Nuestras películas favoritas de 2013

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Las de Paco Fox
Joder, qué año más bueno. Siempre que hablo con amigos
cuando llega el otoño de esta lista (porque, por algún motivo, se espera de mí
que la haga), me encuentro con la misma frase: “Este año es una mierda. No hay
nada”. Eso a veces es cierto, pero desde que hacemos este post la he escuchado
cada temporada cinematográfica. Y esta vez no es cierta. Ni de coña.
Mención especial:  12
años de esclavitud
La ceremonia de los Oscar de 2014 será una de las más
ajustadas de todos los tiempos. Hay alrededor de 12 o 13 películas que suenan
como claras para las que no dudo que serán 10 nominaciones. Como siempre, una
gran parte no se ha estrenado todavía (aunque os adelanto que, por ejemplo,
“Agosto” es cojonuda y tiene unas posibilidades absolutas de premio a mejor
actriz y guión adaptado), pero sí la principal favorita: ’12 Años de
esclavitud’. Que está muy bien. Sólo que a mí estas cosas centradas en ver
sufrir a gente como que no me hacen. Aprecio su calidad, pero no es que
disfrutara viendo la película. Pero vamos, que está protagonizada por Chiwetel
Ejiofor. Niñas: haced un favor a ente bloj y, si alguna está embarazada, que le
llame a su hijo Chiwetelejiofor de Todos los Santos. Sería el mejor nombre de
la historia.
15.- Breve Ranking de Blockbusters:

Como hijo de la era Amblin, yo soy sobre todo del cine de
aventurillas y de los blockbusters molones. Por eso me extraña que este año no
haya ni uno en la lista. Curiosamente, el sueño guarro de todos los que éramos
freaks en los 90 y durante lustros lo único de ciencia ficción que teníamos
para echarnos a la boca era ‘Stargate’ se ha cumplido este verano: naves
espaciales y fantasía por todas partes. Y sin embargo, ninguna de las películas
me ha parecido la hostia. Naturalmente, he sido feliz con “El Jovit 2: Holmes & Watson: Erebor Days”. Pero lo curioso de esta saga es que la mayor parte
de los fans estamos pensando más en ver una edición recortada a una o dos
películas en lugar de las versiones extendidas. Es difícil rebatir a estas
alturas que esto eran sólo dos largos cojonudos (que, por si os lo preguntáis,
se cortaban justo después de lo de los barriles, seguramente la mejor secuencia
de acción del año).

Por otra parte, me toca defender en segunda posición a “El
juego de Ande”, una de las películas más injustamente vilipendiadas del año,
víctima de la típica actitud de juzgar los filmes por lo que NO son y por el
usual fundamentalismo de los fans de las novelas originales a adaptar. No,
joer. El niño es la hostia, su arco cojonudo, los dilemas morales están bien y
sale Harrison Ford. Y chitón. Que pocas frases odio más que el ‘Retírate, que
estás viejo’. Bueno, sí: ‘Rollito canalla’. Pero ese es otro tema.
Hay que quererlo. Si hasta nos mira como el Gato con Botas…

Más ciencia ficción nos dio Elysium, una película a la que
la gente le recriminó lo obvio de su mensaje social para luego echarle en cara
que lo olvidara para centrarse en la acción en el tercer acto. ¡Un poco de
coherencia, por feck! El temita este de ‘es que osea es un mensaje osea muy
obvio
’ lo trataré más adelante, pero, coño: ahora va a resultar que ‘Distrito
9’ no lo era. Pero claro: esa era la primera peli y de bajo presupuesto. Es
como cagarse en el segundo disco tras un éxito de cualquier grupo. Siempre es
‘más de lo mismo, pero menos arriesgado’. Pues no. A mí me gusta ‘Communiqué’
de Dire Straits y, como algecireño que ha visto a subsaharianos desembarcar en
las playas de Tarifa mientras me tomaba un bocata de filete bajo la sombrilla,
me fascina ver pelis con pateras espaciales.

