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– ¡Ricardo, eres un hijo de puta!
– Pero…
– ¡Qué peros ni hostias! ¿A quién se le ocurre traernos a ver esta mierda?
– ¡Diga que sí, joven! ¡Y tú, tu hermano también es un hijo de puta!
– ¡¿Qué dices?!
– ¡Yo siempre dije que era un raro y un mierda! ¡Ya verás cuando le pille!
Ni que decir tiene, no fue Godard el que escribió ese diálogo, sino los amigos de mi padre que pusieron en pie de guerra el cine Rosalía de Castro en su efímera aventura por el mundillo del arte y ensayo. Y yo, de tierno infante, aprendía, de boca de mi progenitor, el término «hijo de puta».

La hostia.
¿Era consciente esa mujer de que estaba convirtiéndose en metáfora del proletariado? Nunca lo sabremos. Lo que sí tuve claro, desde entonces, es que Jean-Luc era un genio de la sordidez y que, puestos a asociar el cine con la colonoscopia… ¿Qué más dará sufrir con Bruno Mattei o con Jean-Luc? ¡En los dos hay empelote!
Mesdames et Messieurs, avec vous… Jean-Luc Godard!!!!!
Como viene siendo habitual (véase la reseña de Altman), planteo las recomendaciones para adentrarse sórdidamente en la obra de este buen señor en sentido inverso: de más «accesible» a más «sórdido para gourmands». Y si esto fuese una revista que se vendiese en quioscos y no un blog, con el artículo debería incluir una cuchilla para sus venas. No sé si su emule les perdonará esto:
10. Pierrot le Fou
Puede que sí, que Ricardo fuese efectivamente un hijo de puta. Pero si empiezan con Jean-Luc, que sea por aquí: Jean Paul Belmondo es un burgués que, hastiado de una vida en la que se dedica a escenificar anuncios sesenteros en las reuniones sociales con sus amigos, o a leerle libros sobre Velázquez en pelotas a niñas pequeñas, decide huir en la road movie más demencial jamás rodada. Aunque no se puede decir que el trailr engañase a nadie:
Momentos como ver a Anna Karina andando por la playa mientras dice «Qué puedo h
acer no sé que hacer qué puedo hacer no sé que hacer qué puedo hacer no sé que hacer qué puedo hacer no sé que hacer…» son cosas que traumatizaron a mis padres. Pero tampoco debemos olvidar bellos instantes-colonoscopia como la «hescena de alción» en la que un tiroteo con fusiles de mira telescópica es acompañado por una voz en off que reflexiona sobre el papel de la mujer en la revolución palestina. Ni sobre el plano final, en el que Belmondo se pinta la cara de azul para, a continuación, envolvérsela con dinamita y prenderle fuego. Y no me sale de los cojones ponerle «spoiler» a eso.

9. Alphaville

Jean-Luc pilló al sórdido de Eddie Constantine, actor famoso por cutrongas series B donde interpretaba al detective Lemmy Caution, y decidió dar su visión del personaje, llevando el concepto «hescena de alción» un poco más allá. Vean el trailer para hacerse una idea:
¡Y el clímax es una discusión semántica con un ordenador! Pero no un HAL 9000, sino una cosa hecha con dos bombillas y varios micrófonos. Sublime y con más desfachatez que SOS invasión. (Para el recuerdo: Lemmy Caution practica su puntería disparando sobre el póster de una señorita en bolas y acertando en sus pezones. ¡Cine de calidad!)
8. La Chinoise

