si no fuera por el arranque de otra película que está en la lista. Así que vamos… no a la lista. Sino primero a las:
Menciones especiales:
a) Películas con un elemento cojonudo, pero un resto que me da igual:
Byzantium. Al contrario que “Interestellar” o “Cuenta los Cameos del Hotel Budapest”, aquí hay un aspecto maravilloso que me fascinó, pero ninguno que me produjera rechazo. Solo que no me gustó demasiado en general. Tal virtud no es que YO (PACO FOX, EL ENANO DEL PLUS) fuera el artífice de que la peli se pudiera ver en salas en Espppppaña. No. Fue el AMBIENTE. Esa sensación de ciudad costera decadente, otoñal, melancólica… todo lo que rodeaba a la peli me atrapó. Eso y Gemma Atherton haciendo un baile erótico en ropa interior, claro.
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Los de la distribuidora pusieron esta imagen en la contraportada del Bluray. ELLOS SÍ QUE SABEN. |
b)Una película especial:
Boyhood. Feck lo que me ha costado arrastrarme a ver esta película. Cada vez que pregunto “¿De qué va?” y me contestan “Nada en concreto: es simplemente la maravilla de la vida diaria”, yo me echo a temblar.
Porque el día a día es un coñazo.
Por eso me rodeo de gente interesante como mi amigo el judío observante comunista, mi amiga informática que cuida cabras o mi colega director de cine low cost. O gente como Tita Hellen que comparte esto en Twitter:
Me rodeo de gente maravillosa para que me cuenten historias excepcionales. Divertidas. Extrañas.
Que sí, que ver a un niño afeándose durante toda la adolescencia y a su madre mantener unas tetas impecables durante más de una década es algo nunca experimentado. Pero no deja de ser un gimmick. ¿Qué me ofrece de verdad para entretenerme? Seguro que nada.
Pues me comí mis palabras como tubo de endoscopia. Porque, por algún motivo, la película me gustó. Bastante, además. Un flim que representa muchos aspectos de lo que no quiero ver en un cine y que acaba dejándome buen cuerpo y alegría vital TIENE que tener algo bueno que yo, en mi estulticia, no puedo ver.
No la volvería a ver, pero cuando gane el Oscar me alegraré, y por eso se queda en una especie de puesto 15 de honor de mi lista. Que, como es tradición en ente bloj, ha de tener catorce entradas:
14.- El Hobbit, la Batalla de los Cinco Ejércitos
Empecemos tocando los cojoncillos. Que estas listas también sirven para hacer llamadas de atención. Comentar entera la trilogía que no debería de haber sido trilogía de El Hobbit aquí no es pertinente, porque para análisis de cuatro horas ya está el blog de La Realidad Estupefaciente de SuperSantiego. Pero he notado al respecto de esta tercera parte mucho odio que no entiendo. Peter Jackson SIGUE sabiendo rodar. Recordad ‘Eragon’ o ‘Dragones y Mazmorras’. Esperad a ver ‘El Séptimo Hijo’. Esta película está bien hecha, con cariño y detalle. Tiene un discurso político sobre el poder y la naturaleza oportunista humana muy interesante. Y, lo que es más importante, se cuida tonalmente y en el guión de servir de puente para ver ‘El Señor de los Anillos’, de tal manera que mi freak pejiguera queda satisfecho con el hecho de que generaciones futuras puedan experimentar todas en orden cronológico sin problemas. No como otras precuelas que todos tenemos en mente.
Soy consciente de que los diálogos románticos podrían estar escritos mejor y que el comic relief es lamentable. Pero aquí se le está echando a Jackson la culpa de cosas que son problemas originales de Tolkien. De hecho, por primera vez en la trilogía, mi queja es que se queda corta, sobre todo porque no se cierran los personajes de los enanos que con tanto trabajo se distinguieron en las anteriores al contrario que en el original literario. Por no hablar del momento de Beorn y…
¿Véis? Ya me estoy yendo y este post no va sólo de ‘El Hobbit’. Sólo digo que de molar Jackson sabe lo suyo. Y alguien que creció con ‘Krull’ como yo y leyó la Dragonlance ve a Legolas haciendo sus piruetas (aunque su personaje no sirva de nada) y a un troll endiñándose con la cabeza contra las murallas para abrir una brecha y soy feliz. Muy feliz.
13.- Coherence
Esta sí que es ciencia ficción dura buena, no la pretenciosidad vacua paulocoélhica de ‘Interestellar’, con su sinsentido de paradoja temporal final y, sobre todo su mensaje de ‘amor como fuerza física del universo’ que me hace gritar ‘AMOSNOMEJODAS’. Vista hace más de un año hace un par de festivales de Sitges, tengo el recuerdo difuso, aunque sí sé que fue la película que más me gustó de esa edición y que podría estar ahí arriba como filme de culto de bajo presupuesto (muy bajo) junto a ‘The Man From Earth’. Mejor no decir nada sobre ella y recomendaros que os sorprenda. Vedla, de paso, legalmente, que el distribuidor… bueno, de esto no hablaré, que se revelará a finales de enero. Qué misterio…
12.- Alan Partridge: Alpha Papa
La gran película de vicisitud de este año. No estrenada en España porque nadie sabe quién es el personaje interpretado por Steve Coogan (yo estoy en ello para Canal+ Xtra, pero es complicadísimo traerla a nuestro país por motivos que no puedo comentar ni creo pertinente discutir), es la verdadera película inédita de la leche del año. No el absoluto coñazo ese de ‘Under the Skin’, auténtica pesadilla para somnolientos que todo el mundo pone en sus listas de fin de año para molar. En lugar de esta oda a la vergüenza ajena con uno de los mejores personajes del infragénero a la altura de Ricky Gervais en The Office o, atención, algunos de los mejores momentos de Peter Sellers. Así de jrande es Steve Coogan.
11.- The Lunchbox
Como ya dejé claro en mi primera lista de películas de la historia del blog (en la que fue ganadora la maravillosa ‘Orgullo y prejuicio’), yo soy más ñoño que dios. Muy ñoño. Y mi peli romántica del año es esta producción india sin números musicales en la que un señor a punto de jubilarse se enamora de la mujer que le manda tarteras por error con la comida al trabajo.
