Guarning! ¡Artículo llenico de spoilers de películas que no queréis ver!
Hacía tiempo que no utilizaba ente bloj para lo que suelen servir este tipo de páginas: para quejarse. Claro que, con la llegada de Feckbook, el puto Twitter y las niñas defendiendo a Justin Bieber, este área de la comunicación humana se ha trasladado a mensajes gracias a peich mucho más cortos.
Pero Videofobia 5 está teniendo problemas de postproducción y Vicisitud está en un nivel de productividad que hace que Terrence Malick lo mire y le diga: tío, tampoco es eso. Así que voy a hacer un post que refleje lo que más ocupa mi pensamiento en los últimos días.
Escenas lésbicas de Sasha Grey con strapon.
Bueno, eso no.
Como el curro devora tu vida diaria cuando trabajas en algo que te gusta, ni me paro ni a pensar en bollerío con falos de plástico como cualquier persona normal. A lo que más me dedico últimamente es a la siguiente reflexión relacionada con mi trabajo:
¿Es que vivo en un mundo diferente al de la gente que ve cine festivalero?
Hace ya años, publiqué un artículo en el que proponía un axioma que nadie ha podido rebatirme: Siempre habrá alguien al que le guste una determinada película, por muy lamentable que te parezca a ti. Siguiendo esta proposición, cuando profesionalmente me pongo a ver un flim, me predispongo a ponerme en la mente de otra gente, y buscar los aspectos positivos que van a gustar a algunos, así como los negativos que pueden enervar a los demás.
De verdad: intento comprender qué puede gustarle a una persona de ciertas películas. Lo intento.
Pero qué difícil es a veces.
Y es que últimamente me he enfrentado a una tanda de películas culturetas que no sólo han deleitado a unos pocos: es que la crítica e incluso (en la medida de este tipo de estrenos) la taquilla, le han sido muy favorables. Pero yo las he visto y sólo he podido pensar: ‘Bueno. En el fondo sé que existe gente a la que le gusta que le caguen encima. Pero no que hubiera TANTA’.
Estoy hablando de películas que cogen al espectador, le sodomizan sin ni siquiera escupirle en el ojete y encima quieren que le pague. Auténtico cine-colonoscopia que, al contrario que cualquier película de Uwe Boll, es laureado sólo por su pretendida profundidad y, sí: certero análisis de la condición humana. Pues no. Yo digo que son tan malas como ‘Catwoman’, con el agravante de que ni siquiera te ríes. Y, por supuesto, conozco a una persona a la cual le gusta esta última película. Y no suelo correr despavorido cuando hablo con ella. Aunque debería.
En aquel mismo artículo en el que exponía el axioma anteriormente referido, catalogaba las películas malas en tres tipos básicos: la bazofia de bajo presupuesto, la superproducción risible y la culturetez extrema mal entendida que nadie se atreve a poner mal. Como fui un cobarde, no puse ejemplos en este último apartado. Pero ya sabemos que éste es blog viejo cascarrabias, por lo que se trata de un fallo que voy a solucionar ahora mismito.
Porque realmente me es muy difícil ponerme en la mente de la gente que alaba cosas como ‘Canino’, ‘Copia Certificada’ o ‘De dioses y hombres’. Puedo entender la depravación de Apitchapong. Tanto por el nombre de nuestro icono del blog co
mo porque sale un hombre-mono con bombillas coloradas en los ojos. Al menos, es una película finstra. Como esa obra perturbada que es ‘Las vidas posibles de Mr Nobody’, cosa que se cree muy profunda por mucho que plantee algo simplón que ya se pudo ver en ‘La vida en un hilo’ de Edgar Neville (¡en 1945!) o aquella película en la que Gwiniwini Paltrow se cambiaba el color de pelo según se quedaba o no con un señor feo con ojos saltones de enorme parecido a Steve Hackett.
Pero al menos, con ‘Mr Nobody’ queda la risa de saber que un productor leyó ese guión y decidió gastarse millones de euros en una película experimental. Que por lo menos es bonita de ver y, además, tiene la virtud de que, más o menos, se acaba.
Sí, queridos sórdidos. Esta última frase puede parecer una gilipollez. Pero, y sin que sirva de precedente, tiene su sentido. Porque lo que más me molesta de cierto cine que se toma a sí mismo demasiado en serio es que están creando el subgénero más previsible desde el ‘Era Yo’: El Va Y Se Acaba.
El efecto ‘Va Y Se Acaba’ es un concepto que surgió hace ya varios años, cuando varios amigos míos tuvieron a mal ir al cine a ver ‘Historias del Kronen’. Cuando salieron, sólo pudieron comentarme: ‘Joder: unos pijos hacen tonterías, luego emborrachan a uno que palma Y VA Y SE ACABA’. La sabiduría de ese resumen me pareció antológica. Y desde entonces, clasifico las películas con finales lamentables en cuatro categorías:
– El ‘Era Yo’, ya conocido por todos
– El ‘Va Y Se Acaba’, que os presento ahora
– El ‘El Barco Se Hunde’, en homenaje a todas las películas que vas a ver sabiendo exactamente cuál es el final y los guionistas no consigan sobreponerse a ese hecho.
– Cualquier película de Álex de la Iglesia.
Si bien convivimos con el ‘El Barco Se Hunde’ continuamente (de ahí que sea más conocida como ‘El Bueno Gana’ en el cine de acción y ‘Todo Acaba Mal’ en el cine de terror), el ‘Va Y Se Acaba’ es un fenómeno que no es nunca objeto de denuncia. Y para eso estoy yo. Para tocar los huevos. Pero sin mariconadas.
