Siete adaptaciones de películas sórdidas a videojuegos vicisitúdicos

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Existen varias cosas casi seguras en la vida. Por ejemplo, que si pones una radio enchufada encima de la bañera llena de agua y te metes dentro, eres gilipollas. O que ponerse a cantar ‘Bat Out of Hell’ durante el velatorio de tu abuela queda feo. Y, obviamente, que los juegos basados en películas son una mierda. Por supuesto que, como casi siempre, hay excepciones: puedes entrar en la funeraria dando pasos de claqué, en mallas y al rimo de ‘Hocus Pocus’. Acabarás igual de desheredado, pero sin duda saldrás en los periódicos de todo el mundo.

En lo que se refiere a los juegos, yo mismo he disfrutado de varias adaptaciones decentes. Desde el ‘Robocop’ de Spectrum hasta el ‘Spiderman 2’ de pleisteichon, pasando por cierto clásico de Indiana Jones. Pero la regla general es que un juego necesita mucho tiempo de desarrollo. A medida de que el proceso de escritura se complica y se presentan plazos imposibles de cumplir, el resultado siempre acaba siendo, bien un timo hecho a prisas (jloriosa tradición inaugurada por el infame ‘E.T.’ de Atari) o una cosa pasable pero que dura menos que un eyaculador precoz delante de Rebeca Linares.

Pero este no es un blog que se pueda poner a hacer un simple repaso de todos los videojuegos malos procedentes de películas. Aquí somos más rebuscados. Así que no vamos a hablar de cualquier adaptación. Putrículas famosas que han ido acompañadas de juegos lamentables hay patadas: desde ‘Catwoman’ y ‘Eragón’ hasta, remontándose al pasado, ‘Juez Dredd’, o yendo en DeLorean al pleistoceno, cosas como ‘Krull’.

Que es una de las pelis de mi infancia y hasta tengo en DVD. Y la he visto con comentarios del director. Como un campeón.

De lo que va esto es de películas-colonoscopia digno de un ‘Videofobia’ que, por algún motivo (como veremos, ese ‘algún motivo’ puede sustituirse fácilmente por ‘una borrachera de un ejecutivo que no sabía que el tubito para la coca no se mete por la oreja’) acabaron teniendo videojuego igualmente chungo del que prácticamanete nadie sabe nada porque nadie podría esperárselo. Y si ya conocíais alguno antes de leer la lista, sólo tengo una cosa que deciros: Que estos seppukus mentales ya me los hago yo por vosotros. Id a hacer algo más constructivo con vuestro intelecto. Como, por ejemplo, ver cine de Rebeca Linares. Eso sí que es alimento para la mente.

A ello:

Menciones especiales
Esto no sería una lista de Vicisitud y Sordidez sin un apartado previo que refleje que nosotros, para hacer los posts, nos documentamos.

Sobre ‘3 Ninjas Kick Back’ llegué a redactar una entrada en la lista. Ello sólo puede significar una cosa: que ya sabéis que escribo los artículos de manera caótica y desordenada. Lo que ocurrió fue que, a eso de la mitad del proceso, llegué a la conclusión de que tampoco era tan raro que existiera un juego. Al fin y al cabo, se trata de una película para niños. Para niños con el mismo criterio cinematográfico que un jurado del festival de Berlín. Pero, al menos, esta secuela del famoso hit de VHS (que hasta generó su propia industria de clones de combates sobre los que NO hablaré en un futuro post) tuvo su propia continuación. Y otra más. A pesar de haber obtenido la extraordinaria cantidad de 58 euros en su estreno en los cines de Espppaña.

Pero en su momento yo no era muy consciente de la existencia de este flim. Quizá porque estaba en las estanterías bajas del videoclub. Yo andaba más concentrado en las altas o, dependiendo del establecimiento, las que estaban detrás de una sórdida cortina de tiras de plástico. Por eso me sorprendió descubrir la existencia del juego para Master System basado en él. Y por eso se merece una mención. Y por eso es tan larga.