Muy bonica, hoygan.
10.- Zombis Nazis 2
Técnicamente, la película no se estrena en DVD hasta enero (y un pase en cine en la CUTRECON ese mismo mes), pero dado que no tendrá pases normales en salas, la meto este año porque en el fondo la vi en febrero. Esta secuela es a la primera como ‘Evil Dead 2’ es a ‘Evil Dead’: directamente cachondeo puro. Yo sólo os cuento la primera escena:
Todo empieza como acaba la anterior: el zombi jefe rompe el cristal del coche en el que está huyendo el prota. La máquina está en punto muerto. Suena la radio. ¿Qué se escucha? SÍ. Oh sí. OH SÍ YEAH:
Al ritmo de las Sunshine Girls, el prota intenta librarse del agarre del zombi mientras con su mano intenta alcanzar el contacto. Se acerca a la llave. Más cerca. Máááás cerca…
Y PRIMERO APAGA LA RADIO.
Luego arranca y se va con el brazo del zombi en el coche.
Y en ese momento, me levanté de la sala del Festival de Berlín, salí a la calle, me saqué la chorra y me la restregué por la nieve para celebrar tanta jloria cinematográfica.
El resto de la peli también es la risa, con el momento cumbre de unos zombis usando los intestinos de un muerto para pasar la gasofa de un autobús a un tanque. CALIDAD.
9.- Autoinmolación gafapasta A – Begin Again
Doble sesión hipster en mi lista. Musiquita pop chorra. Cantantes bohemios. Lo que sea. Sin embargo, como ya expliqué hace un par de años con ‘Los Miserables’, pocas cosas me gustan más en una película que una secuencia musical brillante. Cuidadín: no necesariamente un número musical. Sino algo relacionado con la música. Aquí se trata de la ya célebre escena en la que Mark Ruffalo empieza a imaginar con instrumentos que tocan solos los arreglos a una canción de guitarrita que (y esto es importante) ya hemos escuchado antes dos veces desde otros puntos de vista. Un momento de gran poder cinematográfico que hizo que me metiera directamente en la película y que me importara un carajo que saliera el pesado de Adam Levine.
¿Es una cosa irrelevante de flim? Quizá. No sé. Pero hay una comparación clave hipster que distingue lo que, como ésta, es una peli gafapasta musical que SABE de una que tiene la misma idea de cine que yo de palabrotas sexuales en alemán: esto es, un poquito, pero escuchado de lejos mientras mi cerebro estaba a otra cosa. Este año también se estrenó ‘God Help the Girl’, delirio de las fantasías filosesenteras del líder de Belle & Sebastian, un grupo que, contra todo pronóstico, me gusta en ocasiones como ya he dejado entrever un par de veces en el blog (escribo esto, in fact, mientras escucho la maravillosa ‘I want the world to stop’). Pues la peli de Stuart Murdoch es un completo desastre. Rodada sin tener mucha idea de planificación y casi sin guión. Algo que compartía con la primera peli del director de ‘Begin Again’, ‘Once’. Pero se ve que con el tiempo ha aprendido. Y esta simple comedia dramática con Keira Knightley en plan niñata sensiblera pues… me ha gustado.
8.- Autoinmolación gafapasta B – Her
“¿Acaso ya he sentido todo lo que tenía que sentir en mi vida?” Para mí, ‘Her’ no va de un tío que se enamora de su Siri, sino de esto. De la mierda que es que, cuando éramos jóvenes, todo nos emocionara la hostia como si fuéramos un perro que sólo se alimenta de Red Bull. Luego nos hacemos unos resabíos y es difícil conseguir un subidón emocional con nada.
Sí: todo el diseño de producción es de un hipster repugnante. Y algunos dicen que es una anécdota alargada. Pero a mí me interesó lo que contaba. Y ya está. No tengo que disculparme más.
O quizá sí.
Sorry.
7.- Jodorowsky’s Dune
La gente suele preguntarse al terminar de ver una película si es buena o es mala. Es la cuestión equivocada. La pregunta real debe ser siempre “¿Por qué me ha gustado o por qué no me ha gustado?”. En el caso de ‘Jodorwosky’s Dune’, la respuesta obvia sería que me ha encantado por tratar uno de mis temas favoritos: grandes catástrofes del cine. Pero eso sería una reflexión superficial. La verdad es que ha sido porque lo que cuenta es una historia ÉPICA. Y no hablo metafóricamente. Es como leer o escuchar una narración de aventuras larger than life. Como ‘El Señor de los Anillos’. No en plan ‘El Quijote’, como podría parecer por lo quijotesco en apariencia del proyecto, dado que no hay ni un ápice de cinismo ni sarcasmo en esta historia. Lo que sí hay son guerreros apasionados que se embarcan en una aventura con un objetivo imposible cuyo resultado podría cambiar el mundo y que fracasan de manera gloriosa, como sólo se puede fracasar en una épica. Y lo que queda es su legado que aumenta lo mítico de la gesta. No se logró completar el viaje, pero el mundo cambió gracias a sus aventuras.
6.- Al Filo del Mañana
La mejor película de videojuegos de la historia no está basada en un videojuego. Es este relativo fracaso comercial que captura el espíritu de una buena partida y lo amplifica con las posibilidades de un guión bien ajustado (vale: con un final debatible). Una pena que menos gente la viera en el cine, quizá por ese extraño odio a Tom Cruise que hay por ahí. Claramente será película de culto con el tiempo, como bien demostró un agudo comentarista en mi timeline de Twitter cuyo nombre no recuerdo cuando por fin empezaron a llegar mensajes de apreciación y sorpresa ante lo divertido de la peli unos meses después del estreno:
“Se nota que ‘Al Filo del Mañana’ ya ha llegado a los canales habituales”
5.- Locke
Un tío conduciendo un coche durante 90 minutos y es un drama. Algunos pueden gritar, al igual que yo he hecho con ‘Boyhood’, “¡GIMMICK!”. Pues quizá. Pero un gimmick que sí que cuenta una historia. Un gimmick increíblemente rodado para sobreponerse a sus limitaciones y que consigue no sólo que nos emocionemos con la historia y nos riamos con conversaciones sobre cómo echar hormigón en zanjas. Lo importante es que nos implicamos en un interesante dilema moral que no está presente en numerosas películas mucho más aparentemente profundas en las que Matthew Macconaughey interpreta, bien como un cateto ligeramente borracho, bien como un cateto tolamente borracho.
