Tras unas semanas alejado del blog, retorno como era de esperar: con ganas de polemizar, con el ‘Assassin’s Creed IV’ terminado y, por supuesto, falto de ideas. Así que recurro al siempre bonito y útil truco de la secuela. Que si lo hace
Michael Bay, ¿quién soy yo para llevarle la contraria?
Por lo tanto, retomo mi cita anual de listas de cosas que creemos ciertas, pero que son mentira por el mismo motivo que Blake Edwards hizo ‘Tras la pista de la Pantera Rosa’: desidia mental y reutilización de trabajo ya hecho. En mi caso, la foto del gato escéptico que encontré pero no puse en
la segunda parte:
Así que, como le dijeron los sextillizos al cuello del útero, no dilatemos más la situación, que total va a doler igual. Comencemos a derribar los cimientos del mundo tal y como lo conocíais. Por tercera vez.
1.- Los cinturones de asteroides no son mortales laberintos similares a un videojuego.
En los últimos meses han ocurrido varias cosas impresionantes: Espe arrollando una moto. John McTiernan saliendo del trullo con trabajo. Dos Cine Basura programados en tres meses. Y, por supuesto, el estreno de “Cosmos, el Retonno”, un programa cuyo visionado me provoca explosiones de amor pichal de tal magnitud que doy gracias a dios porque mis cojines sean grises y lavables. Neil De Grasse Tyson y su inmenso bigotón son dignos sucesores de Carl Sagan. Además, Sagan ni siquiera tenía meme, y Neil SÍ:

Sin embargo, entre erizamiento de vello escrotal y erizamiento de vello anal, me quedé un poco chafado cuando vi en el primer episodio un plano en el que la Nave de La Imaginación (esa cosa que parece el sueño húmedo de un diseñador de ‘La Amenaza Fantasma’ aficionado a los dildos gigantes) pasa por un cinturón de asteroides como si estuviéramos en ‘El Imperio Contraataca’. Así, sorteando pedruscos. Pero la realidad no es así. La distancia entre cada asteroide de varios kilómetros de largo viene a ser de media algo más que la distancia mental entre Enrique Dans y Carl Sagan. Esto es, unos 5 millones de kilómetros. Así que, si estuvieras encima de uno de ellos, apenas verías nada a tu alrededor. Y te morirías de frío y falta de oxígeno, que estás tonto.
2.- Las gotas de lluvia no tienen forma de gota.
Como nos enseñó Johnny Depp en ‘Cry Baby’ y cualquier chica moderna y atrevida con afán emo, las gotas siempre son así:
Pues no. Así es como corren por la mejilla. En realidad, las gotas de agua al caer son esféricas o, en el caso de lo que científicamente se llama “goterones de la hostia”, como pequeñas hamburguesas. Esos dibujitos que indican lluvia en la aplicación del tiempo de tu móvil no sólo NO indican que vaya a llover, sino que además están gráficamente equivocados.
3.- Los ninjas no iban de negro
Chuck Norris nos enseñó que los valientes visten de negro. La Cannon y el ‘Shinobi’ de recreativas, que los ninja también van de negro. Y Godfrey Ho que utilizaban teléfonos de Garfield…
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Un clásico del cine |
… pero todos nos mentían. Excepto Godfrey Ho, que nos mentía y nos timaba. Pero esto no es un post de cine-colonoscopia. Así que vamos a lo que nos interesa. Los ninja originales, como sin duda saben todos los visitantes del blog aficionados a ir al Expo Manga a ver chicas ligeras de ropa y a comer ramen instantáneo de la tienda de los chinos de la vuelta de la esquina, iban más bien como gente normal o disfrazados. Por aquello de que su cometido era pasar desapercibidos. Lo cual no quita que alguna vez se pudieran vestir de negro, posiblemente para una tarea nocturna de ligar a una gótica fan de The Cure.
