Somos viejos: Vicisitud y Sordidez cumple siete años

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La gente tiende a contar la edad de las mascotas aplicando arbitrarios multiplicadores. Pocos saben que eso es una chorrada. Yo lo aprendí hace tiempo, justo cuando pensé en hacer exactamente lo mismo con un blog. Esto es, sacarme del orto una equivalencia de años para cuando rondábamos los seis. Y como nunca he sido de números, lo que me salió fue esta imagen:
Pues ahora que llevamos ya siete años, no quiero ni pensar cómo seremos en cómputo de internet. Más o menos esto:
Jordi Hurtado no cumple años: Los años cumplen Jordi Hurtados
Porque hemos estado todo 2012 intentando jordihurtadizar el blog con un nuevo dominio y una nueva imagen. Para rejuvenecernos y no estancarnos cual colon carnívoro con dieta pobre en fibras. Pero eso vendrá más adelante. Ahora nos toca pensar en qué hacer para celebrar el maravilloso 7, lo que muchos consideran ‘el número de la suerte’ y yo ‘la tabla de multiplicar que más me daba por culo en el colegio’. Así que nos hemos decidido por algo que estamos haciendo mucho últimamente en ente bloj, que ya sabéis que se mueve por etapas: mirarnos otra vez el ombligo. Tras apartar las pelusillas, nos hemos puesto a escribir el uno sobre el otro. Esto es: que yo, Paco Fox, haré un ‘Ente onvre’ de Vicisitud y Vicisitud hará un ‘Enta munhé’ de mí. Quiero decir, ‘Ente onvre’. O no. Yo qué sé.
Ente onvre: Sr. Vicisitud
Vicisitud: Si te gusta el reggeton, eres mala persona
Paco Fox: ¿Quién ha dicho esa burrada?
Vicisitud:
Eso es, en el estilo de ‘Un libro en un minuto’, la esencia del Sr. Vicisitud. Es el hombre compresa. No porque quiera pasarse la vida entre las piernas de las mujeres con la cabeza colorada (¡No!¡La olor!). Sino porque lo absorbe absolutamente todo. Y luego se lo traga. Porque muchas personas tragan, por mucho que tu novia diga que no.
Más tarde, una vez procesada toda la información que ha absorbido, la excreta en el momento que menos te lo esperas. Generalmente, follando. No que yo lo sepa porque hemos follado, válgame peich. Nosotros no follamos. Hacemos el amor.
Todo ello convierte a Vicisitud en un prodigio del maestroliendrismo. Su gran súper poder es escuchar atentamente todo lo que le digas. Sobre todo si parece que sabes de lo que hablas. Así, como Judge Reinhold en ‘Superdetective en Hollywood 2’, guarda su tremendo arsenal de argumentos listo para entrar a saco en cualquier conversación, que siempre dominará lo quieras o no.
Eso lo podría hacer cualquiera (dirán muchos lectores y un nutrido grupo de personas siempre que les hablo de lo orgulloso que me siento de saber mover la barbilla). Pero en lo que se equivocan es en la calidad de la forma de proceder de Vicisitud. La magia está en saber procesar todo argumento, agregarlo a su totémico corpus de pensamiento de cosecha propia y hacerlo suyo como si fuera Famke Janssen vestida de cuero.
Porque otra cosa que define a ente onvre es su increíble habilidad para que le gusten todas las mujeres que, como la Jane Grey, tengan pinta de que le pueden romper el culo en cualquier momento. Ya sea con una pisha de plástico o con una de verdad. Me he pasado los últimos años echándole en cara lo mucho que le gustan las señoras con aspecto más bien machorro.
El que La Navaja en el Ojo, su novia desde hace milenios, y considerada como una chica muy guapa, me siga hablando… es un milagro.
Pero tengo pruebas. De hecho, estoy convencido que uno de los momentos de más risa que se produjeron en el hogar Vicisitud-Navaja fue aquel en el que en un episodio de Nip/Tuck se revelaba que el personaje que interpretaba Janssen era, obviamente, un tubo.
Quizir, un tío.