4.- Carmina y Amén
“Se está muriendo gente que no se había muerto hasta ahora”. Así, dicho por el padre de Paco León en el segundo mejor cameo de la temporada, es la mejor frase del año. Al igual que ‘Carmina o Revienta’, esta película es de una autenticidad que duele y descojona en la mejor tradición tragicómica del cine español. Pero, superando la anterior, ahora sí que hay una historia bien contada, un buen ritmo y el director demostrando que ha aprendido mucho en lo que se refiere a la narración audiovisual. Y María León. Ay. Si es que se me cae la baba:
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Increíble: pude decirle más de cuatro frases con sentido. A la quinta empecé a patinar neuronalmente |
3.- Capitán América: El soldado de invierno
El otro día leí una lista de lo peor del año y vi que estaba esta película. También vi un buen puñado de las de lo mejor (todas llenas de filmes tan bien hechos y correctos, pero facilones y previsibles como ‘Ida’ o tomaduras de pelo como ‘Camino de la Cruz’ y con ‘Interestellar’, obviamente, como único título de género porque es SERIA y PROFUNDA). Ese es el momento de, bien plantearse que internet está lleno de gente que no tiene ni idea o, lo más probable, el típico ‘¿Acaso seré yo, que me ciega mi frikismo y he perdido ya la noción del bien y del mal con tanto cine?’. Lo segundo quizá sí sea aplicable a ‘Mil maneras de morder el polvo’, que a mí me encantó, pero que tanta tanta gente dictaminó que era mala que realmente me ha hecho dudar de si solo tenía un buen día y mi criterio está más desviado que las cuentas del PP.
Pero en este caso creo que es simplemente que no hay cojones de reconocer que es magistral A) Una secuela, B) De una primera parte floja, C) De un superhéroe llamado ‘Capitán America’ y D) De Marvel en la segunda etapa, cuando ya debería empezar a renquear y todos deberíamos ya decir que la fórmula se gasta, como con todos los grupos que sacan un disco después de un gran éxito (pensadlo bien:el segundo disco de cualquier grupo siempre se lleva hostias. SIEMPRE)
La realidad es que esta película es cojonuda. Con ese equilibrio de Marvel de tomarse las cosas en serio sólo un poquitín. Lo necesario para que no sea una parodia, pero siempre manteniendo el antidarnaitismo cachondo. Y con una trama que siempre sorprende, entretiene y, lo que nadie esperaba de estos directores, está rodada de forma memorable. Tanto que casi la pongo la primera del año.
2.- Ocho apellidos vascos
Lo sé. Está rodada un poco simplona. Pero prefiero un director plano que sepa de los tiempos interpretativos de la comedia y de relevancia a un gran guión lleno de chistes para hacerme reír (que es de lo que se trata el género) que uno maravilloso y original planificando que parta de una historia sosa sin chistes y me deje frío. Y no estoy pensando en Wes Anderson. Noooooo.
De todas maneras, aquí el héroe de la función es Borja Cobeaga. El tipo que nos dio Juancarlitros y el Pagafantas, por fin ha encontrado el éxito ultra mega uber masivo que se merece. Y, cojones, me alegro mucho. Porque ‘Pagafantas’ dolió y quizá sea mejor película, pero ‘Ocho apellidos vascos’ es lo que más me ha hecho reír este año en el cine. Una vez en el preestreno y la segunda en Sevilla, para comprobar cómo funcionaba allí el tema después de que el productor me dijera antes del estreno que la cosa iba mejor en los pases previos en el País Vasco. Y la gente en el cine Alameda se descojonaba. Porque claro, también es una ventaja contar con Alfonso Sánchez y Alberto López para ametrallar todos los tópicos del pijo sevillano, apoyando a Dani Rovira que está, simplemente, perfecto.
Y con, ahora sí, el mejor cameo del año al cerrar la película. Que no lo diré por si queda alguien en España que no la haya visto. Es posible. Como lo es también que exista gente a la que no le haga gracia. Pero es lo que tiene la comedia, y ésta navega exactamente por lo que hace que yo me ría. Y esta lista va de experiencias personales.
1.- Guardianes de la Galaxia
O “madre mía, no somos conscientes del momento dulce que vivimos los aficionados al fantástico”. Si cuando fui a ver ‘Stargate’ me hubieran dicho que lustros más tarde tendría esta película, ‘Capitán América’, ‘X Men: Días del Futuro Pasado’ o ‘Macacos a caballo con dos ametralladoras’, lo habría flipado. Y ya de cara al año que viene… ‘La Guerra de las Galaxias’, ‘Los Vengadores 2’, ‘Mi Pene Va a Explotar de un Nerdgasmo’… Es increíble. Vivimos en el Nerdvana Cinematográfico.
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Mapache cohete. Un mapache… con un trabuco… sobre un árbol… que anda…. |
Y el hecho es que ‘Guardianes de la Galaxia’ lo tiene todo: risa, idiotez, acción, mapaches, tontadas, flipamientos y hasta momentos ligeramente líricos. Una película mucho más inteligente y absorbente de lo que una cosa con una premisa tan absurda tiene derecho a ser. Claro que James Gunn, la versión Rolling Stones del Beatle Joss Whedon, ya había avisado de que era un jrande con ‘Super’. Sólo le echo en cara a la película que el cameo de Nathan Fillion sólo sea de voz. Así, su 23% de mejora automática se queda en casi nada. Pero ni siquiera lo necesita. Repito: una peli del espacio que no necesita la mejora automática de la presencia de Nathan Fillion. Es muy grande.
Y lo gracioso de todo es que… no sé si aguantará la segunda vez que la vea. Dudo mucho que me parezca diga del primer puesto con la alabanza de chorradas sinsentido (¿Una red de naves es lo mejor que tiene un planeta para defenderse! ¿Ese peinado de Guillermo del Toro lo ha pensado alguien bien?) En enero os lo digo. O no. Que, en el fondo, tampoco os importa tanto lo que opine yo porque, claramente, ver tanta peli al día me ha destrozado el cerebro. Creo que me voy a dedicar a otras cosas. Voy a leerme la secuela en tebeo de ‘Serenity’. Sí. Eso. Diferencia.
