A todos nos fascinan los mundos alternativos. ¿Qué habría pasado si Julio César se hubiera hecho más pajas para entretenerse y no hubiera invadido la Galia?¿Habría cambiado el curso de la historia si el Archiduque Francisco Fernando hubiera llevado un chaleco antibalas del futuro? y, sobre todo, ¿habrías follado más si hubieras jugado menos a la consola y al Monkey Island y hubieras hablado con más mujeres en lugar de ser un puto freak?
Pero dejemos de hablar de mí. O de todos los lectores del blog. Hoy vamos a tirarnos de cabeza, sin agua y con las manos a la espalda a uno de los géneros de la ciencia ficción favoritos de todo nerd: el de historia alternativa. Y como lo de Hitler ganando la guerra está ya muy visto y lo de Tracy Lords como alcaldesa de Torrelodones sólo existe en mis sueños más profundos, voy a centrarme en un tema distinto:
¿Cómo serían grandes títulos del cine americano si hubieran sido españoles?
Empecemos el repaso de diez películas que habrían cambiado la historia del cine tal y como la conocemos. Para bien:
1.- Scarface
Oliver Stone conoció a Rafael Azcona comiendo unos callos en el rodaje de ‘Conan el Bárbaro’. Compungido por una reciente visita a Algeciras en la que por la calle la gente no sólo le pedía la hora, sino también la cartera y el peluco, el famoso guionista estaba buscando una historia sobre la droga en nuestro país que contrastara con el punto de vista de usuario de Eloy de la Iglesia. Entre ambos, pensaron en adaptar el clásico de Howard Hawks ‘Scarface’, pero con un toque español. Una vez descartado Fernando Rey por ser uno de los peores actores de la historia de nuestro país y por haber salido ya en ‘The French Connection’ haciendo de capo del narcotráfico, el protagonista no podía ser otro que el intérprete que había conseguido decir como nadie la palabra ‘¡PORROS!’: José Luis López Vázquez.
2.- Garci’s ‘El Señor de los Anillos’
Cuando Saul Saentz, propietario de los derechos de la obra, vino a España a rodar las escenas de la adaptación rotoscopiada y con el Balrog más cutre de la historia del audiovisual dirigida por Ralph Bakshi, se enamoró de la meseta y los alrededores de Madrid porque, yo qué sé: hasta los más grandes pueden perder materia cerebral si se empeñan en adaptar a Tolkien y han de leer para ello varias veces ‘El Silmarillion’. Así que cuando su aventura animada resultó un fracaso en taquilla debido a que Frodo llevaba el peinado más ridículo de la historia del cine y que Aragorn parecía un indio arapajoe y que Sam tenía la pinta de enano pederasta y que Boromir llevaba un casco con cuernos y que…
Vale. Enough.
Decía que cuando la aventura animada resultó un fracaso, el productor decidió vender los derechos a un joven ayudante de producción que le invitó a cochinillo en Segovia: Andrés Vicente Gómez. Éste tardó varios años en levantar el proyecto porque se encontró con un problema: No se trataba de algo económico. El éxito internacional de su adaptación al inglés de ‘Ay Carmela’ ambientada en Vietnam con Bill Murray luchando contra una manada de tiranosaurios genéticamente alterados por el gobierno comunista le había dejado pingües beneficios. El problema era encontrar a un director.
Por supuesto, la respuesta estaba en el genio de genios: José Luis Garci.
Así que Andrés Vicente planteó una ambiciosa trilogía. Sin embargo, Garci redujo el presupuesto para adaptarla a su visión personal del cine con olor a chorizo y banderillas con cebolletas.
La primera parte fue “El Señor de los Anillos: La Tertulia del Anillo”. En ella, Frodo (Carlos Hipólito) ha de llevar el Anillo Único a Mordor. El resto de la película se desarrolla en el Concilio de Elrond mientras que Gándalf (Fernando Fernán Gómez), Legolas (Macarena Gómez), Aragorn (Gary Piquer) y Gimli (John Rhys Davis, capaz de intervenir en cualquier mierda que le propongan con tal de que le paguen) se fuman toda la hierba de La Comarca. De hecho, se trata de una hora y media de diálogos en la que sólo se ve una niebla de humo.
