Oh, sí:
Begbie contra Shakespeare
Un sueño para algunos ninguno… ¡UNA PESADILLA PARA OTROS TODOS!
Nicol Williamson (Nick para sus amigos victimas que en algún momento han sido capaces de hablar con él y sobrevivir a la experiencia) es muy querido entre los frikis de todo el mundo por haber encarnado Merlín – el mago más entretenidamente demente de la historia del cine, (ni nuestro paisano escocés perturbado Sylvester McCoy es capaz de hacerle sombra con su alucinogénico Radagast) – en la inmensa peli “Sexcalibur” del muy, pero muy, pero muy sórdido ídolo de ente vlog, John (Excali)Boorman.
Boorman le fichó porque había sido amante de Helen Mirren cinco años antes. (Espera: ¿un escocés demente y feo se folló a la joven Helen Mirren? ¡Hay esperanza para un servidor!) Pero, desde entonces, se rumoreaba que no se soportaban, y el director de “Zardoz” quería que saltarían chispas en las escenas entre los dos en sus enfrentamientos en la pantalla.
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Nicol con su ex amante Helen Mirren (lucky bastard) «Mi picha es mas larga que la vara de Gandalf.» |
Lo que pocos españoles saben es que Nicol Williamson era también, sin duda alguna, el actor más temido de la historia del mundo. ¿Por qué? Porque era un psicópata ultra-violento, alcohólico y misógino de la clase obrera de Glasgow que medía 190 centímetros y que se dedicó a trabajar en el teatro Londinense y de Broadway precisamente para “aterrorizar a las mariquitas que poblaron sus escenarios…y follar a las zorras guapas, frígidas y frustradas” que eran sus compañeras de profesión, en palabras del propio y encantador Sr Williamson.
Su reinado de terror empezó mal, sin embargo, como adolescente de reparto fijo del teatro de la horrendamente fea ciudad escocesa de Dundee (dicho teatro también dio al mundo Iain Glen, el que hace de Ser Jorah Mormont – consejero, guardaespaldas y pagafantas de la Khaleesi en “Juego de Tronos” – y Brian Cox, que no solo tiene apellido que significa “pollas,” pero que sale en todas las pelis rodadas en los últimos 20 años). El problema de Dundee desde el punto de visto de Nicol es que sus actrices eran tan horrendamente feas como sus obras maestras arquitectónicas satánicas que siguen provocando sueños húmedos en nuestro ilustre fundador, Ser Vicisitud y Sordidez, cada vez que va de vacaciones a Escocia.
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Joven Nicol con las mozas mas hermosas de Dundee: «Tengo que irme a Inglaterra» |
No tuvo más remedio que ir al West End de Londres, donde la mera mención de su nombre sigue provocando sueños húmedos pesadillas meacamas y pudrecolchones entre los actores, directores y críticos años después de su muerte.
Había actores a los que les gustaba beber mucho alcohol, como Richard Burton; había actores a los que les gustaba luchar – pero siempre con espadas y únicamente de forma bien coreografiada sobre el escenario – como Christopher Plummer; y había un montón de actores a los que les gustaba hacer el amor – casi siempre con otros actores varones – desde fuera del armario, como el adorable y excéntrico Sir John Gielgud, o desde dentro, como el detestable Sir Laurence Olivier.
El joven, pero, aun así, feo (cara de hacha y pelo que parece rizos púbicos pelirrojos largos) Williamson fue un fenómeno nuevo: según una joven y atractiva actriz que trabajó con el:
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Nicol con 22 años, de verdad |
» Nick no tiene más aficiones que – en esta orden- beber MUCHO, pelearse con TODO hombre vivo, y follar a TODAS las mujeres que puede. Dios mío ¡es fabuloso!”
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¡Pubes!Por los pelos. |
En contraste con los clásicos aristocráticos (y amanerados) actores de la vieja guardia, Williamson presumía que su Hamlet, “es tan masculino que mis bolas de acero escocés chocan como el trueno sobre las tablas.»
Cuando un viejo amigo de Glasgow le dijo que las calzas Shakesperianas eran unas prendas “muy de maricones”, Nicol anunció con orgullo que dejarían ver a todas sus compañeras y a las munheres del público que “mi picha es tan enorme que tengo que atarla a mi pierna con una correa.”
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Nicol como Hamlet con su ex amante Marianne Faithfull: «Mi chocolatina Mars Bar es mucha más larga que la de Mick Jagger.» |
Preguntado por un periodista por qué sus compañeros varones le tenían tanto miedo, Nick dijo:
“Me temen porque soy tan macho. Sé que soy muy masculino, demasiado masculino para ellos.”