LAS DE VICISITUD:
Con autoridad y sin andarme por las ramas: el peor año de cine que recuerde en mucho tiempo. Podemos buscar muchas explicaciones. Algunas son racionales y aburridas, del tipo “la crisis se ha cargado la clase media en el cine, y ya solo existe la superproducción más mongólica que lo habitual o el infierno del low cost más pretencioso año tras año, a pesar de lo complejo que parecía”. Otras tirando de pensamiento Jodorowskiano – confieso no haber visto todavía no ‘Jodorowsky’s Dune’ ni ‘La danza de la realidad’, ambas buenas candidatas para haber entrado en la lista – que pasarían por una conjura cósmica que hace que. conforme Chumáquer y Jules Bianchi apostaban por la muerte cerebral una onda de supercuerdas reblandecía todavía más los cerebros de los que crean y consumen cine.
Y, la verdad, me da que Jodorowsky va a tener razón.
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Alejandro erótico. |
Empezando por mi propio reblandecimiento cerebral el día que me dio por darle, cristianamente, una nueva posibilidad de redención a ese director que es al cine lo que el PP a la política: el mal supremo.
Wong Kar Wai.
Y en mi pecado llevé mi penitencia. Aunque injusto sería no reconocer que hacía siglos que no salía TAN cabreado del cine como después de ver esa oda al mongolismo terminal que es ‘The Grandmaster’. Y tal despliegue de energía ngativa tiene que tener su punto. Mientras la gente me veía admirada mientras salía de los Golem echando espumarajos por la boca a la par que hilvanaba una creativa colección de blasfemias, notaba como el cuerpo astral de Lewis Hamilton me decía al oído “Pero, gilipollas… ¿No has aprendido NADA de tantos años dándome oportunidades, en vano, para que dejase de ser un Mierda?”. Y, de pronto, su cuerpo astral lograba hacer corpórea su mano para calzarme una colleja. Y luego, su pene para darme un pirolazo en la frente.
(Aunque alguien me dijo que, en realidad, en plena enajenación, acabé metiéndome en un reservado de la Boite Alfonso mientras pensaba creativas formas de desmembrar a Kar Wai).
Otro reblandecimiento cerebral se lo debe haber causado la avanzada edad a la otrora referente de montadores Thelma Schoonmaker. Hacía siglos que no veía algo tan pésimamente montado como ‘El lobo de Wall Street’. Perdón, siglos no: ese montaje lo he visto muchas veces. Se llama “primer copión” y es una cosa muuuuuy larga, ensamblada sin mucho cuidado y que sirve para que, en las primeras fases de montaje, te hagas una idea estructural del conjunto de la película.
Pero se ve que, en este caso, Martin optó por ser un “director del método” y acudir a la sala de edición tan colocado como el prota de la película. Y, claro, las dosis masivo-industriales de farlopa lograron que ese chiste malo, reiterado insoportablemente a lo largo de tres horas y media de metraje no muy inspirado (no hay nada especialmente malo, tampoco especialmente bueno) que es el primer copión de ‘El lobo de Wall Street’ le pareciesen… ¡la hostia!
Salí del cine aturdido y embotado por esas escenas que no acababan nunca. Pero, a diferencia de ‘The Grandmaster’, no salí enfadado. Antes bien, da cierto subidón sentirse TAN superior a una leyenda del montaje. Ah, la prepotencia tan al alcance de la mano…
Y antes de meternos en el top 14 – siempre 14 – no puedo dejar de hablar de una de las mejores comedias del año que, por mi sentido de la injusticia, se ha quedado lamentablemente fuera de la lista. Me refiero, claro está, a la última obra del José María Cano del cine. Un guion demencial y sensiblero de derribo para niños borrachos que un genial director logra, merced a su habilidad para tomárselo todo TREMENDAMENTE EN SERIO, llevar a la decimocuarta dimensión de las supercuerdas. O séase, lo mismo que José María Cano cuando escribió, pletórico de sentimiento trágico “Este hijo es de un payo/ Y yo no me lo callo”.
Muchas gracias, Nolan. Sigue por ese camino y tal vez algún día lograrás una peli que amortice tan bien el dinero de la entrada como lo hizo el ‘Prometheus’ de Ridley.
Otras dos pelis que deberían haber estado bien y se quedaron por el camino no hicieron honor a la máxima de Sammy Hagar ‘Finish What You Started’. Por un lado, todo me parecía impoluto en ‘La isla mínima’ pero, cuando llega el final, no solo no se aclara adecuadamente el resultado de la investigación del asesinato sino que, además, no entiendes el porqué de nada de lo que te han contado. Todo el arco de sus personajes no lleva a ningún sitio, ninguna revelación aporta nada y, lógicamente, uno se pregunta si la peli tenía un propósito más allá de demostrar – con éxito – que el Guadalquivir puede ser mucho más fotogénico que ‘True Detective’. La otra peli a medias – aunque Paco piense lo contrario – es ‘Her’. Que lleve un Oscar al mejor guion algo que solo se queda en premisa es casi un insulto. Pero esa es la mente hipster: su bigotín es irónico, en vez de bigotón de ONVRE. Así que no hay el valor para llegar hasta las últimas consecuencias de lo planteado. Vénse, para disfrutar the real thing la sublime ‘Tamaño natural’ de Piccoli y Berlanga, y ya no hará falta explicar por qué ‘Her’ es un pedo desvaído. Eso sí, la vi pagando en el cine, no como Enrique Dans el día que le espetó a Paco “Sé mucho más de distribución cinematográfica que tú«.
Para terminar de joder, un detallín: se le echa la culpa a Peter Jackson de cagadas que son de Tolkien. Hala.
Y allá va mi lista, aunque advierto que aún no he podido ver el ‘Alan Partridge: Alpha Papa’ de ese dios de la vicisitud que es Steve Coogan ni tampoco ‘Los guardianes de la galaxia’ (me pilló en pleno follón Cardiffiano y además ¡me parecía fatal que le cortasen el pelo a Amy Pond, onvre ya!)