La secuela, “El Señor de los Anillos, Las Dos Torres-Dulce”, enfrentaba a la Comunidad al malvado Saruman (Enrique Villén) sin saber exactamente a quién está mirando. Mientras, Aragorn se dedica a recrear escenas de Casablanca con Arwen (Elsa Pataki). Finalmente, “El Señor de los Anillos: El Retorno de Fernando Rey”, en un arranque inigualable metalingüístico, veía a toda la Comunidad entrando en Mordor (El Ejido) a buscar una subvención del PP para rodar la propia adaptación de sus aventuras, protagonizada por la versión en CGI del fallecido Fernando Rey en el papel del fallecido Fernando Fernán Gómez.
3- Chatín of Arabia
Todos sabemos que la búsqueda del autor que interpretaría a Thomas Edward Lawrence fue complicada. Con toda la producción prevista para rodar en España, faltaba un protagonista a la altura. David Lean quería a algún actor inglés con pinta de homosexual alcohólico, pero los productores no querían explorar ese ángulo por miedo a que la taquilla se viera resentida. De esta forma, buscaron en el país de rodaje al paradigma del macho ibérico. Lamentablemente, Alfredo Landa estaba ocupado con su larga preparación de casi una década para encarnar la obra definitiva de la comedia nacional, ‘Manolo La Nuit’ (Oscar de Hollywood a la mejor película de todos los tiempos), por lo que hubo que recurrir a the next best thing: Arturo Fernández.
El actor sólo impuso dos nimios cambios: El estreno internacional de la película como ‘Chatín de Arabia’ con el objetivo de dar a conocer el madrileño sustantivo a todo el mundo y el cambio del aburrido de David Lean por un mucho más adecuado Pedro Lazaga, que supo darle el toque más cercano que necesitaba la historia. Más cercano a la oligofrenia.
4.- J.P. Simon’s ‘The Terminator’
Tras su terrible experiencia con ‘Piraña 2, los vampiros del mar’, la joven promesa James Cameron decidió suicidarse viendo un maratón de películas de Marujita Díaz. Sin embargo, entre los papeles que dejó estaba el guión de una película sobre un robot del futuro con pinta de hombre normal, pero con bigote de titanio. Ovidio G. Assonitis, productor de ‘Piraña 2’, se hizo con todos los papeles y huyó con ellos a Grecia a pasar unas vacaciones y preparar su nueva gran producción. Allí conoció a Paul Naschy, el cual le comentó el desastroso panorama del cine de género en España por culpa de la Ley Miró. Así que decidió hacer algo por nuestro país. Dio de lado a Naschy porque nadie podía molar más que él mismo y contactó con el único director de género en activo: Juan Piquer Simón. Éste, por supuesto, sólo tenía una opción para interpretar al robot asesino que intenta eliminar a Sara Conrado (Verónica Forqué):
El resto, no es historia.
5.- Showgirls
Paul Verhoeven nunca pudo realizar su obra maestra porque desde la Península Ibérica se le adelantaron unos años, lo cual privó al mundo de frases como ‘Mi polla está ya dura, ¿por qué tus pezones no lo están?’. Pero la realidad fue que, impulsado por una visita al Pasapoga, Vicente Aranda decidió hacer su épica definitiva en homenaje a las tetas.
Su guión se planteó como un homenaje al mundo de las vedettes con la intención de introducir tan prestigiosa profesión a la Generación X. Ana Obregón interpretó a una joven doctora en física cuántica que viaja a Madrid a triunfar en el teatro La Latina bajo la mirada atenta de la empresaria Lina Morgan. Allí se enfrenta a los celos de la primera bailarina, una Norma Duval con problemas de halitosis. El drama se desata y todo acaba con un baile erótico de Sara Montiel y el suicidio en masa del público.
6.- Intocable
El mayor éxito de la historia del cine español casi no se produjo.
La idea de Álvaro Sáenz de Heredia de realizar una película en la que Chiquito de la Calzada interpretara a un paralítico podría parecer un suicidio económico. Pero nuestro director más fiero y peligroso que llega de ultramarrrl apostó por que Gregorio se pasara toda la película gritando ‘No puedorl’ ante cualquier intento de su partenaire Bigote Arrocet de que se moviera de su silla de ruedas. Finalmente, vino al rescate David Trueba el cual introdujo el elemento esencial: al final de la película, Chiquito se levantaba y, ya recuperado, bailaba y cantaba en japonés ‘Odoré’, de los Cantores de Hispalis.
