
(Este es el momento en el que oteo qué lector no se ha levantado a aplaudir ante tal premisa. Y le insulto. Por lo menos, el que ha huido despavorido me merece cierto respeto).
Lo que en la primera frase se relata es la aterradora sinopsis de la película sobre la expropiación de Rumasa «Los Caraduros», ópera prima de Antonio Ozores que fue vista en cines por más de medio millón de espectadores (una cifra por la que cualquier producción española mataría hoy en día; yo el primero). La verdad es que es una frase no muy diferente de «Ben Stiller se llama Gaylo Follen», que resume TODO lo que hay que decir de «Los padres de ella» pero que, sin embargo, no tiene el calado moral, filosófico y, sobre todo, sórdido que te da hablar de Rumasa.
Como Internet empezó en España a la vez que el gobierno de Aznar, todo lo que se dijo de aquella cosa lejana de Rumasa es que Don José María era una víctima del chorizo de Felipe y sus colegas. Hoy en día, visto el calamitoso estado en el que nos han dejado banqueros e inmobiliarios sin control, lo de Rumasa ya se ve de forma diferente (bancos de un holding que usan el dinero de los ahorradores para financiar empresas en la ruina de dicho holding… ¿Se hacen a la idea de hasta dónde podía haber crecido esa burbuja?).
Pero tranquilos, este no es un blog político seriote al que gritar ¡¡¡perros a sueldo de Prisa!!! (aunque, ahora que lo pienso, a los tres nos ha pagado más de un sueldo Prisa, ¡y yo he montado el spot de Patxi López! ¡¡¡Grítennos perros al sueldo de Prisa!!! Y así terminamos con los insultos chungos y vamos a lo sórdido, que es lo que nos interesa.
Abandonando los géneros postapocalípticos, de bárbaros o de la Cannon (género en sí mismo, no lo duden) tan queridos por Paco, un servidor de usarcedes decidió zambullirse en el proceloso género «expropiación de Rumasa» (me lo invento para diferenciarlo de productos de cine político más serios como «Que vienen los socialistas»). Mi lamentable memoria de videoclub me decía que eran tres las películas de este innoble género: «La avispita Ruinasa», «Los Caraduros» y «El holding de la mosca». Pero, investigando, descubrí que lo del holding… ¡era el working title de «Los Caraduros»! Tuvieron que cambiarlo porque, en la desesperada carrera por ver quién lograba perpetrar antes una peli sobre la expropiación de Rumasa, José Luis Merino llegó antes con «La avispita Ruinasa» (palabro que llegó a calar hondo entre élites intelectuales del nivel de las Chirigotas del carnaval de Cádiz).
Así y todo, en el videoclub se llegaron a ver las dos carátulas. ¡Peich santo! ¡Es posible dar una explicación sobre el título de una película pasando todavía más vergüenza ajena que Paco explicando los dos flims sobre la Lambada!
Por supuesto, desde pequeño sabía que la película de Antonio Ozores era «la buena». Y que la otra era la del malrollismo. Y es que, en la comedia española, siempre ha estado, de un lado, el luminoso clan de los Ozores con su ingenioso vodevil en el que se crea la prenda «socorbralí» (por su integración en una pieza de sostén, corsé, braga y liguero; sutileza ante la que uno se maravilla) y, del otro lado, el reverso tenebroso de los productores casposos que, en su chalet y sin amor, rodaban cosas chungas como «El Cid Cabreador», tan lejos de la épica de «Cristóbal Colón, de oficio descubridor». Y es que comparar al Andrés Pajares de juventud con Ángel Cristo es como comparar al Burt Reynolds de «Los Caraduras» con el Kris Kristoferson de «Convoy»: el sueño americano contra la muerte del sueño.