No, señores. Para nuestros serios y responsables lectores no hay mejor opción que olvidarse de los aspectos más juveniles y menos interesantes de Jean-Luc e hincarle el diente a «La Chinoise». ¡Apasiónense con la historia de unos jóvenes militantes que protagonizan un sobrenatural thriller maoísta! Como muestra, el trailer que ilustra la coplilla propagandística-pop «Mao Mao» que debería haber sido un hit:
Unas manos ponen libros rojos de Mao en una estantería mientras se oye en off «Señor… ¿por qué me has abandonado?» a la que Dios responde «Porque no existo». A partir de ahí, todo es historia del cine, que culmina en un intento de atentado en un hotel. Bueno, atentar sí que atentan, pero la chiquilla se da cuenta de que se había equivocado de habitación, así que hay que volver. Y todo esto rodado en un estilo visual entre Jacques Tati y Pedro Lazaga. Adórnese todo con discursos sobre el maoísmo y el revisionismo soviético a ritmo de pop y entenderemos por qué gilipollas como Kar Wai no son fans de «La Chinoise». Sí, ya, Mao fue un genocida al que debéis querer poco en Asia ¡pero hay que tener más humor, coñe!
7. One plus one (Sympathy for the Devil)

Básicamente, la peli se trata de ver a los Rolling ensayando, una y otra vez, el «Sympathy for the Devil» hasta lograr que el fan más entregado odie a muerte la coplilla (¡y un productor remontó la peli incluyendo AÚN más material de los Rolling! ¡Creía que eso la haría más comercial!). Entremedias, escenas sobre el black power y la convulsión del mayo del 68 donde destaca el ver a unos négridos armados hablando sobre los deseos de la mujer blanca mientras una muchacha medio en bowilngs yace a sus pies y es sobada por éstos. No sé qué pensaría Spike Lee, pero yo aplaudí.
Años después, repetiría una jugada similar con «Soigne ta Droite ou Une Place Sur Terre Comme au Ciel», pero no es lo mismo ver a unos gabachos tecnopop salchicheros ensayando que ver a los Rolling. ¡Aunque para algunos sería mejor! ¡Hasta Jean-Luc se estrenaba allí como actor de comedia slapstick rodando algunos gags que serían la envidia de Cruz y Raya! (me viene a la mente el de las azafatas de Air France tratando a todos los viajeros a hostias mientras la gente encesta pelotas de baloncesto en la perola del cocido y el piloto lee el manual del perfecto suicida. Pero eso ya es otra peli…)
6. Détective

Otro jrande que trabajó con Godard fue Alain Delon en «Nouvelle Vague», de la que siempre recordaré que, a la que la emitieron en TVE, un presentador apareció antes de la película advirtiendo al espectador sobre la posibilidad de que aquello que estaba viendo bien podría ser una puta mierda. Para que luego digan que el sector público no nos cuida…
Pero como Godard es un fistro, decidió que por mucho que le pretendiesen las vedettes del cine francés, lo suyo era trabajar con sórdidos de pro. ¿Y ha dado Francia algo más sórdido que el rockero Johnny Halliday? ¡En la puta vida! Dicho y hecho, Johnny protagonizó «Detective», demencial película que funciona como una secuencia de títulos de crédito de hora y media. O, por lo menos, los títulos de crédito aparecen cada dos por tres para asombro y maravilla del espectador.
Dí que sí, Jean-Luc
5. King Lear

La «historia» nos narra la epopeya de un descendiente de William Shakespeare quien, tras la catástrofe de Chernobil, tiene que recuperar las obrar perdidas de su antepasado. Por si eso no provocase suficiente vergüenza ajena, uno de los protas es Jean-Luc con rastas – intentando con exigua fortuna hablar en inglés – al que secundan Molly Ringwald y Woody Allen. De hecho, para convencer a Woody de actuar en «King Lear», Jean-Luc había grabado el mediometraje-entrevista «Meetin’ WA» en el que el pobre de Woody intenta ser capaz de responder a las depravaciones que le pregunta Godard (está en emule).
(Vean en este vídeo como la pobre Molly Ringwald, con sus andares de jaquetona, es totalmente incapaz de entender la pasticular mise-en-scéne de Jean-Luc)