Ni un ojo seco en el cine y 18 millones de espectadores en una película que ningún español pudo perderse. Atención al imprescindible cameo de Maria Teresa Campos en el papel de dominatrix.
7.- El crepúsculo de los dioses
En 1950, la carrera de Imperio Argentina estaba en horas bajas. Ella había sido la estrella de CIFESA. La más grande y fascista actriz de nuestro cine. Así que un joven José María Forqué, por aquellos entonces empezando en el espectáculo, decidió realizar un sentido homenaje a la estrella y a toda la producción folklórica de los años 30 en España.
Forqué tuvo la habilidad de ofrecer el papel de criado de Imperio a Florían Rey, el que fuera su gran director y ex marido, como guiño al público entendido. Por su parte, en Estados Unidos Billy Wilder intentó poner en marcha un proyecto similar, pero al darse cuenta de que ninguna actriz podría estar a la altura de la barbilla de Imperio Argentina, decidió dedicarse a hacer comedias con señoras antieróticas como Shirley McLaine.
8.- Delta Force
Tras crear Cannon Italia para realizar películas con gente del talento de Luigi Cozzi y Bruno Mattei, Menahem Golan continuó su expansión mediterránea para organizar un eje del mal Tel-Aviv – Roma – Alcorcón. Así que fundó ‘Cannon Spain’, su filial peninsular. Para su primera película, pensó en el mejor director que conocía: él mismo. La idea era hacer un remake de su anterior ‘Operación Relámpago’. Su primo Yoram Globus le aconsejó darle el papel principal del filme, de título ‘Delta Force’, a la estrella Chuck Norris. Pero el corazón de Menahem tiró por otros derroteros. Dado que ‘Relámpago’ había estado protagonizada por Yehoram Gaon, el Manolo Escobar israelí… ¡quién mejor para su película de acción que el propio Manolo Escobar! Eso sí, Globus le impuso que se dejase barba para intentar engañar al mercado internacional.
En un intento de generar interés por la película, se plagó de grandes estrellas como Paco Rabal, Rafaela Aparicio, Antonio Ozores, Victoria Abril y Robert Forster, que de todas formas ya andaba por la época rodando bazofias varias en Europa. Marujita Díaz borda su papel de amante de George Kennedy en una película que nadie puede olvidar y sin la cual no existiría Paramount Channel.
9.- Dos hombres y un destino
En una visita a Torremolinos, el prestigioso guionista William Goldman dejó a deber una abultada cuenta en el minibar después de que le robaran la cartera en la playa nudista de Costa Natura al no tener ni idea de dónde guardarla. En pago al hotel dejó su guión para ‘Dos hombres y un destino’, el cual fue rápidamente adquirido por el productor Arturo Marcos con el fin de amortizar sus decorados de western en las afueras de Madrid.
Sin embargo, Marcos, que estaba en su etapa como financiador de Jesús Franco, había perdido todo su contacto con la realidad tras ver ‘Las vampiras’, por lo que contrató a dos cómicos de gran nivel con el fin de llevar a la pantalla las aventuras de Butch Cassidy y The Sundance Kid:
Fue el inicio del emparejamiento más importante de la historia del cine, sólo a la altura de Lemmon y Matthau o Bud Spencer y Terence Hill.
10.- Berlanga’s ‘El Padrino Nacional’
Un día sentado en el váter, Luís García Berlana se leyó del tirón ‘El padrino’ de Mario Puzo. Allí encontró la base para la trilogía crítica con la España de la época que quería hacer. Llamó a Azcona, se limpió el culo con el libro y se puso manos a la obra sin pasar por el lavabo antes. La historia se trasladaría a Valencia, con toda la sordidez que ello conlleva. Como visionario que eran, Berlanga y Azcona situaron en la costa mediterránea una historia de pasión y corrupción. Pero necesitaban a los protagonistas. El Padrino Víctor Corleón sería la encarnación metafórica de la España franquista. Sólo había un actor que podía hacer tal papel:
Tras el esperado éxito de la película, llegaron las secuelas: ‘El Patrimonio del Padrino’, con José Sacristán intentando adaptarse a la nueva españa post franquista y, varios años después, ‘Padrino III’, gran fracaso en taquilla debido a su insistencia de poner a Santiago Segura en el papel de la hija de Miguel Corleón.
Y ya está. Creo que voy a tomarme mis pastillas…