Para quien no sepa de qué va esto, aquí están las anteriores entregas de la lista: 1 y 2.
50.- William Shatner: Has Been

Años más tarde, Shatner volvió a sacar disco. Y la sorpresa fue que, a pesar de seguir siendo un cd recitado,… no estaba mal. No sólo eso: en el título se cachondeaba de sí mismo, un valor que es común a muchas ovras de esta lista. La canción homónima, en plan pastiche-western, narra el épico enfrentamiento entre Shatner y un nerd, con el Capitán Kirk cagándose en los muertos del tipo: Sí, es un ‘has been’. Pero al menos fue algo, baby.
P.Fox
49.- Raphael: Maldito Raphael
La primera star española en ejercer canónicamente como tal. «¡Basta ya de dejar el divismo a las folclóricas!» debió pensar Raphael cuando decidió escandalizar a la mitad del país y crear la paradoja espacio-temporal de ser un artista denostado por el régimen oficial. Régimen que, curiosamente, prefería a Serrat (olviden la polémica con lo del La-la-la en catalán o el carnet del PSOE que tan bien luce Joan Manuel). Lo que demuestra que lucir la genialidad es lo realmente peligroso. Y, con «Maldito Raphael», nuestro artit-ta español por antonomasia contempló su obra sentado en el Olimpo de los elegidos y demostrando como todos se lo deben todo. Por lo menos, Bunbury.
Digan lo que digan los demás.
V.cisitud
48.- Mike Post: NYPD Blue: The Best of Mike Post
Mike Post no sólo es EL sonido de la televisión. Es también el mago de los temas ‘uplifting’, que es el palabro inglés para designar las cosas que no sólo dan buen rollo, sino que también te hacen tener ganas de sacarte el carallo y menearlo al viento para llamar a las nenas que se pongan voluntarias a cualquier acto amoroso. Algo que atestiguaron The Who cuando comenzaron su disco de reton-no con una canción titulada ‘Mike Post Theme’ cuya letra identificaba a este compositor como el autor musical ideal para sentirse vivo y folgar.
O, si eres un freak, sentirte vivo de una manera nérdica. Esto es, tarareando la sintonía de El Equipo A y cantado el ‘Believe or Not’ de El gran héroe americano.
P.Fox
47.- Spice Girls: Spiceworld
Las Espinchin Girls son la manifestación terrena del gran dilema metafísico de la historia del hombre: “De estas cinco, ¿a cuál me follaría si pudiera escoger sólo alguna?” Es cierto que ninguna estaba especialmente buena. Pero eso es parte de la belleza de la encrucijada que se plantea. Cuando los noventa nos estaban aburriendo a todos con tanta depresión y falta de higiene personal del grunge, las Espinchin nos recordaron que la alegría de vivir es posible. Y no lo digo yo, que hasta Paul Stanley alabó a estas munheres. Todos sabemos que la palabra de Paul vale más que la de la mayoría. Con la posible excepción de Hans Magnus Enzensberger y Uwe Boll.
¿Y por qué el Spiceworld en lugar del más conocido ‘Wannabe’? Muy sencillo. Porque ese disco fue la base de la inmensa película-colonoscopia ‘Spiceworld: The movie’, una ovra fílmica que me ofreció uno de mis mejores momentos perturbados en una sala de cine.
P.Fox
46.- Roger Waters: The Wall (live in Berlin)
Ya dijimos que esta NO era una lista de «lo peor» o de «Spanish Bizarro vol. 42». En esta ocasión, nos encontramos con un disco que las listas «serias», a veces, incluyen en sus top 100. ¡Pero cómo resistirse a una ovra que es una de las cumbres absolutas del dillingerismo! Un señor, hastiado de la vida, decide aislarse de la sociedad creando un muro a su alrededor. Tras este muro, se dedicará a refocilarse en toda la mierda que haya podido acumular su cerebro… ¡durante un disco doble! ¡Y la idea inicial de la gira era que TODO el concierto del disco se hiciese detrás de un muro! Tal apoteosis del asco a la sociedad era, de por sí, una cumbre de la histeria «de autor» más allá de los discos gritados de Yoko Ono. Pero, además, Waters lo adornó con descomunales canciones sobre la épica de la madre castradora («Tranquilo, bebé, no llores/ Porque mamá chequeará a todas tus novias por ti») u odio a tu público («Y ese es un maricón, y ese un judío/ Si por mi fuera, os fusilaría a todos») cuando no uno de los mejores subtítulos en gallego ever durante el tema «Young Lust» en la película homónima de Alan Parker: «I want a dirty woman» se convertía en «Quero unha muller porca».
