Más sobre la gaycidad de este blog: se estrena ‘Ralf König, el rey de los comics’

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No solemos hacer noticias en ente bloj. Pero el estreno el día 31 de octubre de un documental sobre Ralf König nos da pie a tratar varios temas totalmente ineludibles:
-Gaycidad.
-Un onvre
-Un encuentro esencial de sordidez.
De mi gaycidad ya hablé largo y con el culo en pompa en este mítico (al menos para todas las amigas que lo han leído y han concluido que es mejor no acercarse mucho a mí) artículo. Claro que no comenté que mi gusto por leer tebeos de König es uno de los motivos que explican por qué un 50% de las personas que me conocen por primera vez piensan que soy gay y el 50% restante piensan que soy un gay en el armario.
Porque un JOMBRE de verdad tiene necesariamente reparo en pasearse leyendo ‘El hombre deseado’ por los pasillos de su centro de estudios. Pero yo no tuve ningún problema para presentarme con él en el despacho del jefe de estudios de la ECAM, el cual notó rápidamente el tebeo. Desde entonces me trató con mucha más amabilidad. Me pregunto la razón. Y me la pregunto porque soy gilipollas. Sé la respuesta perfectamente.
Curiosamente, también conseguí dos hitos relacionados con Ralf: que El Ciudadano Soberano se hiciera fan (especialmente de Konrad y Paul) y que mi madre estuviera a punto de desheredarme cuando le propuse que le comprara para Reyes ‘Huevos de toro’ y no sólo viera la portada, sino también uno de esos preciosos momentos en los que Paul relame la última gotita que cuelga del nardo recién exprimido del obrero Ramón. Imagen icónica que causaría turbación para muchos heterosexuales, a pesar de que todos han intentado en más de una ocasión chuparse su propia polla.
Y es que la magia de König es que da igual que sus tebeos sean de un maricón desatado: son igualmente la hostia y todos podemos leerlos. Ahí está ‘Superparadise’, uno de los mejores comics que he leído en toda mi vida. El que esté lleno de prepucios, escrotos y lefa no hace otra cosa que añadirle sordidez y, por lo tanto, valores positivos.
El onvre que ha traído a los cines españoles el documental sobre Ralf es un amigo mío que hace poco se lanzó a distribuir películas. Una decisión vital igual de sabia que limpiarse el culo con ortigas. Pero es que Griján (nombre ficticio) no es un tipo normal. Es un perturbado amante del cine que, además, se convirtió en mi Ídolo Del Follarás Cuando Quieras ™ (reverso del universo bizarro del Héroe del No Follarás En La Vida ™) el día que me comentó su táctica preferida para ligar:
Es ponerse en la cola del baño de las tías.
Hasta ahí bien: puedes tienes posibilidades de establecer conversación. Claro que lo primero que te dirán será algo así fino y elegante como «vete a la mierda, puto salido perturbado«.
Es ese el momento en el que Griján saca toda su gaycidad y contesta: “Es que éste es mi baño. Yo me siento mujer y ahí es donde debo ir”. A continuación, toda su triste historia de sentirse atrapado en un cuerpo de chicarrón rubio de metro 90.
Los cojones de soltar este órdago sólo son comparables con los del tío que se inventó la operación Argo y lo convierten en uno de mis mitos humanos únicamente superado por Norman Ernest Borlaug, premio Nobel de la Paz por inventar cultivos que salvaron de la hambruna a millones de personas en la India y Pakistán y que AL MISMO TIEMPO forma parte del Hall of Fame de la Lucha Libre.
Porque la gracia es que la táctica le funciona. Yo no me explico cómo es posible. Pero le ha dado mejores resultados que la mía, consistente en dar a todo ‘me gusta’ en facebook, hacerme el simpático y pagar fantas en general. Así que mi próximo paso está claro:
Me vestiré de diablesa para una fiesta de Halloween. De HADA diablesa, que me hacía ilusión llevar alitas.
Gaycidad y travestismo. Cojonudo.
Así que mi amigo Griján se encontró con el Sr. Vicisitud durante la pasada visita de König a San Sebastián a la que yo no pude acudir por no estar tan loco. Recordándole de la cola que hicimos los tres para que John Waters, otro titán de la gaycidad cachonda e inteligente, nos diera un autógrafo, le presentó a Ralf.
El resultado es uno de los momentos cumbres de la historia de ente bloj:
Así que ya sabéis: los que no conocéis a Köning, a comprarse sus tebeos. Yo recomiendo comenzar por ‘El hombre deseado’ y pasar automáticamente a todos los de Konrad y Paul, culminado en ‘Superparadise’. Si cuando lleguéis a ‘Huevos de Toro’ y todas sus salvajadas esbozáis una mueca de disgusto, sólo puedo deciros una cosa: relajad vuestro orto.
Perdone, Herr Köning: Después de firmarme, ¿podría introducirme este rollo de papel por el orto? Gracias.
Y los que conozcáis los tebeos, apoyad a mi amigo e id a ver su documental.
Y los que estéis desesperados por ligar, utilizad la táctica de Griján. Quiero saber si a alguien más le funciona. Mi apuesta:
No, joder. Claro que no. Es que no hay quien se crea eso.

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