10 razones para hacerse del PP

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Hotter than hell
En ente vlog de rojos de mierda no vamos a negar lo
evidente: la izquierda lleva – llevamos – un buen puñado de años viviendo en el
desencanto. De cuatro años a esta parte, muchos han comparado «la
felicidad que me causa la socialdemocracia» con la ya clásica circuncisión
casera con la tapa de un yogur. Y no les falta razón.
El problema es que, cuatro años después, el nivel de las
alternativas se ha demostrado cuarenta y dos pasos más allá de lo deplorable.
Por una parte, tenemos a los nuevos expertos en matemáticas que han descubierto
que la situación económica de España se arregla bajándole el sueldo a los
políticos. Por otra, los que consideran que el sector público, vía corrupción,
es el causante de todos los males y, en pleno arrebato «izquierdoso
militante», decidieron, en su día, llenar los muros de Facebook con esta
imagen:
Camarada Rand
Luego, por supuesto, están los que vociferan un «no nos
representan». Eso sí, cuando toca ofrecer ideas que deban ser
representadas, se quedan en una vaga ecología – o, peor aún, cliclismo – que
«no ofenda ni a la izquierda ni a la derecha». «Porque la
indignación no tiene ideología».

Me da por pensar que, dentro de otros cuatro años, el
discurso no va a evolucionar mucho, así que, en este ‘Mes tocacojones’, nos
planteamos una nueva alternativa.
¿Por qué no hacerse del PP?
Reflexionándolo ante una relaxing cup of café con leche,
Paco y yo encontramos 10 motivos que, a nuestro leal saber y entender, deberían
bastar para considerarlo una alternativa claramente superior a todo lo visto de
cuatro años a esta parte. Y juzgamos un deber (in)cívico compartirlos con
ustedes. Follow us on this dark ride!!!
10. Plagian con criterio
Como Led Zeppelin nos demostraron en el segundo post de ‘el
mes tocacojones’… ¡plagiar mola! En esencia el primer disco de Zeppelin era lo
mismo que el primero de los Stones: un álbum de versiones que reinventaba el
rock llevándolo todo a otro nivel. De la misma forma que Falcon Crest superaba
a Dinastía y Sabrina a Samantha Fox, los Stones le dieron la forma definitiva
al rock, y Led Zeppelin al cock rock. Pero Page gana a Jagger/Richars por
añadir una capa extra de desvergüenza al no acreditar, como buen corrupto, a
los autores originales.
Bien, pues en el caso del PP, ganan tanto a Zeppelin como a
los Stones porque añaden la calidad sublime ¡de plagiar el tema central de una
peli italiana chunga!
Dicho esto, también es cierto que no son los vencedores
absolutos en esta categoría. Su némesis particular – el nacionalismo catalán –
les golea fusilando ‘Els segadors’ de una plegaria judía. ¡Pero mejorándola
notoriamente! ¿O cómo vamos a definir, si no, el cambiar las alabanzas al señor
por desangrar a opresores castellanos con un buen golpe de hoz? Joder, pues con
nuestra clásica expresión: «favorecer la acción».

9. Nadie se la ha metido doblada mejor a un progre

Uno de mis autores de tebeos favoritos – el gabacho Philippe
Vuillemin – en una inspirada viñeta, retrató una fiesta de progres en la que
una señora le decía a otra «Yo… ¡es que no soporto el fascismo!». Sí,
en el tono que todos piensan. La historia evolucionaba y veíamos cómo un
invitado chileno a dicha fiesta, que se decía familiar de Víctor Jara,
masacraba algunas canciones revolucionarias a la guitarra para acabar tirándose
a unas cuantas señoras de la gauche divine. Al final, el invitado volvía a
Chile y allí descubríamos que era un torturador de Pinochet, que le explicaba a
otro colega lo fácil que era beneficiarse a izquierdosas de salón francesas tirándose
el moco revolucionario.
Muchos insultaron a Vuillemin – que tiene el honor de tener
una obra secuestrada y destruida por la justicia española, además de
despellejada por Jordi Costa – de exagerado y de hacer una caricatura injusta
de la progresía. Al fin y al cabo, no son gente tan superficial cuya ideas sean
un «quedar bien estéticamente enviando SMS sobre la ya olvidada saharaui
Aminatu». O eso creíamos.

