Aunque sea mentira, a muchos nos gusta pensar que estamos viviendo momentos históricos, que serán la envidia de las generaciones futuras. El divertidísimo psicodrama desatado después de este GP de Malasia me ha hecho recordar trifulcas parecidas a lo largo de la historia de la Fórmula Uno. Se me viene a la cabeza un GP de Imola del 82 en la cual Villeneuve y Pirulí (Sí, Siri acaba de escribir «pirulí» en vez de Pironi, pero me ha hecho demasiada gracia sórdida como para cambiarlo: Es lo que tiene estar de vacaciones sin ordenador y redactando un post al móvil en un documento Google) eran unos de los pocos coches que participaban en una carrera boicoteada políticamente. Ferrari no podía permitirse no disputar el GP de Italia, así que cual Schumacher y Barichello en Indianápolis 2001, No tuvieron mayor problema a la hora de liderar la carrera desde los primeros compases. Ferrari, para no arriesgar el resultado decidió que las posiciones debían quedar con Villeneuve en primer lugar y Pirulí (Fíjate, Didier, Siri conoce a Barrichello y a ti no) ensegunda posición. Pero el piloto francés decidió que le apetecía ganar en Monza con Ferrari, así que, para sorpresa del ídolo local, pasó a atacarle con toda la alegría del mundo. Villeneuve, que no podía dar crédito, le devolvía el adelantamiento la siguiente curva. Los tifosi, mientras tanto, asumiendo que estaban viviendo un GP de Chichi nabo (Siri, casi lo consigues) asumieron que sus dos pilotos estaban haciendo un show semejante al de la lucha libre americana. Y se dedicaron a animarles de la sórdida forma que merecían. Pero aquello no era un juego, y la victoria final de Pirulí cicló de tal forma a Villeneuve, que la rivalidad que se estableció entre ambos se saldó con el canadiense matándose en en los entrenamientos de Zolder y con el francés perdiendo las piernas más adelante durante el campeonato.
La otra rivalidad memorable no podía ser otra que la de Senna y Prost. También en Imola, en el 89, para evitar conflictos en la segunda chicane, pactaron que el piloto que llegase en segunda posición a la primera chicane NO intentaría el adelantamiento en la siguiente curva. Cuando los semáforos expusieron verde, Senna llego el primero, y Prost respecto al pacto. Pero un accidente hizo que tuviese que reiniciarse el GP. En la resalida, esta vez fue Prost el que consiguió llegar el primero a la primera chicane. Sin embargo, para sorpresa mayúscula del francés, Sena le arrebató la posición en la siguiente curva. Y terminó ganando el GP. Un Prost increíblemente más cabreado que Mark Webber, zarandeó al brasileño preguntándole que si su palabra había quedado abandonada en el mismo cubo de la basura alemán en el que tiraron los restos de la oreja a la plancha de Niki Lauda. La sorprendente respuesta de Senna fue: «es que el pacto que hicimos sólo valía para la primera salida, En la segunda ya valía todo». Todos sabemos cómo terminó la historia de esta rivalidad.
Ni que decir tiene, me encantaría que, por aquello de volver a vivir momentos extraordinarios en la historia de la F1, Las acciones de Vettel pudiesen generar una rivalidad que hiciesen que Frigodedo conociese el destino de Senna o Villeneuve. Quién sabe, tal vez así conseguiría por fin por ser un átomo de carisma, gracia y salero. O tal vez ni así.
Pero, claro, creo que no hace falta explicar la diferencia entre Senna y Villeneuve por un lado y Vettel por otro. Ya saben que no soy precisamente el mayor fan del brasileño (sí del canadiense, por supuesto) pero esos dos pilotos lo último que fueron en su vida fue unos…
MIERDAS.
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Defendiendo la ONVRÍA en solitario. |
No seré yo el que no le dé 5 puntos a Vettel por desobedecer olímpicamente las órdenes de equipo. Pero tampoco voy a decir que exista nada extraordinario en lograr recortar cinco segundos de desventaja a tu compañero de equipo porque la escudería que le hubiese dicho a Webber que cambiase el mapa motor. De no haber mediado órdeness de equipo, Frigodedo habría que tenido que pedirle mucho a sus neumáticos para conseguir alcanzar a Mark. Y, una vez ahí, habría que ver si hubiese podido adelantarle con tanta facilidad.
