Mis 14 presentaciones de personajes favoritas de la historia del cine

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Pues en esto que andaba yo empezando a escribir un nuevo artículo. Era una lista de cosas que me gustan. Nada especialmente gracioso ni sórdido. Simplemente, uno de esos pocos ejercicios para darte placer que no incluyen necesariamente el chocolate. Ni el chocolate con churros. Ni el chocolate sobre cuerpos desnudos. Básicamente porque esto último puede sonar bien, pero es una guarrería. Y es que a mi no me gusta mezclar dulce con pescado.

El caso es que andaba yo por la segunda entrada de la lista cuando miré los enlaces de la IMDB… y habían publicado exactamente el mismo artículo en Time Out. Y encima lo habían hecho bien, los muy cabrones. Así que tocaba cambiar de tema para que nadie me acusara de plagiador ni de erosionar con mi caudal léxico la blogosfera. Como tampoco tenía tiempo para pensar algo nuevo, tiré de un viejo conocido: el archivo de posts nunca publicados para los tiempos en los que me ofrecieron hacer en el trabajo un blog de cine en plan serio, leído y escribido. Esto es, sin decir las palabras ‘onvre’, ‘caca’ o ‘colonoscopia’.

¿Las introduciré en esta nueva versión? ¡Onvre, claro!

El artículo que recupero va de algo un poco rebuscado, pero que siempre me ha llamado mucho la atención en el cine: las presentaciones de los personajes. La forma en la que se introduce a uno de los principales protagonistas de la película de una manera tan acertada que es como si ya llevaras años con esa persona, hubieras ido varias veces de copas con ella y hubieras practicado sexo no consentido en los servicios de un bar de Chueca. No lo neguéis: TODOS lo habéis pensado alguna vez de alguien que os acaban de presentar. Sobre todo si llevaba traje de cuero y te agarraba la pisha en lugar de la mano.

A ello:

14.- Omar Sharif en ‘Lawrence de Arabia’
Brian de Palma considera ésta la mejor presentación de personaje de la historia del cine. Y en ente bloj no se le lleva la contraria ni a De Palma ni al padre de Vicisitud. Porque son los únicos entes del universo que pueden hacerle sombra a Hans Magnus Enzensberger.
Como no he encontrado la escena en el Youtube, os la cuento: El desierto. Far away in the lontananza, se ve un pequeño borrón. El borrón se convierte en una manchita. Parece que es un espejismo. Pero la mancha se mueve. Es un hombre a caballo. El truco de la escena es saber hasta que punto se podía mantener el plano sin que la gente empezara a comportarse como en la proyección de una peli de Angelopoulos (¡su muerte tuvo más halsión que todas sus películas!) en un polígono de Alcorcón. Y Lean lo sabía. Coño que si lo sabía. De presentar personajes sabía tanto, que volverá a aparecer en esta lista.
Actualizado: Años después alguien ha colgado la escena de Youtube:

13.- Romy Schneider en ‘Inocentes con manos sucias’
Vean esto:

Los señores heterosexuales y las señoras homosexuales gritarán: ¡culo!
Las señoras heterosexuales gritarán: ¡ppputa!
Los señores heterosexuales volverán a gritar: ¡ppputa!
Los depravados como nosotros gritarán: ¡travelling sórdido sobrevolando culo! ¡Para eso se inventó el cine!

En cualquier caso, es una presentación que, además de generar todo tipo de atchonburikes, te dice muy bien lo que vas a ver: a Romy Schneider clamando, cual Leonard Nimoy buscando desencasillarse, un inmenso: ‘¡No soy Sisí! ¡Soy una juarra calientaposhas que va a planear la muerte de su marido impotente!’

Yo, mientras, y si me disculpan, me voy a volar cometas por las urbanizaciones de las afueras de Madriz. A ver qué pasa.

12.- Orson Welles en ‘El tercer hombre’
Toda la puta película hablando de un personaje que no sale. Una técnica utilizada por grandes autores como Graham Greene y por terroristas filosóficos como Ayn Rand. ¿Cómo estar a la altura cuando por fin aparece? Pues contratando a Orson Welles.

11.- Marlon Brando en ‘El padrino’
Se ha escrito de todo sobre esta escena. Que si la imagen de Marlon Brando en las tinieblas en plan Mefistófeles. Que si su iluminación fue un punto de ruptura con el Hollywood clásico. Que si no hay nada como meterse algodones en la boca para hablar raro. Que si hay que respetar a La Familia. Yo sólo puedo añadir: si alguna vez me llevan a una habitación con un tío así, yo le beso la mano, los pies y le pido disculpas por la olor de haberme cagado en los pantalones. En SUS pantalones. Tal es el poder acojonante del Padrino.

