La liga fantástica de F1 2010. Round 9: ¡¡¡¡V-A-L-E-N-C-I-A!!!!

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Durante las pausas para el café en mi época en Grundy – montando ‘Sin tetas…’ – conocí a mucha gente encomiable. Siempre había algo interesante de lo que hablar con los guionistas de ‘Yo soy Bea’ o ‘Mi gemela es hija única’: ya fuese el temor de una chica que quería ligar con uno que había estado saliendo con Amaia Salamanca («es que menudo listón tengo que superar…») a un sabio comentario que mi estimado Daniel hizo en su día que, a raíz de este lamentable GP de Valencia, paso a reproducir:
«Ese es el plan maestro de Francisco Camps: llegar a todos los hogares valencianos, tirarse a la madre, matar a las mascotas, quemar la paella del domingo, mearse en la horchata y TAL VEZ entonces, puede que, quién sabe, a lo mejor, bajar una décima en los sondeos de intención de voto».

Visto de esta forma, el GP de Europa 2010 merece pasar a la historia como el GP de VALENCIA 2010: las decisiones delirantes, tardías y chapuceras que tomó el señor Charlie Whiting hicieron juego perfectamente con la presencia de Camps y Rita en el podium: si la F1 es como la vida misma… ¿Por qué no imitar a una comunidad autónoma que – junto con Madrid – ha sido la apoteosis máxima del choricerío impune? ¡Claro que sí!

En el momento en el que Rita Barberá entregaba el trofeo al Mierda no entendí cómo el televisor del hotel de Colonia en el que estaba alojado no aprovechaba para morir de cáncer. Claro que tampoco entendí por que aquel litronero que tanto nos hizo disfrutar con el accidente de Hulkenberg (2+6 de estilo por cervecerismo poligonero y patadas dramáticas a las protecciones de neumáticos) no aprovechó para lanzar, con más motivo, otra cerveza al podium. Mejor, porque así evité responder a la pregunta «Si, del botellazo, sólo pudiesen desparramarse los sesos, bien del Mierda, bien de Rita… ¿A cuál elegirías?». Tough call, no olvidemos que el asedio y derribo del barrio del Cabanyal es un jran momento «Satán es mi señor».

Feck ¡si incluso Rita se puso a derribar saltándose a la justicia española! ¡Anda! ¡Justo como el Mierda!

Y esto nos lleva a una puntuación MUY compleja de dar. Para quienes se hayan leído mi artículo de la última Grand Prix Actual, en él defendía la labor de Charlie Whiting y sus «reprimierdas» utilizando este maravilloso momento cinematográfico como símil:

En efecto: el chiste es malo al principio, desesperante por en medio PERO, si se tiene el valor de perseverar, ese «Sweet, dude» termina por ser LA HOSTIA. En serio. Eso es lo que está intentando lograr Charlie Whiting: un tipo de humor chabacano-intelectual que aún no terminamos de pillar. Pero, a la undécima «Reprimierda, vete y no peques más» todos estaremos revolcándonos en el sofá de la pura risa. Nos dará igual el título mundial, porque ya estaba otorgado a Hamilton desde el principio, y, sencillamente, nos descojonaremos con el «Sweet Dude». Y Fernando Alonso también. Probablemente se dedique al noble arte de disputar las carreras que quedan yendo en dirección contraria, a 20 por hora y defecando creativamente en la pista sin salir del habitáculo.

Still, hasta Chiquito de la Calzada tiene ese chiste en su repertorio con el que consigue que no se ría nadie. Shit happens. Eso es lo que le ha ocurrido a Whiting en esta carrera: un buen «sweet dude» EXIGÍA que no se penalizase en absoluto al Mierda. Más que nada por aquello de que «Como Lewis aprobó el teórico a la octava pensaba que la línea continua significaba que el carril por el que iba el safety car aún no era la pista». ESO es humor de calidad. De calidad «sweet dude», but that’s the way a-ha a-ha I like it. Pero no, Charlie usó la clásica técnica de la FIA de aplicar las penalizaciones una década después. Así, si en fútbol se puede anular un gol perfectamente legal de Inglaterra sin pensárselo ni una décima de segundo, en F1 parece que toda decisión que se tome tiene que pasar por, en primer lugar, enviar un fax a la secretaria de Jean Todt en el que, antes de ir al meollo de la cuestión, se pregunte – por aquello de la buena educación – que qué tal ha ido la comunión del sobrino y si tu camello me puede pasar algo de farla que el mío anda de vacaciones por la Pegaso de Mataró. Al final, en una postdata, se pondría «Ah, oye, que el Mierda ha adelantado al safety car por sus santos huevos. ¿Qué hacemos?». Evidentemente, se organiza una comisión deliberativa: cogen el taxi para reunirse en un hotel de Mónaco y, después de unos cubatas, redactan una nota ¡a lápiz! que envían por fax a la secretaria del principio. Ésta llama para preguntar si Hamilton se escribe o no con hache. Finalmente, la secretaria le envía a Whiting un SMS que reza «k m dcn k amilton aga DT bsss xD juasjuas». Eso sí, la prensa inglesa dice que sólo han pasado 7 minutos (y no los 48 que fueron), con lo cual un drive through que sólo penaliza 10 segundos «es lo correcto» y no una ridiculez. Señores de la FIA, les voy a recordar una terminología: «Stop and go». Tarden 48 minutos en penalizar al Mierda si quieren – y si no localizan al camello de la Pegaso de Mataró – pero, si lo hacen, hagan un stop and go de medio minuto en boxes. ¿A que no es tan difícil? Se llama «pensar». Pero no le voy a pedir imposibles a un inglés. Luego, tuve una tarde de celebración cervecera en Dusseldorf después del 4-1.

