#LSF1_2013 Mónaco

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No es habitual que lo que más me inspire de la liga fantástica sea un piloto que NO ha logrado ser Star of the Race, pero este GP de Mónaco merece pasar a la historia de la F1 por la actuación estelar de Sergio Pérez: cuando muchos dicen que el deporte del motor sólo embrutece a las masas, el piloto mejicano nos dio una lección ejemplar de introducción a la Economía. Apriétense los machos – chupito del Lobato Drinking Game – y échenle bemoles – otro chupito – porque estas maravillas no ocurren todos los días.

Sergio, como Adam Smith, y, sobre todo, como Milton Friedman, partía de la teoría de las expectativas racionales del consumidor. Que, aplicado a la F1, supone un comportamiento racional de cada piloto en función de sus expectativas. Y, sobre todo, aplicado al arte del adelantamiento, supone una función de utilidad para cada piloto en la que hay que valorar la limitación presupuestaria (hasta dónde puede llegar un piloto con el coche que tiene) y la relación marginal de sustitución (hasta dónde dejarías de consumir X para consumir Y).

Meana y Pérez: los queremos de gestores públicos ¡¡¡YA!!!

El Checo Pérez supo evaluar muy bien la preferencias marginales de Alonso y Button: en el caso del asturiano, era preferible perder una posición frente a un descerebrado antes que perder muchos puntos en el campeonato. Sobre todo en una carrera en la que el Ferrari no daba más (chupito). Igualmente, en el caso de Button, sabía que podía jugar la carta de equipo para que la preferencia de no dejar en 0 el casillero de McLaren se impusiese a la de perder un puesto.

Así, Pérez pudo permitirse adelantamientos tirándose desde casa de dios. Porque las preferencias racionales de los pilotos le abrirían la puerta (inversamente, estupideces como la de Senna en Suzuka 89, incapaz de evaluar la función de utilidad de Prost, terminaron como terminaron).

En última instancia, la actitud de Pérez terminaría dándonos una F1 maravillosa gracias al liberalismo económico. Porque, gracias a estos adelantamientos liberales, tendríamos un mundial MUY apretado en cuanto llegásemos a la situación de equilibrio: Pérez mantendría posición cuando se encontrase con un piloto que tuviese una función de utilidad similar a la suya. Esto es: todo serían adelantamientos disparatados hasta toparse con un Force India.

De hecho, si seguimos a Adam Smith e hiciésemos que el Estado (la FIA) igualase las condiciones de partida para crear un mercado de competencia perfecta, todo sería LA HOSTIA. Lo primero, habría que establecer las parrillas por sorteo, para que Pérez no tuviese que salir por sistema mucho más atrás que Vettel. Así, habría más posibilidades de que se encontrasen, valorasen sus funciones de utilidad, y se crease equilibrio en el campeonato.

SIN EMBARGO…

Conforme llegábamos al final de la carrera, volvimos a recibir OTRA lección de historia de economía. Ese momento en el que todo el aparato económico liberal – tan bello, tan tendente al equilibrio, tan elegante… – se termina dando un hostión (literal en el caso de la F1) contra la cruda realidad de la economía.

No es una crisis: es una desaceleración económica

Tenemos que rescatar a ese genio que fue John Maynard Keynes para sacarle los colores a la ideología liberal por varios flancos.

Así, el bueno de John se cachondeó de esas funciones de utilidad tan «perfectas» demostrando cosas como, por ejemplo, que la gente puede acumular dinero sin meterlo en un banco o gastárselo (parece una perogrullada, pero a día de hoy, a los que dirigen nuestra política económica NO les ha entrado esto en la cabeza todavía).

Sergio, como un pobre liberal cuyas ilusiones se estrellan contra la teoría económica moderna, NO supo juzgar la función de utilidad de un Kimi que era segundo en el campeonato. El resultado fue… una crisis y un desequilibrio en el mundial (en el que ahora se destaca el mierdecilla de Frigodedo). Y, feck, 12 puntos para el Checo con 10 de estilazo DIDÁCTICO. Sí, he dicho estilazo didáctico: su reacción ante Raicoñen fue digna de un economista de la austeridad cuando no le cuadran las cifras: insultar y llamar «estúpido» a Kimi por no tener una función de utilidad como Friedman manda.
Ni Kimi, con los 10 puntazos por responderle debidamente («A Sergio Pérez habría que darle una paliza») a los que une 5 por como muestra de SABER ESTAR en su yate: con su grupo favorito, todos en el jacuzzi y en pelotas.

Solo eso puede competir con el botín liberal de Checo. Pero, como bien sabéis, otros pilotos, aunque con menos bagaje intelectual, sí que pudieron. En primer lugar, aplaudo a Massa., el cual logró un meritorio hostión de moviola. El repetir su destrozo en Santa Devota es un 2+8+4 de estilo reincidente. Con 4 puntos por bandera roja en entrenamientos (vale menos que en carrera) y otro punto por provocar la salida del Safety Car. 19 en total para Felipe.

El déjà vu ya no es lo que era

Otro que apostó por «llover sobre mojado» fue Grosjean. Presionado por los excelentes resultados de su compañero, intentó resolver con cipotismo lo que no podía hacer con habilidad al volante. Su enculada a Ricciardo no sólo lleva 2 puntos de la macrosanción de la FIA y otro por el safety car… ¡A los 10 del piñazo suma 5 de apoteosis reincidente – ni a Maldonado le miran con más lupa que a Romain – y 3 de afecto homosexual! 21 puntos… casi como Pérez.

Pero, in the end, el pilotaje intelectual-Friedmaniano de Pérez es derrotado por el capitalismo de ACCIÓN: no aquel que busca derribar regímenes comunistas con la asfixia económica, sino el que apuesta por el golpe de estado militar con represión buena. En la semana en la que falleció Videla – una pena que lo hiciera en la cárcel en vez de probando medicamentos ultraexperimentales que pudieran ¡salvar vidas! – Max Chilton decidió hacer el ataque menos sutil posible a la revolución bolivariana. Y joer que si le salió bien…

Que la machada homicida de Chilton se solventase con un drive through y lo de Grosjean con 10 puestos para Canadá sólo demuestra que Bernie es un facha como Maggie manda. Pastor se pone al lado de ese niñato… ¡y es empotrado en paralelo contra la pared y generando VUELO! Eso es toda una delicatesen bárbara para esta liga que se lleva 10+8 puntos de estilo. ¡Y 8 por provocar bandera roja! Descúbranse ante la Star of the Race y jaléen sus 10 puntos extra.

Combatiendo el comunismo internacional

Dignos de mención son los 12 puntos del destrozo de Van der Glande o el momento cómico taurino de Bottas cuando se deja adelantar por Raicoñen ¡porque creía que le estaba doblando! Las migajas ni las comento (salvo los 3 puntos retranqueiros de un Alonso que ha estado muy inspirando dando cera y puliendo cera).

Tampoco hay mucha historia con las escuderías: 2 puntos para Marussia por lo de la salida de Bianchi y 5 para Caterham por el abandono de Pic que le dan, así, el Team of the Race.

El escándalo Mercedes – probar a escondidas por sus santos cojones – queda aparcado a la espera de ver si hay PUNTAZOS por sanción o -5 por salirse vergonzosamente de rositas.
Pero hoy no quiero pensar en eso, sino en este CARRERÓN que deberá venir como complemento en DVD en todos los manuales de introducción a la Economía.

Sublime Checo.

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