La izquierda española vive un momento mediático dulce gracias a “Poemo”. No porque estén haciendo campañas cojonudas. No porque sus propuestas revolucionen a la sociedad. No porque Pablo Iglesias sea un monstruo dialéctico de tal nivel que hace una gira por Soria con la momia de Christopher Hitchens y se forra. No. Su subida en popularidad se debe a la mediocridad de sus contrincantes. Si bien Inda o Maruenda eran punching balls demasiado sencillos para un tío que declaró tras ver un capítulo de ‘The Newsroom’ en el que el protagonista anulaba a una representante de ‘Occupy Wall Street’ “¡Entrevístame a mí si te atreves, Will McAvoy!”, lo de la Espe hace unos días en La Sexta ha sido espectacular. Era como ver el Alemania-Brasil, pero sin pacto anti ensañamiento en el descanso.
Pero también se puede hacer una izquierda a la que yo votaría a través de campañas publicitarias y no por holocaustos dialécticos. Y aquí entra Germán Martínez.
Candidato a algo así como ‘Alcalde provincial’, figura política peruana que desconozco pero que sospecho que tendrá que ver con grandes distritos con varias pedanías (que algún peruano me corrija si es que llegan aquí visitas americanas que no sean de Méjico o Argentina), Martínez es un poeta, pintor e incluso lo que ningún estudiante de periodismo en España logra ser: periodista. Enfrentado al fujimorismo como toda persona de bien, se presenta como el salvador de Pucallpa. Está claro que es un lugar que necesita ser rescatado. ¿Por una persona normal? NO. Por un superhéroe. Así que nuestro onvre ha confeccionado una serie de carteles que me han hecho aplaudir hasta con mis dos testículos. Porque tengo dos. Gracias a dios.
Comenzamos con la referencia básica: La Guerra de las Galaxias. En Pullcapa hay corrupción y empresarios chungos. Germán se presenta como Obi Wan sin barba, lo cual nos recuerda a ‘La Amenaza Fantasma’, una mala jugada de relaciones públicas. Obsérvese la maravillosa caricatura digna de pintor de Plaza Mayor que cuelga dibujos de Vizcarra como propios.
Pero Martínez sabe que no puede limitarse al cine. Los tebeos son también importante para el votante freak, por lo que se convierte en el Capitán América, ese estadounidense que lleva la bandera de Puerto Rico en el pecho, para defender los intereses de Perú. Por si no queda claro. Para este nuevo cartel usa su maravillosa y sonriente caricatura, de la que YA eres fan.
Tan fan que sólo le falta una cosa para la perfección: pelos. Germán es todo carisma, pero su evidente falta de cabellera le perjudica a la hora de alcanzar la alcadía. Así que se coloca el tupé más épico del anime, curiosamente identificando la obra de Toriyama con la filosofía y la mística. Una mística en la que dios es un extraterrestre con antenas y en la que se tiran todo el día a hostias.