El caso es que Vettel bien podría haber hecho como Pirulí con una magnífica actitud «te jodes» o como Ayrton Senna en una «vivo en mi mundo de colores», menos encomiable pero con su demencial lógica interna. Sin embargo, escogió la peor de todas las opciones posibles: la de decir que no lo había hecho deliberadamente. Que es el equivalente, en mierdismo, a decir «yo no le di por culo al niño, se cayó accidentalmente sobre el bote de gel». Evidentemente, si Vettel lo hubiera dicho con la cara, gafas de sol, barba, y cubata de Eugenio, nos habría parecido un chiste magnífico, en el cual acercarse otro coche durante cuatro vueltas y adelantarle durante seis curvas es una cosa y instintiva que se hace en el calor del momento. Sin embargo, Sebastian apostó por el tono mongoloide de su majestad y reeditó, en versión germánica, el mítico «lo siento mucho, me equivocado, no lo volveré hacer». Y, claro, ese tipo de cosas, si no las compensas con el haberte tirado a 1500 señoras, pues como que no quedan tan bien. O no dan tanta risa.
El pack agregado, con puntos negativos de (in)estilo, queda en una durísima penalización de -15 puntos para Vettel. Quien nos lo iba decir, el Mierdecilla puede que esté comenzando a dar lecciones al mismísimo Hamilton.
Y tampoco me olvido de Lewis, claro. Después de un despiste histórico que le hizo parar a cambiar neumáticos en el Box de McLaren, parecía que esos 20 puntos le iban a regalar de calle la Star of the race. Sin embargo, Hamilton volvió a comportarse como el clásico desgraciado que arruina una excelente Coca-Cola echándole un chorro de Ribera del Duero. Sus 20 puntos fueron mancillados con sus clásicas declaraciones de mierda en el podio. «Nico debería ser el que estuviese aquí en tercer lugar» fue la frase que le ha penalizado en esta liga. Mierdismo vintage que, si bien no llega a las cuotas gloriosas de lo que en Malasia nos ha regalado Vettel, si te demuestra que, aunque es cambio de aires, los viejos hábitos siguen hay. 20-5=15, Que no deja de ser un mal botín para el mierda, pero debería haber sido el doble.
Y, en ese psicodramático podido malayo, ante dos mierdas, una vez más pudimos disfrutar de un ONVRE.
Mark Webber no sólo fue un prodigio de etiqueta sacándole un dedo a Vettel cuando le adelantó (1+2 de estilo) sino que, además, también protagonizó una bellísima a la par que inédita llegada a meta, desplazando su coche al extremo opuesto a la línea de boxes. Los 5 Puntos por desastre de relaciones públicas llevan un complemento de dos de estilo por originalidad. Que hay que valorar la innovación, qué carallo.
Por supuesto, la cosa no terminó ahí. Durante el pesaje, Mark se despachó a gusto con el millar de cilla («Mierdecilla», Siri: esta palabra tienes que aprendértela bien, que la voy usar unas cuantas veces este año) alemán ganándose otros cinco puntos, que redondeó con tres más de psicodrama en el podio. Durante la entrevista, no quiso abundar en más detalles, pero se ganó otros dos puntos por el detalle cachondo de lamentar la mala suerte del accidente de Fernando Alonso. En serio, nada me haría más feliz que el que Frigodedo terminase perdiendo el mundial por un accidente deliberado provocado por el australiano. A ser posible, que dejase al Mierdecilla en el mismo estado físico que Pirulí en su día. Soñar es gratis, que quieren.
Y los mierdas no se merecen menos.
Otro de los que se llevó una buena cosecha de puntos fue, evidentemente, Fernando Alonso. Si bien es cierto que Vettel levantó en exceso en la primera curva, yo siempre tiendo a echarle la culpa al que endiña por detrás. Y esta vez no va a ser una excepción. Los 10 puntos para Alonso por la colisión lleva un complemento de cinco de estilo por cipote. Como ahora mismo me siento generoso, no voy a entrar en polémicas sobre si la decisión la tomó Fernando una escudería. Son cinco puntos para el piloto y para el equipo. Y les aplaudo por haber apechugado con las consecuencias de su cipotismo ilustrado. Aunque el nivel de las chispas vistas por televisión nos hiciese pensar a todos que era imposible que aquel alerón pudiese aguantar cuatro vueltas. Como de hecho ocurrió. Ahora, la prensa italiana especula que Alonso que está cometiendo estos errores por la presión de Felipe Massa. Que sigan soñando: En este GP, sencillamente, Alonso se encontró con un Vettel torpe y no supo gestionarlo. Ni más ni menos. Y no me olvido de 2 puntos por su tuit del «no se les puede dejar solos en el podium», claro)
Win or crash!!!