Olvídense de las caspas de Syd Barret o los muermos de Gilmour: Pink Floyd eran sólo los señores que impedían a Waters dar rienda suelta a toda su valía. Por eso la versión en directo, reemplazando al resto del grupo por bigotones como Rudfolf Schenker o Thomas Dolby tocando el hand piano (EL instrumento por antonomasia tras el arpa láser) por no hablar de Cindy Lauper de colegiala o Bryan Adams con un estilismo todavía más de empleado de banca que nuestro amado Phil Collins es increíblemente superior a la original. Sólo Van Morrison la caga, pero ese señor sólo encuentra sentido a su existencia en aburrirnos. Qué se le va a hacer.
V.cisitud
45.- Mike Oldfield: Amarok
Algunos alaban la integridad de un compositor que se mantiene fiel a sus ideas independientemente de la comercialidad. Ese NO es el motivo por el que este disco está en la lista. Aquí admiramos a los profesionales del resentimiento, y Mike Oldfield tuvo un ataque de huevos con esta obra. El objetivo de Campoviejo era joder a Richard Branson, presidente de Virgin Records (cosa que atestigua el famoso ‘Fuck off Richard Branson’ en morse en una parte del disco) y no sólo no darle otro disco de singles, sino además hacerlo casi experimental y negarse a titularlo ‘Tubular Bells II’ (¡ah, qué tiempos aquellos!). Claro que da ahí podría haber salido una culturetada insoportable estilo Metal Machine Music de Lou Reed. Pero si todo ese ‘por mis cojones’ lo adornas con la lista de instrumentos que ya nombré en su correspondiente post, sólo se puede generar una cosa: una obra maestra de la sordidez.
P.Fox
44.- Baccara: The Very Best Of
A ciertas «eminencias culturales» españolas les gustaría creer que España es famosa por el mundo por cosas como el ballet de Sara Baras o cualquier caspa flamenca disfrazada de alta cultura. O peor aún por gentuza que no le gusta a nadie como Barceló, Ferrán Adrià o por… ¡arquitectos! (no se me ocurre insulto más grave). Afortunadamente, la realidad se encarga de poner a esas «eminencias culturales» en su sitio y, mientras se destruye – con razón – el puente de Calatrava en Venecia, los productos españoles que realmente triunfan son Los del Río, Manolo Escobar… y, por supuesto, Baccara.
Sólo por sus cardados y dominio del Hard Casio merecerían un elevado puesto. Pero, además, su épico acento español en sus temazos en inglés o francés les convierte en embajadoras del idioma mundial. Una vez, un fan inglés, mientras les pedía un autógrafo, les preguntó si le podían aclarar que decían en las canciones. «¿Pero no entiendes lo que cantamos en inglés? ¡Eso es horrible!». El fan, en un ataque de sabiduría, respondió: «¡No, es maravilloso!».
V.cisitud
43.- Michael Bolton: My secret passion… The Arias
Un síntoma claro de debilidad mental – aparte de ser capaz de oír más de cuatro palabras de Esperanza Aguirre sin sentir el impulso de empalarla con una Flying V – es el criticar a los «blancos fáciles«. Por ello, un buen sórdido SABE que, por lo general, las pelis que ganan en los Razzies son las buenas y las que tienen Oscar son las malas. Que Pamela Anderson es una gran actriz y que Daniel Day Lewis es un truño sobreactuado. En música ocurre lo mismo: tan anormal es quién compra todo lo que le digan en los 40 Principales o Rock de Lux como el que dice que «son malos» gente tan maravillosa como Phil Collins, Kenny G, cualquier cantante de Schlager y, por supuesto, Michael Bolton. ¡Por favor, Michael es la combinación perfecta entre la cara de un actor porno y el pelo de Juan Tamariz! ¡Y su verdadero nombre el Michael Bolotin!