14. La Lego película
Si soy un adorador de Satán es, en un 60% por ser hijo del polígano y, en un 40%, por los diseños de ciudad que, de pequeño, hacía jugando al Lego. Nunca faltaron en los pequeños polígonos que montaba en el suelo de mi habitación sus recovecos yonkarras en los que justificar los coches de policía. Ni casas en las que la vida de sus personajes fuese un infierno y en las que no faltase un cuarto secreto en el que la mujer del alcalde se pudiese cepillar a gusto al líder de la oposición.
Así que hacía falta muy poco para que esta peli me sedujese. Y, en su filigranismo visual con más de un chiste zafio, lo superó con holgura.
13. Locke
Un mensaje sencillo y eficaz: ir en coche de las afueras de Birmingham a las afueras de Londres es suficiente para arruinar la vida a cualquiera. Que para ilustrarlo haya que poner un poquito de trama es solo una cosa que te exigen las distribuidoras de cine por aquello de que el público no pida el dinero de su entrada.
Y ‘Locke’ lo hace muy bien, con un gran sentido del mejor understatement británico del que ya podría haber aprendido algo ‘Buried’ (sobre todo en su final).
12. Magia a la luz de la luna
Una vez dije que un Ian Gillan laringítico cantando por enésima vez un desganado ‘
Smoke on the Water’ era superior a prácticamente cualquier cocierto al que alguien pudiese asistir. Pues lo mismo vale para Woody Allen.
¿Ha rodado Woody veinte pelis mejores que ésta? Por supuesto. ¿Es, como muchas de sus últimas obras, una peliculita con una tesis elemental cuyo mensaje te lo telegrafían algunas escenas lamentables con diálogos sobreexplicativos? ¡Pues claro! ¿Actúa bien Colin Firth? Indeed ¿Sale guapa Emma Stone? arfsssggsgs ¿Son bonitos los planos? el cheque de Darius Khondji así lo confirma. ¿Son graciosos y salerosos los diálogos de comedia romántica entre Colin y Emma? Woody escribe eso bien hasta circuncidando ochenta niños en tres minutos con la mano izquierda. ¿Es la escena de Colin Firth sucumbiendo al poder de la oración uno de los momentos más brillantes del cines de este año?
A esa última frase sólo puedo responder: vete a un concierto de Deep Purple, escucha las primeras notas de ‘Smoke on the Water’ y luego ven a contarme hostias…
11. Gone Girl
Hablando con un shavá inglés – pongo el nombre: John Hopcroft, por si algún día hace un poco de ego surfing y se encuentra con esto – la conversación derivó instantáneamente hacia guarreridas de todo tipo, rematándola con el tema del ‘Cranking’ (“Crying when you wank”). Mientras, en el grupo, la gente se pregutaba que tipo de culpabilidad te llevaría a llorar machacándotela, yo les expliqué el soberbio post de Milgrom “las pajas de la derrota”. Gesticulando durante la explicación, uno de los presentes, desde su silla de ruedas, apreció que me estaba cogiendo el rabo MUY arriba. Dijo “It reaches up to there?!!! You put the ‘hose’ in ‘Hose’!!!”. Y así tuve mi primer for sale británico genuino y fui muy feliz.
¿Por qué cuento esta soplapollez? Porque John, entre esa y varias guarreridas análogas – también hubo historias con utilización de petardos de bar Mitzvah durante la eyaculación – comentó, muy seriamente, sobre ‘Gone Girl’: “esta película me ha hecho considerar el celibato”.
Y eso es uno de los mejores cumplidos a una de las pelis más ultramisóginas en décadas. Al igual que a la soberbia ‘The Lady Vanishes’ de Hitchcock, a ‘Gone Girl’ se le perdonan sus disparatados agujeros de guion porque su objetivo el lograr el TERROR a golpe de enfermedad mental y misoginia galopante. Y, oye, lo consigue con gracia y salero.
10. A esmorga
En una de las cumbres indiscutibles de la literatura gallega, Eduardo Blanco Amor nos venía a contar no solo lo jodío que era ser homosexual en la España de la posguerra, sino lo TREMENDAMENTE jodío que era ser homosexual en la Ghalisia ultrachunaga – perdón por el pleonasmo – rural de la posguerra.
‘A esmorga’ significa ir a pillarla pero bien. Y a ello se ponen con alegría los personajes de la novela y la película. Unos estupendos Lira, Morris y Elejalde se lanzan, vinorrio tras vinorrio, aughardente tras aughardente, puta tras puta, magreo de uno al culo de otro tras intento de asesinato a quien ose llamarle “maricalla”, a una bella espiral autodestructiva en la que cierran todas las habitaciones tirando la llave, queman figurativamente todos los puentes y literlamente todos los pazos y destilerías.
Si alguien quiere saber lo que es la auténtica Ghalisia chunga (en su vertiente más ourensana y paragüera), no podrá haber jamás mejor ejemplo que esta peli. Eso sí: you’re in for a ride. Aprovecharse de una retrasada para violarla es lo más normal que van a contemplar, están avisados.
9. Dallas Buyers Club
¡Qué mal usa la gente y la crítica el término ‘telefilm’! Ese palabro debería despedazar lo formulario de un argumento en el que personajes tipo entran a martillazos y que, por estrar rodados en dos días, tienen ese sublime look que tienen.
¿Pero algo tan impecable como ‘Dallas Buyers Club’ es un telefilm? ¿De verdad que el papelón de Matthew puede hacer que la peña no vea lo impresionantemente bien rodada que está? ¿Es que se creen que ese realismo, ese trabajazo con las localizaciones, la iluminación, el tratamiento de todos los espacios… eso es TODO obra de Matthew? No me extraña que, con ese fanatismo, haya quien lograse la epopeya de no reír durante ‘Interstellar’.
Pero, por encima de todas sus virtudes, Dallas Buyers Club es, con orghullo, la peli bigotonil del año. Y eso no podía faltar en ente vlog.