Claro que no todo en la vida de Vicisitud es ser un poco gay y un polemista que habría sido capaz de enfrentarse a Christopher Hitchens y perder por muy poco (porque nadie ganaba a Chrischens, excepto quizá, una horda de mongoles saliendo de un concierto de Manowar).
Los mongoles siempre son la excepción.
Lo que realmente lo convierte en un onvre es el hecho de que inventó la nueva y mejor acepción de la palabra ‘Vicisitud’. Y eso es algo que lo pone a la altura de Chéspir, si el británico hubiera escrito en un idioma que se entendiese, no en esa cosa ininteligible que hablaban en Inglaterra en el siglo XVI. Claro que normalmente a Vicisitud tampoco se le entiende del todo. Quizá por su herencia gallega. Quizá porque su capacidad de raciocinio esté por encima de nosotros, meros mortales, que nunca podremos aspirar a sus cumbres de sordidez y diarrea mental.
Por eso, el Sr. Vicisitud es un pilar de nuestra sociedad.
Por eso y porque es capaz de untarse un bocadillo con un cacho entero de foie gras, masticar y razonar al mismo tiempo la importancia en la historia del cine de Pierrot Le Fou.  Por supuesto, no tiene por qué ser algo relacionado con Godard. Basta con que sea el tema que le tenga más entretenido en ese año en particular. Porque sus obsesiones ocupan normalmente entre 12 y 24 meses. Gracias a ello, tras muchas comidas juntos a lo largo de los años, me he hecho casi un experto en Arquitectura Satánica, Phil Collins, Sin Tetas No Hay Paraíso y Ayn Rand. Tendría que existir una disciplina olímpica que premiara esa habilidad. No la de comer foie gras y hablar de cosas. Sino la de soportar un año entero escuchando disertaciones sobre El Duque y María Castro. Aunque bien pensado…

NO TENGO NINGÚN PROBLEMA EN HABLAR DE MARÍA CASTRO. Quizá sí en hablar CON ella.
(*Incidentalmente, esto es lo que sale en Google Imágenes si buscas el verdadero nombre del Sr. Vicisitud:
Arrestado en Miami en 2010 por atraco y posesión de objetos para cometer atracos, un segundo cargo que, teniendo en cuenta lo que acababa de hacer, tiene una lógica indiscutible. Sabemos que NO es el creador del blog por un motivo claro: a Vicisitud le salen un bigotillo y una perilla mucho más cutres. Lo cual es TRISTE.)
Ente onvre: Paco Fox
Cuando conocí a Paco en la Escuela de Cine, un servidor de ustedes llegaba con cierta tontuna cultureta y con una admiración sin límites por Jean-Luc Godard. Frente a este discurso «de autor», mucha gente en la escuela reivindicaba a saco a Cameron o Spielberg, lo cual me producía urticaria. Sin embargo, mi primera imagen de Paco fue la de un chaval gaditano que, con una gorra a cuadros, irrumpió en el aula vociferando «People of the world/ Spinching up Your life!» emocionado ante EL evento cinematográfico del año, que NO iba a ser ‘Titanic’ ni chorradas similares.
Y supe que él tenía razón y yo no, así que decidí que, si iba a ser fan de Godard sólo lo sería en el punto en el que Jean-Luc se pareciese a lo que REALMENTE me gustaba (y que Paco me hizo sacar a la luz): Mariano Ozores, Burt Reynolds, Bud Spencer y Jerry Bruckheimer. Y, a partir de ahí, ya comenzó lo de hacer cosas como ir a meternos mano a conciertos de Jethro Tull.
Pero esa es otra historia.
Una buena primera definición de Paco se produjo hablando con nuestro amigo común Viti. Éste me dijo «Si, con lo frikazo que es Paquito, tiene una novia tan guapa, es que hay esperanza para todos«. Le respondí «No te engañes: Paco sí que sabe vivir en democracia y comportarse como una persona si se lo propone. Además, aunque sea bajito está buenecillo«. Claro que entonces no tenía tantas canas. Ni siquiera en del pubis. Hoy en día, ese look sólo calienta sobremanera a Moncho Borrajo, el cual le llamó «mi pequeño petit suisse con canas» en el escenario.
