La liga fantástica de F1. Round 7: Turquía

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Los delirios de Max Mosley sólo tienen dos cosas buenas. Una de ellas es que el año que viene haya un equipo sórdido en la parrilla – Epsilon Euskadi – con todo un señor bigotón como Joan Viladelprat al frente. ¿La otra? Que si no fuese por el estado de guerra civil absoluta en la que vive la F1, tras carreras como la de Turquía no habría NADA de lo que hablar.

Lo más duro es que los equipos que hicieron exiguos méritos para ser star of the race (Williams destrozándole una buena carrera a Nakajima con un cambio de neumáticos desatroso – 4+3 – y Force India con 5 puntos por el abandono de Fisichella) ven hundida su puntuación en -10 puntos de mierdismo por haber firmado la carta conjunta de la FOTA (Formula One Teams Association) a Max Mosley… (en la cual se decía, elegantemente, que se metiese sus normas por todo lo que es concretamente el orto) ¡y luego apuntarse al mundial a los dos días! Evidentemente, ante la traición de dos equipos cutrérrimos, no podemos hablar de “disensiones a la cabeza de la FOTA” sino más bien de “se rompe el culo de la FOTA”. Pero todos sabemos que esas cosas duelen. ¿Ah, que alguien no lo sabe? ¡Pues que experimente y confirme!

De esta manera, Brawn, con sus 5 puntos logra la star of the race más miserable en muchas carreras. Eso sí, no duden que el “equipo del régimen” será el próximo desertor. Favores como lo del doble difusor terminan pagándose.

Por lo que se refiere a los pilotos, si bien Nelsinho apuntó síntomas de recuperación con sus trompos y salidas de pista (1, 1+1 y 1) ganando puntos que incluso pudieron haber sido más si su magnífico adelantamiento al Mierda hubiese concluido como Peich manda, no podemos ocultar que Rubinho tuvo una actuación francamente memorable. Tras calar el coche en la salida (1) intentó remontar a la deseperada produciendo, en el proceso, una colisión con Kovalainen (5) con 4 puntos de estilo por su plasticidad propia de un ballet. Luego, contraatacaría en un toquecillo con Sutil (1) que lleva 3 puntos de estilo por reincidente y por cargarse levemente su alerón.

¿Y esta foto?

Por favor, emplazaría a nuestros lectores culés – que son muchos y de gran calidad – a que le escribiesen una durísima carta a Laporta por cometer tal atentado contra la imagen del Barça. Me parece muy bien el ponerse en calzoncillos en los aeropuertos o enseñar las lorcillas en los partidos amistosos. ¿Pero vincular a tu equipo con EL Mierda? Una cosa es que Alonso sea del Real Madrid y otra muy distinta el perder los papeles de esa manera. ¡Escríbanle a Laporta, porque mientras al Mierda le dure esa sonrisilla los madridistas podrán mirarles MUY por encima del hombro! (Y hasta decir la clásica españolada de “preferir honra sin barcos que barcos sin honra”. Worst thing: tendrán razón).

Tampoco me resisto a darle 3 y 3 puntos a Alonso. Los primeros por el pedazo de atuendo que veis en esta foto y que redefine lo que es el ESTILO a la hora de pasear por el paddock. Los otros 3 puntos son por sus declaraciones a la televisión turca, en las que no dudó en cachondearse de la nula asistencia al circuito. “Creo que al final de la semana conoceré a los espectadores por nombre y apellido”. Eso es lo que pasa cuando se montan circuitos de mierda en paises de mierda donde la F1 importa una mierda. Que se tome la FIA muy en serio la amenaza de la FOTA de montar un mundial paralelo. ¿Qué prefieren, ver gente como Briatore, Alonso y Ferrari en circuitos como Zolder o ver a Agag en Bahrein? Pues eso. Son las consecuencias de querer convertir la F1 en la Fórmula OT. Que es como se llama mi artículo de esta semana en Grand Prix Actual y del cual les pongo un fragmento:

“Pero el iluminado de Mosley, de pronto, ha decidido que es preferible cantidad a calidad, y, en una propuesta que convierte a la F1 en la “Fórmula OT” ha decidido que si hay que largar a Ferrari, Renault o BMW para que entren una cuadrilla de “triunfitos”, pues adelante. Aunque convendría recordarle a Mosley, cuando piensa que la F1 puede sobrevivir sin “los grandes”, que siempre habrá clases: un titán como Julio Iglesias tuvo el cuajo de anunciar a medio planeta la primera menstruación de su hija (ese gran tributo a Chabeli que era “De niña a mujer”), mientras David Bisbal nunca pasará en su vida de la profundidad intelectual de “Bulería Bulería”.

Habrá quien diga que McLaren o Williams eran equipos todavía más pequeños que Epsilon Euskadi cuando empezaron. Pero es que entonces también había pesos pesados a su alrededor para disimular su ignominia, incluyendo a Ferrari, claro. Además, si hacemos un porcentaje, veremos que históricamente sólo el 3% de los equipos que se lanzan a la F1 consiguen tener algún éxito relevante. Por ello, de una hipotética parrilla de salida con nombres tan excitantes como Wirth Research, Formtech o iSport entre otros, aplicando ese “3% de aspiración a la grandeza”, pues multiplicamos 10 por 0,03 y nos da la estratosférica cifra de 0,3. Lo cual, traducido en términos de éxito significa que, en el futuro, uno de esos equipos logrará aparcar sus camiones en el paddock sin darle un golpe a una farola o sin que les pongan una multa por pasarse de la ORA. Y correrá el champán y será tanta historia de la F1 como cuando Schumi superó el record de Fangio.”

Y un poco más de publicidad: para quién le interese, y viva en Madrid, este miércoles 10, una pedazo de charla sobre “A dónde va la F1” a cargo de un otro peacho de fistroexpertos españoles como Carlos Barazal, David Plaza y Manuel y Jacobo Vega. Si creen que un servidor de ustedes es vehemente por llamar Mierda al Mierda todavía no han visto nada. Más información aquí.

Y los resultados aquí debajo, as usual.

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