sordidez por todos los rincones del orbe. Pero no podemos ocultar que, por
motivos obvios, mucho de lo aquí escrito tiene un sabor bastante madrileño (con
ocasionales excursiones gallegas y andaluzas que tampoco precisan explicación).
homenaje a ámbitos en los que también hemos tenido la suerte de conocer ÉPICOS
finstros que han convertido nuestra vida en algo mejor y más sórdido: hoy es el
turno de América del Sur (en concreto, Chile) y Parchelona (en concreto, el
Raval). Por supuesto, lo haremos de la mano de todo un ONVRE: El Sevilla.
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«Valors» |
absolutamente TODO lo que ello implica) se levantaba cada día tomando un
solysombra y perfumándose con generosos chorros de Varon Dandy. Recién salido
de su casa paseaba, normalmente ataviado con sombrero cordobés, exclamando
«¡Esta es la ruina de España!» ante según que paquistaníes del
barrio. Poco después, comenzaba su peregrinación en pos de ofrecer
«seguridad» a alguno de los equipos de rodaje que, a golpe de
modernez, se aventuraban por el Raval.
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El Sevilla llevando a la ruina a las señoritas del Raval. |
con mayor densidad de putas, en las que conoció a dos finstros chilenos que
estaban haciendo un master sobre documental en Barcelona. Su trabajo de fin de
curso era un corto documental titulado ‘Konichiwa Kanojo’ en la que dos
viejunos, emulando a Don Quijote y Sancho, se proponían salvar de la perdición
a una prostituta. El atchonburike resultante – dos ancianos recitando a la
perfección frases de Cervantes mientras interactuaban con auténticas
profesionales de la zona – hizo que un productor se animase a financiarles un
largo hecho con el mismo espíritu. Y yo tuve la suerte de que ese productor –
con el que había trabajado en ‘El segundo nombre’ – me encargase el montaje. La
terminamos el 2002 y, salvo una mención que tuvo en un festival chileno del
2004, quedó anónima para el mundo.
he decidido colgar el resultado del delirio de los jrandes Max Lavín
y Christian Heisen. Para que la odisea de El Sevilla no se pierda cual Kimi Raicoñen en Interlagos.
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Arruinando la navidad para todos los niños de Barcelona |
protagonista que no fuese El Sevilla. La historia arranca como un indigesto
western mitológico ambientado en el Raval en el que la variada fauna de la zona
– moderniquis, muertos de hambre, borrachuzos, hipsters, algún drogainómano que
otro – retratan una sociedad corrupta en la que los jefes del cotarro viven preocupados por una profecía que anuncia la llegada de un «Chérif» que puede hacer que se les acabe el negocio.
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James Bond con bigotón postizo en un duelo de Hard-Casio (en serio) |
directores a la Feria de Libro para conseguir unas declaraciones del jran Jodorowsky himself que salen al principio de la peli… del documental…
de esta cosa. (Así que, completistas, ya sabéis: si fuisteis capaces de ver la
ñoña ‘The Rainbow Thief’, también os toca esto para rematar la filmografía de
Jodo).
acto: el personaje de El Sevilla es devorado para efectuar un viaje
místico-digestivo a la región del altiplano para, así, poder encontrar y matar al Chérif. Lo cual equivale a decir: lo cagan
en medio de Chile. Y yo puedo sentirme libre para escribir la palabra
«caca» y que esto ya parezca del todo un post del blog.
pongan a un sordidazo del Raval, que sólo es capaz de pronunciar la palabra
«indígena» cada vez que ve a un sudamericano, en una road movie
mística a lo largo de medio Chile. Y dejen la cámara encendida para ver qué
carallo pasa.
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Arruinando la exaltación de la amistad etílica (pero… ¡bigotón!) |
de Chile para preguntarle dónde cae el altiplano…
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Arruinando la diplomacia hispano-chilena |
teletienda para ‘Autos Campos’ a cambio de que le abarate el alquiler de un
coche…
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La web autoscampos.cl está caída a día de hoy: El Sevilla les arruinó |
chilena…
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Arruinando el metalenguaje |
noche…
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Arruinando décadas deliteratura drogainómana |
excesivamente sórdida hasta para el propio Jodorowsky.
con mil detalles molestos de juventud, que puede resultar la clásica
pretenciosidad de film school en más de catorce escenas. Dudo que muchos superen los cinco primeros minutos. In fact, casi aspiro a que el número de reproducciones del vídeo haga que este post se convierta, con el paso del tiempo, en una frikada más oscura que el ya clásico ‘Hans Magnus se arranca por bulerías’. Algo TAN duro como ‘Chérif’ no merece menos.
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Vestido con neopreno y terminando de arruinar la Navidad para el resto del género humano. |
tocar los cojones a todo progremoderniqui que de ello se precie. ¡El Chérif es
un sacerdote que se dedica a restaurar templos y con el que se queda a
colaborar El Sevilla! Furthermore, quien espere una celebración del indigenismo
andino, se va a encontrar cal y arena cuando vea la epopeya cristianizadora a
sangre y fuego de los Cañipa. That’s the way, a-ha a-ha, I like it: haciendo
amigos *FIN DEL SPOILER*
seriamente el abandonar su mierda de vida en El Raval quedándose con el Chérif
– el punto en el que termina la peli – pero, al final, terminó sucumbiendo de
nuevo a la seducción sórdida de su infravivienda en perpetuo estado de derribo,
su solysombra, su farmacopea festiva y su Varon Dandy matutino.
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Arruinando la amistad con los pueblos indígenas |
a dedicar un sonoro aplauso a tu Onvría con mayúsculas. Y un abrazo a Max y
Christian por lo bien que me lo pasé montando ‘Chérif’ con ellos. Lo último que
supe de ellos, hace ya diez años, es que seguían ayudando al Chérif en el
altiplano. Ojalá logren rodar, alguna vez, otro despropósito más gordo todavía.