También basados en películas propias de ente bloj estuvieron los juegos de ‘Death Wish 3’ y ‘Masters del Universo’, de ¡LA CANNON! Pero la primera generó uno de los mejores programas del Spectrum, la segunda era una producción de presupuesto solvente y las dos me han otorgado unos índices de audiencia cuando las he programado en televisión que confirma la certeza de que España está llena de gente de bien y de perturbados. Generalmente, las dos al mismo tiempo.

Podría nombrar también la adaptación de ‘Navy Seals’ (¿cómo pudo salir mal una peli con Charlie Sheen, Michael Biehn y Bill Paxton? Pues porque era una peli con Charlie Sheen, Michael Biehn y Bill Paxton, por supuesto), pero me quedo contento con nombrar ‘Toxic Crusaders’. No es una adaptación de una película, pero, joder:
– Era una serie para niños que sólo duró cinco episodios antes que la fusilaran.
– Basada en la saga ‘El vengador tóxivo’ de la Troma
– Para niños.
– De la Troma.
– Basada en ‘El vengador tóxico’. Esa de reventar cabezas a gente.
– PARA NIÑOS.

Siguiendo el mismo maravilloso proceso de pensamiento que llevó a los responsables de ‘Eros TV’ a contratar a Narcisso para su show, los de Troma pensaron que Toxie y sus amigos sería las nuevas Tortugas Ninja. Así que se produjo un arcade muy al estilo del de Leonardo y compañía, pero en más simple y con fregona en lugar de nunchacos.

El resultado era una cosa de (obviamente) scroll lateral muy poco jugable. Nada más empezar, apareces a toda velocidad en un patinete que dispara rayos. Lo cual es, obviamente, bueno. Hasta que te das cuenta de que puedes seguir así horas sin que pase nada. Así que te bajas y se convierte en un Double Dragon minimalista: sólo se pueden dar puñetazos, sólo hay un personaje, sólo un arma y sólo una opción: apagar el emulador y ver películas de Rebeca Linares. O de Sasha Grey. Que tampoco quiero abusar del producto patrio. Más bien que éste abuse de mí.

7.- Warlock
Esta película fue una producción de bajo presupuesto de New World (compañía fundada por nuestro amado Roger Corman) que se distinguía de las demás por contar con un guión del posteriormente famoso y más adelante caído en desgracia David Twohy. Y por tener la temeridad de darle un papel a Julian Sands. Y por volverse absolutamente locos y poner como aguerrido héroe medieval a Richard E. Grant.

Si ya era raro ver a Grant como jéroe de halsión, más absurdo es jugar en el papel del actor a un videojuego basado en la película. ¿Cómo es posible que se programara uno a partir de una serie B? Pues se ve que la cosa tuvo que ser, para los estándares de New World, una superproducción. De hecho, al poco de rodarse y antes del estreno, la compañía quebró. Pero, milagrosamente, el flim consiguió estrenarse a través de otra empresa y tuvo cierta repercusión, sobre todo en VHS’s cutres que no permitían ver con claridad la cara de asco que se gasta Richard durante todo el metraje. Así que, un par de años después, al tiempo de lanzar la secuela, encargaron una adaptación a Megadrive de la primera película que, sorpresa, era un shooter, si: de scroll lateral. En él, Julian Sands aparece de vez en cuando para gastarle bromas al héroe del tipo romper puentes (si caes al agua, mueres: es lo que tiene ser medieval y no querer lavarse), trasformar a la gente en zombis y a los perros en bestias del averno. Sólo le faltaba convertirse a sí mismo en un actor que no fuera veneno para la taquilla. Pero la magia no da para tanto.

6.- Águila de Acero 3
No sólo existe un videojuego de ‘Águila de acero 3’: es que EXISTE ‘Águila de acero 3’. Eso es algo tan acojonante como el hecho de que se trate de una peli para chavales protagonizada exclusivamente por señores mayores (y Sonny Chiba, el cual es un ente que trasciende la edad).