Lo más grande de Michael es que, después de haber compuesto obras cumbres del AOR – incluyendo una balada para Kiss – y haberse forrado versioneando clásicos del Soul – y de haber sido vilipendiado por todo el planeta Tierra y por dos señores que vivían en Ganímedes – decide que NO va a pedir perdón. En vez de retirarse o hacer una música que no ofenda a nadie… ¡contraataca con un disco de arias de ópera! Una llamada de atención para los que disparan a los «blancos fáciles»: ¿No te mosquea que se acerque tanto y con una diana pintada en la frente? Me siento orgulloso de ser un fans de Michael Bolton. ¡Pon este banner en tu blog!
V.cisitud
42.- Abba: The Visitors
Que ABBA ha compuesto el mejor pop de la historia, dejando a los Beatles en mera banda de acompañamiento de Leticia Sabater es algo que todo el mundo sabe. Que sus vídeos, a golpe de zoom, perfil Bergmaniano, bolas de discoteca, unitardos y cardados resumen lo mejor de los 70, es algo igual de notorio. Que ‘Dancing Queen’ sea un himno de catarsis pedorro y liberación Maruja a nivel planetario es también una medalla a lucir con orgullo. Que la película ‘Mamma Mia’ suponga la primera vez en la historia en que las mujeres arrebatan algo de sus zarpas al colectivo gay – es la peli más taquillera ever en el Reino Unido – también es algo mítico. Pero ABBA todavía podía ir mucho más allá.
‘The Visitors’ es la obra definitiva de ABBA: todos esos elementos anteriores – con pedorrismo disco-cardado incluido – están presentes pero, además, tenemos cumbres del psicodrama divorcil («When all is said and done»), crítica política con… ¡Frida haciendo de fugitiva del telón de acero! («The Visitors», tema por el que el disco conoció censura en diversos países) y, la que sin duda, es la cumbre de la catarsis romántica de ABBA: «The Day befote you came», incluida en las remasterizaciones del disco desde 1997: «The Day Before You Came». Olvídense de gilipolleces como Bridget Jones comiendo helado en cantidades masivas industriales. Aquí, tenemos a Agnetha narrándonos su clásica depresión sueca minuto a minuto, incluyendo perlas como «No hay un solo episodio de Dallas o Dinastía que no haya visto». Popr supuesto, todo fue «el día antes de que llegases». Feck, lágrimas caen por mis ojos mientras escribo esto. ¡Y todo en un videoclip adornado con las escenas eróticas de Agnetha! Imprescindible.
V.cisitud
41.- Judas Priest: Nostradamus
Festival Kobetasonik: Rob Halford, envuelto en una barroca túnica plateada que sería la envidia de Falete, y blandiendo un gigantesco tridente, dice «We’ve been working for two years in this colossal masterpiece». Ante eso… ¿Quién soy yo – o nadie – para decir otra cosa de un disco doble sobre Nostradamus que no sea «Colossal Masterpiece»? ¡Y el disco lo es! El guitarrista KK Downing decía «es nuestro mejor disco porque nunca hemos abordado un proyecto con tanto AMOR». Si por amor sois capaces de entender «hacer las cosas a lo grande, sin freno ni miedo a nada, ni siquiera a meter estribillos orquestales en italiano» es que sois unas buenas personas y mejores sórdidos. Después de más de treinta años de carrera, el grupo de metal por antonomasia nos demuestra que, con amor, puedes hacer tu colossal masterpiece definitiva. Y que, por «colossal masterpiece» hay que entender «algo que, necesariamente, tiene que poner a parir media humanidad». Desengañaos: NO existe aquello tan bueno que ponga a todos de acuerdo, sólo existe el amor para los que nos emocionamos al oír «La tentazione e la caduca del chopped» o algo asín.