10.- Rita Hayworth en, obviamente, ‘Gilda’
Pocas cosas hay nada más odiosas que la palabra ‘glamour’ con la excepción de ‘rollito canalla’. Mi heterosexualidad me impide utilizar el palabro gabacho para describir a una mujer. Yo soy más de ‘está rica’ o, directamente ‘Arfsgrsssff’. Pero no soy tan cerrado de mentes como para no comprender que esa Rita Hayworth en primer plano echándose el pelo hacia atrás es de lo más grande que dio el Hollywood clásico en el terreno del glamour. Junto a Penélope Glamour conduciendo mientras se empolvaba la nariz. Eso son -3 puntos en el carnet, pero +3 de actitud y +4 de alimento erótico para niños de 6 años que sabían que les gustaba las niñas, pero no qué podía hacerse con ellas.

9.- Burt Reynolds en ‘Vuelven los caraduras’
En esta lista, tenía que haber un gran bigotón y, gracias a Vicisitud, descubrí esta maravillosa escena de ‘Smokey and the Bandit 2’, película dirigida por el mismo tío que parió con dolor y sin cesárea esa épica del cine-colonoscopia que era ‘Megaforce’. En este plano, se nos reintroduce al protagonista de la anterior parte de un solo eructo.
Efectivamente: Se ve una montaña de cervezas. Burt, la viva imagen de la degradación, aparece por detrás y coge una. Bebe, y con un poderoso regüeldo que haría que Barney Gumble llorara de emoción, derriba el resto de latas.

Soberbio es una palabra que no puede describir la escena. Básicamente porque ha sido enviada a otra dimensión por el poderoso gas de Burt.

8.- Timothy Dalton en ‘Alta Tensión’
Muchos directores han sabido presentar a personajes en la saga Bond eficazmente. Son bastantes pelis introduciendo nuevas señoras de buen ver y nuevas digievoluciones del agente secreto. Lo de Ursula Andress es mítico. El primer ‘My name’s Bond. James Bond’ es la elección obvia. Lo de George Lazenby diciendo aquello de ‘Esto nunca le pasó al otro tipo’ sería la opción cachonda. Pero yo me decanto por la primera aparición de Timothy Dalton en ‘Alta Tensión’. Y no porque se rodara en Gibraltar.

Bueno sí.

Me encanta cómo van poniendo distintos agentes que se parecen a los viejos Bond y, mientras van siendo eliminados de la práctica en la que participan o directamente tienen el feo detalle de matarlos, se crea una expectativa cojonuda hasta que sale el mejor Bond de la historia. Y no porque su primera película comenzara en Gibraltar.

Bueno, sí.

7.- John Wayne en ‘La diligencia’
Por si no ha quedado claro por ‘El tercer onvre’, me gusta mucho cuando se presenta un personaje con un buen travelling de acercamiento. El caso de ‘La diligencia’ es probablemente uno de los más influyentes de la historia. Con John Wayne viniendo de los güesterns cutres de serie B y llegando para quedarse, winchester en una mano y macarrismo en la otra. Vale que se va de foco, pero eso probablemente se deba a que el ayudante de cámara tropezara con los gigantescos cojones de El Duque.

6.- Christopher Reeve en ‘Superman’
Un poco de trampa. Al joven Clark Kent ya lo hemos visto poniendo cara de bobo durante bastantes escenas. Pero esta película no se llama ‘Clark Kent’. Se titula ‘Zuperman’. Así que el personaje que nos interesa no es el chaval que corre raro y no liga con la maciza pelirroja que habla con él. O sea, todos nosotros. A quien venimos a ver es al tío que vuela con calzoncillos rojos. Algo que yo nunca haría. Básicamente por no saber volar. Y porque no me gustan los slips que no dejan los cojoncillos tolón tolón. Que si no…

Ahora, ese plano fijo, con Reeve con su nuevo traje, despegando y volando hacia la cámara (algo técnicamente jodido en la época) y la mecagoenlahostia música de John Williams, puede parecer normal. Pero en su momento significó un nivel nunca antes alcanzado de épica nerd. Aquella noche, todos los pantalones de los lectores de tebeos de la época ingresaron en el cesto de la ropa sucia bien pegajosos.

5.- Alec Guinness en ‘El puente sobre el río Kwai’
Alec Guinness redefine lo que unos conocen como ‘flema inglesa’ y yo como ‘gargajo británico’. Sucio, pero sintiendo el palo que lleva bien clavado en el culo, entra con todo su ejército de pordioseros silbando la melodía militar más famosa de la historia. Y, en sus oídos, lo escucha todo con su completo acompañamiento orquestal. Entonces sabemos la clase de tipo que es. Uno que va a llevar su sentido del deber a extremos de porno alemán. Y, por supuesto, que nunca habrá nadie más británico en toda la historia del cine.

4.- R. Lee Ermey en ‘La chaqueta metálica’
‘Eres tan feo que podías estar en un museo de arte moderno’
‘La leche de tu padre entró por el culo de tu madre y acabó como una manchita marrón en la cama’
‘¿Cuánto mides, recluta?’ ‘Señor, 1’80, señor’ ‘No sabía que una mierda podía medir tanto’.
‘Admiro tu honradez. Qué coño, te invito a tirarte a mi hermana’.
‘¡Qué coño. Tú chuparías hasta una pelota de golf metida en una manguera!’