8. X-Men: Días del futuro pasado
Como enemigo acérrimo de la falacia de la negación del término medio, NO puedo aceptar que la reacción a un bodrio como el Darnai risesagain-aunqueseaconlacolumnarota pase por aplaudir a algo a ratos tan aburrido y con un guion tan pésimo como ‘The Avengers’.
Por ello, celebro que la mejor peli de los X-Men hasta la fecha sea el equilibro perfecto entre la gravedad de los mutantes y un sentido jovial del cachondeo que toda cosa basada en señores con lycra ceñida debe tener. Después de todo ¿Qué es el “odio a los mutantes” sino la sublimación del “adolescente incomprendido”? Si sabes abordar eso con el suficiente cachondeo y poniendo referentes de la onvría como Lobezo justo donde tenía que estar – ¡en los años 70! – tienes la fórmula del éxito.
Y también la demostración de que no existe, a día de hoy, actor más cool que Fassbender: a ver quién puede volar con esa pose tan maricona de Magneto joven y seguir siendo un fistfucker.
7. Auto-inmolación cultureta: Magical Girl
Si Paco se echaba mierda, yo no podía ser menos. ¡Y es que hay que ver lo importante que es un prescriptor! Que ‘Diamond Flash’ me viniese recomendada como “la peli que vio Letizia Ortiz” hizo que me negase por activa y pasiva a ver algo que muchos definían como el no va más de la pretenciosidad y el cretinismo. Pero hete aquí que me llegan buenas palabras de la última obra de Carlos Vermut… ¡Por parte de José Luis Garci!
Pues claro, ante eso, hay que superar los prejuicios. Y no fue fácil. Porque la forma en la que estaba rodada la primera secuencia – ocho pasos más allá del cortismo más chungo – era para levantarse e irse. La soporté por el sublime just for men que llevaba José Sacristán. Y creo que hice bien. Porque lo que vino después fue la experiencia atchonburike del año.
Pero no un atchonburike cualquiera: es muy fácil descolocar con un guion sin pies ni cabeza, pero es que ‘Magical Girl’ tiene un guion sumamente clásico, en absoluto arbitrario y en el que, sin embargo, no logré verme venir ninguno de sus demencialmente lógicos giros.
No explicaré más porque no quiero espoilear el viaje chungo en el que se puede convertir su visionado para cualquiera (la noche después de verla me la pasé de vómitos y cagalera, no digo más). Y creo que, de forma demencial, vale mucho la pena. De hecho, los toques graves y pretenciosos – estructurarla en capítulos llamados ‘Mundo’, ‘Demonio’, ‘Carne’, que a mi me evocan en excelente disco de rock protoprogresivo de Los Brincos – le da esa calidad de Almodóvar/Nolan que es un plus.
Como último detalle, reivindicar la figura de José Sacristán: comenzó como actor canónico de comedia para evolucionar a esa cosa llamada “tercera vía” que aspiraba a ser el punto medio entre las pelis de Ozores y las ovras metafóricas de Carlos Saura. Uséase, un empeño tan demencial como el del Celtic Frost cuando quisieron juntar su death doom con el glam de Mötley Crue. Pero de esos delirios es de donde surge todo la JRANDE. De allí pasó a una cumbre del drama apostólico como ‘Hasta que el matrimonio nos separe’ de Pedro Lazaga, que merecería post en ente vlog y, por supuesto, a ser un icono del JoseluisGarcismo ilustrado. Por ello, en su extraño devenir – ha hecho hasta una infamia de Rebollo – conviene seguir la pista a Pepe Sacristán, porque nos llevará a universos paralelos mucho más fascinantes que a los que viaje Matthew Mcconaughey.
6. Boyhood
¡Qué peligro tiene contar algo que sea “como la vida misma”! Normalmente, suele ser una excusa para el tocarse los huevos y luego depositarlos sobre el teclado para parir un guion que debería titularse “Aquín vale tó”. O peor aún: el mencionar “la vida” te suele colocar en un plano trascendente y metafísico que da pie a espantos vergonzantemente cristianos como ‘El árbol de la vida’ (worst director ever si no existiese Wong Kar Wai).
Es por ese motivo por el que tengo que celebrar salvaxemente que la que va a llevarse el Oscar del 2015 sea una peli que logra ser buena siendo “la vida misma”. Y es que nadie es ajeno a que, posiblemente, el peor invento de todo el siglo XX haya sido la adolescencia. Lo que es lo mismo que decir: vamos a dar cierta respetabilidad a lo que no deja de ser una enfermedad mental por la que toca pasar hasta llegar a ser un adulto más o menos deficiente. Según el grado de batallas que hayas perdido durante la adolescencia, más pena darás. Si las has perdido TODAS, pensarás que el mundo termina en tu polla o tu chumino y te terminarás llamando Paulo Coelho o Ayn Rand. O liberal en general.
¿Cómo cojones no se iba a hacer una peli con un argumento tan cerrado como eso? Y Linklater la rueda como Peich bendito, con la potra inmensa de haber elegido un actor que le creciese tan bien a lo largo de tantos años (y, como buen adolescente, es guapo los años pares y feo los impares) y en el que logra un buen equilibrio de momentos dramáticos con otros más livianos y menos trillados (de nuevo: evitando los riesgos de lo peor de ‘El árbol de la vida’). Y, por qué no decirlo: el bigotón de Ethan Hawke.
Si es que soy fácil de contentar.
5. Nebraska
Me he negado de siempre a ver ‘Entre copas’ debido al poder alienante del vvvvvvvvvvino. Pero debería planteármelo algún día, porque todas las pelis de Alexander Payne me han gustado un huevo. Sobre todo, por su dominio del tono (que comparte con otro director que me gusta mucho: Jason Reitman que este año, sin embargo, tuvo que luchar contra una historia apocalíptica en exceso en ‘Hombres, mujeres y niños’; eso sí, logró hacerla interesante).
Es cierto que ‘Nebraska’ tarda mucho en arrancar pero una vez la mujer del protagonista le enseña todo lo negro a la tumba de un ex novio, esta road movie ya se coloca de lleno en el camino a la excelencia, del que no se apea hasta su soberbio final marca “me la vais a comer todos poco a poco”.