V.cisitud
40.- Freddie Mercury & Montserrat Caballé: Barcelona
La demostración palpable de que hay que perseguir los sueños, cueste lo que cueste. Vean sino: Paquito entrevistando a Boll, un menda logrando que Saura salga en Carlosaurio… ¡sabemos que, algún día, nos tomaremos una sangría con Günther! Pero, mientras esperamos ese día, tendremos esa antorcha en la oscuridad que es el disco de Freddie y Montserrat. Porque «Barcelona» es la consecución de un sueño – como, por ejemplo, querer tirarse a Beyoncé – para acabar descubriendo que no sólo valía la pena… ¡sino que, además, Beyoncé era todavía más guarra que Belladona! Todas las canciones en «Barcelona» son más épicas que un destilado de lo más gay de la historia del musical (no en vano varias están compuestas por Tim Rice) y, además, están cantadas con una pasión que jamás verás en ninguna pedorrez de Broadway. Sí, locaza, te hablo a ti, no te escondas.
V.cisitud
39.- Georgi Dann: Mami qué será lo que tiene el negro
A muchos les gustaría pensar que «la canción del verano» es algo que crean, cual churros, las malvadas discográficas para aprovecharse de la masa iletrada. La realidad es que, en esa definición encajan más los discos de Radiohead que cualquiera de las demencialidades que, contra todo pronóstico, y desafiando todos los postulados de Newton, han logrado triunfar en el verano. Sin embargo, frente a lo difícil que es razonar «¿De dónde cojones ha salido un malagueño que se quería hacer un corral y pintar el Land Rover?» sí que cualquier intelecto humano puede asumir que Georgi Dann es un ser extraordinario que, como nadie, supo entender la esencia sórdida del verano (incluyendo el revival de «La Barbacoa» en un momento de auge de incendios forestales). De entre sus éxitos, por supuesto, nos quedamos con su incorrecto «Mami que será lo que quiere el negro» por motivos evidentes de sordidez. (Y porque, su secuela, «El negro no puede» estará adherida forever a las últimas carreras de Hamilton en el mundial 2007). Este vídeo de su ficticio duelo con King África demuestra porque Georgi está en otra dimensión (por no hablar de su just for men).
V.cisitud
38.- Manolo Escobar: Y Viva España
A todos los que odiamos el flamenqueo canónico nos ofende que nos digan que unos señores que gritan acompañados por otros que, arrítmicamente, frotan su pene contra una guitarra acústica en una exhibición de algo llamado «duende» representan la «auténtica» música española. Ante eso, algunos hacen cosas tan horribles como encerrarse en el folklore de su propia comunidad autónoma que no sea Andalucía. La realidad, empero, es que LA auténtica música que hermana toda España es el Pasodoble. Y que no es imperialismo españolista, ya que EL pasodoble definitivo… ¡es una adaptación de Schlager! ¡Así da gusto tener raices!
Esta canción adhiere a su grandeza de origen Schlager el haber sido usada, además, para el mítico y vergonzoso mundial de Naranjito; el haber sido cantada por el protagonista de la película donde se dijo el chit-te «For sale»; y, por encima de todo… ¡el haber sido citada por la oligofrénica de Curri Valenzuela para decir que Manolo Escobar es una de las 101 personas que, junto a Zapatero y Almodóvar, hunden España! Si no lo entienden, no se preocupen: esa complejidad es la característica esencial de obras maestras como «Y Viva España».
V.cisitud
37.- Kiss: Music from The Elder
«La guitarra no se toca con la cabeza. Se toca con la polla» decía Gene Simmons a un recién llegado a Kiss. Maestros absolutos del cock rock meets Marvel comics, pueden sentirse libres de considerar a Kiss el mejor grupo de la historia. Maquillaje, plataformas, vomitar sangre, ¡volar!, gritar «Tú aprietas el gatillo de mi arma del amor», narrar amorosamente el día en que hicieron un molde de escayola de tu minga… TODOS los discos de Kiss son obras maestras de una u otra forma, pero, si tenemos que quedarnos con uno, la elección obvia es «Music From The Elder». ¿Por qué? Porque, a todos los elementos que hicieron jrandes entre los jrandes a Kiss, añadieron una dosis extra de épica en un disco CONCEPTUAL ¡que iba a ser la banda sonora de una película (colonoscópica, de haber ocurrido, de eso no cabe duda)! Y, ya saben, lo bueno siempre tiene que hacerse a lo grande y de forma expansiva. Pero es que, además, con una sinceridad hiriente, Kiss lograron afrontar el siempre espinoso tema de la delgada línea que separa el frikismo contumaz de la homosexualidad: «A World Without Heroes», en el que Gene Simmons himself termina ¡¡¡llorando!!! tras sus experiencias en «la Orden de la Rosa» es la canción intimista más sincera jamás escrita. Venga, acaricia a tu compañero de partidas de rol: él te quiere más de lo que cualquier pedorra de tu clase podrá quererte nunca.