‘Star Trek: La Ira de Khan 2’ es una de las pelis que más me
ha divertido este año. Pero nadie puede negar que los butreques de lógica en la
trama son demasiado hasta para alguien como yo que siempre se queja de los
nitpickers incapaces de suspender su incredulidad. Cosa que no importa con el
blockbuster que termina esta interminable parrafada: ‘Iron Man 3’. Aquí todo da
igual porque la clave es que la mayor parte de la gente no la ha entendido.
El público está criticando una peli de Marvel. Está
cagándose en ‘Los vengadores 2’.
Pero esto NO es eso. Ésta es una comedia de Shane Black. No
veo lógico amar ‘Kiss Kiss Bang Bang’ o ‘El último Boy Scout’ y no descojonarse
con ‘Iron Man 3’, que además ofrecen los mejores títulos de crédito del año.
Y ahora, vamos a por películas individuales:
14.- Searching For Sugar Man
Como siempre cuando un documental se convierte en un
fenómeno (y menudo fenómeno: al poco de verla me pude comprar los dos CDs del
Rodríguez éste en Play.com por 16 euros ambos; a las dos semanas iban por 17
euros cada uno), no tardan en salir personas que ponen peros a su forma de
contar la realidad. Sí: parece ser que Rodríguez tuvo un leve éxito de mierda en
Australia aparte de Sudáfrica. Bueno. Pues y qué. A mí, como ávido
coleccionista de discos de cantantes oscuros que nunca recibieron el
reconocimiento que se merecían, esta película me ha llegado al corazón. Como
historia. No como reportaje de ‘Informe Semanal’. Que para eso ya NO tenemos
‘Informe Semanal’. Que menuda bazofia está haciendo el PP con los servicios
informativos de TVE.
13.- Super
Entramos en el usual territorio de ‘películas que vi hace
siglos pero que han tardado un cojón en llegar a España’. En este caso, puedo
decir que aporté un, digamos, 5% a que esto se editara en DVD aquí. Pero todo
el aplauso se lo merecen los chicos de La Aventura Audiovisual, claro. Pero,
como le dijo Marc Wallice a su polla, no nos desviemos. ‘Super’ es una especie
de versión realista de mi adorada ‘Kick Ass’, pero con imaginería surrealista.
Si eso tiene sentido… Pero, más importante, tiene una escena en la que Ellen
Page vestida de superheroína viola al protagonista.
Eso lleva un tiempo en mis sueños justo al ladito del plano
de ‘Faraday’ en el que aparece Ana de Armas vestida de Princesa Leia esclava.
Pero de eso y de mis calzones manchados hablaré otra vez y con más profundidad durante
2014. O mejor no.
12.- The Act of Killing
Otro documental. En este caso, más que eso. Se trata de la
película que más mal rollo me ha dejado en mi vida. Y eso que no hay nada
explícito en plan ‘Saló’ de Pasolini. Esa mezcla de cómo se hace una cosa
estilo ‘International Guerrillas’ con las reflexiones de verdaderos asesinos
justificando sus actos me dejó peor cuerpo que la cena de navidad. No pienso
volver a verla en mi vida, pero una película que es cumbre en algo merece ser
apreciada. Aunque ese ‘algo’ sea perder la fe en el ser humano.
11.- La mejor oferta
Es mejor ir a ver todas las películas sin ningún tipo de
expectativas ni conocimiento de la trama. Pero claro: hoy en día eso es muy
difícil. Yo me metí a ver ésta en un pase especial por motivos laborales sin
saber siquiera el título. Y creo que es la única forma en la que puede
funcionar. Sorprendiendo. Es que no hay ni que saber el género. Por eso no voy
a decir nada más. Bueno sí: que tiene el segundo plano final que más me ha
gustado en todo el año. El primero, más adelante.
10.- Don Jon
Otra experiencia de visionado: ‘Don Jon’ la vi en un pase de
prensa. En la fila de atrás estábamos sobre todo gente de medios online, de
edad tirando a joven (siendo yo el más viejo, pero también es cierto que
mentalmente nunca superé la adolescencia). Durante toda la película, nos
descojonamos. Entre los críticos reputados, algún sonido leve. Las mujeres en
general, en silencio sepulcral. No podía ser menos con la película de la
historia con más chistes de kleenex por minuto. Una trama en torno a la
importancia (o no) del onanismo creada por Joseph Gordon-Levitt con un solo
objetivo: enrollarse en pantalla con Scarlett Johansson y  Julianne Moore. Algo que aplaudo sin reservas.
Pero lo mejor de todo es que no sólo se trata de una de las comedias más
divertidas del año: es que también tiene un interesante arco argumental del
personaje principal, que pasa de ser un descerebrado inmaduro a ser… un
descerebrado ligeramente menos inmaduro. Esto es: todo lo contrario a las
