
La innoble lista de Vicisitud y Sordidez
Unas inútiles palabras iniciales:
En líneas generales, 2006 ha sido un año mayormente malo. De los peores que recuerdo y sin que ninguna película entre de lleno en el obramaestrismo de años anteriores (“Million Dollar Baby”, “Hero”, “Dos hermanos”…). Pero siempre hay sus diez buenos títulos que rescatar (by the way, pinchen en todos los links que son harto ilustrativos, aunque no se tienen por qué corresponder con las opinines de los votantes). And the winners are…
1.Scoop: Woody Allen se decide a hacer una comedia para descojonarse todo el rato y lo consigue. Los que dicen que es “menor” respecto a ese “Delitos y Faltas” con gaseosa que era “Match Point” me la refanfinflan enormemente. La comedia SIEMPRE es superior al drama, de la misma forma que quien se descojona en el cine es superior al caraculo que pone cara de circunstancia mientras intneta aparentar que le importa más “el dramatismo” y los “personajes” que las tetas de Scarlett Johansson. Que es lo que está realmente viendo.
2.Peindre ou Faire L’amour: En este artículo de jalop queda todo dicho sobre este peliculón. Los gigantescos Daniel Auteuil, Segi López y Sabine Azéma dan una lección a tanto moralista cristiano de mierda que anda por ahí suelto. ¡A follar con alegría, sin culpas y sin sensacionalismo!
3.Luces al atardecer: Ver a Kaurismäki rodando una peli de cine negro con femme fatale, tiros y atraco es como ver a Manuel Fraga tocando la electric bandurria con Ántrax: algo inenarrable, sórdido e inverosímil que por naa del mundo nos perderíamos. Esta obra maestra prueba que Finlandia es la vicisitud hecha país y que Aki es referente ineludible para la comunidad sórdida. No me resisto a mostrar el plano de mayor actitud y cockrockismo del año:
4.La dama del agua: después de dos bodrios ya le iba a dar la espalda a Shyamalama-din-don y hete aquí que me sorprende con la peli enajenada del año. La fantasía demencial de un rolero con una escena impagable: ver a media comunidad de vecinos mirando con respeto a una muchacha en pelotillas en la ducha mientras un negro intenta resolver crucigramas con contenido místico es algo que me hizo aplaudir en el cine. El señor Paco Fox y un servidor no dábamos crédito a nada de lo que vimos en este peliculón. Su obra de inmadurez y puede que su última obra.
5.El díptico Reitman: Gracias por fumar/ Mi súper ex-novia. Padre e hijo nos regalan, respectivamente, un bello enfoque del superhéroe que deja a todos los Supermanes a la altura del betún por una parte, y una bella oda a la demagogia por otra. “-Te la he roto. Te compraré otra. -¿Otra cama u otra polla” es el chiste del año que recibió merecidos aplausos en la sala del cine, además del momento sexo en caída libre. En “Gracias por fumar”, si hubiese un mímimo de justicia en el mundo, Aaron Eckhart no pararía de ganar premios.
6.Volver: cómo tal delirio manchego se puede entender fuera de España es algo que me supera, pero me alegra ver que, por fin, a Almodóvar le aplauden su mejor película desde “Mujeres…”. Carmen Maura haciéndose pasar por peluquera rusa mientras se tira pedos por toda la casa es historia del cine desde YA. ¡Bravo, Pedro!
7.Crank: o cómo hacer “Speed” con un señor en vez de con un autobús. La película experimental del año demuestra que experimental no es sinónimo de coñazo. Su mínima premisa da pie a un honesto descerebre en el que, entre chutes y farlopas varias, el prota se dedica a follar en público para seguir bombeando adrenalina. Cuando su novia interrumpe la felación que le estaba haciendo en el coche “Porque en casa siempre te duermes después” me dejé las manos en carne viva de tanto aplaudir. Una peli que no aspira a más que lo que es y que, encima, ha sido distribuída por una amiga común mía, de Paco Fox y de lanavajaenelojo. ¡Por María José!
8.Orgullo y Prejuicio: Impecable adaptación de Jane Austen, con un gran ritmo, la mejor actriz del año, el mejor zoom del año y a la que sólo le ha faltado Colin Firth para alcanzar la perfección absoluta. Jalop y un servidor de ustedes somos fans de la señora Austen, que se sepa.