El juego en sí es un simulador aéreo solvente. Salió para la NES en Japón. Para cuando viajó al resto del mundo, alguien, totalmente avergonzado, le quitó el nombre de película e, imbuyéndose del espíritu del Capitán Obvio, le puso ‘Ultimate Air Combat’. Porque si nadie vio ‘Águila de acero 3’, ¿para qué coño iban a comprar el juego? Un supuesto éxito de ventas clamoroso de un producto licenciado de una peli tan cutre y poco taquillera sería la cumbre de lo acojonante.

Si no fuera porque existe ‘Aguila de acero 4’. El mundo del cine es la hostia.

5.- Tunnel Rats:
Justo cuando nuestro amigo UBA se planteó mandar al carallo eso de adaptar videojuegos, tuvo la gran idea: ¡Hacer uno de su propia película! Claro que la cosa resultaba rara. Era también el inicio del Boll comprometido, ese de pelis como ‘Darfur’ o ‘Stoic’. Así que lo que tocó fue ‘Tunnel Rats’, su intento de película seria de Vietnam. Su ‘Platoon’ particular. Los aficionados a los videojuegos con edad suficiente para saber qué significa la palabra ‘kempston’ son conscientes de lo que supone de bastardización el tratar de videojuegar con una película anti-bélica. Gracias a este extraño concepto, pudimos escupir sobre la tumba futura de Oliver Stone con la versión 8 bit de ‘Platoon’, que convertía el ‘La guerra es muuu mala’ de la peli en ‘Matemos putos charlies’ sin despeinar ni un solo kilobyte.

Curiosamente, ‘Tunnel Rats, Der Game’ también compartía con el título clásico de Ocean las fases por túneles. Y no sé por qué puñetas digo ‘curiosamente’, si la peli se llama ‘Tunnel Rats’. Al menos Uwe sí ha sido fiel a su propia película al pasarla a otro medio. Tanto que, en su afán por trasmitir los horrores bélicos mientras vas por la selva en plan Medal of Honor, la banda sonora nos somete alternativamente a los exabruptos del protagonista y sus disquisiciones sobre lo horrible de la guerra. Esto es: que mientras te las arreglas para volarle la cabeza a un enemigo con la IA de un pene a cuerda, te lamentas de lo jodida de la vida del soldado. Y justo a continuación, le arrancas alegremente la oreja al muerto por aquello de que te da salud extra.

La mecánica del juego consiste básicamente en ir muy lento por unos feos túneles para ir desmantelando trampas. De cuando en cuando te saltan algunas serpientes con mala leche, te encuentras con alguna habitación con vietnamitas o sales a la superficie repitiendo divertidos gritos racistas y políticamente incorrectos, lo cual, bien mirado, al menos es entretenido la primera vez.

El juego recibió críticas menos virulentas que las películas de nuestro héroe. Pero, como era de esperar, lo más bonito que he leído sobre él ha sido algo así como ‘Te lo haces en un día. Y eso es un día de más de lo que debería’.

4.- Bloodwings: Pumpkinhead Revenge
Como toda persona con tendencia a arrancarse pelos del púbis, yo también tengo mis influencias a la hora de escribir y hacer videos. Y la principal en lo relativo al audiovisual internetero es Noah Antwyler, The Spoony One. Un tipo genial cuyos videos fueron la principal inspiración (y por ‘inspiración’ quiero decir ‘hagamos sástamente los mismo que ese tío’) de Videofobia.

La fama de Spoony y sus reseñas de cine y videojuegos ha ido creciendo cada año. Sobre todo desde que se unió a la web That Guy With The Glasses’, otro tipo cojonudo que ya comentó en su momento el videojuego ‘Bebe’s Kids’, un atchonburike de adaptación de película que no he puesto en la lista porque, joer: NADIE sabe en España de qué coño de flim estaría hablando.

