Los 14 temas más guarros de AC/DC

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3.6
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«Si no tienes discos de AC/DC, estás equivocado.
Si no te gusta AC/DC, eres imbécil»
Gustavo Adolfo Bécquer

Muchos podrán decirle a Angus y Malcolm Young que sus riffs
de guitarra tienen menos variedad que la dieta de un freak con un Día en el
portal de su casa. Y ellos les tocarán ‘T.N.T.’ y les preguntarán si alguien que
no sea un disminuido psíquico podría cansarse de oír eso cien veces seguidas. Y
la gente verá que tienen razón y volverán a su casa diciendo «un hogar en
el que no esté el ‘Let There Be Rock’ ni es un hogar ni es ná».

Además, AC/DC tienen otro as en la manga – o, pensando en el
artículo que vendrá a continuación, más bien debería decir un carallo dentro de
unos calzoncillos sin lavar –  a la hora
de aspirar a la más absoluta Jrandeza. Me refiero, claro está, a sus letras. Su
celebración del sexo, droghas y rósandrós no es particularmente original ni
diferente del comomolismo hiphopero. Sin embargo, la forma tan
«ingeniosa» que tienen de hacerlo, con multitud de creativos dobles
sentidos produce un grado de vicisitud, vergüenza ajena y placer culpable que
en EsP-P-Paña no conocíamos desde los tiempos de esas Jrandes revistas
protagonizadas por Juanito Navarro y Raúl Sender.
Tanto Bon Scott como Brian Johnson se dedicaron a mostrar su
ingenio con versos que pedían ser enunciados bien con un movimiento de los
dedos pulgar e índice extendidos –»¿lo pillas, lo pillas?» – bien con
un picarón guiño en plan la ‘Bim-bam-búm’ de Aída. Todo un puente entre
generaciones, desde luego.

Sórdidas y sórdidos del mundo, con todos usarcedes, las 14 –
siempre 14 – canciones de AC/DC cuyas creativas e ingeniosas alusiones al
follar sin observar unos mínimos de higiene les harán retorcerse de dolor y
placer al unísono. Ser los más jrandes no se logra sin cierto sacrificio.
14. I Put My Finger
On You
(1981, del ‘For Those About to Rock’)
En el mundo anglosajón, señalar con el dedo a una persona es
considerado de pésima educación. Yo le he hecho en reuniones en Londres creando
sumo espanto y revuelo con mi inconsciencia. De ahí las expresiones «put
the finger on» o el «pointing fingers». Afortunadamente, estos
australianos tós ciclaos tampoco están para sutilezas, así que deciden tomarse
la expresión en su sentido más estrictamente literal y atacar al clítoris sin
mayores delicadezas. Sí, como quien hace una traducción  a la ‘From Lost to the River’. La cosa
quedaría en un: «Desde luego que puse mi dedo sobre ti/ Es la llave que
abre tu puerta/ He burlado tu seguridad (…) entrando por la puerta principal/
Lo sientes en tus tobillos, en tus rodillas, en tus muslos… ¿Me sientes?»
Pueden sentirse mal, si quieren.
13. Hard as a Rock
(1995, del ‘Ballbreaker’)
Estamos tan acostumbrados a la iconografía rockera del
«Qué duro soy, y no como esas mariconadas de los cuarenta
demenciales», que un título como ‘Hard as a Rock’ terminó pareciéndonos
otra celebración más de la auténtica Caaaañaaaaa. Sin embargo, una visión no
particularmente atenta a la letra de este late-day-classic de AC/DC, nos
demuestra que la iconografía rockera manejada es más bien la del «a quien
nos llame maricones, le inflamos a hostias y nos follamos a su hermana».
En efecto, leer «Sus patatas calientes/ Te elevarán/ Su mal
comportamiento/ te dejará firme y orgulloso/ Duro como una roca».
El rock no es lo único que se pone duro. A nuestra edad,
tuvo que venir Brian Johnson a explicárnoslo.
12. Two’s Up
 (1988, del ‘Blow Up Your Video’)

Con este tema, nos ponen las cosas un poco más difíciles,
tirando alegremente de slang, y haciendo que la gente se pregunte «¿Qué
cojones es eso de ‘Two’s Up’?». Lo que ocurre es que, en plena era de
Google, uno puede teclear «Two’s up» en el buscador de imágenes y
decir «¡Ah, la muchacha ensartada cual pollo asado!». Habrá, lógicamente,
quien replique «No, malpensado, hablan de un juego australiano que
consiste en un palo con dos monedas y… (pausa incómoda)».