Ante tanta sabiduría, ¿qué más puedo añadir yo?

3.- Henry Fonda en ‘Hasta que llegó su hora’
Cierto gordo italiano llegó a Hollywood y dijo: quiero que mi malo psicópata sea Henry Fonda. Una petición inusual. Pero Henry Fonda aceptó. Se plantó en el rodaje con lentillas que le oscurecían sus ojos azules. Porque los buenos son rubios de ojos claros y los malos, gente con barba de tres días, morenos y de ojos negros. Una mierda, dijo Sergio Leone. Precisamente son esos ojos azules capaces de cargarse a un niño los que van dejar despatarrados al personal. Y creó una secuencia (luego homenajeada por… a ver todos juntos… Tarantino, claro) a la altura del concepto.

Hijo de puta (que decía Eli Wallach en ‘El bueno, el feo y el malo’). Cuando te pille Charles Bronson te vas a cagar. Una pena que Charles no llevara bigotón en la película. Ni lanzacohetes. Es lo único que separa este flim de la perfección absoluta.

2.- Un dibujito animado en ‘El jorobado de Notre Dame’
Esta es mi secuencia de inicio favorita. De toda la historia. Es tan buena, que iba a estar incluida en mi abortado post de los ’14 mejores momentos musicales’. Por eso me fascina ‘El Jorobado’ de Disney: un flim capaz de tener este comienzo y un número musical de un cura más caliente que la Antorcha Humana en el desierto del Gobi y, al mismo tiempo, unas gárgolas que escupen piedras como una ametralladora. Lo sublime y lo ridículo. La transmutación de un disco de Rick Wakeman en película.

Pocas veces se ha presentado con tanta eficacia a protagonista y antagonista. Por supuesto, utilizando sus buenos coros ¡¡¡¡ÉPICOS!!!!, que ahora están tan de moda por la música de trailers, pero que en el momento en el que vi esto en un cine cerca de la Alameda de Sevilla (la de principios de los 90: misteriosamente, llegué vivo y sin que me ofrecieran productos ilegales ni servicios alegales) eran un recurso que no presenciaba con tanta potencia desde ‘Conan el bárbaro’. Leñe, recuerdo que se me erizaron hasta los pelos del escroto. Para cuando llega el final y se ven las campanas siendo tañidas por el jorobado, casi insemino mis fosas nasales de la erección que tenía:

¿Que realmente el personaje no es luego tan interesante como te lo pinta misteriosamente el juglar en esta introducción? Pos fale. Es mis blog y me lo follo como quiero. Esto es, con él encima. Que yo soy muy vago.

1.- Johnny Depp en Piratas del Caribe
En estas listas quedaría muy bien culminar con un gran clásico. Pero yo no sé qué significa la expresión ‘quedar bien’. Como bien saben todas mis amistades, mi especialidad es decir lo menos apropiado en el momento menos apropiado. Por ejemplo, frases tan bien escogidas como alabar la figura de una mujer y, sin solución de continuidad, tocarle un cachete del trasero, decir ‘aquí está Eurasia’, tocar el otro diciendo ‘aquí América’ y poner el dedo en el cerete gritando ‘¡Y aquí se hundió la Atlántida!’.

True fact. A continuación, NO follé. Obviamente.

Pero esto iba de ‘Piratas del Caribe’. Quizá la mejor película de aventuras de los 2000. O quizá no. Pero nadie puede negar que Jack Sparrow es uno de los grandes personajes del género. Lo dice hasta Michael Bolton y todavía se lo tengo que preguntar a Brian de Palma, Hans Magnus Enzensberger y al padre de Vicisitud. Pero por ahora nos vale con la opinión de Bolotini, que tiene mucho más valor que la mía por el simple hecho de que yo nunca podré llevar esa melena permanentada tan jloriosa que le hizo famoso.

Con esta presentación se consiguió que: a) supiéramos exactamente y en un minuto la personalidad de este señor, b) nos riéramos y c) fuéramos dolorosamente conscientes de que ya no iba a molar imitar a Chiquito. Ahora íbamos a pasar un lustro haciendo de Johnny Depp. El horror.

Estas son las mías, con un poco de colaboración de Vicisitud. Ahora os toca a vosotros. Fuera se quedan otras grandes presentaciones como Darth Vader convirtiéndose en un incono nada más salir a pesar de llevar una escupidera negra en la cabeza, Woody Allen contando chistes a cámara en ‘Annie Hall’, Indiana Jones molando estilo John Wayne o, por supuesto, ese periódico que anuncia a Rufus T. Firefly como nuevo líder de Freedonia.
Cuando seamos presidentes del Estado Espppañol con nuestro Partido del Imperio Freak, queremos que esa sea la foto que lo anuncie en los periódicos. No la nuestra, sino la de Groucho. Infundirá pavor en las masas. Así todos nos reiremos más.

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