Trilogía del Héroe Del No Follarás En La Vida (™) Parte 1: Probando Poo-Pourri

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Lo peor de hacer un blog es cuando tienes una idea absolutamente idiota, pero no puedes refrenar el impulso de llevarla a cabo. Luchas por escribir cosas más serias. Intentas hablar del ritmo en el cine cultureta. Te planteas hacer una nueva entrega de ‘Hechos conocidos por todos que en realidad son mentira’ para demostrar que tienes más cultura de lo que parece. Feck, hasta te lees ‘El Lamento de Portnoy’ de Philip Roth para poder hablar de un autor respetado. Cierto es que el libro va sobre onanismo y estreñimiento y que tiene el mejor inicio de capítulo de la historia de la literatura:

“LOCO POR LOS COÑOS
¿He mencionado que cuando tenía quince años me la saqué de los pantalones y me la machaqué en el autobús 107 desde Nueva York?”
Sin embargo, y por muy adecuado que sea esta temática para el blog, un duende cabrón en tu cerebro se mea en tus neuronas y te impulsa a llevar hasta el final la idea idiota. Es como probar galletas para perro o contar tu experiencia de aquella vez que te pillaste el prepucio con la bragueta a esa chica guapa a la que acabas de conocer: sabes que está mal, pero no puedes parar el pedo mental.
Este nuevo concepto se me ocurrió un día hablando con una amiga que sobre un tema que retornará en la tercera parte de la serie. Era hacer una trilogía de posts que me convirtieran en el Héroe del No Follarás en la Vida (™). El miembro más importante de la comunidad NEVERFUCKER de toda la blogosfera. Una especie de performance escrita / experimento científico conmigo mismo como cobaya.
Empezamos esta serie de mini posts que acabarán con toda posibilidad de que una mujer me hable en cualquier evento público con lo más obvio: un plano mío sentado en el retrete.
Por si no lo recordáis, hace unas semanas hablé de Poo-Pourri, un producto maravilloso con el mejor anuncio de la historia de la publicidad. Aquí podéis verlo:
Los artículos que no se venden en tiendas siempre me han parecido sospechosos. Si son tan buenos, ¿por qué no son masivos? Pero tenía que probar para ver si esta cosa funcionaba. A pesar de que los gastos de envío desde EEUU fueron casi más caros que el botecito en sí, me lancé a gastar mi dinero en esto en vez de en cosas más prácticas como vinilos rayados de segunda mano de Samantha Fox que ya tienes en CD, pero que compras por tener la foto del inlay.
De entrada, la carta con la factura tenía todo el arte. Al lado de la cantidad y del precio, hay una nota que pone ‘Flush yeah!’, indicando que el humor forsale es internacional. Utilizan la Falacia Natural para describir su spray, pero hay que quererlos por la forma en que lo hacen: “La mayoría de los productos para el hogar son tan naturales como una rubia de Texas”.
Curiosamente, entre tanto humor y buenrollismo de marketing (me recuerdan a las facturas y mails que mandan los de CD Baby), no hablan del verdadero uso de este producto: A tí te da igual dejar tu casa apestada. Lo importante es por fin llegar al hogar de la persona que te has ligado y tener que plantar un muñeco tamaño Mazinger Z. La olor hace que bajen tus oportunidades de prespitación en un 75%. No lo reflejan en el folleto, pero el hecho de que manden una versión de bolsillo como prueba de otra de las fragancias hace que sospeche que conocen la cruda realidad.
Y ya está bien de escribir: aquí tenéis el vídeo de la prueba tras una buena cena en una hamburguesería de Lavapiés en la que le echan un kilo de humus a la carne. Pensé en ir a un hindú, pero mi devoción hacia este blog no lleva al suicidio estomacal:

 

“No es para tanto”, pensarán algunos. Con una imagen tuya cagando NO conseguirás ser el Héroe del No Follarás en la Vida. Aaah… pero es que quedan dos posts más progresivamente más denigrantes. Estad atentos. O mejor no.

Definitivamente, mejor no. Por favor.

Paradme.

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