Durante años, mucho biempensante elogió las buenas maneras y
mejor talante de dos señores del PP. Feck, hasta en la revista Zero osaron
dedicarle una portada propagandística al mejor amigo de los gays dentro del
Partido Popular (que hizo que mi amigo Marcelo abandonase la redacción de esa
revista: el tiempo le dio la razón).
¿Hace falta que diga quienes eran esos señores? Sólo por
haber puesto tan bien en escena ese cómic de Vuillemin, me veo obligado a
superar el asco cósmico que me producen Wert y Gallardón para decir «al
César lo que es del César» y entrar a Génova a recoger el carnet.
8. Sin laca, no hay virtud 

La izquierda lleva excesivo tiempo tomando elecciones
estéticas desacertadas: todo empezó el día que se renunció al sonido de la
viril lucha obrera de The Clash para abrazar basuras como ‘Contamíname’ o
Carlinhos Brown. Eso, por no hablar del ostracismo practicado hacia el bigotón
(¡Ah, esa Italia, en la que las únicas personas íntegras de todo el país – los
jueces antimafia que, invariablemente, terminaban asesinados – hacían del
mostacho el símbolo de los VALORES!).

En ese contexto, siempre hemos confesado que, en ente vlog,
nunca hemos podido insultar el independentismo filoterrorista vasco todo lo que
nos hubiese gustado debido al hecho de que difícilmente se podrán encontrar más
bigotones CON mullet que en una reunión de la sección femenina de Batasuna.
Pues el mismo razonamiento vale para el partido que sigue
practicando la máxima de Pitita Ridruejo «Sin laca, no hay virtud». Aunque
la apoteosis estética de Isabel Tocino tarde MUCHO – posiblemente, nunca – en
ser igualada.
The sky’s the limit.
7. Quien tuvo a Don Manuel, retuvo
Me da igual que TODOS los militantes del partido tirasen la
queimada que elaboraba Don Manuel a la maceta que tuviesen más cerca cuando
notaban que el huracán de Villalba no miraba. Aún tienen que pasar décadas para
que la impronta de ese onvre, que tanto me marcó como persona, desaparezca de
Génova. No es tan fácil de suprimir como un disco duro cualquiera.
Si no me creen, cojan un tablero de Ouija y pregúntenselo a
Karina Falagán.
Ahora, juntos en el cielo. ¡Conviértanse ya!
6. Apoyan la teoría de supercuerdas
Cierto, han terminado de dar la puntilla presupuestaria al
CSIC, aunque en eso tampoco se diferencien en exceso de los recortes a la
ciencia de ZP en su día. Mal que nos pese, Sheldon Cooper no ha logrado
terminar de convencer a un amplio sector de la ciudadanía del sex appeal
inherente a la física teórica.
Pero, por lo menos, el PP ha logrado concienciar a casi toda
la población española de la necesidad absoluta de profundizar en el
conocimiento de la teoría de supercuerdas. Porque solo desde presupuestos como
la existencia de catorce dimensiones espaciales y dos temporales pueden
entenderse cosas como ésta:
O ésta, logrando una nominación a ‘onvre del año’ en el
proceso:
Pero, en honor a la verdad, la constatación máxima del apoyo
del PP a las supercuerdas se resume en una frase de nuestro amado y erudito
Supersantiego: «A Rajoy no le comprendéis porque es gallego» (FIN DE
LA CITA).
Y es en esas dos dimensiones temporales donde su sube y se
baja a la vez por la escalera.
5. Son los que de verdad apoyan al gran arte

