«Los neumáticos de este año son más resistentes que los del año pasado».
Jaime Alguersuari
Es bello que, de alguna forma, nuestro DJ favorito haya contribuido a animar esta temporada de una forma degradadamente espectacular. Mientras, desde el box de Red Bull, se clama por un endurecimiento de las gomas de Pirelli, algunas voces puede que se animen a decir que, entre los nuevos sacrificios que Angela Merkel exige a los países mediterráneos, esté el que Alonso ceda gentilmente su victoria en Montmeló a Herr Frigodedo. Después de todo, si hacemos caso al señor Mateschitz, parece que las carreras sólo son carreras de verdad cuando Vettel gana a los mandos de un Red Bull, como en el GP de Montmeló del 2011, en el que venció… ¡usando prácticamente la misma estrategia de cuatro paradas que Alonso!
Paul Hembery, de Pirelli, recibe un recado de la Scudería.
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Y, créanme, envié un mail a la sede de Red Bull diciéndoles que hay un refrán inglés que dice que la imitación es una forma de elogio. Pero en Red Bull deben ser de los que llaman «asqueroso plagio» al «homenaje», así que… ya saben. No pararán hasta que Pirelli logre «capturar la esencia de la F1», aunque ello consista en un cuarto título marca Hacendado para el mayor coleccionista de mundiales mierder de la historia del automovilismo.
De todas formas, eso es el oscuro futuro, y ahora mismo prefiero disfrutar del pasado inmediato, especialmente cuando ese pasado implica presenciar tantas y tan bellas cosas desde la tribuna del Circuit.
Conforme me acercaba, el día de los entrenamientos, a la tribuna principal, los presagios iban siendo positivos. ¡Por fin! Richard Branson honraba su apuesta y ejercía como la azafata más antierótica de todos los tiempos. Sé que a Marussia ya no le queda nada de su espíritu Bransoniano, pero me apetece satisfacer una deuda pendiente, sobre todo cuando ésta se paga a golpe de depilación mientras te tomas un cubata (las imágenes que vienen a continuación herirán MUCHAS susceptibilidades)
Así pues, 10 puntos para Marussia con 5 de estilo por el saber estar de Richard y su DESLUMBRANTE maquillaje.
Conforme terminó el sábado, todavía molesto por haber presenciado un top 3 en qualify (DJ Squire, nunca te olvidaremos) que englobaba a un mierda, un mierdecilla y a Britney Spears, decidí utilizar mis ya clásicos poderes contra el box de Frigodedo (c’mon, ¿alguien esperaba, en serio, algo de Mercedes?).
De algo sirvieron, pues sólo la desconexión neuronal de Red Bull – que explicaré más adelante – explica que Frigodedo no terminase en el podium. De momento, la carrera sería mañana, aunque la P5 de Alonso no fuese para tirar cohetes.
Al Mierda, por su parte, ya le crujía con 5 puntos negativos por el meapilismo de sus nuevos tatuajes. Si me cago vivo en Senna por su «mi talento viene de Dios» ¡qué no haré con este! Ni con esa mierda de bigotillo rapero logró compensar la sangría de puntos por los tatuajes. Si acaso, bastante suerte tuvo de no ser más acribillado por atentar contra los valores de bigotón.
Llegó el día de la carrera y, después de dar sendos puntos a Gutiérrez y Massa por sus penalizaciones de la FIA, me puse a disfrutar de todos los gozosos saraos que se organizan en la recta principal y que, en la tele, siempre se me habían pasado desapercibidos. Como la habilidad de la gente para, en sólo una décima de segundo, pasar de forma sincronizada del abucheo y «¡Cantamañas!» dedicado a Vettel al más que solemne aplauso a Mark. That’s erotism for you. Pero hay más cosas, como disfrutar de un solitario paseo de Bernie en plan «estos son mis poderes», (Por cierto, el otro día conocí a un onvre que había abrazado a Bernie en una fiesta. Después de darle la mano, otro onvre me dijo «ahora, no te la laves, machácatela y, con suerte, lograrás una Tamara Ecclestone o, en el peor de los casos, presumir de que Bernie te ha hecho una de Torrente»).
Poder ver a Alonso y Hamilton adoptado los dos al mismo niño, lo cual son 3 puntos para el Mierda pero -3 para Alonso. Así de duras son las reglas.
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We are fa-a-a-mi-lyyyyy…. |
Y, por supuesto, ver la sórdida coreografía de las pit girls, que se dan la vuelta conforme las va rebasando el safety car (en fin, como coreografía, prefería ver cómo la encargada de las modelos, una muchacha jaquetona que lucía piernaca con una nominal minifalda, las iba untando de crema para protegerlas del sol).