V.cisitud
36.- Meat Loaf: Bat Out of Hell 2
Una reseña describía el disco ‘Bat Out of Hell 3’ como ‘Pretencioso, frecuentemente ridículo y en gran parte desprovisto de ironía’.
¿Y qué? ¿Qué tiene de malo ser pretencioso? Los discos de Meat Loaf con Jim Steinman son pretenciosos y ¡ÉPICOS! Lo cual es cojonudo. La jrandeza sólo se consigue si apuntas alto. La épica ha de ser pretenciosa, leñe.
Pero lo más importante es que ¿en qué momento la ironía se convirtió en un valor absoluto y esencial en toda obra? En este blog no somos ajenos a ella, pues normalmente nos distinguimos por tomarnos todo a coña. Pero en nuestro fuero interno y furor escrotal sabemos que es bueno y necesario abandonar el sarcasmo, montarte en una moto y luchar contra un murciélago gigante para salvar a un ángel sobre una Nueva York postapocalíptica.
¿Y por qué, precisamente elegimos la segunda parte para esta lista? Muy sencillo: Michael Bay dirigió el primer video. ¡Filtros y helicópteros!
P.Fox
35.- Julio Iglesias: De niña a menstruac…, quizir, a mujer
En un memorable post, Dillinger nos explicó inapelablemente la grandeza de Yulio. Evidentemente, de entre toda su obra, brilla con luz propia el épico concepto de anunciarle a media humanidad que tu hija ha tenido su primera regla. Da igual como lo quieras adornar o si quieres llamar a Isabel Coixet para que haga anuncios que, en un solo plano, se carguen siglos de feminismo: la menstruación es la menstruación. Y si menstrúas siendo Chabeli, tiene un plus de sordidez que es mejor no ocultar. Luego Chabeli se casaría con Bofillín y haría el vídeo de «Enamorada», pero el talento de Yulio es algo irrepetible.
34.- Running Wild: Death or Glory
Por razones que solo el frikismo entiende, disfrazarse de bárbaro – y ser Manowar – tiene un pase, hacerlo de superhéroe Marvel – Kiss – es todavía mejor, ¡y hasta Sofía Coppola apoyaría el vestirse de algo mangaka o el videojueguil porque el Cosplay es de Tokio y Tokio es cool! (Aunque, claro, marcaría un límite a la hora de disfrazarse de Super Mario). En este contexto, disfrazarse de pirata sigue siendo inaceptable: el trapo de cocina en la cabeza, la cinta negra de una falda dada de sí de tu hermana y, lo qué es peor, las botas de goma para trotar en los lodazales de la guardería era lo que te definía como el pringao entre los pringaos.
Por ese motivo, la apuesta de Running Wild, veinte años antes de Jack Sparrow es tan valiente como delirante: piratas con sobredosis de laca, chupas de cuero excesivas hasta para las tiendas leather de Hamburgo y un grito de guerra de «Ready for boarding!» que sólo podría pronunciar alguien que cambiase su nombre de Rolf Kasparek por el de Rock’n’Rolf. ¿El resultado? Himnos del metal definitivos para todos los que saben que amar es no decir nunca «lo siento».
V.cisitud
33.- Focus: Permanent Waves
Yodelei-yodelei-yodelei-yodelei-yoledei-yodelei-ló-pom-pom. (bis). ¡Aaaah aaaah aaaah aaaah ah ah aaaaaaaaaaaah!.
