Doce frases que deberían desaparecer de las críticas de cine

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Hay expresiones cuya lectura te causa una extraña sensación de desasosiego, fatiga y vibración colibrítica del orificio anal. “Piel llena de pústulas” es una de ellas. “Exploración colonoscopia” es otra. Y, obviamente, “Pintura al gotelé”.

Por supuesto que ciertas frases que aparecen en las críticas de cine no llegan a este nivel de espanto, pero andan cerca. Hablo de expresiones tan gastadas que hacen parecer originales a cosas como «ojos de gata» o «loba herida». Y no sólo son tópicas: a menudo duelen por lo vacías de contenido que están.

He de reconocer que la mayor parte de estos exabruptos no suelen encontrarse en las reseñas más leídas. Hay críticos de cine curtidos que no suelen caer en estas trampas. Otros no tan decentes las evitan de una manera más lamentable. Esto es, haciendo oposiciones para aparecer constantemente en ‘Cultureta Watch’. En este post, sin embargo, nos adentramos en el peligroso terreno de, bien comentaristas viejunos que siguen repitiendo las mismas tonterías que en los ochenta, bien de amateurs interneteros con ganas de hacerse los serios.

Aquí va la guía de las doce frases que hay que evitar en toda crítica por el bien de la humanidad:

12.- El (nombre del director) más cinéfilo
Lo que aparenta decir: “Es un director al que le gusta el cine
Lo que realmente esconde: “La única gracia que tiene esta película son las constantes citas a otros films. Que YO he pillado. Que conste. Que he visto muchas películas. Que soy muy freak

La expresión en sí no es tan reprobable. Pero está más sobada que l… No. No voy a hacer un chiquitismo porno. Que tampoco quiero ser tan predecible.

11.- Un ejercicio de estilo
Lo que aparenta decir: “Una película originalmente rodada
Lo que realmente esconde: “La película es un rollo y va a aburrir a hasta al jurado de un festival de cine iraní, pero al menos el director hacía planos y/o montaba raro

Lo lamentable de esta expresión es que lo abarca absolutamente todo: desde ‘El fuego de la venganza’ hasta una película basada en poner una pantalla azul que cambia gradualmente de color (En serio: existe). Incluso el resultado de peinarme cada mañana con mis dos remolinos y mis canas rebeldes supone un ejercicio de estilo. Otro ejemplo: me voy al campo con Vicisitud y hacemos un ejercicio de estilo al que titularemos ‘Un onvre y su palo: Estudio euclidiano sobre la interrelación entre el movimiento y la vicisitud’.


¡Ala! ¡Ahí tenéis un ejercicio de estilo que no vale absolutamente para nada!

10.- Una película que mejora como el buen vino.
Lo que aparenta decir: “Esta película me gusta más cada vez que la veo”.
Lo que realmente esconde: “Soy culto porque hago metáforas con el vino. Y el vino es lo que bebe la gente interesante. Que sí, que lo vi en ‘Entre copas’. Vino. Vvvvvvvino”.

De la misma manera que ‘senos turgentes’ es la forma vergonzosa de decir ‘tetas grandes’, ‘mejora como el buen vino” es la frase lamentable que utilizan críticos aficionados para rellenar una reseña positiva diciendo, por quinta vez, que la película está bien. Porque hay una gran verdad inherente al comentario de cualquier texto: cuanto más mala sea la obra, más entretenido será escribir de ella. Porque si es buena, es tremendamente aburrido explicar por qué lo es. Así que sólo te queda ponerte onanístico para rellenar espacio. Inmortal tarea que ha ofrecido a la humanidad gran parte de los libros de cine en español y demás señales del Apocalipsis.

9.- Una película de una factura impecable
Lo que aparenta decir: “Una película la mar de aparente
Lo que realmente esconde: “No sé qué decir. De lo de ‘una buena fotografía” ya se ríe hasta mi abuela, así que tendré que decir que la peli se ve bonica, pero de otra manera”.

Casi todas las películas que tienen un cierto presupuesto están más o menos bien hechas técnicamente. Así que es irrelevante decirlo. Es como contarle a alguien de qué va un capítulo de House y decir ‘Se equivocan con el primer tratamiento’. ¡Eso ya lo sé! Lo que me interesaría serían otras cosas más inusuales, como que Cuddy se acueste con alguien, que Cameron eche un polvo o que 13 NO folle con nadie.

8.- Certero análisis de la condición humana
Lo que aparenta decir: “Esta es una película que trata temas importantes”.
Lo que realmente esconde: “Soy muy profundo, porque la película hablaba de cosas profundas y yo me he dado cuenta. ¿A que soy profundo? Vvvvvino.”