comedias  americanas habituales con sus
pesadas fórmulas, exagerados arcos de personajes y lamentables lecciones
vitales.
Yo me lo guiso, yo me la como. Losers.
Y un Tony Danza enorme, montajes rápidos de porno, oda a
‘Good Vibrations’ de Marky Mark y muchos chistes de pajas. Muchos. Muchos
muchos muchos.
9.- El Atlas de las nubes
Vamos a la polémica. Ésta película es como un disco de rock
progresivo. Es más: es el ‘Tales from the Topographic Oceans’ de Yes convertido
en cine. No por su trama, sino porque ejemplifica el concepto principal del prog:
intentarlo y conseguir la grandeza y, al mismo tiempo, el más completo de los
ridículos partiendo de conceptos francamente simples.
‘El Atlas de las Nubes’ combina marxismo (“¿Qué es un
océano, sino una multitud de gotas?”) con Nietzsche. Varias épocas. Historias
especulares. Naves espaciales. Hugh Grant como un salvaje caníbal en plan Mad
Max. Maquillajes ridículos. Humor chorra. Como un disco conceptual de Rick
Wakeman, lo tiene todo. ¡Cómo no amar esta película montada de aquella manera
como si fuera ‘Intolerancia’ de Griffith! Otro título caro, de simple mensaje,
incomprendido en su época y de un director travestido. Bueno, esto último es
mentira. ¿Pero a que habría sido maravilloso que Griffith hubiera dirigido la
secuencia de Babilonia con ligueros mientras Mary Pickford le azotaba con una
fusta?
Dios, tengo que decirle a la psiquiatra que me baje la dosis
de pastillas.
O, mejor, que me la doble.
 8.- Bienvenidos al
fin del mundo
Teniendo en cuenta que tanto ‘Shaun of the Dead’ como ‘Hot
Fuzz’ fueron mis películas favoritas de sus respectivos años, está claro que
decir que mis expectativas con esta tercera parte eran similares a una noche de
sexo salvaje con Sasha Grey: la decepción era de esperar.
En resumen: que la apreciación de una película tiene mucho
que ver con las expectativas con las que la ves. Algo aplicable en positivo,
tal y como he comentado, a ‘La mejor oferta’, pero que suele llevarnos a los
freaks a rasgarnos las vestiduras porque el tercer acto de ‘El Hobbit 2’ no es
tan acojonantemente espectacular como el resto de la película.
Y, sin embargo, me encantó esta cinta. Vale que no es para
mí la mejor del año. Y es por un motivo simple: hay un par de cosas en la trama
que me sacan de la película (sobre todo la obcecación, explicada por los
personajes, pero difícil de creer, del personaje de Simon Pegg por terminar su
ronda de pubs a pesar de la que les cae encima). Pero el resto es cojonudo. El
tercer título de la trilogía intenta cosas nuevas. Tiene subtexto interesante.
Mucho humor. Escenas de acción cojonudas y un plano final que es mi favorito de
todo el año. Esa coda que algunos han criticado me parece de lo más jrande que
he visto en 2013 en el cine.
7.- La vida secreta de Walter Mitty
Como ya expliqué en mi Facebook tras ver esta película, yo
soy mucho de cinismo. No me tomo nada en serio. O todo me agobia. Pero me da
mucha pena salir de ver ‘La Vida Secreta de Walter Mitty’ con un grupo de
chavales y que todos empiecen a dárselas de listillos riéndose de lo visto. Que
oseaosea cómo que un tío normal sube al Himalaya o viaja solo con un maletín. Parece
como si les diera vergüenza centrarse en la película en sí y se escudaran en un
quisquillosismo absurdo (y falso) para hacerse los chulos.
Porque hoy parece que da vergüenza reconocer el valor de
filmes como éste o como ‘Una cuestión de tiempo’. Hay un momento para la
oscuridad y otro para el romanticismo, joder. Y la simple escena en la que se
usa ‘Space Oddity’ en esta película vale, para mí, tanto como el famoso largo
plano de sufrimiento de ’12 Años de esclavitud’. Walter Mitty no es la peli
perfecta (aunque la sonrisilla de Kristen Wigg casi me lo hace pensar). Pero sí
que lo es para freaks bajitos, no muy guapos, orejudos y con canas que han
pasado media vida fantaseando ser superhéroes y salvar a la chica. Para
nosotros, este filme nos llega más al corazón más que una épica a ritmo de power
metal sobre juegos de rol. Que yo también vería, claro. Un ‘Brütal Legend’ en
el cine sería una maravilla.
6.- La cabaña en el bosque
Muchos han dicho ya que esta peli está muy bien. No voy a
ahondar en el tema más allá de una apreciación personal: para alguien como yo,
que a veces ve hasta tres películas en un día por motivos laborales, es una
maravilla encontrar una en la que realmente no tienes ni puta idea de lo que va
a pasar en la escena siguiente.