4 La tierra en Marte no es roja.

Según parece, desde siempre se ha visto Marte con un ligero color rojizo. Yo debo de estar torpe, gilipollas o simplemente, que mi operación de la vista hace que de noche no vea un carajo, pero nunca me he dado cuenta. Eso sí, se se ve con un telescopio normalito, definitivamente aparece más colorada que yo cuando una munhé me pide una foto (HA OCURRIDO, LO JURO). Pero la realidad es que la superficie de Marte, en contra de lo que dice el cine malo como ‘Planeta Rojo’ y el cine HOSTIAPUTA como ‘Desafío Total’, no es roja. Es más bien… caramelo o amarronado. Como una Almería un tanto más oscura e igualmente acogedora. El caso es que muchas rocas de la superficie tienen hierro, el cual se oxida. Ese polvo se levanta por la atmósfera et, regardez la gilipollez, hace que el cielo se vea rojizo.
De hecho, la tierra en marte puede ser algo dorada e incluso verdosa, lo cual demuestra una lamentable falta de sentido estético por parte del planeta de la guerra.
5.- Ronald Reagan no iba a interpretar a Rick en Casablanca

A todos nos gustan los ‘¿Qué habría pasado si…?’: ¿Qué habría pasado si Sean Connery hubiera interpretado a Gandalf? ¿Qué habría pasado si Hitler no hubiera invadido Rusia? ¿Qué habría pasado si mi novia no me hubiera pillado lamiéndole un pezón a su mejor amiga? De todos estas chorradas que llenan las páginas de curiosidades y demandas de divorcio, una de las más famosas es el que el imbécil de ex presidente, lamedor de culos de los lobbys y actor de tercera Ronald Reagan estuvo a punto de protagonizar ‘Casablanca’ La cual, para los que no lo sabéis porque no veis cine anterior a ‘Pulp Fiction’, era una de esas películas sin colores con frases ridículas como ‘¿Son cañones o los latidos de mi corazón?’ que por algún motivo (esto es: que Bogart mola, que Curtiz sabía mover la cámara y que la nostalgia es algo muy poderoso) es un clásico indiscutible de esos que, como ‘Lo que el viento se llevó’, ‘Regreso al futuro’ o ‘Los Bingueros’ nadie se atrevería a remakear.
Con el problema de que ‘Casablanca’ sí que tuvo un remake en el 80… con Charles Bronson… del director de ‘Kinjite’… pero este es otro tema de trivialidades de esas que, por una vez es verdad.
No como lo de Reagan. El morbo de este rumor es que, si el capullo este hubiera protagonizado la película, quizá habría sido una estrella de verdad y nos habríamos librado de la era reganiana que dio origen al neoliberalismo salvaje. Pero Bogart siempre fue la única opción para interpretar a Rick. El rumor surge de una nota de prensa de Warner que anunciaba a Reagan y Ann Sheridan como protagonistas. ¿Que quién es Ann Sheridan? Pues la protagonista de ‘Kings Row’ junto a Reagan, peli hoy en día famosa por su tema principal. Escuchadolo, anda. Id a Youtube. Llevaros una sorpresa. Que esa melodía oculta otra curiosidad de Trivial Pursuit que también es verdad.
Segun Snopes.com, esta nota de prensa se publicó sin conocimiento del productor, que todavía no había comenzado el casting de la película. Simplemente se trataba del estudio manteniendo el nombre de sus estrellas en el candelero pegándolas a cualquier guión que andara por ahí. De hecho, Reagan nunca podría haber protagonizado la película aunque hubieran querido que lo hiciera: para cuando se supone que se iba a iniciar el rodaje, EEUU ya había entrado en la II Guerra Mundial y Warner sabía que Reagan era teniente en la reserva e iba a ser alistado.
Por otra parte, da igual lo que pensaran en Warner y la becaria que hizo esa nota de prensa: ‘Casablanca’ era una producción de Hal Wallis, y toda decisión creativa estaba en sus manos independientemente de lo que quisiera el estudio. Y Wallis quería a Bogart. A pesar de ser un enano con voz de pato Donald. Pero enano con voz de Pato Donald mítico que no llegó a ser uno de los peores presidentes de la historia.
6.- La vitamina C no cura los resfriados.

Desde pequeñitos estamos acostumbrados a muchas chorradas: no bañarnos sin hacer la digestión, no contestar a los mayores cuando dicen pamplinas y no pajearnos para no quedarnos ciegos. Una de esas leyendas es matarse a tomar zumo de naranja o pastillas con vitamina C cuando tenemos un trancazo o para prevenirlo. Es inútil.
