El peor vídeo de la historia de la MTV

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Es cierto que hablar hoy en día de ‘El peor vídeo musical’ es absurdo. Porque, al igual que ocurre cuando dices que has visto ‘La peor película de la historia’, sabes que SIEMPRE existirá una bazofia mayor que no conoces y que superará todas tus expectativas de infamia.
(*Nota relacionada que corta el fluir del texto a apenas un párrafo del inicio: yo creo que sí que he tocado fondo en lo cinematográfico. Cuando José Viruete, Oso de Cine Cutre y yo mismo decimos que vemos difícil caer más bajo que con el ignoto film casero ‘Una familia con mucha marcha’, me planteo seriamente la veracidad de esa afirmación. Fin de la nota. A lo que iba):
Efectivamente, a lo largo de las décadas, esto de hacer música acompañada de imágenes ha alumbrado muchas ridiculeces. En la prehistoria del género tenemos momentos míticos como ‘La balada de Bilbo Bolsón’ de Leonard Nimoy o futuros memes de internet como Armi Ja Danny y su ‘I Want To Love You Tender’ (Dato: ella murió alcoholizada. Obviamente) En los primeros compases de los 80, la apocalíptica trinidad de literalidad mal entendida de los clips de Dire Straits para ‘Making Movies’ o uno de los pocos batacazos del mítico Steve Barron: esa jloria de niños extraterrestres, ninjas y cortinas vaporosas que fue ‘Total Eclipse of the Heart’.
Hoy en día, New Musical Express y otra gente sin criterio te nombrarán “Friday” de Rebecca Black como la cumbre de lo chungo, si bien la verdadera mierda está, al igual que en el cine, en la popularización de Youtube, de las cámaras baratas y la edición simplona. Bueno, a veces esto último de pegar planos ni siquiera es necesario:
Queda claro con esto que hacer una lista de videos cutres es imposible porque nunca estará completa. Pero existe otro criterio. Y el fenómeno de Rebecca Black da la clave. ‘Friday’ no sólo no da demasiada risa: es que además el video convirtió a la canción en un éxito. En un one hit wonder, sí, pero eso es un hit más que todos nosotros. ¿Existe un vídeo tan risible que, por el contrario, acabara con la carrera de un artista?
Por supuesto que sí. Si no fuera así, no haría la pregunta. Qué carajo esperabais.
En los inicios de la MTV lo que se ponía sobre todo eran clips ingleses, los verdaderos pioneros audiovisuales del medio. Con el tiempo, la sensibilidad americana se impuso a la gaycidad británica. Evidentemente, “sensibilidad americana” es el equivalente a decir “sutil colonoscopia”. Así que ya sabéis lo que fue eso: el domino del AORterismo del güeno. El reinado de Van Halen y sus seguidores. Cardados, paquetines marcados en ajustados pantalones de cuero y tías en bikini.
Entre esa gente había un chaval llamado Billy Squier. No entraré en su carrera porque tampoco es que sea especialmente fan. El caso es que era un músico prototípico del movimiento: Aortera y proyectando una imagen de babybay party tonight me las follo a todas.
Tras el éxito de su tercer disco, tocó hacer un vídeo de lanzamiento del cuarto. La discográfica cerró una fecha para el estreno en la MTV. En esa época, la cadena era la que marcaba el éxito de cualquier artista. Punto. Sin ella, no existías. Así que había que hacerlo. Pero Bog Giraldi y David Mallet, dos de los directores gordos del momento, se marcharon del proyecto. La fecha se echaba encima. Entonces, Squier entró en contacto con el coreógrafo Kenny Ortega. Posiblemente el más famoso de la profesión, que siempre había querido dirigir vídeos y películas en un claro afán por destruir a la humanidad. Cosa que casi consigue con los tres ‘High School Musical’.
Kenny le dijo: “Billy, te he visto en el escenario y te mueves muy bien. Vayamos a un plató, te quitamos la guitarra y te pones a hacer lo mismo que sobre el escenario” La idea era que la acción se desarrollara como en la famosa escena de Tom Cruise en ‘Risky Business’. Pero Squier era un macho. Eso era “demasiado pop”. Él quería que todo pareciera como ‘American Gigolo’ para que así las munheres quisieran follárselo. Que de eso iba el mundo del rock en los 80. Y hoy.
El cerebro profundamente gayzado de Ortega (parece ser que está casado, pero en ente blog hemos demostrado muchas veces que se puede ser hetero y muy maricón) entró en barrena creativa. E hizo ESTO:
Inmenso. Nada más llegar al plató, Squire vio las sábanas de satén y expresó sus dudas. Pero Ortega le convención de que todo quedaría muy Richard Gere. Así que se puso a ello. Esto es, a arrastrarse por el suelo tras ver una puerta con humo fucsia como si fuera Madonna en celo. Y luego, a dar saltitos en una demostración práctica de la escena de liberación homosexual por el baile que popularizó Kevin Kline en ‘In and Out’ años más tarde.
Claro que aquí la cosa no iba de coña.
La idea de arrancarse la camiseta para colocarse otra rosa de tirantas es el punto atchonburike de no retorno que hizo que los rockeros que veían la tele lloraran como nenazas ante el hundimiento de su ídolo y las chavalas buscaran consuelo acariciándose todo lo que es el centro reproductivo mientras miraban posters de David Lee Roth. Por desgracia, eran los tiempos anteriores a que Rob Halford nos demostrara que ser gay es parte esencial y maravillosa del poder del Metal.
Estaba claro que ‘Rock Me Tonite’ hacía que ‘Physical’ de Olivia Newton-John fuera el culmen de la heterosexualidad. Al verlo, Squire pidió que lo retiraran e hicieran otro. Sobre todo porque averiguó que Bruce Springsteen había conseguido lo propio con su primer video para ‘Dancing in the Dark’ (anda en Youtube y presenta sorprendentemente problemas similares). Era muy necesario, pues la gente estaba ya llamando a la canción ‘Cock Me Tonite’. Pero la discográfica le dijo que ya se habían gastado una pasta en el clip (presupuesto que no sé si se fue en vestuario, máquinas de humo, lonchas de coca o en planchar las puñeteras sábanas de satén) y que pasaban de rodar uno nuevo. Ante la insistencia del manager del artista de directamente quitarlo de emisión, la respuesta del presidente de la compañía fue que “Necesitamos apoyo visual óptimo”, que es el estilo neo lengua Cospedal de decir “Que te vayas a tomar por culo y que se joda la maricona esa”.
El single en sí (que tengo que reconocer que no me disgusta en absoluto) no fue mal. Pero el vídeo fue un desastre. Squier estaba de gira en ese momento con conciertos llenos y, cuando se empezó a emitir, comenzó poco a poco a tocar ante menos gente, culminando la gira con estadios medio vacíos. Y su carrera se rompió como la camiseta de tirantas que tan apasionadamente había desgarrado en el clip. Hoy en día sigue culpando al hortera de Ortega de su caída. Claro que el famoso autor de una de mis mayores indigestiones por el aburrimiento de toda mi vida (que me produjo ir al preestreno de su ‘This is it’ tras tomarme un gran bol de ramen) se defiende diciendo que se trataba de un vídeo de Squier al 100% y que la culpa es del propio cantante. O de las drogas. O de no darse cuenta de que un músico de rock tiene que tener mucho cuidado a la hora de meterse en sábanas de seda y ponerse una camiseta rosa.

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