Por otra parte, algunos sabréis que a este título le tengo
especial cariño porque he estado implicado en que se pudiera ver en salas en España.
Luego los cines estaban vacíos, pero qué coño: siento que he contribuido a una
buena causa. Algo que ya he repetido ayudando a través de Canal+ a que se
estrene el próximo marzo ‘Byzantium’ de Neil Jordan. Que puede que no sea un
peliculón, pero estética y ambientalmente es tan maravillosa que se merece la
pantalla grande. Porque muchos amaréis vuestros mkv’s en pantallas grandes en
casa. Pero hay películas como estas que se disfrutan mucho más en el cine, con
las luces apagadas y sin interrupciones. Y no sólo por ver a Gemma Atherton lo
más grande posible. No sólo.

5.- La Caza
Que esta peli es la hostia no cabe duda a nivel crítico.
Pero claro: muchos estáis acostumbrados a leer reseñas orgásmicas de truñazos
con premios en grandes festivales que luego resultan rigurosamente
insoportables. No es el caso. Yo a menudo veo las películas en mi trabajo con
una pequeña tele que miro con el ojo derecho mientras que con el izquierdo me
pongo a otear el ordenador a ver qué chicas monas tienen el chat activo en
Facebook. Eso me convierte en un salido y en Fernando Trueba. Obviamente, ni el
cerebro ni los ojos pueden estar a dos cosas (a no ser que sean un par de
tetas), así que a menudo pierdo el interés en la película y me pongo a currar
en cualquier cosa cuando ya me hecho una idea clara de si se compra o no y a
qué canal irá. No en este caso. A los veinte minutos estaba totalmente
enganchado. Dejé todo lo que estaba haciendo en el ordenador y tuve que verla entera
del tirón. Es algo que no hago casi nunca (o las paro en el minuto 50 o acabo
llevándomelas a casa para terminarlas) No con ‘La Caza’. Con esta, como con las
pajas, tenía que terminar en el momento. Y no os cuento nada más para que no la
veáis con ideas predeterminadas y entréis en ella a ciegas como yo.
4.- Una cuestión de tiempo
Segundo caso de película de la que poco se habla en círculos
hip’ y que no tiene premios ni es objeto de críticas masturbatorias en la
prensa. Que se estrenó un poco de tapadillo por una Major acojonada por el
fracaso económico de ‘Radio Encubierta’. Y que, al final, ha hecho un dinero
gracias a que la gente ríe y llora con ella. Sentimentalismo puro y del bueno.
Una amiga francesa me comentó que había estado con el
director Richard Curtis a raíz de la promoción de la película en su país. Como
respuesta, alabé el flim y le comenté que estaba seguro que era la cinta más
personal de Curtis. Ella, sorprendida, me respondió diciendo que era justamente
lo que le había dicho el director en su encuentro. Porque aquí parece ser que
sólo se puede aplicar ‘personal’ al cine de Aronofsky o Lars Von Trier. Pero
‘Una cuestión de tiempo’ o, atención, ‘Dolor y dinero’, dicen más de sus
respectivos directores que cualquier culturetada al uso. Y la verdad es que el
reflejo del artista en su obra es algo que me la suele traer al pairo, pero en
el caso de Curtis, me gusta lo que me dice.
3.- Gravity
A medida que se acerca el primer puesto de esta lista me
apetece menos escribir sobre los títulos. Porque ya más o menos todos habéis
visto esta película y tenéis un discurso formado sobre ella. Así que iré
telegráficamente: una virguería de realización que será citada como influencia
por generaciones futuras. Una película de gran tensión y de premios que,
gracias a dios, apenas dura 90 minutos. Sí: científicamente está llena de
errores. Gordos. Pero me la soplan: es la hora y media que más rápido se me ha pasado
en el cine este año. Sí: quizá no tenga ningún tipo de subtexto ni te hable de
la vida y todo lo demás. ¿Pero dónde está escrito que todas las películas tengan
que ponerse filosóficas? Además: enseñadme una cinta realmente profunda. Pero
de verdad. Nivel filosófico harcore. Nada. Todas se contenta, en la mejor
opción en darnos moralejas claras y cojonudas (como ‘Si la cosa funciona’ o
‘Medianoche en París’), y en el peor de los casos a plantear supuestas
preguntas IMPORTANTES dando respuestas tontas (‘El árbol de la vida’) o
directamente sin dar alguna. Porque no la tienen. Ni ellos ni nadie.
2.- Tropa de élite 2
Una película estrenada directamente en DVD es mi segunda
favorita del año. Una buena imagen del estado de la distribución
cinematográfica en nuestro país. Pero, claro: a ver quién es el guapo que se
gasta lo que pedía el distribuidor internacional hace dos años (porque este
título es bien viejo y hace ya tanto que lo vi que casi no lo recuerdo)
teniendo en cuenta que la primera parte, en época de bonanza y con un premio de
Berlín, apenas hizo 85.000 espectadores.
La secuela es mejor todavía. Mucho mejor.
La primera parte fue un ejemplo divertidísimo de pillar a
los bienpensantes con los pantalones bajados. Todos aquellos que acudieron al
cine a ver ‘Ciudad de dios 2’ y «oseaosea que rollito favela oseaosea
libertadyeso»
se encontraron con una peli que entendía que el derechismo bien
entendido favorece a la acción. Una cinta bien facha que daba caña sobre todo a
los pijillos favelófilos que iban a comprar droga a esos pozos de desarraigo
social y defendía entrar con la tropa de élite y limpiar la zona de mugre humana.
Claro que la secuela es mucho más interesante. Menos acción,
claro. Pero aquí de lo que se trata es de la verdadera amenaza de nuestra
sociedad: la corrupción. Una película en la que el militar facha y el
bienpensante burgorrojeras se unen contra el enemigo común: los políticos y la
policía corrupta. Todo rodado de escándalo de bien y mejor interpretado. Qué
pena que a Padilha le haya tocado bailar con la más fea y firmar el remake de
‘Robocop’. No le dejarán hacerlo bien por culpa del puto PG13 y la prohibición
de una buena peli de acción para adultos, pero sin duda era el mejor candidato
para seguir a Verhoeven.
1.- Django desencadenado
Tarantino, como tantos otros en su momento (¿Hitchcock?), es
de esos directores increíblemente influyentes que, dado que sus películas son
tan idiosincráticas y no tratan de LOS TEMAS PROFUNDOS, nunca se ha llevado un
Oscar a la mejor película. Por eso sus obras acaban siempre segundonas en las
listas de favoritas. ¡Cómo poner bien una cinta que viola las leyes de la
física y la historia y, encima, no me permite hablar de ‘viajes emocionales
humanos! ¡Qué ordinariez!
Pues eso tiene que cambiar antes de que sea demasiado tarde.
Y yo lo hago con ‘Django’. Porque es la película que más he disfrutado este año
en el cine. En parte porque, después de verme haciendo de nazi malo, me
apetecía verme haciendo de bueno. Me alegra parecerme a Martin Freeman, pero me
vuelve más loca darme un aire a lo más grande que le ha pasado al cine en mucho
tiempo: la unión Tarantino/Christoph Waltz. Estoy pensando en dejarme barba y
todo.