Como ya hemos dicho en otras ocasiones, el mejor libro de cine jamás publicado es ‘La gran superproducción’, de Superlópez. Ya le gustaría a Román Gubern poder transmitir tan eficazmente tanta sabiduría y erudición. Uno de los muchos grandes momentos de este tebeo acontece al final cuando, en un giro de guión que se adelanta en décadas al de ‘Un final made in Hollywood’, la crítica abraza emocionada la gran película ‘Tronak, El Kárbaro’. A la salida de la proyección, se ve esta viñeta:

Esto es, una denuncia de lo que mi madre llamaba ‘buscar tres pies al gato’ y el resto de la humanidad, simplemente, ‘paja mental’. Cachondeándose de este subgénero de infra-literatura cinematográfica, el gran Jan se deja caer con la maravillosa frase ‘La sutil anécdota argumental sirve para abordar, con espíritu de entomólogo…’, la cual resume perfectamente por qué hace tiempo que sólo compro libros de cine con entrevistas o sobre productores.

Muchas son las expresiones que, como ésta, parecen anunciar: “¡Aquí estoy yo! Ahora voy a hacer frases de hasta cinco líneas y no se va a enterar de nada ni Perry Mason!” Para esta octava posición he seleccionado ‘Certero análisis de la condición humana’, pues es una que me he encontrado en más de una ocasión. Porque está claro que todo análisis que incluya frases como ésta es automáticamente sospechoso de acompañar a una película que probablemente no tenga nada que decir sobre la condición humana. Y que, encima, sea un aburrimiento. Por lo tanto, se trata de ese especial y maravilloso tipo de afirmaciones que inevitablemente generan en el lector una gran cantidad de indiferencia y niveles nunca antes registrados de falta de deseo de ir al cine.

7.- Una película rabiosamente (lo que sea)
Lo que aparenta decir: “Sea lo que sea, es super-chupi-megaguay
Lo que realmente esconde: “Aquí ando, buscando adverbios, y no se me ocurre nada. Voy a poner este para connotar moen-nidad y trasgresión”.

Y, sin embargo, ‘rabiosamente’ dejó de connotar moen-nidad hace aproximadamente cinco lustros.

6.- Un simple espectáculo pirotécnico
Lo que aparenta decir: “Hay muchos efectos especiales, pero no aportan mucho a la trama”.
Lo que realmente esconde: “Da igual que me haya divertido o no. Como la peli es una superproducción de género, haré una metáfora fallera para meterme con ella”.

Atacar a una película sólo porque es espectacular es una actitud de un elitismo que hace que Bjork parezca Georgie Dann. Porque, ¿en qué momento eso se convirtió en un problema? A mí no me gustan especialmente los fuegos artificiales, pero el caso es que cada vez que hay una demostración, aunque sea en las fiestas locales de Puturrilla del Monte, TODO el mundo se queda extasiado mirándolos.

Que una película sea espectacular es, al menos un valor. Bien es verdad que se podría decir algo así como «Es espectacular, pero puede resultar vacía para los que busquen un subtexto más complejo». Y eso sería lícito. Pero la utilización de ‘simple’ le da a todo un tufillo de ‘por debajo de mi intelecto’ que hace que el crítico parezca miembro de la nobleza británica. Esto es, gilipollas.

5.- Una carta de amor al cine
Lo que aparenta decir: “Es una película excelente
Lo que realmente esconde: “Esta obra está dentro del selecto grupo de películas que son ARTE y que sólo podemos apreciar los verdaderos cinéfilos”.

Seguimos con nuestro maratón de frases comodín para cuando no se sabe qué más decir de una película que te ha gustado. Pero esta me causa un especial dolor de vientre. El motivo es que esa invocación de la palabra cine como si tuviera que escribirse con mayúsculas pone gilipollezómetro al rojo. Porque el caso es que hay mucho chaval que acaba de descubrir que esto del cine es algo más que las pelis con las que se divertía de pequeño y empieza a reverenciarlo como si se tratara de una religión, con un respeto que, en realidad, sólo se merecen disciplinas mucho más interesantes como la limpieza diaria del glande o el proceso de depilación de las ingles. Son los mismos que olvidan los valores de Jerry Bruckheimer y gustan de ser llamados ‘cinéfilos’.

Leer esta expresión en cualquier parte de una crítica es una señal de aviso: sabes que el autor está a punto de pasar olímpicamente de la película y se va a poner artit-ta y a demostrarnos que tiene sentimientos. ¿Pero es que nadie le ha dicho que hacerse el sensible escribiendo este tipo de cosas no hace que puedas ligar?