Y, como buen famoso de internet con una responsabilidad para con sus fans, el povre onvre se dedicó a bucear entre juegos de segunda mano en busca de lo más raro que pudiera encontrar. El CDROM por el que pagó tres dólares (y aun así dice que ello le hace sentir “como si hubiera pagado por follar con un mono… un mono macho”): la adaptación de la secuela de la primera película dirigida por Stan Winston.

La segunda fue ésta. Nunca salió del género de horror.

Recalquemos: La adaptación de un filme directo a video dirigido por Jeff Burr, el genio detrás de ‘Puppet Master 5, ‘El padrastro 2’ y ‘Se siente, que ya has alquilado el VHS: Ahora te jodes 3”. Hasta la Wikipedia tiene que reconocer que nadie sabía de la existencia del juego hasta que Spoony hizo la reseña.

Para el que sepa inglés, os dejo el enlace a su video. Para el resto, sólo necesitáis saber dos cosas: que el producto es una especie de Doom injugable. Y que EXISTE.

3.- Street Fighter: The Movie (The Game)
Nadie podría esperar la existencia de juegos como ‘Pumpkinhead 2’ o ‘Águila de Acero 3’ por ser películas de serie B. El caso de este número 3 de esta lista es distinto al del resto. Me voy a saltar la máxima de no abordar producciones más o menos conocidas y solventes en lo presupuestario. Pero es que aquí hablamos de realizar un nuevo juego que adapta una película que adapta un juego que no había manera de transformar en una película decente que ya tuvo una adaptación arcade que no tenía el mismo equipo de desarrollo que la adaptación de la película del juego a pesar de contar con las mismas digitalizaciones de los actores del juego. Quiero decir del arcade del juego. Quizir…

‘Street Fighter 2’ tuvo secuelas a cascoporro (que si ‘SF: Turbo’, que si ‘SF: Alpha’ que si ‘SF: Ex’, que si ‘SF: Dame Otra Vez Tu Dinero, Que George Lucas Es Un Mindungui En Comparación Con Capcom’). Así que alguien pensó que, ya que la gente era tan gilipollas como para pagar varias veces por el mismo juego, ¡qué más daba hacer uno más! Además, iba a tener la publicidad de la impresionante película. ¡Que es del guionista de ‘La jungle de cristal’! ¡NADA podía fallar!

El título resultante, algo confuso pero menos complicado que el japonés ‘Street Fighter: Combates reales en película’, era en todas sus versiones una chunga adaptación del original, pero con poses digitalizadas de los actores. El único interés, por lo tanto, podría ser el de ver a Kyle Minogue estirando las patas, pero mi curiosidad por esta mujer es muy reducida debido al pequeño inconveniente de no ser gay. En realidad, mi interés por todo lo relacionado con la saga Street Fighter es más o menos el mismo que el de Ramón de Pitis por toda la bibliografía de James Joyce. Así que confiaré en las reseñas que hay por interné para proclamar, con dos cojones, que el resultado fue un desastre. Desastre con tanto pedigrí casposo que estoy seguro de que el desarrollo tuvo que ser cuanto menos interesante. Así que ¿para cuándo ‘Street Fighter: The Movie (The Game): The movie’?

2.- Attack of the Killer Tomatoes
Ya en tiempos del Spectrum, unos iluminados vieron que el futuro del frikismo estaba en el cine-colonoscopia. Se llamaban Global Software, y acabaron de la forma que se puede imaginar cualquiera que haya leído la primera frase.

La compañía de (obviamente) breve vida se presentó en el atestado mercado de los 8 bits con planes para una serie de juegos bajo la bandera de los Golden Turkeys, el famoso libro fundacional del culto al cine cutre. Pero estamos hablando de un mundo sin internet y con José Viruete todavía más preocupado por los batidos de colacao que por ser el faro de una generación que los conduce triunfantes a un arrecife intelectual. Así que esto de fijarse en putrículas para hacer frente a las ciento ochenta y seis adaptaciones cinematográficas que sacaba Ocean cada mes era un suicidio maravilloso.

