La liga fantástica de F1 2010. Round 1: Bahrein

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«Hace tiempo que no saboreo el champán» decía un desinformado Fernando Alonso antes del GP de Bahrein. Por momentos, debió ignorar que un país islámico, aparte de alegrar menos la vista cárnicamente (no me llamen machista, tanto aquí como en la GPA he reivindicado azafatos aceitados en tangazo) tampoco permite un Moët Chandon como Marx manda. Así que ducharse copiosamente con aquel zumo de frutas (1) fue, sin duda, la mejor opción para conmemorar un triunfo histórico que he celebrado convenientemente con sidrina y cabrales. Pensé en hacer una pizza de cabrales por aquello del crossover con Ferrari, pero el sentido común se terminó imponiendo. Por cierto, la foto de inicio del post – obra de Manuel Powers – ilustra el hecho de que Alonso SÍ que hizo una imitación al acabar la carrera: la más adecuada para un equipo que hacía la sordidez de bautizar sus coches.

¿La carrera? Las he visto mejores y peores. De momento, creo que todos están muy acojonados con lo de los neumáticos pero, conforme el mundial avance, deberíamos ver estrategias más salvaxes. Por ejemplo, si Alonso hubiese parado tres vueltas antes, es posible que hubiese adelantado a Vettel en boxes. Pero tendría un segundo relevo más largo ¿Aguantaría hasta el final? La respuesta, en Melbourne. Por supuesto, si yo fuese Ecclestone, amenazaría mafiosamente a todos los cagaos de Bridgestone para que hiciesen MUCHO más blandos los neumáticos. Ahí es donde estará el espectáculo. Y las audiencias. Y el dinerito. Y Bernie sabe que hay que ser serio con según que cosas.
Lo de «obligar» a dos repostajes que ahora proponen los retrasados de McLaren, Red Bull y Mercedes es una estupidez que sólo empeorará las carreras, y que ni siquiera merece puntos de la liga, por la sosería con la que se ha planteado: si se quiere estrategia de neumáticos «diversa»… ¿Qué es eso de obligar a parar dos veces? Si acaso, eliminaría la obligatoriedad de usar dos gomas y plantearía la posibilidad de jugársela a un único relevo con el duro (aquel Raicoñen que aún perdura en la memoria…). Eso, u ofertar ocho tipos distintos de neumático, para que exista la posibilidad de ir a saco con tres paradas. Lo de ahora es un camino de enmedio absurdo.

Porque, aparte de la alegría del triunfo de Alonso – y su felicitación maravillosamente condescendiente al Mierda – poco ha habido en el ámbito del pilotaje en esta carrera: Sutil, patinando sobre el aceite – ajeno, curiosamente – se llevó puesto a Kubica y, con ello, la star of the race. Nico Hulkenberg – maravilloso apellido – nos deleitó con un elegantísimo trompo que, por muy poco, no logró la carambola de llevarse otros coches puestos. Paco y himself lo celebramos por plasticidad, pero con cierta frustración. Como la agresividad de Massa para con el Mierda: hizo que Rosberg le adelantase, pero preferiríamos ver a Lewis contra los muros d

e Bahrein, si existiesen (by the way… ¿Comparten la sensación de Paco y lanavaja, que lo encontraron más blanco à la Michael Jackson? Ahí queda la pregunta). Petrov, por su parte, fue suficientemente honrado como para admitir que era él el que había jodido la suspensión de su Renault. Mientras, Chandhok – al que Paco propone llamar Koothrappali a partir de ahora – decidió que, antes que usar las carreras como test para familiarizarse con el coche, era mejor ser un piloto de pura raza y tratar a las carreras como CARRERAS. A las dos vueltas, pilló un bache y estampó debidamente su Hispania al que los mecánico habían logrado llevar milagrosamente a la parrilla. Claro que sí.

Lo cual nos lleva a los equipos. Todos teníamos high hopes para Hispania (cuyas siglas HRT causan hilaridad en el Reino Unido: el «Hormone replacement treatment» va tan asociado a la menopausia como la Cannon a la colonoscopia) y no quedamos decepcionandos. Las declaraciones de Campos – «Es probable que hagan el ridículo» – caldearon el ambiente pero, in classic S P-P-P-P-anish fashion, lograron el prodigio de arrancar los dos coches en tiempo récord. Y, como buena épica española, todo fue para nada: Senna rompió en 18 vueltas y Chand… Koothrappali mostró maneras de jrandeza. Redondéenlo con un cambio de neumáticos marca «¿Correr pa qué? ¿Pa cagarla?» que duró el doble que el de los demás (9 segundazos) y con el bigotón del dueño del equipo (Carabante) y tenemos un equipo llamado a la historia. Fans de Minardi, olvídense de ese sucedáneo falaz de Toro Rosso o de los cantos de sirena de Virgin (buen doble
a

bandono de sus pilotos, nos darán muchas alegrías este año) o Lotus. Hispania es el equipo a seguir, aunque el bigotón del CEO de Daimler (Dieter Hetzsche) puede ser considerado mucho más espectacular que el de Carabante, pero sin esa sobriedad plena de valores patrios. En fin, todo va en gustos.
Aclamación también para el doble abandono de Sauber que a punto estuvo de dar puntos a De la Rosa si hubiese echado esas lagrimitas que tan a punto estaban (como Alonso en el podium). Pedro corrió a saco y sin miedo a llevarse puesto a Kobayashi: nos dará mucho espectáculo esta temporada.

Needless to say, Red Bull nos regaló el momento mecánicamente dramático de la carrera y Renault la decoración dramático-barcelonesa de la misma, pero es muy difícil competir con la combinación de factores que han hecho de Hispania el team of the race. El apodo de su coche «La morcilla atómica» ha dado pie a un club de fans en Facebook que sólo puede crecer indefinidamente.
Lo de Bahrein ha sido un arranque soso camuflado por Fernando Alonso pero, a la que las estrategias comiencen a desfasarse – y las amenazas de muerte de Ecclestone surjan efecto sobre los accionistas de Bridgestone – podemos estar ante un mundial histórico. «Con la prohibición de repostajes todo será más aburrido, especialmente las salidas». Señores, así eran las cosas cuando Prost, Senna, Piquet y Mansell. Ahora, díganme que aquello era aburrido. Sí, lo será si conduces como el cagao de Jenson Button, pero cuando veamos a Hispania cambiar a duros en la vuelta 2 y ser el coche más rápido de la parrilla en ese momento…
Tos.
Risa nerviosa.
Se me cae la pastilla de jabón en la ducha.
Carabante se me acerca.
Aquí quedan las tablas corregidas, con la revisión de las sanciones de la FIA a De la Rosa y Alguersuari. Lo del «Luscious Liz» de Vettel es una repetición/variación cutronga del muy superior «Kate’s dirty sister». Respecto a prohibiciones de difusor, apelaciones del magggnífico alerón de McLaren etc, esperemos a Australia.

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