La Liga Fantástica F1 2011. Rounds 15,16 y 17. Periplo asiático.

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Estoy solo en mi cuarto. Desde la cama, Hugo Silva me dice «Te deseo»… ¿Qué hago?

Evidentemente, no dar abasto y tardar lo que he tardado en hacer un periplo asiático formulaunístico con notorio retraso. Pero es lo que tiene el pluriempleo: ni fines de semana ni gaitas. (Por supuesto, la frase de Hugo Silva se pronunciaba desde la pantalla de mi ordenador: ese masho tiene mejores cosas que hacer con su tiempo que acosarme).

Así que vamos con estas tres carreras. Resuelto el trámite del aburrido título mundial de Vettel, esta traca final de temporada nos ha hecho el regalo con el que muchos soñábamos: Jenson por fin ha establecido el psicodrama en McLaren y, como bello efecto colateral, ha logrado que el Mierda pase a ocupar el lugar que siempre mereció en la F1: el de ser uno de «los payasos de la tele» de la mano de su amiguito Felipe Massa.

A ver, ese puesto es el que Hamilton REALMENTE tuvo desde el principio de su carrera. Las pruebas estaban ahí para quien supiese verlas: ¿De verdad que a nadie le pareció raro que su primer – y posiblemente único – título mundial lo ganase in extremis contra un rival de opereta como Felipe Massa? Todos aquellos a los que nada les olió mal en el mundial 2008 merecen apuntarse al mismo club de aquel desinformado Andrés Pajares que, metiendo mano a un travelo con la excusa de ayudarle a parir, decía «¡Parece que ya sale!».

Es lo que tiene el buscar grandes titulares: «Retirado Schumacher, la nueva era de la F1 es el duelo entre Hamilton y Alonso: los Senna y Prost de estos tiempos». Al final, causan más sonrojo que el que experimentarán, en pocos años, todos aquellos que se la han machacado con dos piedras durante el visionado de esa estupidez capillitas que es ‘El árbol de la vida’. Así pues, mientras aún decidimos si los títulos de Vettel se olvidarán más rápido que los de Hill, Villeneuve o Hakkinen, lo que hoy toca es regocijarse en una de las rivalidades más sórdidas y cómico-taurinas que jamás conociere la F1. Cuando las piñas sistemáticas son por un dramático duelo por el 5º-6º puesto, todo sabe mejor.

Es por ello por lo que, de golpe, paso a dar dos stars of the race para dos de los mejores pilotos de este año. La carrera de Corea, en la que no tuvieron la oportunidad de verse las caras, la faré después (en este mismo post, no teman). La peli de ahora es…

‘Atracción fatal’ (o ‘Dos onvres y un destino’ o ‘Perdona cariño, pero tus neumáticos están en mi cuello’ o ‘Me voy a hacer un parapente con el himen de tu hermana: próximamente en su videoclub’)

Tras cuatro notorias colisiones a lo largo de la temporada, el gran interrogante que planteaba el GP de Suzuka no era saber si Vettel lograría, cinco carreras del final, el puntito que necesitaba para ser campeón. Evidentemente, la intriga de todo el mundo residía en saber si Massa y el Mierda lograrían mantener su bello ‘momentum’. Y, de mantenerlo, cuál de los dos lograría ser la «Star of the race». Conforme arrancaba el fin de semana, Felipe hizo todo lo posible por ganarse el galardón. No sólo se explayaba en sus insultos hacia el Mierda (5 puntos, hubo estilazo como se ve en el vídeo) sino que, además, conseguía el más difícil todavía de instar una reunión de los pilotos con Charlie Whiting con la conducción de Hamilton como único punto de la orden del día (5 puntos). Juan Cuesta estaría satisfecho, sin duda.

10 eran, pues los puntos que Felipe le sacaba de ventaja a Lewis, pero era evidente que el resultado final se decidiría en la pista. Y así sucedió: la colisión de ambos pilotos, desde un punto de vista de plasticidad, no tuvo prácticamente nada que puntuar. Sin embargo, esos 5 puntos de estilo por reincidencia precedida de bul-up dramático durante el fin de semana terminaron yendo a parar al marcador del culpable: el Mierda. Su 10×2+5 incluyó, además, un punto extra por la aparición del safety car. Resultado final: 36 a 10 para el Mierda.

Sin duda, Felipe ya sabía que esta liga fantástica, al igual que el mundial oficial, está más que decidida en lo que al título de pilotos respecta. Pero Massa, cual Alonso de la vida, no quería renunciar a ser la star of the race alguna que otra carrera. Por ello, usando el GP de Corea como paréntesis para la reflexió, decidió tomarse la revancha – and how – en la India (no, no esperen que haga la perroflautez trascendental y espiritual de decir «India» a secas sin el «la». Una vez intenté explicarle a mi señor padre la cosmología de este tipo de gente y estuvo a punto de calzarme una hostia. Y con razón).