Que nadie se engañe: lo de subir el IVA cultural del 4% al
21% no es, en puridad, un ataque a la cultura. Cierto: con esa medida se logra
que quiebren muchos negocios basados en márgenes mínimos. ¡Pero es que la idea
es la de amputar el servil artisterío pro-PSOE para reemplazarlo por la gente
buena de verdad!
Porque, que nadie se engañe: el liberalismo, una vez llegas
a detentar un cargo público, NUNCA puede existir. Siempre caerás en la
tentación de usar el dinerito que ponen a tu disposición. En ese sentido, los
lectores de La Razón deberían abandonar esa tontuna de «las vergonzosas
subvenciones al cine español» y, sencillamente, dedicarse a jalear que el
dinero público se le dé a nuestro ídolo: José Luis Garci. ¿Puede el PSOE decir
«gracias a mí existe ‘Holmes & Watson: Madrid Days’? Pues eso.
Los filtros CSI: Miami de ‘Sangre de mayo’ también nos valen.
Aparte de Garci, el PP se reivindica por el apoyo de
GIGANTESCOS artit-tas de bien, como Julio Iglesias haciendo campaña con
Zaplana, Bertín Osborne o Arturo Fernández. Pero, sin duda, la ‘trump card’ es
esa fuerza de la naturaleza que se ha ofrecido a ser la artit-ta oficial del
PP:
¡Sí señor! El mejor eco dance de las proclamas liberales de
Don José María Aznar. ¿Qué es eso de la DGT queriendo conducir por ti? ¿Qué son
esos controles de alcoholemia que quieren fijarte tus límites físicos como si
estuviésemos en un estado estalinista?
Así, de la misma forma que Steve Jones de los Pistols quería
ser Johnny Thunders que quería ser Keith Richards que quería ser Chuck Berry
que quería que las señoras del público coreasen canciones picantonas sobre su
finstro, pues el arte del PP hace que Leticia Sabater quiera ser Aznar que
quiere ser Sammy Hagar en su mejor momento:
Si esto no es EL partido que de verdad apoya al arte, me
comeré mi Telecaster rosa. (No tengo una Telecaster rosa, así de convencido
estoy).
4. Es un partido que practica el género «¡¡¡Era yo!!!»
Si no han leído uno de los artículos fundacionales de ente
vlog – el género cinematográfico «¡¡¡Era yo!!!» – háganlo ahora. Es
largo, pero necesario.
Bien, ¿lo han leído ya? Pues ahora díganme si este momento
histórico de Rajoy merece o no pasar con honores al canon de los mejores
momentos «¡¡¡Era yo!!!» ever o no:
Sin embargo, Mariano es derrotado por goleada por Ana
Botella, aunque su ovra maent-tra del «¡¡¡Era yo!!!» no sea tan
conocida. Dicha performance consistió en poner una multa a un ciudadano
madrileño que hablaba por el móvil al volante – nos parece una actitud poco
liberal pero, en fin, la ley es la ley – para, acto seguido, ponerle una
segunda multa. ¿El motivo? Muy sencillo: la sanción era por haber presenciado
un acto delictivo y no denunciarlo. «Señor policeman, el infractor al que
deben multar… ¡¡¡era yo!!!».
A ver si algún rojo de mierda puede superar eso.
3. Saben hacer una cortina de humo como Peich manda
En el flim ‘La cortina de humo’ de Barry Levinson, Dustin
Hoffman demostraba que organizar una gorda podía ser un gran arte comparable a
las dotes como performer de Leticia Sabater. En ‘Canadian Bacon’ – una comedia
sobre una falsa guerra con Canadá para tapar follones del gobierno USA –
Michael Moore nos demostró que las cortinas de humo podían provocar una
apoteosis de la risión comparable a las dotes como performer de Leticia
Sabater.
Y, en pleno cristo judicial por el asunto Bárcenas, el PP ha
demostrado conocer las más sagradas esencias cinematográficas patrias para que
Michael Moore y Barry Levinson no tengan más remedio que levantarse de sus
asientos a aplaudir:
Así es: Manolo Summers y su inmarcesible ‘To er mundo é…
¡mehó!’ han guiado la política de Mariano para que podamos disfrutar a fondo de
Gibraltar. Porque, ya lo saben, en ente vlog defendemos a muerte que Gibraltar
sea inglés. Pero tal característica no tendría sentido sin que exigiese gritar,
obligatoriamente, «¡Gibraltar español!». Gracias de nuevo, Marianiño,
por hacernos disfrutar como se debe del lugar más mágico de Europa.
2. Luis Bárcenas: un tesoro nacional
Blake Edwards: ¿Sabe cuál es el secreto de la comedia?
Entrevistador: ¿Cuál es?
B.E.: El timing. Ahora, pregúnteme usted cuál es el secreto