Lo que no contó era toda la verdad: que solía dar puñetazos brutales a cualquier actor que no le gustaba, que eran casi todos los cómicos de entonces.
Sir Laurence Olivier dijo en privado que Williamson era el hombre más terrorífico del universo cuando le preguntaron por qué no hacia ningún intento de recuperar su joven mujer barba, la MUY, MUY, MUY, MUY, sórdida Sarah Miles cuando se hizo amante de Nicol.
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«Cup of pee, love?» Nicol descubre que Sarah Miles bebe su propia orina para mantenerse joven (sic) y guapa (sic) |
Lo más raro es que Williamson también ganó una reputación como actor magnifico: según el premio Nobel de la Literatura, Samuel Beckett, Nicol era sencillamente un “genio”.
Para el dramaturgo (sobrevalorado) inglés John Osborne, era “el mejor actor del mundo desde Marlon Brando”.
El hecho que Osborne era otro psicópata sádico, homofóbico y misógino será pura casualidad. ¿Cómo de sádico y misógino? Cuando su quinta esposa, la actriz Jill Bennett, se suicidó a causa de su crueldad, dijo sobre su funeral:
“Era la mujer más maligna que he conocido. Su voz era como un cachorro con la boca llena de papel higiénico. “Adolf” [su apodo para ella] nunca compró una pastilla de jabón en todo el tiempo que vivió conmigo. Su frigidez era casi total. Ella estaba a gusto sólo en compañía de maricones, a quienes ella también despreciaba, pero cuyo narcisismo rivalizaba con el suyo. Mi único remordimiento es que decidí no escupir en su ataúd abierto.”
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Voy a ayudar a mi amigo John con la eulogia. |
Solo es cuestión de tiempo un concept álbum de Roger Waters en homenaje a Osborne.
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Material fecal + la peluca de pelos púbicos de Nicol – su talento = John Osborne |
Sin embrago, otros expertos juzgaron a Williamson mas severamente. El escritor y director escocés John McGrath dijo: “Lo que pasa con Nick es que realmente le gusta la selva porque ahí es donde él vive.”
El humorista Jonathan Miller una vez opinó, tras una cena desastrosa con Williamson que : »Disfruto mucho estando cerca de monstruos sagrados, pero preferiblemente cuando estén encerrados dentro de sus jaulas en los parques zoológicos.»
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Nick con 31 años. Al menos no era mas feo con el paso de los años. |
Quizás la crítica más común de Williamson era que, aunque muy carismático sobre el escenario, no era buen actor. Y, parece mentira, pero él estaba de acuerdo: «No puedo actuar, porque soy JODIDAMENTE REAL.»
El antes mencionado Gielgud, famoso por su honestidad y picardía, dijo una vez a John Osborne: “No aguanto a Williamson. Es el actor menos atractivo que he visto en muy vida y no tiene nada de talento. Es especialmente malo en su nuevo papel escrito a su medida por su insoportable amigo – aquel dramaturgo inútil que solo escribe bodrios aburridos.” Por entonces, Williamson era el protagonista de la nueva obra de Osborne.
Lo penoso es que Williamson, cuando quería, podía ser muy bueno, véase su papel de Little John en la joya de Richard Lester, “Robin y Marian” o su brillante grabación en audio de “The Hobbit”:
Pero el teatro en directo fue su elemento natural – solo allí podía “interactuar” (es decir, atacar) a sus compañeros siete noches a la semana. Y, después de haber torturado los ingleses, decidió que era hora de conquistar a los Estados Unidos.
Su debut en territorio yanqui no pudo haber salido mejor desde la perspectiva de Nicol. En la fiesta tras el estreno de su obra en Filadelfia, le dio un puñetazo en la cara al hombre más poderoso del teatro estadounidense, el productor de Broadway David Merrick. La leche fue tal que dejó a Merrick inconsciente y desangrándose entre unos cubos de basura.
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El encanto de Nicol impresiona a los actores, críticos y productores. |
En muchas ocasiones en Broadway golpeó a otros actores en frente del público al bajar el telón por “comportarse como nenazas durante mis aplausos.” También le rompió la nariz a un compañero con un cabezazo por oír mal la frase teatral “It’s a wrap” (el show ha terminado) y creer que había dicho “It’s crap” (es una mierda).