4. Crónicas diplomáticas
No sabía si iba a ser fácil adaptar ese soberbio cómic francés que es ‘Quai d’Orsay’. Y tampoco sabía cómo acometería Betrand Tavernier un personaje excesivo – basado en Villepin puesto de ácido – como el mongólico ministro de exteriores francés, capaz de teletransportarse y hacer volar todos los documentos del ministerio con su porte atlético y su gilipollez olímpica.
¿La respuesta? Pues de cojones. Este ‘The Thick of It’ a la francesa demuestra que su guionista sabe de lo que habla y que sus actores están tan entonados como Capaldi y compañía. Por ponerle un pero, habría que decir que la película no da una sensación muy redonda: al estar adaptando un álbum de una serie la sensación es la de un episodio piloto en el que quieres ver más estupideces. Ahí le supera ‘In the Loop’.
Pero si hay que echar mano de una obra maestra como ‘In the Loop’ para decir que una peli no es TAN buena…
3. Ocho apellidos vascos
Y ahí queda, con la medalla de bronce, mi eco de la declaración de principios de Paco. Me la he visto dos veces y no hubo minuto en el que no me estuviese descojonando vivo. Tener el mejor cameo final posiblemente de la historia del cine (lo siento, Stan Lee, no se puede repetir ochenta veces el mismo chiste) es sólo el colofón a estar realmente inspirado.
2. Ahí os quedáis
Ahora que Nolan ha llevado del todo a la estratosfera a esa actor tejano, a mí me da por reivindicar al señor que yo creo que, con su sobriedad y saber estar, lleva siendo el mejor actor yanki en años: Jason Bateman.
Puedes ponerlo hasta en la película más infame, que a todo le dará una credibilidad y una calidad digna de ‘Sinopsis de cine’. Pero ‘This is Where I Leave You’ no es, para nada, una mierda. Antes bien, es uno de mis géneros favoritos: una familia judía siendo una familia judía.
Y, en este caso, al igual que con Alexander Payne, aplaudo el tono comedido de la peli, en la que sin altisonancias estás con todos los personajes (especialmente esos dos jrandes actores judíos que muchos no sabían que NO eran judíos: Jason Bateman y Tina Fey) y en la que descubres que nada nay más acogedor que el seno de una madre. Aunque sea el de Jane Fonda y esté desmesuradamente siliconado.
1. La venus de las pieles
¿A qué punto hemos llegado para, en un año de cine de mierda, Roman Polanski estrene una película y nadie le haga ni puto caso? Sí, es teatro filmado ¡pero cómo! Desde su ópera prima ‘El cuchillo en el agua’ Roman demostró que era el amo de encerrar a dos o tres personajes y lograr que disfrutásemos viendo la forma en la que se daban cera. Tanto perfeccionó ese talento ¡que aprendió a hecerlo con un solo personaje! En el proceso, se convirtió en el maestro del cine Dillinger con ovras como ‘Repulsión’, ‘La semilla del diablo’, ‘El quimérico inquilino’ o ‘El pianista’.
Así que, ampliar de uno a dos personajes para contarnos una bella historia de dominación sadomaso es algo que a Roman le sale tan automáticamente y bien como a George Clooney señalar a una señora y triunfar.
Y esto es lo que ha dado de sí el año. Seguro que viéndome varias que quedaron en el tintero tendría una imagen mejor del 2014. Y, como eso es revisionismo estalinista, no duden que terminaré haciéndolo.
Abrazos a todos y lo mejor para el 2015.
LAS DE MILGROM:
Esta es mi primera aparición en el ya clásico post de las mejores pinículas el año. Un honor del que nunca creí sería partícipe, pero tampoco pensé que me fueran a pagar por hacer comprobación de calidad de cine porno y eso me ha dado de comer durante un tiempo. Eso y más cosas, que no solo de ver entradas y salidas de órganos genitales vive el onvre, pero eso es lo más reseñable que ha acontecido en mi vida laboral. Bueno eso y un DVD con la primera temporada de Prison Break que le di a una ex de Iker Casillas, realmente lo tiré al suelo en un ataque de neverfuckerismo, al intentar dárselo mientras intentaba abrir, empujando hacia adentro una puerta corredera a la vez que balbuceaba lo que seguramente acabó siendo una invocación a Nyarlathotep por la ignoto de las palabras que salían de mi boca. Pero no hemos venido aquí a hablar de mi neverfuckerismo, ni de mis vicisitudes laborales, para eso habrá otros posts. Aquí hemos venido a hacer el ránking de los flims que más nos han palotizado este 2014.
10-El Capitán América: Soldado de Invierno.
Que estamos viviendo la edad de oro del frikismo es innegable, del mismo modo que es innegable que Peter Jackson se la está cargando a pasos agigantados de forma inversamente proporcional al odio que Christopher Tolkien le está cogiendo. Pero todo lo malo que ha hecho el neozelandés con los frikazos se diluye con todo lo bueno que está haciendo Marvel para los que fuimos jóvenes y nos masturbábamos con el Swimsuit Special en el que salía Hulka tomando el sol en bikini, o con los que estuvimos eternamente enamorados de Koriand´r o a los que leímos batallas entre el Capitán América y Armadillo dibujadas por Paul Neary. Esta película demuestra que no hay un género de superhéroes, sino que cada superhéroe se adecua a géneros cinematográficos diferentes. Así este Capitán Ameríca y esta Shield se mueven como peces en el agua en el thriller de espías setenteros, jugando a las referencias con Robert Redford, Los 3 Días del Cóndor, La Conversación, Steranko, Nómada, Batroc y las mejores escenas de acción que se han podido ver este año en un blockbuster.
09-Justi&Cia
El testamento cinematográfico de Álex Angulo es una patada en los cojones a todos los parásitos chupópteros, corruptos, mangantes, hijos de Blusa y votantes del PP. Pero también es una hostia en las narices a todos los padefos, los “al menos tengo trabajo”, “a estos habría que ahorcarlos”, “es que si hago huelga me descuentan el día” y a esa gente que no hace más, ante la injusticia de los que nos enculan con fruición y pleitesía que encogerse de hombros y asentir con un: “¿Me vas a mear? Me muero de ganas”. La ópera prima de Ignacio Estaregui recupera lo mejor de Esppaña, es decir la novela picaresca, el quijotismo, la sátira berlanguiana y el por cojones (porque su película se ha hecho por cojones gracias a la capitalización del paro, y mostrando aún más cojones la película es una de las mejores y más explíctas críticas a este sistema regentado y gobernado por hijosdeputa). Porque todos queremos ser la pareja protagonista pero nos faltan huevos.