Durante los compases previos a la carrera, Felipe seguía acumulando puntos: no sólo reincidía en sus insultos a un Hamilton «que no aprende» sino que, además, nos Felipe nos demostró que, aunque pareciese que los recientes resultados de Lewis nos empujaban a la militancia fan, Hamilton seguía siendo…

…un mierda.

Sí, hijos míos, uno siempre está dispuesto a perdonárselo todo y, a la que te descuidas, te preguntas qué está haciendo eso en tu orto (no, Hugo Silva, no va por ti). En vez de dedicarse a insultar a Massa para regocijo de todos, Hamilton decidió declarar que él «intentaba reconciliarse y Felipe no me hace caso». ¿Les suena? (-5 puntos por mierdismo). Aplausos par Felipe, que nos descubrió la exclusiva cuando declaró «Me pone un brazo en la espalda y me dice ‘Have a good race’. ¿Pero eso qué es? ¡¿Una disculpa?!». 5 puntazos para un inspirado Massa, que ya tenía el marcador en 5 a -5.

Sin embargo, conforme llegaban los entrenamientos, el Mierda ponía su cerebro en modo neutral y decidía hacer su mejor tiempo mientras unas notorias banderas amarillas ondeaban frente a la grua que recogía a Maldonado. La merecida sanción de tres puestos a Hamilton y a Pérez se lleva 5 puntos. Massa, por su parte, decidía no aflojar y meterse un piña en la Q3 para seguir dejando el marcador en un favorable 7 a 0. ¿Le serviría esa ventaja esta vez?

Mi decisión puede ser discutida – Coulthard opina, por ejemplo, lo contrario – pero creo que la colisión – que TODOS sabíamos que se iba a producir – entre el Mierda y Massa fue culpa del segundo. Y la FIA también opinó lo mismo. Cierto: había curvas menos arriesgadas en las que intentar lanzarse al interior, pero no menos cierto es que Massa abrió la puerta de una forma incomprensible. Una vez Lewis se lanzó al interior estaba claro que tenía que frenar algo antes, pero no tanto como para que Massa pudiese pegar el cerrojazo que pegó la leche (10×2) lleva 8 puntos de estilo no tanto por la plasticidad (alguna hubo) sino por la reincidencia y por la mala leche suicida con la que se produjo. Desde Schumacher en Jerez ’97 que no había visto a un piloto con tantas ganas de comerse a otro. En los seis accidentes anteriores que habían tenido estos dos «payasos de la tele» contemporáneos, nunca dudé en echar la culpa al Mierda. En esta ocasión, me pongo del lado de la FIA y doy a Massa 1 punto extra por el drive-thru y otros dos más por cargarse la suspensión. Por supuesto, hay otros 3 de apoteosis estética por la reacción que Felipe causó en Mr. Bean himself.

Al final: 44 a 0 para Massa. Bella revancha. Ojalá el Mierda se la pueda devolver en Abu Dhabi y Massa hacer lo propio en Brasil. ¿Y luego se preguntan que por qué Vettel es el campeón del mundo que menos minutos de retransmisión ha tenido durante las carreras.

Como datos anecdóticos de estas dos carreras estarían puntos para Vettel por empujar a Jenson fuera de pista en la salida (1) y para Jenson no sólo por pedir sanción por radio para el alemán (1) sino por dedicarle un bello y rencoroso «That’s how we’re racing, then» durante el podium (3). Schumi (1) tiene un contacto con Webber y Glock una salida de pista (1), mientras Kobayashi cala el coche en la salida de su GP (1+1 de estilo). Poca acción, no lo niego, pero el GP de Suzuka me pareció una cumbre del placer friki en el sentido de poder decirle a la gente «no hubo apenas piñas ni adelantamientos, y me pareció una de las mejores carreras en mucho tiempo». Goce estratégico en una carrera que me hizo sentir como los Trekkies ante el resto del mundo.

