Literatura de humor: La guía del video-cine

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Salvando algunas honrosas excepciones, hay dos tipos de libros de cine escritos en español: los que son una puta mierda y los que son una puta mierda onanística. Por eso hace tiempo que no me compro nada publicado en este país. Ya tuve demasiado cuando era adolescente en Algeciras con sólo dos pequeñas librerías de las que alimentarme. ¿El resultado? Que lo que llegaba, me lo compraba. Así acabé realizando épicas adquisiciones atchonburikescas como el diario de rodaje de Beltenebros relatado por el intérprete de inglés. ¿Acaso esperaba rememorar con esas páginas la imagen de Patsy Kensit desnuda? No hay duda: sí.

La falta alarmante de material en mi pueblo era común a los tebeos. Entre la poca variedad y que todo mi presupuesto se iba a videojuegos o a casetes TDK para grabarme discos de Erasure, apenas podía disfrutar de lo que se conoce como ‘lectura de retrete’, un hábito que hoy en día suelo cubrir con comics. Tenedlo en cuenta por si alguna vez nos conocemos y me pedís que os preste alguno.

Así pues, en aquellos años adolescentes apenas pude aficionarme a leer de superhéroes, cosa que lamento y, al mismo tiempo, me alegra a la vista de los cacaos que han formado con sus personajes las editoriales. Así que lo que solía llevarme al baño era algún que otro libro de humor. Y por ‘algún que otro’ quiero decir que ‘algún’ era ‘Cómo tener la casa como un cerdo’ de P.J. O’Rourke y ‘otro’ era la delirante ‘La Guía del Video Cine’ de Carlos Aguilar. El primero de los dos es el libro que más veces he leído en mi vida. Sé que lo normal es que dijera ‘El Señor de los Anillos’. O, si estuviera en un ámbito cultureta, el ‘Ulises’ de Joyce, el libro del que, junto a la Biblia, es del que más se habla pero que menos se ha leído de la historia. Porque la gente que se ha tragado varias veces por gusto y enteros ambos textos merece no sólo un premio, sino también la mejor habitación del psiquiátrico.

Pero hoy no toca hablar de esa maravilla del humor y único libro decente salido de la terrorífica colección ‘El papagayo (Ediciones Temas de Hoy)’ (aquella que nos dio clásicos de la literatura-colonoscopia como ‘Sufro Bucho’ y atención, ‘El lepejuego’). ¡Cuántos jrandes consejos sórdidos atesoraba ese volumen! La tabla de putrefacción escrita por el inmenso O’Rourke es una útil información que todavía sigo hoy con el objetivo de evitar intoxicaciones. Y así me va. Que voy a tebeo cada dos días.

Sin embargo, de lo que trata este post es, no sólo de poner de manifiesto el hecho de que he leído un libro sobre el rodaje de Beltenebros (repitámoslo para que quede claro la vicisitud que produce el hecho), sino de hablar de la inmensa Guía del Video Cine. Pero antes, flash fordward:

Hace unos años, un povre onvre llamado, digamos, Clayderman, llegó a trabajar conmigo a los extintos canales Cinemanía. Con tanta peli rara, solíamos tener a mano el Aguilar y el volumen que supongo que lo inspiraba, la Movie Guide de Maltin (casi escribo Malsteem, por dios), por si la Imdb no era suficiente a la hora de encontrar información sobre ciertas películas clásicas. Fue entonces cuando el joven se dio cuenta de una cosa:

Que me sabía las reseñas más chungas y crueles del Aguilar memoria.

Así que empezó el juego. Cada vez que encontraba un comentario repleto de mala baba, gritaba:
Clayderman – ¡Paco: ‘Halloween 4’!
Yo – “¡Un engendro que no merece considerarse ni película!”.

Clayderman – ¡Paco: ‘Mad Max 2’!
Yo – “¡Nada destacable, al menos desde un punto de vista estrictamente positivo!”.