08-Upstream Color
Ah, el clásico cine de autor (AUTOOOOOOOOOOR). Ese cine que sirve sólo para decir que lo has visto y quedar de cultureta, de tío que sabe y que está más allá de esas pelis de tetas y explosiones que van a ver los adolescentes descerebrados. Vamos cine de mierda que sirve para follar en los lavabos de la Facultad de Bellas Artes. La última peli de Shane Carruth, el loco ese que hizo Primer y que no entendió nadie es un galimatías que a ver, no es que sea difícil de entender, es que lo explica nos la pela soberanamente. Pero no pude quitar el ojo de la pantalla durante las dos horas de metraje. Gusanos que anulan la mente, cerdos que son personas, imágenes inconexas al estilo de Je t’aime, Je t’aime de Resnais tremendamente hipnóticas. Sí, sé que la peli es digna de salir en Cultureta Watch y es una patada en los cojones a mis valores cinematográficos, pero la fuerza de sus imágenes y lo hipnótico de su montaje (en serio, menuda obra de orfebrería) demuestra que el cine de autor puede ser un tostonazo y a la vez molar mil.
07-Mil noches una Boda (Party Girl)
Una peli cuyos valores son: Soy puta y mi coño lo disfruta, aunque sea una puta de 70 años” sólo puede aplaudirse a rabiar. Este cuento romántico fallido en el que el verdadero mensaje de liberación no es casarse y reformarse sino dedicarse a hacer lo que a uno le haga feliz, aunque sea ser una puta con el chocho más seco que el césped de cualquier campo que no sea el Camp Nou para Xavi Hernández.
06-Welcome to New York
Un Gerard Depardieu de 250 kgs en pelotas. Abel Ferrara haciendo el biopic más sórdido y putero de los últimos años. Demandas de Straus-Kahn. La imposibilidad del perdón. Viejos más salidos que Ozores en el Liguero Mágico. BRAVO.
05-300: El Origen de Un Imperio.
La locura hecha película. Un sinsentido de dimensiones épicas que abraza el michaelbayerismo más brutalista en el que el más alto, más fuerte, más aceite, más tetas, más sexo es siempre sinónimo de más molonidad. Un desfase para los sentidos en los que el CGI es el auténtico protagonista de esta epicidad jloriosa de pinicula. Una película que además sublima el concepto de precuela desarrollando a lo loco el concepto de mientrascuela. Una de las películas más excesivas del año, algo que desde ente bloj apoyamos sobre manera.
04-El Desconocido del Lago
¿Se puede hacer un thriller pornográfico gay en el que se vean más pollas y mamadas que en los lavabos del Arena y que, un hetero como yo, se quede enganchado ante la trama e incluso llegar a ponerse un poco morcillón ante tanta profusión de alegría del fornicio y del vivir, incluso disfrutando un poco de los primeros planos de eyaculaciones? La respuesta es sí. Un thriller donde uno de los protagonistas es un gayer bigotón y donde el 95% por ciento del metraje está formado por varones de todo tipo, tamaño, medidas y longitudes en porretas y que enmascara uno de los mejores thrillers del año. Además, el cartel fue prohibido en Francia, lo que sitúa a la España del PP en un nivel de libertad bastante más por encima de los rancios carpetovetónicos franceses.
03-Orígenes
La mejor película de Ciencia Ficción del año, más allá de las postales pretenciosas de Nolan y su Interestellar.
Esta pequeña obra de Mike Cahill ahonda en mi pasión por las magufadas revestidas de búsqueda científica y que a su vez están disfrazadas de historias de amor imposibles. Porque en el fondo eso es todo lo que nos mueve en el mundo. Follar, enamorarte de unos ojos bonitos, saber qué pasa cuando te mueres y follar un poco más antes de morir.
02-The Babadook
¿Cuándo fue la última vez que visteis una película de miedo que de verdad os dejase intranquilos, acojongaditos y con miedo de iros a la cama? Yo hace años que no veía una película que me produjese esas sensaciones. Las sobrevaloradas Annabelle, Insidious, The Conjuring que tanto prometían con su intento de volver al terror sobrenatural clásico se quedaron en eso, promesas. Como la mía de no volver a escribir de neverfuckerismo en ente bloj, o la de Paco no hacer caca la próxima vez que quedemos en Gafapastown. The Babadook es una obra que bebe del clásico axioma del cine de terror que dice que es más aterrador sugerir que mostrar, algo que el director de El Desconocido del Lago no entendió.
01-Guardianes de la Galaxia
Star-Lord, Groot, Drax, Rocket Racoon, Gamora, Thanos, Ronan, El Coleccionista, Warlock, Gemas del Infinito, Howard el Pato, Nova. Si le llegan a decir a mi yo de 10 años que 25 años después estas palabras iban a estar en boca de todos seguramente me hubiese enfadado por haberme robado lo que me hacía especial -y hostiable en el patio del colegio. Pero la venida de Marvel me ha pillado mayor, maduro y con la suficiente entereza para no hacerme pajas de placer en el cine. Las miradas de disfrute onanístico que compartí con mi vecino de butaca (un sueco al que no conocía de nada y al que lo único que nos unía era la pasión por los cómics) cada vez que pasaba algo molón en la película resumen lo que ha de ser el cine. Una experiencia total de placer, alegría, diversión, espectáculo, aventura y sensación de que lo que estamos viendo es más grande que la vida. En serio, si alguien es incapaz de disfrutar de películas como estas y se pone a darle la vara con sus agujeros de guión, su incoherencia en algunas escenas y lo desaprovechado que está Draxx (ahí sí que le tengo que dar la razón) es que esa persona ha perdido las ganas de vivir y lo único que le motiva es encargar el ataúd para su funeral. ¡Qué ganas tengo ya del gran advenimiento de la Fase III!