Respecto a la India, ya hemos comentado los 5 puntos para Pérez en su sanción por las banderas amarillas a la que el mejicano puede sumar un punto más por la forma en la que sacó la mano a un Virgin que no se dejaba doblar, pero la clave para saber quién es el segundo clasificado tras Massa está en el Megacristo ™ de la salida. ¿Quién pone en movimiento el dominó? Tras analizarlo bien, decido que es Barrichello el que endiña por detrás a su compañero de equipo (10 de complemento de estilo) y, en su destrozo, se lleva puesto a Kobayashi. 22 puntazos para un inspirado Rubinho que ya había sido star of the race en esta liga fantástica. That’s how it’s done! No me quiero olvidar tampoco de un motivado Karthikeyan que, como acto de protesta ante el desastre de relaciones públicas de Lotus (si ya lo hicieron antes… ¿Por qué no dar el volante de Trulli a Chandokán en e GP de la India?) decidió estampar su HRT contra el culo del Lotus. 12 puntos con 5 de estilo racial a los que regalar 1 puntito por su merecido drive-thru. En otras carreras, Narain, hubieses sido la star of the race con eso. La salidita de pista (1) que tuvo Webber al final le impidió poder luchar con más jovialidad por el podium frente a un inspirado Alonso.

En el apartado de los equipos hay menos dudas. En Japón sólo puntuaron Ferrari por el escándalo del «Felipe, destroy him!» de la carrera anterior (5 puntos) pero el team of the race se lo lleva Toro Rosso, por su cochambroso cambio de neumáticos a Buemi (4) que supuso su abandono posterior en carrera (5 puntos para la escudería) así como una multa de la FIA (1).

En la India, sin embargo, hubo más equipos disputándose el galardón: Williams termino llevándose el team of the race merced al abandono de Maldonado (5×2 merced a la consecutividad) que implicaba haber usado todos los motores de la temporada y, consiguientemente, una sanción de 10 puestos para el venezolano en Abu Dhabi (5). Toro Rosso mantenía su buena racha con Buemi al lograr su segundo abandono consecutivo (5). Lotus, por su parte, lograba que los chicos de IT Crowd se sintiesen orgullosos del equipo de Bouiller mercen a la réplica que le dieron a Bruno Senna cuando dijo que el KERS no funcionaba: «Prueba a encenderlo y apagarlo» 3 puntos para esos genios.

Como bonus track, el compás de espera en el Massa-Hamilton show que fue el GP de Corea. También fue parco en ‘hescenas de alción’ ™. Como momentos destacados tendríamos dos puntos para Maldonado (1 por el Drive Thru y otro de estilo por lo bella que quedaba la explicación en inglés de dicha sanción: «Wrong side of the bollard». Por qué nadie hace una peli con ese título es algo que se me escapa). Los prodigios con la lengua de Shakespeare no se quedaron ahí: Alguersuari, que nos había hecho llorar el día que decidió dejar de decir «qualify» se ha vuelto a animar – merced a un Toro Rosso que comienza a correr de verdad – y ha alabado el «step» dado por el equipo. ¡Te has ganado los 3 puntos, Jaime! Otros puntos fueron para Kobayashi (2 por perder el alerón delantero) y Rosberg (1 por multa de la FIA). Pero no podemos perder de vista a los que protagonizaron la piña de la carrera: Alonso y Petrov.

Fernando, desesperado después de que en Ferrari intentasen hacer terapia psicológica con Massa (eso es, dejarle defender posición y elegir estrategia) se encontró con tráfico al salir de boxes. Con lo que no contaba es con que Petrov le pasase así que, en la siguiente curva, Alonso intentó un adelantamiento absurdo absolutamente pasado de frenada. Petrov, por su parte, debió pensar «Joer, si un pilotazo como Alonso va a esa velocidad, es que se puede entrar asín de rápido en una curva. ¡Yo también, y ceñidito al interior!». El resultado fue ghlorioso: colisión contra Chumáquer (10+7 de estilo) a la que añadir 5 puntos por la sanción en parrilla en la siguiente carrera, por cafre y descerebrao: un total de 32 para Vitaly. Alonso, por su parte, tuvo la suerte de los cipotes al salirse holgadamente de pista y lograr esquivar el impacto del Renault. (1+1).

En los equipos, Williams rompía a Maldonado (5), HRT le jodía la Q1 a Ricciardo y Ferrari diseñaba estrategias de mierda a mayor gloria del consuelo de Massa (5), pero un solo hecho destacó DE VERDAD en el paddock. Y ese fue que, por fin, Force India iba a tener un nuevo dueño como Peich manda:


Si eso no son 20 puntos, que venga Marx y lo vea. Ahora le toca a Sergio Pérez hacer honor a sus raices.

Como bonus track reflexivo a ente post, les dejo con un famoso proverbio de los indios Cree de Norteamérica:

«Dale un Ferrari a Felipe Massa y pilotará un día. Enseña a pilotar un Ferrari a Felipe Massa… ¡por favor!».

Y, una vez más, el Moncho se ve abocado a festejar los triunfos de Vettel. Esta vez, siendo ya por ley, mi cuñado. ¡Qué guapo estaba en la boda de mi hermana! ¡Y ya le gustaría a Vettel marcarse un ‘Beth’ de Kiss como el que se marcó durante el banquete!

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