4.- Se ajusta a los parámetros del cine comercial
Lo que aparenta decir: “Esta película es simplona”.
Lo que realmente esconde: “Me da vergüenza que me haya entretenido y pido humildemente disculpas por ello, no vaya a ser que piensen que no soy culto”.

La profunda irrelevancia de la expresión no emana solo de lo tópico que resulta su uso, sino también del poco sentido que tiene. De entrada, todo cine es comercial. Hasta los de las salas de V.O. Lo que pasa es que quieren sacarle los cuartos a distintos tipos de público. Por lo tanto, la frase completa sería algo así como «Se ajusta a los parámetros del cine con vocación de abarcar a un mayor número de tipos de público posible”. Lo cual ya quita de la ecuación a un alto porcentaje de película para mayores de edad y, sólo de cara a la taquilla española, cualquier cosa que se llame ‘Star Trek’.

Así pues, se trata de una expresión heredada de épocas pasadas en las que se creía que todo buen cine tenía que ser necesariamente un drama aburrido con grandes silencios. El que ya hayamos ganado esa batalla hace que su uso se lleve un -5 de in-estilo por inutilidad con bonus de colleja bien dada.

3.- Una estupenda puesta en escena
Lo que aparenta decir: “La peli está bien. O algo así”.
Lo que realmente esconde: “No tengo ni idea de lo que decir, pero puestos a soltar algo, ‘puesta en escena’ suena bien porque la dicen los franceses. No es que sepa qué significa, válgame dios, pero seguro que tiene que ver con hacer las cosas o lo que sea que haga ese al que llaman director. ¿No era el que escribía los guiones?

Aquí tenemos el término comodín más extendido dentro del mundo del comentario cinematográfico. Hagan ustedes una prueba. Cada vez que alguien lo suelte, pida automáticamente, quitándose las gafas de sol y mirándole directamente a los ojos, que le explique qué significa. Tras unos momentos de estupefacción y encogimiento de gónadas, les prometo indefinición y balbuceos en la respuesta. Y que será difícil encontrar a dos personas que den la misma definición.

Añadan puntos extra, patada en el culo y retortijones intestinales si se dice ‘una estupenda mise en scène’.

2.- Uso de una estética videoclip
Lo que aparenta decir: “Hay muchos planos y las señoras mayores se van a marear”.
Lo que realmente esconde: “Yo soy serio. Y a la gente seria le gustan los planos largos y contemplativos. No como las que acompañan a esas canciones que no son serias. Yo lo soy. Vvvvvino”.

Parece ser que hay bastante gente que todavía no se ha dado cuenta de que la aceleración del montaje es algo que ocurrió hace años. Nota a Carlos Aguilar y sus lectores: Michael Bay ganó, y los videoclips (los que quedan, que con la crisis del disco cada vez se hacen menos y más baratos) ya tienen planos más largos que cualquier peli de Tony Scott. Soltar esta frase hoy en día es más lamentable todavía que cuando se decía en los 90. Pues si entonces era de viejuno de pueblo en heroica lucha frente a la malvada evolución del lenguaje, hoy es de aprendiz de cultureta más perdido que Jaime Rosales en una peli de Ozores.

1.- Cine en estado puro
Lo que aparenta decir: “La peli está bien
Lo que realmente esconde: “Me siento imbuido de cultura y ungido por los dioses para ser el defensor del Buen Cine(tm)

Hermana gemela de ‘Cine en mayúsculas’, esta frase se alza con el primer puesto básicamente porque el uso de Gonzalo Serrano de la expresión “…en estado puro” ha logrado que baje aun más en la escala de terror insondable y se sitúe justo al lado de ‘En la ciudad de R’lyeh, Cthulhu, muerto, espera soñando’ y ‘Rollito canalla’.
Al igual que ocurría con la frase anterior, se puede jugar malévolamente a preguntar a cualquiera qué demonios quiere decir con “cine en estado puro”. Aseguro que no tendrá ni puñetera idea de qué contestar. Añádase bonus de ignominia si la expresión va al final de la reseña acompañada de un ‘En definitiva’.
Existe una variedad con la que hay que tener más cuidado: ‘Frikismo en estado puro”. Puede sonar más distendida, pero, en el fondo, es lo mismo: un tópico gonzaloserránico sin sentido que da más grima que Antonio Garisa haciendo pesas untado de aceite.

Hasta aquí la lista. Una vez más, estoy seguro de que los lectores tendrán más frases que les produzcan urticaria y ganas de practicar la limpieza anal con el artículo en el que estén incluidas. Os animo a compartirlas con nosotros.

Vvvvino.

Vvvvvvvagina.

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