La lista de Vicisitud:

A riesgo de llevarle la contraria a Paco en tantas cosas que
muchos podrían gritar «¡España se rompe!» he de decir que el 2013 me
ha parecido un año bastante flojito. Pero es lo esperable en un año de cine
marcado por un DRAMA INCONMENSURABLE tras el que sólo queda afrontar un
terrible aftermath. Me refiero, claro está, al hecho traumático de que José
Luis Garci anunciase su retirada del cine (que, además, en una extensa
entrevista realizada por Ángeles González-Sinde, le exhibiesen extractos de las alabanzas a él dirigidas en ente vlog, hace todavía más agridulce el hecho).
Por ese motivo no es de extrañar una perturbación en los
midiclorianos del mundo del cine de tal magnitud que multitud de cineastas
hayan intentado crear su particular ‘Holmes & Watson: Madrid Days’. Dos de
los intentos más fallidos han venido firmados por Richard Curtis y Cormac
McCarthy respectivamente.
En el primer caso, ‘Una cuestión de tiempo’ se planteaba como un remake
cutrón de ‘Atrapado en el tiempo’ – ningún problema: un remake cutrón de una de
las mejores pelis de la historia se acercaría bastante a ser una obra maestra –
pero, a la media hora, toma la Garciana decisión de abandonar la historia,
cualquier posible conflicto y tensión dramática y, por supuesto, el argumento,
para convertirse en una sosegada colección de observaciones de Mr. Curtis sobre
la vida en pareja, la paternidad y la familia. Problem is, para hacer eso y que
te salga bien necesitas, como mínimo, la sobrenatural sobriedad de Gary Piquer
hablando sobre si los gatos policía son preferibles a los perros policía. Y
Richard no tiene el talento para plasmar eso en pantalla.

Con Gallardón, esta escena hubiese ganado en dramatismo. Y chunguez.
Tampoco tiene ese arte para el diálogo Cormac McCarthy. En
‘El consejero’, usa una historia de tráfico de drogas TAN claramente de
derribo, que no tiene mayor problema en pasar de todo para hilvanar absurdas
secuencias de personajes molándose a sí mismos. El problema de Cormac, como
buen yanqui que tiene el mismo dominio de la sutileza y el subtexto que yo de
combinar adecuadamente los colores de las prendas que me pongo por la mañana
(sí: la técnica del «coge lo primero que haya en el montón»), es que
NO está capacitado para esa elegancia Garciana en la que Sherlock Holmes
departe amigablemente con un Benito Pérez Galdós que le firma un ejemplar de
‘Fortunata y Jacinta’. No, Cormac tiene que hablar con ese fervor religioso de
«verdad revelada» en la que tenemos prohibido reírnos de ver a Rubén
Blades como jefe narco recitando versos de Antonio Machado a un Fassbender que
pasa el 96% de la peli llorando en primer plano. 
Ridley demostrando a McCarthy la superioridad de la imagen sobre el diálogo
Y ojo, yo no soy tan gilipollas como para no entender por
qué ese estilo de «verdad revelada» aplicado por gentuza como Coelho,
Steve Jobs, Jesucristo, Ayrton Senna o David Simon seduce a tanta gente. Pero
una cosa es que lo entienda y otra que no me parezcan gentuza.
De entre los homenajes a Garci, el más conseguido fue, sin
duda alguna, el de Peter Jackson en ‘La desolación de Smaug’ (por cierto,
esperaba que, después del plano de los enanos oyendo esas palabras Jackson
hiciese un plano general de algún PAU madrileño). Ya que tenía a un Martin
Freeman famoso por su interpretación de Watson… ¿por qué no coger a un Benedict
Cumberbatch que ha encarnado al segundo mejor Holmes de la historia tras Gary
Piquer? ¿Y por qué no engarzarlos en un diálogo absurdo, eterno, sin sentido,
contradictorio y que cuestiona la demencial estructura narrativa de la peli?
¡Dicho y hecho! Y, con ese tercer acto Peter salvó una peli que, al igual que
‘Las dos torres’, se ve lastrado por la total falta de talento de Tolkien para
contar historias. Sí, es un gigantesco creador de mitologías pero… ¿en serio le
importa – o entiende – nadie la motivación de cualquier personaje de esta
«historia»? y lo más grave ¿Cómo se pretende la empatía con un grupo
de enanos sin un Viggo Mortensen o un Sean Bean que eroticen el cotarro? Con
razón el principal debate tras enta ovra fue «¿Cuántos le echaría a
Evangeline Lilly?».

Y vayamos ya al top 10 del 2014. Un top en el que se han
quedado fuera – además de las que no he visto – algunas pelis estimables como
el díptico ’12 años de esclavitud’/’Django encadenado’ (véanlas en ese orden:
dado que no hay un gran conflicto dramático en ellas, lo mejor es pasarlo mal
con Chiwetel para que la venganza del jran Christoph Waltz te resulte TAN catártica
que olvides tanto su simpleza como que haciendo de nazi tenía todavía más
gracia). También tuvieron su xeito ovras como ‘Mud’, ‘De tal padre, tal hijo’, ‘Amor’ (sí, autores
infantiloides como Ulrich Seidl ya le han quitado a Haneke la necesidad de
hacer el imbécil impactante a toda costa como en ‘Funny Games’), y comedias
románticas estimables como ‘La mirada del amor’ o ‘Sobran las
palabras’ (Julia Louis Dreyfuss es desde ya una de las sumas sacerdotisas de la
vicisitud).
«El cocido de Garci se perderá como lágrimas en la lluvia»
10. Los amantes pasajeros
Hay lo dejo por escrito: Pedro Almodóvar, dentro de 200
años, será recordado en las mismas frases en las que se mencione a Miguel de
Cervantes. Es un tesoro nacional que sólo despellejarán los gilipollas que aún
no se hayan dado cuenta de que, en el cine español, se hacen muchas más
porquerías de cine de género que sobre la guerra civil.
‘Los amantes pasajeros’ no es una excepción. Una película
sembrada de momentos memorables que deberían figurar en todas las antologías:
Lola Dueñas violando a un chavalín drogado en clase turista, un matón mexicano
evocando el Interviú como la única luz en las tinieblas de su infancia violenta
y alcohólica, Areces despotricando en contra del agua de Valencia y decidiendo
apostatar tras catar unas gotitas de lefa, TODO el interludio en el puente de
Toledo con el teléfono móvil al que llama Guillermo Toledo… Si, además, quieren
hacerse pajas sobre el significado metafórico del lamentable estado de cosas en
que se halla España, la película resulta todavía mejor y más demencial: un
avión se estrella en el aeropuerto desierto de Ciudad Real con el único
equipaje que nos ha quedado después de pensar que este país llegaría a algún
sitio: follar drogaos en un avión a ningún sitio. Con razón el tito John Waters
tiene que recordaros día sí día también que Almodóvar es el mejor auteur del
mundo.