«Los caraduros», además, es una película de plena actualidad hoy en día. Y es que, viendo lo que hacen los bancos con las ayudas del estado… ¿A que hace cierta gracia que nos cuenten la historia de tres sordidazos que, como les va tan mal en los negocios, deciden intentar que el gobierno les expropie? Por supuesto, Antonio Ozores sabe que no sólo de política vive el onvre, así que adereza todo con un arriesgado y novedoso giro de guión: mientras intentan – sin éxito – que los nacionalicen, descubren que el director general de expropiaciones tiene, como ellos… (pongan voz de Jiménez Losantos introduciéndose una pinza de colgar la ropa por el ano) secretos conflictos sexuales. No, no he logrado un link de descarga para que gocen de este afilado análisis político, pero debo advertir que la planificación de Antonio Ozores convierte a su hermano Mariano en Coppola. ¿Conocen la ancestral técnica de «Deja la cámara ahí quieta, que ya se les ocurrirá hacer algo a los actores y luego no hace falta ni montar» aplicada en films como «La matanza caníbal de los garrulos lisérgicos o «Talladega Nights»? Pues eso.
«La Avispita Ruinasa», por su parte, tiene actores de fuste, como el gran López Vázquez, y hasta pueden descargársela en este link pero, sinceramente, no se lo recomiendo. El malrollístico Merino, en vez de intentar hacer una caricatura del gozoso López Vázquez que pellizcaba a las suecas con el grito de guerra «pien-n-n-naaaaa», rueda – sin querer, espero – un López Vázquez metafórico à la Carlos Saura. Sí, amigos, «La avispita Ruinasa» es una sutil metáfora en la que los votos se convierten en armas que controlan clanes mafiosos con jefes a los que no se les ve la cara, pero que fuman puros. Otros tienen tirantes con la bandera de Esppppppp-ppppaña y un señor en la sombra con voz de ultratumba se llama Zorrillo. Vamos, igualito que «Rebelión en la granja». Creo que llegué a tener, de tierno infante, pesadillas con esta peli. No sabría decir si dichas pesadillas obedecían a que no se entendía nada (cada escena era un mundo de metáforas y pastillas de colores), al papel de las paredes del chalet del productor o al actor que pusieron para hacer, en una escena aislada, de presunto Diego Armando Maradona. Creo que fue esto último lo que me hizo salir llorando del salón mientras mi abuelo decía «ésta no es como ‘Los caraduros'».
¿El veredicto? Gana Ozores por goleada, pero si quieren DE VERDAD entender lo que supone Rumasa para un buen sórdido, no me queda más remedio que rescatar la correspondencia vinculada al único artículo que decidí suprimir de este blog: un post sobre ¡un libro! que nadie leyó y cuya autora montó en cólera contra mi.
Es un hecho comprobado que si escribes sobre algún español no ultrafamoso citando su nombre y apellidos, esa persona va a acabar llegando hasta ti. Y, si el blog al que llega es vicisitud y sordidez (que, no nos olvidemos, ante todo es un blog de AMOR) es más que posible que no entienda que, realmente somos fans de esa persona (de la misma forma que idolatramos la ciudad de Vigo – para ira de más de un vigués – o al grupo Saurom Lamderth, pese a que sus fans no lo entiendan).
Pues bien, esta señora se googleó y no le gustó lo que encontró: al hacérnoslo saber, limpié el artículo y le dije que nada más lejos de nuestra intención que el facer befa y escarnio de ella. Antes bien, y cito la carta que le envié: » En nuestro universo, eres una heroína Paulschraderiana que viaja a los infiernos para una posterior redención: el texto del socialismo y el botón es de lo más intenso que he leído en mucho tiempo, aunque no llegue a la altura de los iconos literarios de nuestro blog: Santa Teresa de Jesús, Corín Tellado, Benito Pérez Galdós, Marcial Lafuente Estefanía y Hans Magnus Enzensberger.» ¿Qué que es lo del socialismo y el botón? Aquí reproduzco una página amparándome en el derecho de cita y sin hacer ningún comentario personal. Ni Borges podría:
Pese a haber suavizado el artículo, la mujer parece que no quería seguir pagando por sus pecados pasados, o no quería admitir que Ruiz Mateos, en plena enajenación post coito le gritaba «¡Eres del pesooooe! ¡Eres del pesooooe!», así que optó por lo que hace todo el mundo hoy en internez: amenazarnos con ir a los juzgados. Feck: es la cultura censora de Google: «pinche aquí y logrará que este vídeo desaparezca de youtube o este blog de blogger». Feck, si a mi amigo Jamón le cerraron su página en Myspace por salir en una foto con su sobrina pequeña… ¡porque pensaban que era un pederasta!