El juego en cuestión era una aventura isométrica en plan ‘Knight Lore’ que tampoco tenía mucho que ver con la trama de la película. Si es que aquella cosa tenía alguna trama. Lo poco que recuerdo de ella es que Tim Burton plagió su final para ‘Mars Attacks’, lo cual dice mucho del famoso realizador. O poco.

Como cosas tan raras no llegaban a Algeciras ni en casete pirata, no fue hasta el advenimiento de World of Spectrum que jugué por fin a este título que tanta curiosidad me causó cuando leí la reseña en el Micro Hobby. La curiosidad no sólo mató al gato: es que le metió tomate triturado con chile por el culo y le puso unos cascos con los grandes éxitos de Sodom. Tras media hora de intentar desentrañar qué puñetas había que hacer, incluso leyendo las instrucciones y mirando un par de reseñas de revistas inglesas, apagué el ordenador y me dediqué a otra cosa. Que no era Rebeca Linares. Ni Sasha Grey. Malpensados.

Era Gianna Michaels.

Se anunciaron también ‘Attack of the Mushroom People’, ‘Curse of the Mushroom People’ (juego en dos partes, adaptando la trama de la peli japonesa ‘Matango’, monster movie basada en uno de mis relatos favoritos de W.P. Hodgson) y ‘Wild Women of Wongo’, pero, por desgracia para este artículo, no salieron. Se llegó a mencionar la célebre ‘Plan 9’, pero ésta no acabó por convertirse en juego hasta el 1992 para Amiga, de la mano de Gremlin Graphics (los de Monty Mole) y Konami. Pero eso ocurrió ya cuando el culto a la película estaba creciendo y, de hecho, esta aventura en plan ‘point and click’ no adaptaba la trama del flim, sino que te convertía en un detective en busca de la copia de la película que había robado el doble de Bela Lugosi. Recuerdo que un conocido me dijo que no estaba mal, así que quizá debería mirar mi CD con emuladores de Amiga para echarle un vistazo. Claro que mejor que jugar a un videojuego decente es verse una peli chunga para la última entrada de la lista.

1.- Megaforce y los juegos de la Fox
¡Paquetín!

Perdón. Tenía que gritarlo. Es un efecto patológico que se produce cuando se ve ‘Megaforce’. Pero comencemos por el tema de los videojuegos, que de eso va el artículo:

In illo tempore, los estudios de Hollywood pasaban de los ingresos por merchandising. Pero mucho. Tanto que le dieron a un tal George Lucas control total sobre ellos cuando vieron que ‘La guerra de las galaxias’ iba a ser una mierda de película para freaks pajilleros. Se equivocaban al menos en una cosa. Y, mientras ellos se quedaban tristes nadando en montones de dinero, George se quedaba triste nadando en piscinas de dinero. Parte de los fajos de dólares que le sirvieron para financiar él solito ‘El imperio contraataca’ vinieron de las ventas de derechos para unos videojuegos de Atari publicados por Parker. Perras que la 20th Century Fox, productora original de la peli, no vio ni de casualidad.

Así que pusieron manos a las obra y cerebro en salmuera y sacaron juegos basados en sus películas con la original etiqueta de ‘Games of the Century’. Lo malo es que era todavía el inicio del cine de género como fenómeno blockbuster. Una vez adaptado ‘Alien’ al formato comecocos (en serio), tuvieron que rebuscar en su catálogo de películas de ciencia ficción, sacando cosas más o menos lógicas como ‘Fantastic Voyage’ (sin las tetas de Raquel Welch, desgraciadamente) y absurdeces como ‘The Earth Dies Screaming’ (peli de los 60 que ni yo he visto), ‘Porky’s’ (en serio) o ‘MASH’ (repito: en serio). Incluso se pensó en hacer un juego a partir de ‘El Ente’.

‘El Ente’.

Por tercera vez: EN SERIO. Porque lo que el mercado del videojuego siempre ha pedido a gritos es la adaptación de un película sobre un ser invisible que viola repetidamente a una mujer.