Al cual salió vestido con un top caribeño a bailar eróticamente.
Pero eso es otra historia.
Gracias a peich.
Un dato que sorprendería, a lo mejor, dado el carácter tan rojeras del blog es que, cuando hay un mando de Pleisteichon o un juego de tablero de por medio, Paco es tremendamente competitivo. Irá a aplastarte como sea y, si percibe que varios nos hemos aliado para que no triunfe en el Carcassonne, puede pillar el cabreo de su vida (feck, hicimos un viaje a Carcassonne para jugar al Carcassonne ¡eso es tomarse las cosas en serio!). Sin embargo, cuando desaparecen los mandos y los dados, Paco es la persona menos trepa ever – a pesar de lo que diga Jordi – capaz de cosas como NO saber su sueldo en una negociación o de renunciar a posibles curros porque sabe que algún amigo lo necesita más por estar al borde de circuncidarse con la tapa de un yogur en su trabajo. En serio: las entrevistas de trabajo de Paco serían carne de antimanual de autoayuda.
Otro de esos momentos que definen a una persona lo viví el único año en el que Paco NO pasó el día de Reyes en Algeciras. Él se define como más ñoño que Dios. Y realmente lo es, pero aquel 6 de enero estaba realmente jodido. Apiadándonos de él, un grupo de frikazos lo invitamos a comer en nuestro piso de estudiantes en la calle San Bernardo (ahora reconvertido en una casa de putas que genera continuas pancartas de protesta entre los vecinos). Allí, entre platos de apelmazadas lentejas marca «con este perolo comemos cuatro días seguidos» que eran mi especialidad, comenzamos sin darnos cuenta a hacer un tour de force – ¡he logrado usar ese palabro tan jordicóstico! – de chistes de caca que provocaron el mayor ataque de risa, tos de lentejas y visita apresurada al váter que jamás le haya visto a Paco.
Así que ya lo ven: lo de los chit-tes de olor es una necesidad vital de ente onvre mil veces superior a la de cualquier ser humano. De hecho, creo que es la persona que mejor puede ayudarle a cualquiera – y también a sí mismo – a sobrellevar cualquier desgracia: su don para aliviar la tensión metiendo un chiste de caca en circunstancias bien tremendas es algo que debería estudiarse en tesis doctoral. Y luego, quemar dicha tesis, por supuesto. (Nunca podré entender cómo, en un sitio tan apropiado como una sala de esperas de colonoscopias, no le han ofrecido a Paco un puesto de trabajo para consolar a los escocidos pacientes. Tal vez porque hay mucho gilipollas sin humor en el mundo).
Con la tradición self-loathing del blog, es difícil decir algo de Paco que no esté ya en algún post pero sí que me gustaría destacar que, en última instancia, Paco es el argumento que yo uso en múltiples discusiones con gente – guionistas, sobre todo – que defienden a los actores ingleses porque son «sobrios, contenidos y expresan el verdadero conflicto, no como esos histriones españoles». Creo que, yendo tooooo ciclaooooo se puede tener todavía MÁS subtexto que los mayordomos que poner cara perenne de estar oliendo a pescado podrido. Por ejemplo, Paco está acostumbrado a barrer a cualquiera en discusiones sobre religión, lógica y filosofía, especialmente a su señora madre. Y, con su señora madre, uno de sus deportes es insultar sin piedad a El Ciudadano Soberano (su señor hermano, de nombre Rafael). Sin embargo, durante una visita a Gibraltar – que lo hagan patrimonio de la humanidad YA – Paco perdió un paraguas cutrongo que le había regalado el Ciudadano. Juro por Marx que pocas veces lo había visto más cabreado y más histriónico. Su señora madre se me acercó y me dijo «¿Ves cómo yo tenía razón cuando le tumbaba a Paquito todas sus críticas a Rafael?». Y ahí me di cuenta de que la verdadera ñoñez jamás se confesará con una mirada contenida ni en un post sobre unicornios ni cuadros de Thomas Kinkade, sino estando ciclado. ¡Eso es el subtexto esP-P-Pañol, cojones ya!

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