4. Entrevistas de trabajo


Auteur!
3. Tout va Bien

Efectivamente, todas las películas que rodó junto a Pierre Gorin – formando el «Groupe Dziga Vertov» – lograron que le gente huyese del cine más rápido de lo que mi padre y sus amigos hicieron en los 60 con «Pierrot le Fou». Feck, ¿Qué hubiese dicho mi padre si viese «Vladimir y Rosa», épico películo sobre el noviazgo de Lenin? ¿Seguiría siendo capaz de leer misa en latín tal y como hace en casa a la hora de los postres? Afortunadamente, nunca lo sabremos.
Pero, volviendo a «Tout va Bien», la peli es el intento por parte de los distribuidores de que vuelva el «Godard clásico». Para lograrlo, ponen a una pareja protagonista de progretas guapos con gancho – Yves Montand y Jane Fonda – en una teórica historia de amor. ¡Preparémonos para el éxito!
Pero no contaban con Godard…
Algo les debió oler mal cuando Jean-Luc dijo «Vale, podéis anunciar la peli en la prensa, pero tiene que ser en la sección de política, porque lo de Yves y Jane no es una historia de amor, sino de lucha de clases». La primera en la frente. Y otras muchas vendrían: por ejemplo, los planos de los cheques pagados a Jane Fonda y el contrato «para una vedette americana» mostrados al inicio de la peli, claro precedente de «La gira del sucio lucro» de los Sex Pistols.

2. Je Vous Salue, Marie
«- Todo lo que sale de mi boca se convierte en mierda.
-Pues no hables.
– Y tú no comas»
-Pues no hables.
– Y tú no comas»

(Gocen de esta secuencia, la cual incluye unos planos de las braguitas de María mientras reflexiona sobre la pureza de su cuerpo que merecerían el enfervorecido aplauso de los seguidores del potorrismo).
Me resulta imposible superar el análisis que el gigantesco Dios que es John Waters hizo de esta película en su libro «Majareta». Así que cómprenlo y gocen con una lectura que hizo que el principal crítico Godardiano de España
, Antonio Weinrichter, dijese «No puedo estar de acuerdo con esta crítica, pero Waters ha logrado que no pueda volver a tomarme esta película en serio».

Yo, por mi parte, me animé con la peli cuando mi amigo Marcelo me dijo, con toda su gracia de Sanlúcar «Y al final la chica que hace de virgen se maquilla los labios como una puta. ¡Qué preciosidad!». Todo ello en la misma conversación en la que me había escenificado arrebatadoramente la mitad de «Sonrisas y lágrimas». Que cada uno saque sus propias conclusiones.
1. Letter to Jane

¿Deben comprárselo? ¡Por supuesto!
Aparte del necesario noviazgo de Lenin o el plano de espaldas de hora y media hablando de política, el dvd contiene hits como «One Parallel Movie» consistente en ¡el material no utilizado en el montaje de «One American Movie»! Esto es, Godard fue a los USA a rodar una peli con estudiantes izquierdosos y éstos, emocionados, usaron el material no montado en «One American Movie» ¡para hacer su peli paralela! Es todo lo que piensan y más.
Pero si hay que quedarse con una peli del cofre, y darle la puta medalla de oro de este post, tiene que ser «Letter to Jane». Jane es, en efecto, Jane Fonda. Y, ahora, les planteo el siguiente ejercicio. Vean esta imagen y reflexionen sobre ella unos pocos segundos antes de pasar al siguiente párrafo.
¿Ya? Bien, pues imagínense una película que sea un análisis de esa imagen durante una hora en off a cargo de Gorin y Godard con un acento imposible. Es como tocar la guitarra como Joe Satriani: yo no puedo, tú no puedes, pero Pierre y Jean-Luc SÍ que pueden.
(Planteo un experimento al haber subido la peli en su integridad a Google video ¿Retirarán esta peli por cuestiones de «derechos de autor» y del capitalismo? ¿Ni siquiera obras tan Marxistas como esta dejarán de ser devoradas?)
Porque ellos la valen, porque Jane lo vale. Por Francia, por España, por sus cojones.

Sólo dos palabras se me ocurren: Genialidad y Sordidez. ¿No son acaso la misma cosa?
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