Al final, no hay mejor solución a la disputa que ver la
letra: «I go, you go, she go,
we go/ Two’s up, it’s a two’s up/ Give me head, give me tails/ Give me doubled
up and coming doubled over on the rails». Y, claro, un grupo con el nivel
de sutileza de AC/DC nunca podría pensar en correrse con los verbos
«come» y «go» o que «give head» jamás de los
jamases ha significado comer mingas. A quien piense eso sólo puedo decirle que
el dinero gastado por sus padres en veintitrés años de escolarización en el
Opus Dei ha sido dinero bien invertido.
11. Crabsody in Blue
(1977, del ‘Let There Be Rock’)
De la misma forma que ‘Falcon Crest’ mejoró a ‘Dinastía’ y
Sabrina a Samantha Fox, AC/DC entró a mano armada en el blues clásico y
convirtió a sus maestros en aprendices. Donde Muddy Waters o Robert Johnson
lloraban por la mujer perdida, Bon Scott entendía bien lo único que le podía
dejar una mujer que le abandonase: ladillas.
‘Crabsody in Blue’, hilarante e ingenioso título que también
supera y mejora a Gershwin, juega con el ¡nunca antes visto! doble sentido de
«Crabs» (ladillas/ cangrejos) para, desde la primera estrofa, lograr
proporcionarnos un desaforado dolor de genitales: «Se movieron hacia
abajo/ Reptaron por los alrededores/ Andando de lado…» y lo remata con un
«Gime me the blueeeees…». ¡Claro que sí! ¡Eso es la auténtica
tristeza! ¡Eso es poder decir «me das dolor de huevos» con todas las
de la ley!
Para quien quiera seguir leyendo la letra – siempre por su
cuenta y riesgo – puedo avanzar epopeyas vinculadas a rascarse, ir al doctor,
aplicar ungüento («Blues ointment») y cuando, por fin, unos picores
son sustituidos por otros, irse de putas para volver a iniciar el ciclo.
Nietzsche nunca logró explicar tan bien lo del ‘Eterno Retorno’.
10. Shot of Love
 (1990, del ‘The Razor’s Edge’)