La vitamina C sirve para prevenir un resfriado más o menos lo mismo que tomarse un montadito de anchoa con leche condensada. Y para tratarlo en sí, hay algunos estudios que sugieren cierta levísima eficacia, pero es probable que se trate más bien de ruído en la investigación, excepto en algunos casos recientes que revelan beneficios también leves sólo para gente en condiciones muy específicas (atletas en condiciones de frío extremo y con resultados que hay que tener cuidado de extrapolar)
Así que, si pillas un resfriado, lo mejor es quedarte en casa y, si se tercia, echar un polvo, que suele venir muy bien para descongestionar la nariz. Esto último me lo acabo de inventar, pero nunca es mal momento para echar un polvo. Ni siquiera si se está resfriado.
7.- La imagen de Santa Claus no fue inventada por la Coca Cola
Otras de esas trivialidades que se suelta en medio de una conversación para parecer un maestro liendre que de todo sabe y nada entiende. Este mito está muy extendido, en parte porque mola meterse con la navidad y todos sus iconos. Que no son cosas cool. Es ñoñerío.
Que les follen. A mí me encanta la navidad: Regalos, no se curra, reuniones sociales de vergüenza ajena, comas etílicos con un cuñao gracioso y volverse a casa tras la fiesta de noche vieja cuando tu pareja se ha liado con otro. No es que eso me haya pasado a mí. No más de una vez al menos.
Así que, como el imperialismo es malo, la navidad es sólo algo comercial y todos tenemos un Scrooge dentro, es muy jugoso decir que incluso la imagen del gordo pedófilo ese está inventada como truco de mercadotecnia. Al fin y al cabo, el rojo es el color corporativo de la bebida esa que no es Irn Bru, por lo que no nos gusta en ente bloj.
Según Snopes (como habéis comprabado, la web de referencia/plagio para este post), la imagen de barburo orondo de rojo de Santa Claus no tiene un origen definitivo y no fue inventada especialmente totalmente por Coca Cola. Las ilustraciones con esta iconografía son anteriores al primer anuncio que sacó la compañía utilizando al popular personaje. Esto es: que aprovecharon lo existente porque, al fin y al cabo, tenía los mismos colores: el rojo de la úlcera que te provoca el exceso del refresco y el blanco de los empastes que te tienen que poner por el exceso de azúcar que aporta.
8.- Las pirañas no atacan generalmente a los hombres y no te dejan como un esqueleto flotante
Cuando yo pienso en una piraña, lo primero que se me viene a la cabeza es esto:
El motivo ya fue vergonzosamente explicado en este pretérito y extrañamente exitoso post (follow up: NUNCA llegué a ligarme a la chica. Pero en breve nos vamos juntos a ver a David Hasselhoff en directo. ¿Es amor? Claro que no: es HAMOR)
Cuando una persona normal, sin embargo, nombra a estos simpáticos bichejos, lo suyo es esto:
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Mierda: estoy en una peli cutre de pirañas y ni siquiera es la que sale The Hoff |
Pero la realidad es que las pirañas no son los asesinos fluviales que Joe Dante y John Sayles nos hicieron creer (sí, sí: ese John Sayles; el de ‘El Secreto de la Isla de las Focas’ y ‘Lone Star’). Estos peces con necesidad de mondadientes no son capaces de dejar a una vaca o una persona en cuestión de segundos como un esqueleto de clase de anatomía.
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O de peli chunga de los 50 |
La especie más agresiva de pirañas puede atacar en grupos y entrar en frenesí de zampa, pero principalmente se alimentan de peces, plantas, crustáceos o carroña. La noción de las pirañas zampándose en dos minutos un mamífero no es verdad. Necesitarías 300 peces muy dedicados y con más hambre que Juan Manuel de Prada en un vegetariano. Y aún así, no atacan a grandes seres vivos.