Algún ejecutivo con tres neuronas más que el resto (cinco en total) canceló el lanzamiento del juego, pensando que nadie querría pagar por semejante cosa. Por algún motivo, se ve que no había viajado en su vida a Japón, donde siempre hay un mercado para cualquier depravación.

Una vez abortado un juego sobre ‘El Planeta de los Simios’, los directivos de la Fox se encontraron que tampoco había muchas más superproducciones de género que adaptar. Al fin y al cabo, estamos hablando de una época en la que se dio luz verde a un guión tan chorra como ‘Alien’ básicamente porque era el único con naves espaciales que andaba rondando por ahí. Así que tuvieron que volver sus ojos inyectados en coca hacia producciones ajenas que ellos distribuían. De Dino De Laurentis sacaron ‘Flash Gordon’, que resultó ser un clon de ‘Defender’. Pero había otra película que prometía. Un flim financiado por la Golden Harvest, famosísima productora de pelis de chinos dándose hostias que pretendían con esta inversión trascender sus géneros básicos y conquistar el mundo. La peli llamada a hacer historia, franquicia y pingües beneficios era…

Megaforce

¡Ay, Megaforce! Un mito del cine-colonoscopia dirigido por un mito de nuestro querido Vicisitud: Hal Needham. Ente onvre fue uno de los directores más taquilleros de los 70: unido a su amigo Burt Reynolds, juntos perpetraron las pelis buenas de este último. Esto es, en las que llevaba bigotón: ‘Los caraduras’ y ‘Los locos de Cannonball’. Ambos eran amigos de los tiempos en los que eran especialistas, cuando hasta compartían cuarto. Uno se dedicó a la realización y el otro a tener más vello corporal que Don Pinpón.

Needham fue contratado por la poderosa productora de Hong Kong para adaptar un guión que pasaría a la historia como una de las primeras grandes superproducciones de acción de gran hilaridad: En un lugar que no se sabe muy bien si es un país ficticio, un país del futuro próximo o, teniendo en cuenta el nivel de los diálogos, el mundo de los Teletubbies, hay un grupo de mercenarios que reparten caña the american way a los países subdesarrollados cuando el gobierno los necesita. La única diferencia con los GI Joe es que el prota lleva este traje que serviría de camuflaje en una fiesta retro-disco en una reunión de deficientes visuales en Chueca. Y creo que en ningún otro sitio más:
Ahora sí: ¡PAQUETÍN!

Sacar un juego de una película que básicamente se compone de vehículos futuristas persiguiendo a otros coches con toda la traca de petardos que pueden ofrecer unos expertos en fuegos artificiales chinos era sorprendentemente fácil. Pero el equipo desarrollador quería algo más. Y en lo que se fijó fue en LA ESCENA. Muchas veces hemos hablado en ente bloj del concepto ‘hescena de alsión’. Aquí os dejo una de las mejores hescenas de la historia del cine-colonoscopia. No me deis las gracias. Básicamente porque no podréis: estaréis ocupados sintiendo cómo se os erizan hasta las vellosidades intestinales del ataque de vicisitud:

Así que en el juego podréis controlar al protagonista en su moto multiusos que ni El Halcón Callejero mientras vais por tierra o aire, según te apetezca. En el fondo, da un poco que igual. Porque, como casi todos los viejos juegos de Atari, hoy en día tienes que tener un ataque de nostalgia muy grave para ponerte a jugar con ellos. Y yo nunca tuve uno de esos aparatos. Así que, tras cuatro minutos de motillo hecha con ocho pixels parpadeantes, horizontes fucsia y objetos absurdos que se lanzan contra ti, cerré el ordenador de una vez y me dediqué a hacer cosas más productivas.

Que no fue ni ver a Gianna Michaels, ni Sasha ni ninguna entregada actriz del género. Fue algo mucho mejor: me fui a una boda a El Ejido. Bueno, mejor, no. La expresión que buscaba era ‘arrancadme el prepucio con pinzas de la ropa, por favor’.

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