Finalmente, retiré un artículo que nadie había leído: nadie me paga para ser un paladín de la libertad de expresión; esto lo hago para reírme con los sórdidos que nos visitan y, en el caso de este post, me hallaba ante alguien que no podía ofrecerme excesiva diversión. Pero fue alguien que me abrió los ojos. Y eso es lo que quiero compartir con ustedes. Olvídense de lo que les hayan contado sobre Rumasa los perros de Prisa, José Luis Merino o Antonio Ozores. El párrafo que van a leer es, para un sórdido de pro, LA VERDAD:
» Era la España negra, la España famélica de erotismos y marisco. Fue Ruiz-Mateos quien salvó la economía, prestó dinero al rey y a todos los banqueros y políticos etc etc etc. Pero nadie quiere saber la verdad. Se creó una sociedad de artificio y nuevos ricos imponiendo la alta tecnología como solución a todo y único futuro. Se puso al nuevo rico como un bufón, Ruiz-Mateos, y supongo que sabéis que en las antiguas monarquías en decadencia, la figura del bufón era imprescindible para evitar la locura real, y Real». ¿qué representa ahora esta sociedad? Todos bufones, ricos de artificio. Y no hacemos más que seguir alimentando la locura burla soberbia egoísmo y criminalidad de unos cuantos locos que se atribuyen el poder de dios y en nombre de dios siguen matando de hambre o con armas o con palizas a la mujer y así a sus hijos, relegando a la mujer y a la humanidad al nivel más bajo del reino animal, sacralizándose a sí mismos.»
Siéntanse libres de exclamar «¡Cristo cósmico! ™» y, seguidamente, reflexionar sobre cómo debemos más de treinta años de democracia y libertad a Don José María Ruiz-Mateos. Puede que esta mujer no sepa que, a la que pones algo a la vista del público, el público puede comentarlo. Y no siempre te gustará lo que vaya a decir. ¿Denunciará a los de esta web por haberse cachondeado acerca de sus creencias en la «medicina natural»? Los juzgados lo dirán: seguro que tramitan su queja antes que la de algún violador pederasta, aunque después de alguna querella de la SGAE, que para todo hay clases.
En cualquier caso, la película definitiva sobre Rumasa aún está pendiente de rodaje. Si me preguntan, obligaría a que enta munhé escribiese el guión. Y que la dirigiese Sáenz de Heredia. Y que tenga una secuela realizada por Uwe Boll subtitulada «Electric Boogaloo». ¡Y que salga Paul Rodgers as José María! Soñar es gratis, pero en un mundo en el que un Legionario de Cristo financió la Monarquía y la democracia española TODO es posible. Incluso cosas como esto:
PD científica: Como todos sabéis, el universo proviene de un big bang y se encamina a un big crunch en el cual ningún punto del espacio será distinguible de ningún otro. Sólo surgirá un nuevo universo cuando se produzca una nueva singularidad entre esos puntos indistinguibles. Visto lo chungo del single en vinilo «¡Ese hombre!» podemos afirmar que dicha singularidad será Grabriel, Por ello, el nuevo universo qus se cree consistirá en una aterradora mezcla de neojebismo y cacaolat. Es una suerte que no vivamos para verlo.