De hecho, no existe ni una muerte humana documentada por una piraña. Si acaso, te pueden meter un mordisco, sobre todo si atacas su nido o tienes una herida abierta cuando te metes en el agua. Así que la pregunta ‘¿Habrá pirañas?’ cuando te metes en un río infestado de cocodrilos no tiene mucho sentido, por aquello de que los lagartos grandes si que son más aficionados a comerte enterito. Por mi parte, yo si me baño en un río, lo primero que me viene a la cabeza no es la fauna, ni las sanguijuelas ni los parásitos que se te meten por la uretra. No. Es la cagalera que me va a entrar como remueva el fango y me trague un par de buches de agua. Cosa que me aconteció con 13 años cuando, en excursión de clase, atravesé medio río como Chuck Norris en Vietnam, pero con una misión más encomiable: ver a mis compañeras de clase en top less. ¿Valió la pena la diarrea de tres días posterior? La respuesta está clara: al menos no había pirañas.
9.- Leer con poca luz o esforzar la vista no nos jode la visión.
Normalmente nos dicen que no miremos la tele de cerca. No por el normal temor a que una mano nos arrastre al otro lado y luego tenga que venir una enana medium a sacarnos. Sino porque nos dice que nos vamos a quedar ciegos. Lo mismo con leer un libro con poca luz muchas horas. Tiene su lógica: si fuerzas mucho la vista, se estropea. Como intentar hacerse más de tres pajas seguidas, que te la deja que ni un clérigo de nivel 20 te la puede arreglar.
Pero no se pueden dañar los ojos usándolos. Es cierto que hacerlo en condiciones malas de iluminación puede causar cansacio, dolores de cabeza y ser un freak antisocial si estás todo el día con el Elder Scrolls Online. Pero ese cansancio no es acumulativo, y una vez terminas de leer ‘Las últimas crónicas de Thomas Covenant’ o de estar
mirando el facebook a ver si la pelirroja esa tan prerrafaelita que te pone actualiza, desaparece. ¿Entonces por qué los empollones tienen gafas? Para así poder ser distinguidos en las películas americanas de instituto. Que estáis tontos.
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Mitos cinematográficos Y VITALES. |
Y antes de que lo digáis: soy consciente de que hay estudios que sí que dicen que forzar mucho la vista la empeora. Pero son la minoría. Como las pelirrojas prerrafaelitas que han cometido el error de aceptarte en Facebook.
10.- No tenemos cinco sentidos.
Termino con uno que sospecho que la mayoría ya sabéis, pero qué coño: es el que permite decir más chorradas. Desde niños hemos aprendido que existe la vista para poder apreciar la forma de las tetas, el gusto para poder apreciar el sabor de las tetas, el tacto para poder evaluar la dureza de las tetas, el olfato para saber si son tetas sudadas y el oído para escuchar el insulto que te largan cuando intentas agarrar una teta sin pedir permiso. Además, sirven para muchas más cosas menos importantes que las tetas, pero útiles al fin y al cabo.
El caso es que, además de estos cinco, hay más. Y no ese sexto sentido que nos indica que Bruce Willis está muerto (o al menos su prestigio como actor desde que acepta salir en toda película por la que le paguen un quilo, que es lo que pidió por ‘Torrente 5’). Sino otros muchos:
Está el de equilibrio y aceleración, que te sirve para saber si vas tó ciclao o para perderlo en una fiesta de año nuevo. Tenemos también la propiocepción, que no es la percepción de que somos demasiado feos para agarrar esa teta sin permiso, sino la que nos indica la posición relativa de todas las partes de nuestro cuerpo. Esto es, saber cuál es tu mano derecha y la izquierda y no frotarte el escroto cuando lo que quieres es limpiarte el culo. Y también tenemos termocepción, la percepción del dolor (nocicepción) o la cronocepción (percepción de tiempo), que suele definirse científicamente como “aquella de la que carece toda mujer cuando se arregla para ir al cine y la película empieza en menos de media hora”.
También existe un ramillete de sentidos internos que podéis mirar en la wikipedia, así como otros que podemos inventarnos en un divertido juego, como la calzoncilliscepción, el sentido de saber si lo que viene es un pedo o está acompañado de vileza que te va a dejar los gayumbos finos. Ese sí que es importante y no veo estudios sobre el tema.
Y con esto lo dejo por ahora. Básicamente para dejarme otro puñado que he apuntado para un nuevo periodo de sequía creativa. El año que viene o así volveremos con el sexo entre parientes, móviles en los aviones o la absurda creencia de que la Semana Santa Sevillana no da risa.
(Lean también
la primera y
la segunda parte, que tienen su gracia)
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