Así se repetía un ritual que sólo se interrumpía si era viernes y tocaba crítica de G.Sanz. Resulta obvio que, con los canales al borde de la extinción, tampoco es que currásemos mucho. Así que era el momento constante de demostrar cómo perdí media adolescencia leyéndome este libro de manera desordenada como si fuera Rayuela, pero en versión coherente y mucho más interesante.

Por supuesto que como crítico de cine, Aguilar es de esos que se guían exclusivamente por filias y fobias y no se molesta en disimular una mínima objetividad. De ahí la diversión. Especialmente simpático es comprobar lo caliente que, como buen freak de filmoteca, está el señor. Porque una gran parte de las reseñas de cine español de los sesenta o setenta sigue más o menos la máxima de ‘digo tres o cuatro cosas y luego termino hablando de una señora que me pone’. Normalmente, acompañada de las palabras ‘lúbrica’ o ‘turbadora’. Algo totalmente comprensible cuando se lleva meses escribiendo sobre películas lamentables (vistas o no vistas: a veces, suelta directamente frases como la de ‘por lo visto, de lo peor de lo peor’ y se queda tan pancho). El resultado: la vida social y sexual se resiente. Sobre todo si al empeño se une el pensar que Jesús Franco es uno de los mejores directores de todos los tiempos. Sin duda, soltar eso y ponerse a hablar de tu reseña de ‘Las vampiras’ en una reunión social mixta es algo propio de ser un Héroe de No Follarás en la Vida sólo a la altura de dedicar tu vida al estudio del acordeón.

Además de para comprobar su amistad con Jesús Franco (y odio absoluto a Kubrick y Spielberg) y su calentura vital, la Guía, leída hoy en día, supone un gran espectáculo de viejunismo por lo divertido que es acreditar cómo era ya un señor de inclinaciones arcaico-nostálgicas (estilo ‘ya no se hacen pelis como las de antes’) cuando se publicó el libro. Su corazón está en el cine de género Europeo (sobre todo si salían Jack Taylor o Aldo Sambrell: su presencia SIEMPRE era algo reseñable) Numerosos clásicos de los 80 son estultamente desestimados, bien de manera simplemente airada, bien con mala leche y bastante gracia:

Jungla de Cristal: (…) un ejemplar casi insultante de descaro cinematográfico. El esquema de thriller es utilizado de cara a conformar un comic de acción, carente de otras justificaciones que el despliegue de efectos especiales, la ratificación de los más burdos convencionalismos formales y argumentales y la apología del machismo insustancial propio de los telefilms, Provisto en su cinismo de toques autoparódicos y dilatando su trama (¿) hasta la desesperación, está protagonizada por Bruce Willis y su camiseta.

Esto último todavía lo recuerdo y, de hecho, suelo soltarlo cuando hablo de la peli con gente. De plagios está lleno el mundo de las conversaciones de freaks haciéndose los graciosillos. Y no se crean ustedes que su odio por el cine de género moderno acabó en los 80. Que la última vez que cogí una edición actualizada sólo miré esta muy enojada reseña:

El Señor de los Anillos, la Comunidad del Anillo: ‘(…) Empero, el resultado no es sino un mamotreto sin ritmo ni personalidad, totalmente plano y de estética ramplona a la par que grandilocuente, con una puesta en escena mediocre e intérpretes ineficaces.’

Puede que no esté en absoluto de acuerdo con este señor en la mayor parte de sus apreciaciones. Pero hay que reconocer dos cosas: Que no vean ustedes lo que me hizo reír en mi juventud. Y que parte de mi sapiencia de cine europeo casposo viene de este libro. ¿Dónde si no se iba encontrar a principios de los noventa un comentario sobre películas como ‘Kárate contra mafia’:

D.: Sah-Di-A. I.: Agustín Dennis, Carolina Yao, Pa-Ku-Ba-Koy, Pa-Ku-Lou. Con una de las fichas técnico-artísticas más delirantes de la historia del cine español. Trata de un joven marino, experto en artes marciales, que es atacado por unos contrabandistas. Cuando logra hacerlos huir, llega la policía y le cree uno de ellos. Señalar que, siguiendo con la inenarrable línea de pseudónimos, los decorados corren a cargo de A-Tu-Me.