Arrancó finalmente el GP y… no hay palabras para expresar lo que son 22 motores absolutamente ciclaos arrancando al unísono. Escupo sobre todo aquel tan débil como para ponerse tapones en los oídos y arruinarse esa experiencia. He de comentar, eso sí, que, como pésimo conductor que soy, casi admiré más el último zurriagazo y frenazo que los pilotos le dan al coche justo antes de colocarlo en su lugar, que el alucinante doble adelantamiento que Alonso hizo en el exterior de la curva 3. ¡Vamos, intento yo dar ese último acelerón antes de aparcar y el dueño de un taller de chapa y pintura iba a ser muy feliz!
Luego llegó la carrera, en la que hubo escasa historia de destrucción en pista. Fiel al guion de Pirelli, los equipos se dedicaron a consagrarse en los boxes. Así, Force India tiene 4 puntos más dos de estilo por un deplorable pit que arruinó la carrera de Sutil, como también los lleva Toro Rosso por el atolondrado cambio de neumáticos a Vergne. En realidad, los dos de estilo no los lleva tanto por tardar como por la perla de Lobato de «A Toro Rosso les ha pillado el toro». Como alguien comentó: «Lobato poeta. Jódete, Machado». Se confirma que se leyó las reglas del Lobato Drinking Game antes del GP, está claro.
4 + 1 por sanción de la FIA llevaría Sauber por el ‘unsafe release’ de Hulkenberg, pero esa sanción no debe despistarnos de la auténtica GLORIA BENDITA del piloto alemán: una cosa es que te saquen antes de tiempo y otra no saber que un Toro Rosso tiene un box más al fondo que el tuyo. ¿Ha sido Hulk el enésimo confundido por la decoración de los coches y pensaba que eso que tenía delante era Webber acelerando hacia la salida? El caso es que el impacto merece 8 puntos por los daños a su coche con 3 de estilo por desconexión neuronal.
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A Marx pongo por testigo que NO jugué al Lobato Drinking Game |
El resto de puntos para los equipos serían 5 puntos para Lotus por el abandono de Grosjean, 3 para Mercedes por ese desastre de relaciones públicas que es copar la primera línea para acabar P6 y P12 (en serio: no es tan fácil como parece) y 5 para Red Bull por su dura sesera a la hora de tardar tanto en reconvertir la estrategia de Vettel a cuatro paradas. En esa resistencia en cambiar un guion diseñado para arrollar desde la pole position le regalaron la P3 a Massa. Bien hecho.
Por supuesto, 4+9 de estilo homicida para Caterham por la rueda no apretada a Giedo Van der Glande. Después del incidente, su coche se «movía» mucho…
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Something’s moving! |
Respecto a los pilotos, es de aplaudir la consistencia en los puntos de Maldonado (1 por la sanción de la FIA por exceso de velocidad en el pitlane) y encomiable la labor de Jules Bianchi a la hora de perder su alerón delantero a la primera de cambio (4 puntos). Pero vayamos al piloto que REALMENTE nos interesa a todos en este GP…
Fernando Alonso arrancó MUY fuerte el fin de semana endiñando a un fotógrafo como se merecía, destrozándole la cámara, siendo denunciado ante los mossos de escuadra y llevando unos merecidísimos 10 puntos por el cipotismo. Kimi y Montoya jamás soñaron con endiñar tan bien como lo hizo el Nano. Y que conste: yo estoy a favor de que los papparazzi acosen y también a favor de que se les hinche a hostias. ¡La acción es la acción! Feck, yo he ido en un coche por esos inseguros túneles de Vigo -al lado del puerto, y con un tufo a peixe cuando llueve… – mientras el copiloto gritaba ¡Acelara, Dodi, acelera!
Alonso también se lleva 5 maravillosos puntos por haber sacado los colores a ciertas personalidades del Circuit. Me refiero, por supuesto, a esa «investigación por recibir un objeto de los comisarios, quebrantando así el artículo 43.3 del reglamento». Ese artículo, traducido al cristiano, viene a decir que, ya que los monoplazas tienen que dar un peso mínimo en el parc fermé, es ilegal que un comisario te dé una plancha Magefesa – cualquier otra marca ni se considera – para que la escondas en el habitáculo y, así, poder cumplir con el pesaje (cosa que se logra recogiendo goma y hasta tierra de las escapatorias). ¡Pero investigar un trapo que ondea durante la vuelta de formación y que, luego, se deja depositado sobre un atril enfrente del coche, es algo muy diferente a la soplapollez! Se trata de…
Sí, ya lo saben.
Se trata de MIERDISMO.
Porque es mierdismo, y no otra cosa, el escudarse en la «legalidad de la FIA» para llamar a la bandera española «objeto extraño». O incluir a los no catalanes en el 75% de «visitantes extranjeros del Circuit». ¡Joder, si tanto te ofende ser el GP de EsP-P-Paña, dale ese deshonor a Valencia y apuesta por ser el GP de Europa! ¡Pero no vengas con gilipolleces como lo del artículo 43.3! Sólo en la mente de alguien que justifica como algo «normal» encender los aspersores del Camp Nou cuando Mou eliminó al Barça (y ganarse un merecido choteo por los siglos de los siglos) cabe una posible investigación de lo de Alonso y la bandera.