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¿Quien se atreve a comportarse como un maricón? |
Solía gritar direcciones a los demás miembros del reparto DURANTE las actuaciones. Al descubrir que muchos actores norteamericanos eran algo más combativos que los sensibles ingleses, nuestro Nicol empezó a practicar halterofilia para garantizar que, “sería tres veces más fuerte que cualquier otro actor en una pelea.”
El clímax de su carrera sobre las tablas fue la obra “I Hate Hamlet” en 1991. El joven creador, Paul Ruddick, se reunió en un restaurante de Nueva York con Nicol antes de empezar los ensayos para averiguar si estaba en condiciones, a sus 52 años, de afrontar una larga gira por todos los EE.UU. En particular, le preocupaba su reputación como alcohólico sexista y violento.
Williamson le contestó:
«Querido amigo , sé que has oído chismes , pero no debes cree ni una sola palabra. Estoy en la mejor forma de mi vida. Llevo meses sin pegar a nadie. Y yo no he bebido nada de alcohol desde hace más de un año.«
Según Ruddick, “Decidí creerlo, a pesar de una rápida mirada hacia n la mesa, donde vi una copa de coñac, una botella de vino y una jarra (de dos litros) de cerveza, todo lo cual había sido vaciada recientemente por Nicol.”
Al salir del restaurante Nicol le invitó a su apartamento, donde insistió en auto-acompañarse sobre un órgano Hohner y cantar todo un Song Cycle que había compuesto, basado en su divorcio. Cada canción consistía en gritar insultos obscenos sobre su ex esposa y todas las demás mujeres de su familia.
Solo es cuestión de tiempo un concept álbum de Roger Waters que recupera estas (des)composiciones de Williamson.
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Estreno mundial del «Song Cycle» de Nicol en una actuación exclusiva para su esposa. |
Después de la primera semana de actuaciones, que casi llevó a Ruddick, el resto del reparto (jóvenes promesas como Evan Handler – ahora conocido como el bajito calvo sadomasoquista en “Californicacion” – todos traumatizados por las amenazas constantes de Williamson) y la directora del teatro (víctima de su campaña de acoso sexual) al manicomio, el dramaturgo no pudo más con su locura, y decidió faltar una noche de su propia obra para cenar con unos colegas.
La cena iba muy bien, y Ruddick casi pensaba que podría volver el día siguiente con las pilas recargadas, hasta que un amigo llegó corriendo a su mesa, exclamando: «¡Oh, Dios mío! ¿Sabes algo de su estado? ¿Está seriamente herido? ¿Está bien? «
«¿Quién? ¿De qué estás hablando?» preguntó Ruddick.
«¡Esta noche en tu obra de teatro! ¡Nicol Williamson ha apuñalado a Evan Handler!«
Durante una escena de esgrima, Nicol realmente había atacado con su espada a su co-estrella. El pequeñito y pacifico Handler, muy sabiamente, había abandonado el escenario, la actuación, y la obra. (El milagro es que no abandonara la profesión.) Su suplente había terminado – temblando – el show de aquella noche.
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Escocia no juega partidos amistosos. No sabes con quien te has metido, Evan. |
En absoluto arrepentido, Nicol se defendió en una conversación con Ruddick: “Toda la culpa es tuya. Sabias ls que iba a pasar cuando me contrataste.”
Ruddick tuvo una idea: vio que en una pequeña mesa fuera del camerino de Nicol había una botella que contenía su medicación de la presión arterial. Planificó la sustitución de sus pastillas por el arsénico o veneno para ratas. Pero al último momento, abandonó su plan de asesinato por tener que quizás “nada podría matar aquel viejo lunático escoces y su venganza seria satánicamente cruel.”
Curiosamente, la frase equivalente del “Viejo Nick” en el dialecto escocés es un apodo para el mismísimo Diablo.
Hacia el final de su vida, accedió a una entrevista para un periódico escoces, su primera en casi 40 años desde que salió del país. Acudió a la cita (en Londres) acompañado por su hijo, su guardaespaldas, su joven novia rubia, y su represéntate. Según el periodista, todos ellos miraban Williamson MUY nerviosamente “como un nido de conejos hipnotizados por una serpiente. Nunca he visto a cuatro personas con lenguaje corporal colectiva TAN nervioso.”
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Hasta mi bigotón es mas dura que la polla de David Bowie. |
Pero Nick tuvo su lado bueno, también. Preguntado si no le apetecería volver a su país natal una sola vez antes de morir, el jran Nicol contestó de forma serena: “Por supuesto que no. Odio a Escocia – la gente bebe demasiado y es muy agresiva.”
¿Cinismo, delirio o madurez? La respuesta está clara: ONVRÍA.