«La indemnización que se pactó fue una indemnización en diferido. Y como fue una indemnización indifi… en diferido, en forma, efectivamente, de simulación, de… simulación, o de… lo que hubiera sido en diferido en partes de una… de lo que antes era una retribución, tenía que tener la retención a la Seguridad Social.»

9. The Raid Redemption
En una práctica de la escuela de cine llamada ‘La geisha
vengadora’ (producida por Paco Fox no less) José Luis Cuerda planteaba a su
director, mi amigo Paco Plaza, esta sabia pregunta: «- Paco… Tú querías
hacer un duelo de espadas ¿verdad? – Sí. – Entonces… ¿Por qué no has hecho SOLO
un duelo de espadas y te has molestado en pegarle una historia que no interesa
a nadie». Standing ovation. También de Paco Plaza.

Bien, ‘The Raid Redemption’ aplica las lecciones de Cuerda a
la perfección, cosa que podría haber aprendido ‘Gravity’ (Cuarón es el mejor
Director de segunda unidad de la historia del cine, pero es un ser humano tan
vacío que, cuando intenta dotar de profundidad trascendente a sus personajes,
se produce una risión en la sala que para sí quisiera Ana Botella entrando en
un Starbucks). No sólo estamos ante la mejor cinta de acción frenética y
descerebrada del año, en la que los cuchillos desgarran músculos y tendones con
una perfección admirable, sino que, además, podemos solazar nuestra mirada en
la contemplación de un impecable Satán de hormigón churrentoso.

¿Qué hay mejor?
8. Anna Karenina
En una época de tal deficiencia mental en la que Sofía
Coppola osa vendernos a la pija imbécil de María Antonieta como una heroína
rebelde, o en la que ’50 sombras de Grey’ es liberación sexual femenina, está
bien que nos refresquen una de las mejores novelas de la historia. Y cuando
digo «mejores» me refiero a que un tal Tolstoi no era, precisamente,
un imbécil que no supiese crear personajes complejos y dramas con matices a
partir de una historia de encoñamiento de una pobre muchacha que nunca había
conocido el más mínimo goce sexual digno de tal nombre en su vida.

¿Un artículo de ente vlog sin bigotón? Amos, anda.
Unas interpretaciones de escándalo – cómo Aaron
Taylor-Johnson puede estar tan perfecto tanto de frikazo terminal en Kick-Ass
como haciendo aquí de Vronsky no cabe en mi entendimiento – que sólo son
mejoradas por una puesta en escena de Joe Wright veintiocho pasos más allá del virtuosismo
Rickwakemaniano. La escena inicial, que plantea TODA la película como una
representación teatral a todos los niveles – por supuesto, y ante todo, de los
personajes ante la sociedad – vale por todas las tonterías cuya importancia
quiera inflar Cuarón en su vida a golpe de plano secuencia y, por supuesto,
cualquier diálogo debería hacer morir de vergüenza a Cormac McCarthy.

Pero posiblemente no ocurra nada de esto: los que te llaman
ignorante si no has visto – o no te la has machacado – con esa escena de ‘The
Wire’ en la que solo dicen «córcholis» no tienen mayor empacho en ni
haber rozado a Tolstoi. Con toda la alegría.
7. Dolor y dinero
El momento que todos esperábamos largamente por fin ha
llegado. Michael Bay se sacude, de una puta vez, la nefasta influencia de
Steven Spielberg y da rienda suelta a todo su mejor discurso como autor.