For the record: yo hubiese investigado a Fernando en Valencia 2012, pero sólo si le hubiesen entregado un objeto con más lógica, sentido e idiosincrasia que un trapajo rojigualdo. Estoy pensando en unos suntuosos maletines o unos no tan humildes sobres. (Aunque me da la sensación de que un maletín no habría quedado abandonado en el cockpit…).
Pero, para qué engañarnos, no me extraña ese mierdismo en un Circuit cuya principal autoridad es el líder del partido político más vomitivo que la península ibérica jamás conociere. Un partido TAN mierdoso – y eso que compite con la House of Montoro Gallardón et cía – que sólo se puede explicar como la coalición de dos de los mayores mojones que hubiese defecado un frikazo de Vilanova i la Geltrú después de jartarse a pizzas 4 quesos de casa Tarradellas sin descongelar. Me refiero al ultraliberalismo asesino – que ha logrado la sanidad más corrupta, endeudada y ponzoñosa ever – de Convergència Democràtica de Catalunya y el meapilismo feroz y opusino de los capillitas de Unió Democràtica de Catalunya. Un dream-team que logra the worst of both worlds. Por supuesto, con «buenas maneras» – las que no tiene el PP cuando justifica la violación de mujeres – pretende disimular que no son todavía peores. Pero eso no es sino otra manifestación del mierdismo.
O, como diría uno de los mejores escritores del siglo XX (Juan Marsé, que, como muchos de mis referentes culturales más idolatrados, como el Périch, Jan, La Trinca, Eugenio, Vázquez o Jordi Hurtado también es catalán) «Ese sutil refinamiento de preclaros mamarrachos que se ha dado en llamar seny».
¡Wau! (tomen un chupito los que tengan el Lobato Drinking Game) Eso es escribir y lo demás manchar páginas.
Por ese motivo, aparte de los 5 puntos, le doy otros 10 a Alonso por haberme regalado un maravilloso momento en el pódium. No tanto la cara de circunstancia de Artur Mas con el comentario de Lobato de «menudo papelón el de Mas oyendo el himno, ahora que suena el italiano se le ve más relajado» (para que nuestro calvo se permita mear TAN claramente fuera de tiesto estaba claro que había que ser un mierda para NO hablar del elefante en la habitación) como por poder permitirme cantar tro-lo-ló durante el himno.
¿Quieren medir la estupidez humana? Lean a los que criticaron a Lobato por decir lo obvio. That simple. Artur – o, como diría Lobato, «Arthur» – pese a parecerse horrores a American Dad, no llega a tener ese carisma de la creación de Seth Macfarlane que le llevaría a tener unos calzoncillos con la senyera. No. Su mierdismo lo deja en Moisés payés. La cansinez soberanista de Mas – igual de inaguantable que lo que vomitan La Razón, El Mundo, ABC o La Gaceta – NO es compatible con que algún progre desinformado hable de la «buena educación y normalidad de Mas ante el himno, lo cual muestra su talante dialogador». Probablemente sea la misma gente que quiere creer que dos horas a la semana de castellano sirven para tener el mismo dominio de la norma culta del idioma que pueda tener un chaval de Burgos (y hablamos de la ESO, que implica un dominio nulo de prácticamente todo). NO, señores, el famoso «sistema inmersivo» solo sirve para que se note, desde pequeño, que el castellano es una «lengua extranjera». Y cumple su propósito perfectamente. ¡Y aplaudo a los que son honrados como para defender el rollo inmersivo con ese argumento! Sobre todo si son de un partido con una herencia bigotonil tan maravillosa como ERC. Feck, durante un tiempo me plantee plastificar esta foto para tenerla en mi cartera:
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Para mí, LA definición del saber estar. En serio. |
Pero, en fin, la bienpensancia siempre querrá vivir en un mundo de colores en el que un gen especial hace que los niños catalanes aprendan la normativa académica del castellano bien por ósmosis, bien viendo Sálvame Deluxe. O en un mundo en el que Artur Mas es un paladín del diálogo y del estado del bienestar y en el que habría que echar a Lobato de Antena 3 para que el Drinking Game fuese un mal sueño que nunca existió.
A todos esos sólo puedo decirles…
¡Fernando Alonso es la Star of the Race con -3+5+10 y otros 10 puntos!
Hala, a chuparla.
No, no la chupen aún. Antes viene un bonus track que me ha enviado un onvre, director del programa Vuelta Rápida GT, que se describe a sí mismo como «un señor que ve los partidos del Real Madrid poseído por el espíritu de Encarna Sánchez, Franco y el Fary»: ¿Qué es lo que está consultando Mark Webber en el «Fachamóvil» este señor? Ahí queda el enigma de este Jlorioso GP de EsP-P-Paña.
Y ahora sí. A chuparla.