Lo cierto es que esa tardanza – no tanta, eso sí – también la ha conocido Alonso cuando su merecido drive through por saltarse la salida. Así que no me queda más remedio que darle dos puntos por adelantar al safety – el Mierda, siempre un pionero – y otro por su drive through. Eso sí, los -10 de inestilo por ser la enésima vez que se sale de rositas no se los quita nadie: la sanción de la FIA NO es proporcional y más cuando – con precedentes en la GP2 y como nos ha recordado Briatores, existe una sanción para quien adelante al safety car: BANDERA NEGRA. Así que sí hay trato de favor, sí hay carrera manipulada, sí hay gente saliéndose de rositas tras haberse forrado con la Gürtel… Y también mierdismo ¡Tuvo el valor de decir, en la rueda de prensa, que no había visto al safety! Still, gracias a sus bellas declaraciones de insulto a Alonso «Vivía en otro mundo. No estaba acostumbrado a ser adelantado por un Sauber» el Mierda remonta algo el marcador: 5 puntos por purita calidad. Whitmarsh se suma a la fiesta y se lleva un puntillo para McLaren por decir «Para mí, fue lo normal. Pero Alonso debe tener unas experencias en competición que yo desconozco».

De todas formas ¡para qué carallo queremos el sarcasmo inglés teniendo el exabrupto mediterráneo a mano! Las declaraciones de Alonso – «carrera manipulada» (5) – son épicas y han sentado muy mal a la FIA. Jrande, aunque luego la cagase un poco suavizando las declaraciones (-2). No han obrado así en Ferrari, con un Luca sobrado al que se han unido más altos cargos (5). Sin embargo, lo más bello fue el usar la radio de Alonso para, con un imposible acento italiano, comenzar a cagarse en la FIA y el Mierda (5+5 de estilo que les da, merecidamente, la star of the race).

Y todo se lo debemos a Mark Webber y su safety car (1+3 de estilo, por lo dramático de su llegada, justo delante del Mierda). Su torpeza suprema a la hora de adelantar a Heikki – Mark, que pilote un Lotus no significa que tenga que dejarte pasar – supuso un hostiazo (6) con un vuelo de plasticidad pocas veces vista (10) y un claro «pabersematao» (10), aunque luego, tirando el volante, nos demostró que eso de matarse en un F1 hoy en día es para pilotos MUY inútiles. Star of the race con… ¡40 puntazos! Eso es hacer las cosas a lo jrande: los chicos de Red Bull – hoy me parece obvio de más hacer un chiste con el «Te da alaaaas» – hn monopolizado el rock’n’roll del campeonato. Y les amamos por ello, aunque me ponga más Mark.

La otra chapucera consecuencia del Safety Car fue que los pilotos que no habían respetado su in-time, tuvieron una penalización de 5 segundos (1 puntillo para Jenson Button, Rubens Barrichello, Nico Hulkenberg, Robert Kubica, Vitaly Petrov, Adrian Sutil, Sebastien Buemi, Pedro de la Rosa y Vitantonio Liuzzi). Por supuesto, De la Rosa se lleva un +3 de psicodrama, ya que dicha penalización le hace perder su primer puntillo con Sauber. ¡Povre onvre! Glock, por su parte, se llevó una penalización mejor (20 segundos) por no obedecer las banderas azules. En Canadá no pasó nada, pero aquí… ¿Obstaculizaría al Mierda? Eso sí, un aplauso a Timo por su duelo con Senna: logró joder los dos coches (6 puntos por su neumático pinchado y por destrozar el alerón de Bruno) y, al hacerlo justo antes de boxes, pilló al equipo Virgin sin ningún neumático preparado. Credit to Timo por un 4+3 de estilo en su ridículo repostaje. Éste hubiese sido su día, pero cuando Mark se pone…

Trulli, por su parte, logró perder el alerón (2) y arrastrarse por el circuito, más lento que un Hispania, en lo que fue una bella forma de conmemorar el 500 GP de Lotus (3). Menos mal que Kovalainen logró que saliese el equipo de Chapman en todos los informativos.

Respecto a los equipos, subrayar la multa a Red Bull (1) por no dar salida adecuada de boxes a Webber y la estrategia de mierda de Mercedes con Schumacher, haciéndole parar cuando tenía neumáticos duros y encontrándose el Kaiser con el drama de tener que esperar media vida ante el semáforo en rojo. 4+5 de estilo. Pero el team of the race fue claramente para Ferrari.

Aunque, más bien, deberíamos decir que todo el GP fue un maravilloso homenaje a la clase política valencia: esa gente que chanchullea lo que quiere con el circuito – que siguen apoquinando los pobres contribuyentes – mientras da comisiones a los amiguitos del alma usando el dinero que no pagan a los empleados.

Si me encontrase, en una de mis múltiples visitas al sastre, con Paco Camps y me preguntase lo que me ha parecido este GP, tendría que citar una frase – que marcó mi infancia de fans de Peter Ustinov – que espetó Petronio a Nerón «Paco, Rita, creo que sois tan dignos de este espectáculo como este espectáculo es tan digno de vosotros».



PD:

CAPITULO 16 DEL REGLAMENTO DEPORTIVO DE LA F1 – INCIDENTES
Artículo 16.3 Los comisarios podrán imponer una de estas tres sanciones a cualquier piloto involucrado en un incidente:
a) Un drive through
b) Un stop and go
c) Una penalización de posiciones para la parrilla de la próxima carrera.

¡Invítenme a unas cañas para que me olvide del sabor de la bilis, again!

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