Letras de calidad. Algunos argumentarán que el resto del disco es una muy medida suite principalmente acústica. Pero no se dan cuenta de que el VALOR es mezclar esa vicisitud con la otra excesiva seriedad.
P.Fox
32.- Celtic Frost: Cold Lake
Con su disco anterior, «Into the Pandemonium», Celtic Frost logró el disco de «metal de culto» definitivo. Una obra maestra donde tanto daba lo mismo mezclar la ópera satánica con el techno como la new wave con un recitado orgásmico de poemas de Baudelaire. ¿Qué hacer cuando hasta G. Sanz está dispuesto a darte 5 estrellas? ¡Cambiarte de bando!
En «Cold Lake» Celtic Frost decidieron que Satán también podía cardarse. Así, de su doom gótico intentaron pasarse al Glam Metal. Lo bello es que se quedaron en tierra de nadie. Y Satán, con rulos tomándose un chinchón con las Supremas de Móstoles. Y G. Sanz los despreció. Y el grupo se disolvió. Y yo, hoy, aquí, digo que éste es su mejor disco.
V.cisitud
31.- The Enid: Anarchy in 45
Ya he dicho en varias ocasiones que los grupos que interpretan y componen mal me dan un poco que igual, independientemente de su actitud. Mucha morralla surgió durante la revolución punk, algo que se suponía que iba de anarquía y cerveza fría, pero que no era más que la nueva moda acogida por la temible prensa musical inglesa y adornada por peinados mucho más complicados y exigentes que un cardado de David Lee Roth. Mientras que una panda de drogadictos chungos hablaba de contestación y drojas, había un verdadero grupo que se consideraba anarquista de verdad (fueron investigados por el MI6). Sólo que en lugar de tocar lo que estaba de moda, se dedicaban a interpretar música al estilo del siglo XIX. The Enid estaba liderado por Robert John Godfrey y sus patillas. No, es serio. Son así:
Sus discos eran, como no podía ser menos, grandes épicas orquestales, con algunos temas que rivalizarían con Luis Cobos a la hora de provocar un irrefrenable deseo de montar a caballo vestido de hojalata. Por lo tanto, para los singles les daban ataques de sordidez. La recopilación ‘Anarchy in 45’ recoge todas esas lamentables creaciones que incluyen una versión del ‘When You Wish Upon A Star’ de Pinocho, otra de ‘Twinkle, Twinkle Little Star’ y muchas más maravillas, tanto cantadas como gritadas de una manera atroz. Pero sobre todo es épico (en el sentido de ‘sus cojones de épico’) el que, mientras que los punks decían ‘heigh-ho-let’s go’, ellos clamaban ‘Heigh-Ho, a casa vuelvo yo’, con la versión más jrande que se haya perpetrado del clásico de Blancanieves. Y con citas a Vaughan Williams.
P.Fox
30.- Modern Talking: In the Middle of Nowhere
Los reyes indiscutibles del Hard Casio. ¿Qué más se puede decir? Uno de esos pocos grupos que, nada más nacer, ya hallaron la perfección absoluta de su sonido. Y, con ella, el estar condenados a repetirse. Quizá por ese motivo, y yendo más allá de la merecida loa que les hicimos en ese momento, hay que reivindicar esta obra que arranca con lo más parecido a una vuelta de tuerca y sorpresa en su estilo: el Cadillac de Jerónimo. What the fuck?
V.cisitud
29.- Mark Gormley: Audio CD.
Nunca un fenómeno de internet fue tan fascinante. Porque aquí tenemos a un señor de un entrañable que me entran ganas de trotar por las calles de mi niñez montado en el corderito de Norit. ¡Que nadie se ría de Gormley! Bueno, un poquito sí. Pero sólo como lo harías con un video cutre de tu propio hermano: con amor. Claro que lo mejor de todo es que este señor… ¡es un buen compositor! He escuchado muchas supuestas joyas perdidas del folk que no le llegan a Mark ni a la altura del bigotón. Un jrande de los de verdad.