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El ídolo de todos nosotros, por su parte, sigue fiel a la tradición establecida el año pasado que le llevó a ganar decayera liga fantástica. Esta sana costumbre de Pastor Maldonado consiste en no acumular muchas están los ojos drogáis (Coñe, Siri ¿tan mal pronuncio «Star of the Race»?) pero, sin embargo, no dejar de puntuar en ni una sola carrera. Aplicando su concepto de justicia bolivariana al pésimo diseño del Williams de este año, Pastor ha decidido que no tiene sentido calcar las descafeinadas actuaciones de su su su compañero de equipo y que es notoriamente mejor intentar tener el ritmo de los coches de cabeza aunque el único resultado posible será el estrellarse y terminar fuera de la carrera. Es una actitud encomiable que hace que le demos dos puntos +4 de estilo por la belleza Bolivariana del empeño.
Las restantes migajas de puntos de pilotos se reparten principalmente gracias a salidas de pista: dos para Kimi, dos para ti resta, y uno para Esteban Gutiérrez, que no dudamos seguirá aportando muestras de su talento.
Por lo que a las escuderías respecta, creo que no hay discusión al respecto de que todos nos sincronicemos online para hacer una ola dedicada a la sublime labor de Force India en sus repostajes. Lo que en un principio parecía incompetencia, se convirtió en algo artístico cuando ocurrió por segunda vez. A la cuarta parada cochambrosa en boxes, por fin logramos a ver adivinar quién era el culpable: unas pistolas defectuosas que hicieron que tanto Di Resta comoTootsie tuviesen que abandonar la Carrera. 28 Puntos en total que no voy a explicar cómo se han repartido. Para dar aclaraciones sobre números oscuros ya está mi nuevo ídolo del 2013: Bárcenas.
No me extraña que Force india se haya regodeado en una campaña publicitaria polémica como «deja atrás el pasado». Yo, desde luego, la suscribo: con este presente tan glorioso que nos están regalando, la labor de las restantes escuderías se ha quedado en nada. Team of the race merecidísimo para la escudería de Mallya.
McLaren, por su parte, no quiere que olvidemos que, pese a que este año su cotización ha bajado al no disponer del codiciadísimo factor mierda, siguen siendo una presencia importantísima en el pódium de cada liga fantástica. Su gañanería en el carril de boxes fue sólo una, pero, desde luego, revistió más plasticidad que las de Force India. Ver cómo Button tuvo que volver empujado al box con la rueda suelta se merece cuatro puntos con cinco de estilo. Que nadie descarte a la escudería de Woking en el 2013.
Y ahora, muchos os preguntaréis que pienso de las órdenes de equipo de la escudería Mercedes. Pues bien, creo que merecen cinco puntos positivos por el justo insulto que han supuesto hacía Nico Rosberg. Y es que activar el DRS en una recta para que, a continuación, el mierda te supere por DRS en la siguiente zona podría ser un error comprensible para alguien que jamás hubiese disputado un GP. Lo realmente oligofrénico es el haber hecho esa jugada dos veces. Lo lógico hubiese sido usar el DRS en la recta de atrás para acercarse en la curva de antes de meta. Acto seguido, en la siguiente recta, no habría mayor problema para superar al mierda usando DRS. Pero Nico Rosberg demostró total falta de neuronas que Ross Brawn hizo lo correcto al pedirle mantener posición.
Más puntos lleva, por supuesto, Toro Rosso por la salida a destiempo de Vergne en el carril de boxes. Los 12 puntos por la colisión contra Bande Garde (¡Ese es mi Siri!) son una justa recompensa en el GP en el que muchos pilotos hubiesen firmado por un neumático superduro que les permitiese no haber tenido que entrar nunca a cambiarlo.
Para cerrar el apartado de escuderías, tanto Williams como Lotus se llevan dos puntos por su mini chamanismo chumgo en la Q2 del sábado, que terminó de hundir en la miseria a Maldonado y Grosjean.
Y esta ha sido la larguísima crónica del GP malayo que ha hecho sudar tinta a Siri. Y que me ha provocado una demanda por parte de Apple por torturar a su robot con tal sarta de majaderías. En esta ocasión, no sé si decir el clásico «invítenme unas cañas» o «abran una cuenta para pagar la demanda judicial». Pero, por no variar el soniquete de las entradas anteriores, me conformaré con un «¡compren mi libro!».
Pero, sin duda alguna, lo más interesante de este GP de Malasia es el panorama que pinta para lo que queda de año. Mark Webber no sólo ha mostrado su intención de no renovar con escudería, sino que, implícitamente, ha dejado muy claro que el Mierdecilla ya no tendría por qué ser el único que se pasen las órdenes de equipo por el forro. Espérense colisiones y ¿por qué no soñarlo? Que Frigodedo termine perdiendo este mundial por culpa de su compañero de equipo. Y que veamos a Mark celebrándolo con Alonso bien untados los dos de aceite. Que es el deporte de moda ahora. Creo.