«¿Quieres suplicar?/ Echando un polvo y bombeando,
logro que saltes/ Te garantizo ese «poquito» que necesitas/ Te aviso,
«I’m coming for you»/ Disparo de amor, disparo de amor…».
¡Cuidado!
En la mejor tradición del «Arma del amor» de Kiss,
Brian Johnson logra hacerlo todo más sucio y pegajoso. Y no era la única
canción de ‘The Razor’s Edge’ sobre eyacular jovialmente. Ya el primer single
del disco hablaba de unas señoras muy amables que trataron muy bien a un
agradecido Brian que les decía «Can I come again, please?» y es que
había sido… Thunderstruck!
Todo un contraste con artit-tas como Bob Dylan, que tituló a
uno de sus discos ‘Shot of Love’… ¡y logró que nadie hiciese comentarios
maliciosos! Y es que Bob camina en una fina línea que nunca le ha interesado a
nuestros australianos favoritos.
Everybody wants some.
9. Sink the Pink
(1985, del ‘Fly on the Wall’)
En esta ocasión, AC/DC asume riesgos y juega sus metáforas
en un terreno en el que es harto complicado sacar connotaciones sexuales como…
el billar.
Not really.
La historia de una señora de rompe y rasga que llega
pidiendo guerra a unos billares da pie a versos como «She wanna get a
shot» (sí, de amor) y «hit the spot». Poner las bolas en la mesa
– «rack ‘em up» – cuando «the rack» son las tetas es, en
términos futbolísticos, dejar la portería vacía. Y AC/DC siempre tiran a gol.
Por supuesto, Brian Jonhson quería que el significado tan
oscuro de «sumergir lo rosa» fuese entendido en todo el mundo no
angloparlante. La excelente realización del vídeo dejó las cosas bien claras.
Como debe ser.
8. Beating Around the
Bush
(1979, del ‘Highway to Hell’)
La feliz coincidencia de que «bush» signifique
tanto «arbusto» como «potorro» es algo que el idioma inglés
viene celebrando desde la Edad Media, con poemarios como ‘The bird – otra forma
de llamar a la minga – in the bush’ (no llega al nivel de Almodóvar en ‘Mujeres
al borde de un ataque de nervios’ con el «Mira el conejito como se come el
nabo», pero no es plan de desetimar sordideces, vengan de donde vengan).
Necesitamos la versión cock rock YA.
Bon Scott decidió ser fiel a esa tradición de pájaros y
arbustos y se marcó un «Yo estaba hablando de pájaros/ Y tú estabas
hablando de abejas/ Y él estaba de rodillas/ ‘Beating around the bush'».
Esa expresión inglesa significa «Dar rodeos para decir las cosas».
Pero está claro que eso de dar rodeos no suele hacerse de rodillas. Bon Scott,
en definitiva, nos estaba cantando una bella oda a la exploración de moquetas
que terminaba con un emotivo «Puedes masticar y puedes escupir».
Gracias por la sugerencia.
7.You Shook Me All Night
Long
(1980, del ‘Back in Black’)
«Era una máquina rápida/ Mantenía su motor
limpio…». TODA la canción follando y uno de los mayores éxitos de AC/DC en
el segundo disco más vendido de la historia. A veces hay que tener fe en el
género humano.
Sobre todo si, en un estadio, todos y todas corean «She
told me to come/ But I was alredy there». Por fin, AC/DC habían logrado el
sueño de emular a uno de su héroes: Chuck Berry cuando conseguía que todas las
señoras cantasen ‘My ding-a-ling’. Más de 20 años después de ‘Back in Black’,
nuestro amado Gunther volvería a lograrlo con ‘Ding Dong Song’. Pero esa es
otra historia.
6. Heatseeker
(1988, del ‘Blow Up Your Video’)
Componer el riff de guitarra perfecto no sólo te da derecho
a repetirlo las veces que haga falta (provocando sólo el cansancio entre los
fans de Los Planetas, como Letizia Ortiz) sino que consigue que tu música
sobreviva a todas las décadas.
En plenos 80, con el SIDA ocupando todos los titulares,
AC/DC abordaron el tema de una forma frontal y comprometida. Que es lo mismo
que decir «¡Los cojones voy a dejar de follar, te pones chubasquero y
listo!».
Como Antonio Lobato nos demostró en una de sus
retransmisiones de más celebrada gaycidad, era imposible hablar de F1 sin
pensar en follar: «¡Las gomas no van a aguantar!». Pues lo mismo
decía Brian Johnson «I gotta keep those tyres burning/ I gotta keep that
engine clean». Ahí, ahí, hay que cuidar el aparato con las gomas.
Igualmente, Brian nos recordaba que no todo era
preservativo: ¿En qué forma podía justificar un verso como «I don’t need
no life preserver»? Muy sencillo, diciendo a continuación «Baja tu
cabeza y chupa (get your head down and blow»). En ambos casos, con condón,
o sin condón durante el sexo oral, el mensaje estaba claro: «Tienes que
mantener limpia esa serpiente».
5. Given the Dog  a Bone
 (1980, del ‘Back in Black’)

«Darle un hueso al perro». No se engañen: si han
dicho perro es porque así es la frase hecha en inglés. ¡Anda que no les hubiese
gustado darle un hueso a la perra (bitch)! Pero los juegos de palabras
ingeniosos son los juegos de palabras ingeniosos…
Por supuesto, ya desde el principio dejan claro que el perro
es una perra: «Me está chupando hasta que me quedo sin munición». La
chica no era una estrella de Playboy, pero le llevaría al cielo y le haría
explotar en Marte: «Vuelve a usar su cabeza… Y yo sólo estoy dándole un
hueso al perro».
Temazo, Brian, pero tengo que decir que, in the end, un
perro es masculino. Lo cual, en un disco que es todo un sentido tributo al
fallecido Bon Scott tampoco está tan mal. El mito sobre su bisexualidad es algo
que hará que Internez siga activa forever.
4. Go Down
(1977, del ‘Let There Be Rock’)
Los ingleses se refieren a Australia como ‘Down Under’. Bon
Scott lo interiorizó para este temazo que abría el ‘Let There Be Rock’. Lleno
de romanticismo, hacía toda una declaración de amor hacia varias mujeres como
Ruby o Mary («Nadie lame ese palo tan bien como tú»). Y, por ellas,
estaba dispuesto a…
…ir abajo.
¡Sin duda alguna la canción más bonita, bella y sentida
sobre bajar al pilón jamás compuesta! «Frótalo/ Sigue igual de dulce y
pegajoso», por supuesto la chica le corresponde igualmente: porque el
pilón es patrimonio de la humanidad.
(de ‘El empollón integrista’: jran blog)
(Sugerencia para algún grupo cock rocker que quiera hacer
una versión: griten sobre los acerados riff de Angus y Malcolm «¡¡Pi-lón!!
¡¡Pi-lón!!». ¡El éxito, la fama y groupies de todo sexo y condición están
esperándoles!)
3. Let Me Put My Love
Into You
(1980, del ‘Back in Black’)
¿Es ‘Back in Black’ su mejor disco por el nivelón de sus
canciones o porque es el que más delirantemente trata SÓLO de follar? Aunque
sólo sea por joder, me apunto a lo segundo.
Un pedazo de título como «Deja que ponga mi amor
dentro de ti» le garantiza a este temazo un lugar en el podim. Pero la coplilla profundiza – anda, qué palabra más bien elegida – en su tema sin ningún
miedo. Arranca diciendo que su maquinaria le permite conducir toda la noche
(ay), y que ha destruido reputaciones con su artillería (ay, ay, ay…). Pero
entonces llega el estribillo. Y el dolor. Cualquier ser humano se sobrecogería
si Brian Johnson le dice que quiere poner todo su amor dentro de él o ella.
Pero… ¿Qué sentiría si redondea esa frase no solo con un «babe» sino con un
«déjame cortar tu tarta con mi cuchillo?