Curiosamente, de las pelis de este subgénero que he visto reciente, la que más me ha cabreado ha sido ‘De dioses y hombres’. Algunas eran bastante decentes hasta el final, como ‘El silencio de Lorna’, ‘Winter’s Bone’ o ‘Neds’. Otras eran totalmente risibles, como ‘Copia certificada’. Una película sádica con el espectador. Si el Torture Porn del culturetismo son films de personajes puteados al extremo como ‘Beautiful’, la bazofia de Kiarostami viene a ser el Real Torture: No se trata de disfrutar viendo el sufrimiento. Sino de hacer sufrir al propio espectador. El cual ha pagado una entrada todo feliz para que, en el minuto 54 de película, te cambien los personajes porque sí en un ejercicio de metalenguaje de un chorra extremo. Sí: chorra. Que para reflexiones de gente realmente inteligente sobre el valor del original y la copia ya están ‘F for Fake’ de Welles y ‘Exit Through The Gift Shop’ de Banksi.
Pero yo iba a por ‘De dioses y hombres’. Una película sobre un grupo de monjes en un país moro que, a pesar de las advertencias, se quedaron en su convento, fueron capturados y asesinados.
Así que ahí ya tenemos el problema de toda película basada en hechos reales: ‘El Barco Se Hunde’. Ahí tiene el guionista que plantear subtramas y decir cosas interesantes.
Pero no.
A la gente normal (o gentuza perturbada como yo mismo) le gusta sus historias con su desarrollo de personajes, sus subtramas que se cierran o tonterías como que acontezcan como mínimo un par de puntos de giro para mantener la atención. Todo eso se lo pasan los creadores de ‘De dioses y hombres’ por la entrepierna, luego lo lanzan al aire, se lo restriegan en el trasero, le dan una patada y lo lanzan a un retrete de un pub un sábado a las 3 de la madrugada.
Esta película sólo tiene un punto de giro que todos ya sabíamos: que los pillan. Y, cuando esperamos el tercer acto… SÍ: VA Y SE ACABA. ¿Es que se molesta cerrando subtramas medio insinuadas como qué puñetas le pasa a la gente del pueblo que se queda abandonada o al monje que se queda atrás? Y una mierda. VA Y SE ACABA. Y a nosotros, nos da igual, porque ni siquiera ha habido desarrollo de personajes. Los buenos señores son curas que rezan y deciden sacrificarse. Pues mire usted qué bien. Hagamos un resumen de la película:
INT. ABADÍA EN PAÍS MORO. DÍA
Monjes rezan
Lambert Wilson: Aquí ‘tamo, ayudando a la gente. Yo soy el abad.
Michael Londsdale: Yo soy el doctor Gri.
Monjes: Somos monjes.
Todos rezan.
EXT. ABADÍA EN PAÍS MORO. DÍA
Moros malos: Sus voy a matar.
Lambert: (al moromalo) El Corán dice que el Islam quiere a los cristianos. (Al resto) Estamos jodidos. ¿Nos vamos?
Todos rezan
Gente del pueblo: No sus marchéis, porfa.
Todos los monjes menos uno: No
Uno: No sé. Bueno, no.
Todos rezan.
Lambert: Cenemos escuchando música clásica.
Moros malos: Sois mis prisioneros.
VA Y SE ACABA.
Algunos críticos que han manchado los sillones del cine de esperma reconcentrado al ver la película la han alabado por hablar sobre la fe y por cierta escena supuestamente emotiva.
Pero almas cándidas: este finstro no te dice nada sobre la fe. Sólo porque salgan curas no quiere decir que se hable sobre ese repugnante concepto, más dañino para el mundo que la carrera musical de la hija de Will Smith. Sí que va sobre sacrificarse por los demás. En teoría. Porque más allá de uno o dos que se acojonan un poco, tampoco es que se exponga la cosa de una manera más complicada que ‘Estamos aquí ayudando a la gente. Si nos
vamos, se joden. ¿Nos vamos? No’. He visto hasta películas de Steven Seagal en las que trataban el concepto con mayor profundidad. Y si no queréis boutades como ésta, una película que plantea de manera muuuuucho más interesante conceptos como la responsabilidad, la ética y los cojones con campo gravitacional propio es ‘Haevnen’, una de las candidatas al Oscar de habla no inglesa del año que se estrenará en breve.
La escena emotiva en cuestión a la que me refería antes es una en la que los monjes, tras decidir quedarse, se ponen ‘El lago de los cisnes’ mientras están reunidos. Y claro que queda bien. Feck, es que yo pongo una de las mejores piezas musicales de la historia con un montaje de todos los contertulios de Sálvame Deluxe poniendo cara de pena y también queda de puta madre.
Claro que como es una peli en teoría sobre un tema IMPORTANTE hecha por gente SERIA, no hay cojones de reconocer que el emperador no sólo está desnudo, sino que además tiene la pilila tamaño Randy West y los huevecillos todavía no le han bajado a todo lo que es la bolsa escrotal. Es la única explicación que encuentro para la unanimidad de alabanzas a cosas como ésta o la tomadura de pelo de Kiarostami.
¿O acaso soy yo? ¿Será que mi medicación me ha dejado insensibilizado, cínico, sabelotodo, idiota y de derechas? No lo creo, porque todavía puedo ver esto…
…y sentirme humilde, sobrecogido, y, en una palabra, idiotizado.
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