Con un esquema argumental que nos conocemos de sobra gracias
a un ser humano vacío como Scorsese – ya saben: el auge y caída de gentuza en
pelis como ‘Goodfellas’ o ‘Casino’ – Michael Bay reconvierte esas tontas épicas
mafiosas para gente cool anémica y que sueña que coser a balazos al prójimo en
una OVRA DE HARTE que muestra la auténtica esencia de esas pelis sin
edulcorarlas para los señoritos de mierda.
Aquí ya no se trata de vestir la violencia con una cazadora
de Ryan Gosling que haga preguntarse a todas las revistas de tendencias dónde
poder fundirse unos cuantos miles de dólares en conseguir una igual. Aquí no se
trata de meternos el apestoso discurso sobre la redención y la culpa yanqui
(tan cultivado por el infame Paul Schrader) en todos y cada uno de los planos.
No, señoras y señores: Michael Bay aniquila el cansino ‘Are you talkin’ to me?’
con un contundente ‘I’m hot!‘ de un ÉPICO Mark Whalberg puesto de clembuterol
haciendo flexiones mientras helicópteros – cómo no – de policía le persiguen.
El ‘I love America’ inicial de la altisonante y autoimportante ‘The Godfather’
se retira para dejar su lugar en la historia del cine a ‘I believe in fitness.
I believe in America’
. Las estupideces religiosas de Schrader abandonan la
iglesia para que un born-again-Christian como The Rock ensalce a nuestro señor
Jesucristo en una apoteosis del consumo de farlopa a cuyo lado las memorias de
Pocholo se transforman en ‘Cásate y sé sumisa’.

Cierto: no todo es perfecto en esta película. A ratos es
demasiado deudora de Scorsese usando música de los Rolling (no importa: luego
suena Stryper y Bon Jovi y todo es MUCHO mejor) y el personaje de Ed Harris
parece puesto para venderle la película como algo irónico a esa panda de
diletantes que idolatra a Scorsese. Pero Michael Bay ya es el dueño de su
destino, y todos estamos preparados ya para las siguientes ovras maestras que
se avecinan.
6. La caza
Vinterberg rodó una de las pocas pelis visibles del
movimiento dogma con el jovial a la par que incestuoso abuso de menores de
‘Festen’. Y luego desapareció del mapa merced a varios rolletes anodinos. ‘La
caza’ es un comeback de los que crees que nunca ocurrirán y por eso alucina
encontrarte con un peliculón tan impecable como éste: fuera sensacionalismos, a
contarlo todo sin prisa pero sin pausa, midiendo bien la chunguez y los
estallidos de violencia y… me apunto a lo que ha dicho Paco: véanla sin que se
la reventemos. (Y no, «reventar» no es un verbo muy feliz para esta
peli).
Sólo digo una cosa: para que yo aprecie de verdad una peli o una serie, tengo que poder gritar, en algún momento, a la pantalla «¡Puuuta!» o «¡Corrupto!». Lamentablemente, hice lo primero.

Ergo, la peli es buena.
5. Vivir es fácil con los ojos cerrados
Algo muy curioso que se está viendo en muchas listas de las
mejores películas del año es la abundancia de filmes españoles. Y no, no es
que, de repente, hayamos encontrado el santo grial de la realización: es algo
todavía más sencillo. Lo que ha ocurrido es que se ha sabido dar bombo en las
redes sociales al estallido de una cosa informe llamada «cine low
cost». Y, en este estallido, cierto sector de la crítica sí que ha hallado
su piedra filosofal: treinta mil obras de «francotiradores» sobre las
que ellos pueden construir su «nuevo cine español como debería haber
sido». Y ya ni te cuento si, con formatos ponzoñosos como el
#littlesecretfilm (no: es IMPOSIBLE rodar un largometraje improvisado en un
solo día que no te dé ganar de lavarte las córneas con Cristasol) hasta
críticos como nuestro bienamado Jordi pueden pergeñar ¡DOS! putrículas que… sí,
lo han adivinado, figurarán en las listas de sus amiguetes como películas
imprescindibles del año.
En este contexto, me niego a poner – por fan de la
corrupción que sea – la peli que he montado este año en la lista. Pero sí
aprovecho para decirles que se la pueden ver en Filmin  y que, además de echarse unas buenas
risas, estarán apoyando a un grupo de jrandes profesionales.

Y ahora, una peli española que NO es low cost ni
francotiradora, pero que me ha parecido la cumbre buenrollista del año (lo
recordamos: este NO es un blog darnai). David Trueba debutó con una maravilla –
‘La buena vida’ – para luego enlazar un bodrio tras otro. Sólo la inmensa
miniserie ‘Qué fue de Jorge Sanz’ nos recordó de lo que podía ser capaz ente
onvre si tenía el día bueno. Pues con ‘Vivir es fácil con los ojos cerrados’
por fin ha vuelto a gran Trueba a darnos una lección de buenrollismo a todos
(y, sí, también a gente como Richard Curtis). La historia de un profesor de
inglés que, en un país de mierda como la España de los 60 (a la que estamos
volviendo a velocidad de wertigo) intenta conocer a John Lennon durante un
rodaje de Richard Lester en Almería ¡para que le diga si la transcripción que h
hecho de sus canciones es correcta, porque le cuesta pillar su acentazo! es de
un atchonburike tal que sólo podía estar basada en hechos reales. Por lo demás,
el tono, la realización, los pequeños detalles que definen a los personajes
(«No creas que siempre tengo las tetas así, es que estoy preñada»
dicho durante un polvo) son todos ejemplares.
No hacen falta «francotiradores» o low cost
sancionado por la crítica para hacer grandes películas.