P.Fox
28.- R. Kelly: Trapped in the Closet
Tanto Paco como un servidor despreciamos profundamente todo el hip y hop y el RNB como muestras definitivas de la inanición lírica y musical. El problema viene cuando, en nuestras respectivas discotecas intentamos buscar intérpretes negros posteriores a Michael Jackson y sólo encontramos datos anecdóticos como Living Colour o el batería de Genesis en directo. Añádasele a esto la convicción de que Lewis Hamilton es un mierda y parece que se lo estás poniendo a huevo a los lectores de El País para que te llamen racista.
¡Pues no! Gracias a esta inmensa ovra de R Kelly puedo decir que todo el hip hop y el RNB tuvieron un sentido ¡¡¡llegar a la canción ÉPICA definitiva: Trapped in the Closet!!! EXIJO que vean este vídeo entero para entender por dónde voy. No existe nada mejor:
¡Sí, R Kelly va narrando TODO lo que ocurre en el vídeo y pone la voz a TODOS los personajes! O cómo ver un capítulo de «Mujeres desesperadas» íntegramente cantado, pero en más delirante, incluyendo rimas como «It was Bridget/ With the midget» y giros de guión absolutamente sonrojantes. Pero lo bueno es que… ¡¡¡¡es un tema de media hora dividido en varias partes!!!! ¡Ni Yes llegaron tan lejos! Venga, confiesen que les ha quedado la curiosidad acerca de qué carallo va a pasar cuando se abra el armario. «The biggest epic of all time»
con el twist de «la puta… ¡era ella!» Intenso.
V.cisitud
27.- Helloween: Pink Bubbles Go Ape
Dulces y suaves, sentados en el campo y tocando endemoniadamente. Nadie sabe por qué, pero todas las canciones que tocan suenan tan bien… Les ofrecen un contrato, les hacen famosos, pero tras su pelaje de colores, sus gafas de sol y sus toneladas de nueces para comer, no son felices. ¿Qué les pasa a nuestros hamsters del heavy metal? ¡Mira lo que les han hecho a nuestros hamsters del heavy metal! Ya no queda campo para que los hamsters del heavy metal puedan correr.
Sentados en la cima del mundo, Helloween compusieron esta bella y mongólicas fábula sobre el éxito y los metaleiros no la entendieron. Yo sí. Y proclamo que, «Heavy Metal Hamsters» es la mejor canción de power metal jamás escrita. Que fracasasen sólo demuestra que hay jebis que no saben distinguir a un hamster de una rata así se lo metan por el culo.
V.cisitud
26.- King Missile: The Psychopathology of Everyday Life
Todo un pensador contemporáneo cuyos poemas hemos traducido dos veces en ente vlog: Gay/Not Gay y Jesucristo era la hostia de guai (presente en este álbum). Les ofrecemos otra bella reflexión sobre un tema que a todos nos interesa. ¿Está bien comerse a la gente? Hombre, siempre que no la hayan matado ex profeso para que yo me la pueda comer… ¿Y si es un amigo tuyo? Pues estaría triste por su muerte, pero comérmelo sería otra cosa. Tampoco resucitará si no me lo como. Digo yo.
V.cisitud
25.- Europe: The Final Countdown
Que la luz de The Final Countdown no te ciegue: la auténtica perla de este disco es una idea tan simple como brillante. Si los dos conceptos esenciales para lograr un gran tema erótico festivo son el rock y la noche… ¿por qué no hacer un tema llamado Rock the Night? ¡Ni Kiss en Rock’n’roll all nite llegó a tanto minimalismo! Y, me atrevería a decir que tampoco llegaron a tanto puterío.
Añádasele a esto que pocas veces la belleza, la clase y el cardado han formado un todo tan homogéneo y perfecto como Joel Tempest. Un ser capaz de sonar como un cock rocker, de llegar a los registros más altos del metal y, a la vez, de ablandar los corazones más duros. Cuando los vi en directo, había pitorreo al principio por parte del sector jebi que les llamaba «Estos maricones…». Al final, todos cayeron rendidos y corearon Carrie. Por no hablar de la ética de sus seguidores más fieles, todavía portadores de un cardado como Peich manda.
Hay muy pocas obras mejores que ésta. Y, canciones mejores que Rock the Night, creo que ninguna.
V.cisitud
Lean la cuarta parte aquí.