Ante la FE-NO-ME-NA-LE victoria de Alonso, aparte del consabido «¡invítenme a unas cañas para celebrallo!» uno tiene la alegría añadida del ver cómo se iguala el récord de victorias de Nigel Mansell. No tanto por el rollo friki-obsesionado-por-las-estadísticas (que también) como porque me permite poner la foto de uno de los mejores bigotones que el automovilismo conociere:
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Never gets old. |
Cuando Alonso alcance las 41 de Senna no haré tanta celebración. Me conformaré con un sobrio «Si es que siempre dije que era mejor» seguido de un poco creíble «Y no lo hago por trolear». Aunque sea cierto. Pero, si hay que pensar en el futuro, la carrera de hoy nos pinta un 2013 bastante apetecible.
Antes del GP de China, la gran pregunta que todos nos hacíamos era cómo iba a gestionar Red Bull el desastre de gestión de recursos humanos – por otra parte, muy habitual – de Malasia. La respuesta la hemos tenido muy clara y era la que todos nos esperábamos: un ejemplar castigo para el deslenguado piloto australiano por haber osado perturbar la paz mental de Frigodedo. En la Q2 le dejaron sin combustible (podrían haberle hecho abortar la vuelta y parar en boxes ante la evidencia de que no había gasolina at all, pero le dejaron seguir). 2 puntos + 3 de psicodrama vengativo conspiranoico + 1 sanción FIA, 6 puntos para Red Bull. En carrera, también se emplearon a fondo: si bien no considero «estrategia de mierda» el apostarlo todo a un safety car con la parada de Webber en la vuelta 1, sí que celebro el cutreatornillamiento de la rueda, que pudo haberla liado parda. Otros 4 puntos para el equipo austriaco que, unidos al puntillo por el cutrecambio de neumáticos de Vettel, hacen que puedan reclamar con justicia los 10 puntos extra de Star of the Race.
Por supuesto, el culebrón de Webber también genera puntos para los pilotos. Vettel arrancó su fin de semana con un punto negativo por enrocarse en su mierdismo malayo. Sus explicaciones del «sí pero no» lograron, para maravilla de todos, dejar en nada a la coherencia de María Dolores de Cospedal.
Pero fue Webber el que, en carrera, decidió dar una respuesta a Helmut Marko, en plan «Tus niños del programa Red Bull que metes a pilotar en Toro Rosso se apartan en cuanto ven al Mierdecilla… ¿no? ¡Pues como sé que conmigo no lo hacen, mira por dónde me voy a pasar al Yanpol Vergné!». Su rabia al estamparse absurdamente contra el francés de Toro Rosso son 12 puntos a los que sumar 5 de estilo vengativo psicodramático y por lograr que su rueda, cuando se desprendió, estuviese a punto de… ¡impactar contra Frigodedo! De, propina, otro punto por su sanción para Bahrein. Seguro que la FIA emitió un voto particular «pero entendemos que no lo hizo por gañán, sino por estar hasta los cojones». Dos stars of the Race consecutivas para un Mark que está sembrado. Un par de GPs más en este plan y la liga puede haber quedado sentenciada.
Y eso que parecía que iba a ser imposible derrotar la foto de perfil de Twitter de Pastor Maldonado. En un acto de apoyo a la revolución Bolivariana, el vigente campeón de la liga fantástica se adhirió al movimiento reivindicativo #bigoteobrero.
Son 10 puntos porque no hay auténtica capilaridad, pero con 5 de estilo porque, puestos a asociar el bigotón a causas nobles, hacerlo con la lucha obrera me parece más valiente que cosas como el cáncer de próstata del Movember. ¡El bigotón es lucha no apta para los tibios de corazón!
Dentro del territorio del endiñamiento ilustrado, toca también aplaudir el talentos – que ya íbamos adivinando – de Esteban Gutiérrez. Puestos a dar por detrás a un piloto de la parrilla, elegir a Tootsie demuestra todo un grado de sabiduría en el piloto mejicano: a los 12 puntos añade 3 de estilo por afecto homosexual y uno más por la sanción de 5 puestos de la FIA para Bahrein. Y, como Esteban es generoso, deja que el escozor anal le rente 4 puntos a Tootsie por fueguecillo en boxes (sin olvidar 2 puntos por la forma en la que sacó jovialmente de pista, sin mayores consecuencias, a su compañero de equipo). ¡Todo son ventajas! ¡Amar es compartir!
No me olvido, evidentemente, de otro momento esteta de la carrera: la apuesta aerodinámica de Kimi son 2 puntos por el toque con Sergio Pérez – again: donde hay Méjico hay acción – a los que añadir 5 por creatividad aerodinámica que ¡terminó funcionando! Ya sea porque mejoró el flugo de aire para el doble DRS pasivo, o porque le refrigeró mejor los pendexelines a The Ice-Cream Man, Lotus renunció a usar cinta americana para realizar un arreglo en boxes al estilo de ‘There, I fixed it». ¿Qué nuevo merchandising sacará Lotus ahora de esta última genialidad de Raicoñen?
Como últimas migajas de pilotos, un punto para Massa por su comportamiento de macarra en el cuello de botella de la salida de boxes. Es una pena que, en sus dos encuentros con Vettel, se comportase como el clásico eunuco. Pero, qué se le va a hacer: tras el espejismo de sus cuatro derrotas a Alonso en la Q3, ya hemos vuelto a la normalidad.
No me olvido de Alonso, claro: después del choteo de «me preocupa lo de Massa, pierdo el sueño y se me cae el pelo», se llevó un punto por hacer creer a la prensa británica que tenía problemas de alopecia. En carrera, su ‘I’m not pushing’ también fue merecedor de un punto. Pero, claro, no estuvo a la altura ni de la calidad de David Coulthard queriendo apuntarse a la orgía con la Kashputina ni, mucho menos, a los tres puntazos que se marcó Ferrari por el viaje al paquete que un mecánico se marcó en plena euforia por la victoria. ¡Así se celebran los triunfos, haciendo realidad uno de los mejores temas de Siniestro Total!
Mercedes, por su parte, se llevó 5 puntos por el abandono de Rosberg y, aunque es de lamentar que no los ampliaran con el factor Mierda, demuestran que son una escudería a tener en cuenta en la liga. De la misma forma que Sauber demuestra que no quieren perder su momentum, como lo demuestra el lamentable repostaje (4 puntos) al que sometieron a Hulkenberg para hacerle perder posición con Frigodedo.
Estamos, desde luego, de celebración y con las ganas de ir al mismo chino cutrongo en el que le compraron los trofeos a Fernando Alonso. Tenemos una jran temporada por delante en la que dedicarnos a apostar en qué vuelta logrará Red Bull sodomizar sin piedad a Webber y en la que, para qué negarlo, emocionarnos tanto o más que Lobato con los triunfos de Alonso. ¿O soy el único que ha notado que qué pasión hablaba de «Exprimir hasta la última gota de las gomas» o qué buen prescriptor de la serie ‘Con el culo al aire’ era mientras Alonso veía cómo Hamilton llenaba su cuello con la espuma blanquecina del champán?
Lo dicho, relajemos el orto, disfrutemos de este mundial y, ya que estoy… ¡invitennos a unas cañas para celebrarlo!