No, no me respondan. Esas cosas sólo se comparten con el
señor del butano.
2. The Jack
(1976, del ‘High Voltage’)
Llegamos a la medalla de plata con uno de sus clásicos
mayores. Y, créanme, vale mucho la pena que se vean el vídeo con toda la letra,
porque me cuesta mucho seleccionar un solo verso.
En ‘The Jack’, un buen carroñero como Bon Scott, aborda una
vez más, como en ‘Crabsody in Blue’, el hecho de que, en el juego del amor, uno
puede encontrarse con múltiples y variadas «herencias recibidas». En
este caso, usa la metáfora del poker para decir «Cómo iba yo a saber que
ya la habían barajado antes/ Me dijo que nunca había tenido una escalera de
color/ Pero ese tatuaje en su pierna me debería haber avisado/ de que tenía la
carta que me derrotaría/ Tiene el comodín»
Evidentemente, ese «Jack» era una enfermedad venérea.
Es lo que pasa cuando te dan las cartas «del fondo de la baraja».
That’s life.
1. Big Balls
(1976, del ‘Dirty Deeds Done Dirt Cheap’)
Y aquí está la medalla de oro indiscutible. Si en la
historia de la música existe un ‘Tour de Force’ sórdido, ese es ‘Big Balls’.
Aprovechándose de que «Balls» significa tanto
«pelotas» como «bailes», Bon Scott se lanza a un juego de
dobles sentidos que lograría que Juanito Navarro se levantase del asiento con
los ojos llenos de lágrimas, comenzase a aplaudir un 15 de septiembre y
terminase un 16 de agosto. Lástima que Juanito Navarro no supiese inglés. Y que
esté muerto. Y Bon Scott también.
En cualquier caso, la letra de ‘Big Balls’ es lo único que
debería estar en su tumba. Momentos como «Si tu nombre está en la lista de
invitados/ Con nadie lo pasarás mejor/ todo el mundo sabe que tengo ‘Big Balls
of fire» sólo pueden ser superados por «Tengo los cojones más grandes
de todos». Por favor, tómense el tiempo para saborear esta joya del
‘Double Entendre’ y celebrar, hasta el fin de los tiempos, los cojones de Bon
Scott. Nadie podrá tenerlos más grandes.
I’m ever upper class high society
God’s gift to ballroom notoriety
I always fill my ballroom
The event is never small
The social pages say I’ve got
The biggest balls of all
CHORUS:
I’ve got big balls
I’ve got big balls
And they’re such big balls
Dirty big balls
And he’s got big balls
And she’s got big balls
But we’ve got the biggest balls of them all
And my balls are always bouncing
My ballroom always full
And everybody cums and cums again
If your name is on the guest list
No one can take you higher
Everybody says I’ve got
Great balls of fire
(CHORUS)
Some balls are held for charity
And some for fancy dress
But when they’re held for pleasure
They’re the balls that I like best
My balls are always bouncing
To the left and to the right
It’s my belief that my big balls
Should be held every night
CHORUS:
I’ve got big balls
I’ve got big balls
And they’re such big balls
Dirty big balls
And he’s got big balls
And she’s got big balls
But we’ve got the biggest balls of them all
And I’m just itching to tell you about them
Oh we had such wonderful fun
Seafood cocktail, crabs, crayfish…
Ball sucker

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