No infravaloren nunca el dramatismo de un Seat 850.
4. The Act of Killing
La brillantez del concepto es tal, que no me extrañaría que
le diesen el merecido Oscar a mejor documental: cómo narrar la historia (bien
chunga) de un país sin usar una sola imagen de archivo. Vamos a coger a los
jefes de la milicia Pancasila que lograron cepillarse a casi tres millones de
comunistas ¡para que hagan una peli de cine-colonoscopia sobre su epopeya
homicida! Es, talmente, como ver ‘International Guerrillas’ pero con el
«valor» añadido de ¡esta peña se cepillaba a gente de verdad y juzgan
que, para que el público pueda apreciar la belleza de sus matanzas, hay que
aderezarlo con humor intelectual del nivel de vestirse de mujer y comer cachos
de hígado! Y que luego, claro, el Paco Martínez Soria indonesio de turco te
haga un simpático «Vamos a violarte, cerda comunista». Todos los
análisis sesudos que quieran hacerse sobre la complejidad de la representación
de esta peli tienen sentido y lugar, pero, sin duda alguna, terminarán sin
palabras ante la escena final de mear y no echar gota (por no decir
«vomitar y no encontrar ni un tropezón»).
3. Blue Jasmine
Muchos se maravillan de que, a una edad en la que tu
principal preocupación debería ser la adquisición de pañales contra la
incontinencia, Woody Allen se atreva con riesgos creativos del nivel de
escribir al personaje protagonista de Blue Jasmine. Y otros responderán que
puede haber escrito ese guión con los pañales puestos: los genios son gente
multitarea.

Calidad.
El caso es que Woody Allen ha hecho el más difícil todavía:
decidir que tu protagonista va a ser la negación de la empatía, del cerebro, de
la honradez, y que, a pesar de todo, no va a ser una caricatura ni le vas a
desear activamente la muerte. Un aplauso a Woody y a la inmensa Cate Blanchett
por ello.

Toa ciclá petándola por Baraka

La peli, evidentemente, se contagia de su protagonista para
tener un tono distanciado, con breves momentos de intensidad dramática (¡la
mejor escena está protagonizada por Andrew Dice Clay!), de sordideces cómicas
(«Tengo que aprender informática para cumplir mi sueño de hacerme
decoradora de interiores siguiendo un curso onine») y de un reparto
importante de cera hacia todos los personajes que hermana esta peli con
‘Delitos y faltas’, ‘La rosa púrpura del Cairo’ y ‘Conocerás al hombre de tus
sueños’ (en las escenas, claro, del jran Antonio Banderas ¿qué os creíais?).

Casting soñado.
Y es que, con ir a ver la peli anual de Woody y salir feliz,
no le pido más al cine.
2. Una familia de Tokyo
Y ahora vamos a por otro «más difícil todavía»:
hacer un remake de una de las mejores películas de la historia del cine… ¡y que
te salga bien! Feck, es que hasta escribir esta frase me ha resultado
complicado…
Yoji Yamada: un ONVRE con VALORES.
El caso es que la peli de Yamada, al igual que la de Ozu,
son la negación de la altisonancia: no porque «los dramas gigantescos se
dan en el subtextos y las grandes pasiones son reprimidas por el carácter
japonés». No, eso son gilipolleces de críticos anglosajones. ‘Una familia
de Tokyo’ es gigantesca porque, después de dos horas y media, Yamada te termina
haciendo un plano de pasada de un perro dando vueltas por ahí, que es en lo que
se sintetiza el sentido del universo.
«En menudos satanazos viven nuestros hijos»
Ni más ni menos que eso: ni épicas ni grandes dramas. La
vida termina siendo algo más bien sencillo, menor… como dice una amiga mía
«¿Qué es la vida? Un rato». Y esta película lo deja monumentalmente
claro, sin necesidad de hacer elaborados efectos especiales simulando gravedad
cero (eso sí, por favor, que el excelso culazo de la cincuetona Bullock NO sea
3D, por favor).
1. Rush
Dije en el puesto 2 que la vida es algo menor y pequeño. Lo
mantengo, porque en TODA la historia de la humanidad SOLO HA HABIDO UNA
EPOPEYA, y lo demás es mierda. Me refiero, claro está, a la historia de James
Hunt y Niki Lauda.
¿Jesucristo? ¿Napoleón? ¿Julio César? ¿Quiénes eran esos?
Podréis decirme «pues la película tiene diálogos bien
toscos y expositivos», o «pues podría tener más pelas y sacar más
espectáculo a alguna carrera» o, hasta poniéndonos puristamente imbéciles,
se puede decir «pero no puedes meterte en cazadora en un F1 y bajar en dos
segundos el tiempo por vuelta». Y tendréis razón. Pero yo os diré…
Que sus vayáis a comerle el rabo a James Hunt.

Y yo tendré más razón, claro.
Además, esta peli NO comete el error de la vomitiva ‘Senna’
(querer hacer una lobotomizada historia del bueno contra el malo) sino que
apuesta por el mejor género: la comedia romántica en la que amas a los dos
rivales y deseas que acaben juntos en el váter de Brands Hatch. Tanto James
como Niki son, en pantalla, los titanes que fueron en las pistas.
F1 setentera, guardias civiles con bigotón en el corrupto GP
de España, oreja a la plancha Niki Lauda, Olivia Wilde cepillándose a James,
Lord Hesketh poniendo publicidad de Penthouse en sus coches… Chavales, estáis
ante LA HISTORIA MÁS GRANDE JAMÁS CONTADA. Esto es la F1 y esa cosa en la que
un tal Frigodedo gana nueve carreras seguidas es una puta mierda que ponen en
la tele.

Yo no le pido más al
cine. Nadie debería.

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