Comprendan ustedes el cariño que hay que tenerle a un libro con datos como estos. Imaginen a un servidor en plena batalla ñórdica en el excusado, leyendo esto y desc… Bueno, mejor no. Que mi imagen ya está suficientemente dañada. Más o menos como todo un desfile de directores de todo tipo que aguantan comentarios como:

(De Jackie Chan en ‘El mono borracho en el ojo del tigre’) ‘con el tiempo, productor y director de sus propias mamarrachadas’.
(De Don Coscarelli en ‘Phantasma 3’):’ Un engendro, de puro desidioso próximo a lo que siempre se ha entendido por estafa’
(De Alain Resnais en ‘Providence’): ‘Uno de los peores films de Resnais, incluso ridículo’.
(De Peter Jackson en ‘Mal gusto’):’Pese al aviso del título, puede resultar de mal gusto no sólo al paladar acostumbrado a las consabidas producciones esteticistas, sino también a aquellos que esperan ver un mínimo de profesionalidad cinematográfica
(De Almodóvar en ‘Matador’): ‘Film penoso e insufrible en el que Almodóvar pretende proponerse (…) como cineasta ‘vero e propio’, cuando su ignorancia cinematográfica es poco menos que incalculable (…) Una auténtica vergüenza, y uno de los casos más escandalosos del presente cine español’.
(De Ken Russell en ‘Gothic’): ‘Decididamente, las obsesiones sexuales de Russell no son culpa del espectador’.
(De Kathryn Bigelow en ‘Le llaman Bodhi’): ‘Deplorable thriller de acción, tan adocenado y mimético en cuanto a guión (…) como irrisorio en su puesta en escena, al tiempo incompetente y pretenciosa’.

Sólo le falta decir ‘abrazafarolas’ o, directamente, ‘gilipollas’ para completar esta oda a la mala leche, aunque Carlos es más bien de ‘ínclito’ (normalmente escrito con sorna) e ‘inefable’, palabras que repite aproximadamente una o dos veces por página. En cualquier caso, como podemos ver, el concepto de guía de consulta (esto es, informativa), se la pasa Aguilar por todo lo que es concretamente el sobaco. Claro que es mejor así. Porque para eso ya tenía el Maltin. La guía del video-cine era lo que buscaba cuando quería leer a alguien enfadado que iba a hacer sangre. Y echarme unas risas con momentos atchonburike como la demencial inclusión de algunas películas X como ‘Jo con el Klítoris’ (no: yo tampoco entendí nunca lo de la K. ¿Acaso era un perroflauta anarka pornógrafo el que editó esta cosa? ¿O, simplemente un iletrado?) o comentarios como este:

(Sobre El Hombre Puma): “Uno de los grandes bodrios de los últimos setenta años”.

No seré yo quien le quite razón. Pero, teniendo en cuenta que la película es del 80, ¿qué bazofia se estrenó en 1910 que tanto traumatizó a Carlos como para marcar la fecha exacta? Supongo que su lista personal de grandes bodrios es un ente multicéfalo en constante movimiento, como demuestra su reseña de ‘Super Mario Bros’:

No permite más reflexiones que la sociológica (bien inquietante…) o la semántica (qué diablos es esto? Porque cine, desde luego que no…)’.

Con comentarios como este, queda claro qué tipo de delicias del picotismo esconde la gran obra de Aguilar. Sólo me queda añadir una cosa: que me he leído el diario de rodaje del traductor que trabajó en ‘Beltenebros’. Que quede claro. Quizá hoy en día mi edición de esta cosa valga un dinero en Ebay. Pero, por algún motivo, creo que no hay clubes de fans en internet de ‘Beltenebros’. Y ese motivo tiene un nombre y se llama ‘lógica aplastante’.

NOTA: Yo también me voy de vacaciones. Vicisitud pensaba colocar un post de F1 en un descanso de su propio periplo, pero todo lo acontecido es tan ¡¡¡¡ÉPICO!!!! que mejor hacer las cosas apropiadamente.

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