de la comedia.
E.: ¿Cuál es el se…
B.E.: ¡El timing!
«Genio», «Genio del mal»,
«Jefe», «Puto Amo»… No hay suficientes calificativos para
mostrar nuestra admiración sin límites hacia Luís Bárcenas. Y Blake Edwards, si
pudiese, le daría el papel de Clouseau en su decimoséptimo exploit de la saga.
Excitando la imaginación de la ciudadanía
Todo es sublime en su performance, empezando por su sentido
del timing – cómo, poco a poco, va administrando las pruebas en su poder – así como
del suspense – «tengo grabaciones que joderán vivo a alguno de vosotros,
pero primero debéis mentir al juez sin saber a quién le tocará la lotería»
– y eso por no hablar por su capacidad para los «twist» sorprendentes
de guion. ¿O cómo describir, si no, su demanda contra el PP por despido
improcedente? ¡Shyamalan nunca llegó a tanto!
Cada aspecto de su performance está medidísimo: en su día
hablamos de las mejores presentaciones de personaje en ente vlog, ¿Cómo
definir, entonces, ese momento en el que sus primeras palabras al juez son
«Señoría, ¿podría ponerme la corbata antes de testificar? Es que, en
la cárcel, no se me autoriza a llevarla?».
En el camino, nos ha regalado una iconografía tan
irrepetible como inolvidable: ninguno podremos ver de igual forma ni los sobres
(que se lo pregunten a Marlow) ni los peritos calígrafos. Ha demostrado que hay
una corrupción buena (la que se hace con su ESTILAZO de ultimate boss) y una
mala (la puta mierda del resto, incapaces de generar la millonésima parte de su
espectáculo).
Y de lo que no nos cabe ninguna duda es de que aún hay
Bárcenas para rato: como los grandes artit-tas, será capaz de reinventarse y
seguirnos sorprendiendo, alterando de forma irreversible el tejido de la realidad
y de los buzones de correos.
¿Qué respuesta tiene el PSOE a eso? ¿La puta mierda de los
ERE? Por favor…
1. Ser feliz
Hablando de «respuestas»… Hay algo que nos cuesta
mucho a los ateos, y es contraatacar cuando nos hablan de la paz de espíritu que
los creyentes tienen gracias a saber que hay una vida posterior (no incluyo la
basura de cielo musulmán en el que, como nos demostró Uwe Boll, sólo un puñado
de amigos de Bin Laden pueden repartirse unas cuantas vírgenes).
Esa envidia también es extensible al PP: los votantes de
izquierda viven constantemente cabreados y decepcionados. TODOS los votantes
del PSOE meten su papeleta sin ilusión – ya se la quedó toda Felipe – y tienen
que ver cómo Rubalcaba defiende que la Constitución EsP-P-Pañola fija un techo
de déficit que nos convierte en un país neoliberal desde nuestra carta magna.
Eso, por no hablar de los votantes de Izquierda Plural, que ya han descubierto
que lo de «Unida» era tal cachondeo que más valía no ocultar las
eternas discusiones bizantinas de sus congresos.
Joie de vivre
¡Qué diferencia con la paz de espíritu que produce el tener
a «tu» PP en el gobierno! La crisis seguirá ahí, haciéndote perder tu
trabajo, pero sabes que estás en el mejor de los mundos posibles. Tu
inteligencia ya te hacía ver el «subtexto» tras las promesas
electorales que sólo un rojo interpretaría como «incumplidas». Todo
lo malo es la «herencia recibida». Y da igual que hay poco margen de
maniobra por culpa de Angela Merkel: con una par de detalles homófobos puedes
darte por satisfecho. ¡Y no como esos izquierdistas, tan hambrientos de
reformas, que terminan gritando PPSOE en su desesperación! ¡Esos tristes
partidos de la izquierda que logran que feministas, apuntadas al grito de
PPSOE, digan que la ley del aborto de Gallardón es algo «cosmético y
anecdótico» en absoluto diferente de la de ZP! (juro por Peich que he oído
esas cosas: la debilidad mental del PPSOEismo es lo que tiene).
«¿Alguien se cree que de verdad hemos perdido?»
Realmente, en esta época tan proclive a la desesperación… ¿a
quién no le gustaría creer en el PP, de la misma forma que el amor de
Jesucristo te dará la vida después de la muerte? ¿Hay algún motivo mejor para
afliarse?
Y con estos diez motivos queda demostrado inapelablemente
por qué, a día de hoy, no existe mejor alternativa que hacerse del PP.

Y, si quisiese, podría demostrar todo lo contrario.

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