9.Brokeback mountain: Ang Lee rueda la prima hermana de su mejor película – “La tormenta de hielo” – y logra introducir el palabro “Brokeback” en el inconsciente colectivo. Cómo la puta ponzoña de “Crash” le arrebató un merecidísmo oscar es algo que se me escapa.
10.Déjà Vu: Si tan sólo el prota hubiese sido Will Smith y no un hombre que favorece tan poco la acción como Denzel Washington, estaríamos ante la peli putera del año. Pero, bueno, podemos echar un rápido vistazo a las tetas de la guapísima Paula Patton iluminada con todos los filtros de Tony Scott y ver cómo Jerry sale un poco del look Buenavista para volver al puterío que tanto nos gusta. Si, encima, hay viajes en el tiempo y el guión es del gran terry Rossio ¿Dónde hay que firmar?
Las catástrofes del año: “La ciudad perdida” de Andy García, “Los fantasmas de Goya” de Milos Forman, “Llamando a las puertas del cielo” de Wim Wenders y “Los amigos del novio” de Edward Burns.
Close but no cigar: “El castillo ambulante”, bellísma pero un poco más de bidilla y entenderse algo no le hubiesen hecho mal, “Children of men” gran realización para un guión entre pollas, overlong y aburrido; “Infiltrados” grandes recursos de montaje copiados de los chinos pero actores discutibles, un guión con demasiadas aguas y un plano final para anormales profundos.
Me arrepiento de no haber visto: “El arco”, “Desayuno en Plutón” y “Plan Oculto”.
Jalop opina y (des)atina:
Lo más mejor de 2006
1.Brokeback Mountain: Voy a faltar a mi reputación al reivindicar como mejor peli del año un drama sobrio e impecable, sin esquizofrenia ni desnudos frontales, que ha ganado óscares, pero ¿qué le voy a hacer yo si Ang Lee ha demostrado repetidamente ser lo mejorcito del cine contemporáneo?
2.Volver: Tras muchos años de travesía en el desierto o de éxitos con culturetadas engañabobos, el reencuentro de los dos más grandes del cine español, Almodóvar y Carmen Maura, ha producido la joya que muchos llevábamos tiempo esperando. Emotiva, divertida, surrealista, jovial, estupendas actrices … Y no está de más recordar que Penélope Cruz es muy guapa, habla idiomas, folla con tíos que están muy buenos y tiene éxito; eso mucha gente no lo puede soportar y sólo hay que echarles un vistazo para entender por qué. Pues a joderse tocan, porque está nominada, y con todo derecho, al Globo de Oro.
3.Pintar o hacer el amor: Un intercambio de parejas entre Sergi López, Daniel Auteuil y sus respectivas en un ambiente rústico es mil veces más transgresor que lo típico, que sería presentarlo entre la juventud moderniki pijo-bohemia de una gran ciudad. Además la peli, como Franco Battiato, habla de amor, no de sesso senza sentimento: cine neorromántico pues, con permiso de Duran Duran.
4.Desayuno en Plutón: Inexplicable título para las peripecias de un personaje harto singular. Una peli cuya tesis no está muy definida, pero muy agradable de ver, con bella música petarda y cameo de Bryan Ferry haciendo de putero, no pido más para ser feliz.
5.La noche de los girasoles: Todo un fresco sobre la España profunda donde se entremezclan armónicamente el cine policíaco, la comedia negra y el drama de costumbres. Lo que pretendieron hacer los Coen con Fargo, pero sin subrayar nada, sin tics gafapastoides, bien hecho, con gracia y actores dignos de tal nombre.
6.Tránsito (Stay): Curioso cruce entre el fantástico y el drama a lo Bergman, con suicidio, relación paternofilial chunga y delirios de todo tipo, como debe ser. El final es convencional pero no mata un psicodrama con todas las de la ley.
7.El laberinto del fauno: Pues no ha sido 2006 tan mal año para el cine español cuando esta ya es la tercera de la lista. Sergi López vuelve a estar magnífico y la sinergia entre el drama realista y la historia fantástica funciona a las mil maravillas aunque ninguna de las dos partes por sí sola sea innovadora. Guillermo del Toro at his best.
8.Scoop: Pues sí, mucho mejor que Match point, digan lo que digan los gafapastas. Y mi lista acaba aquí porque he visto un número más bien pequeño de pelis, y más pequeño aún de pelis buenas.
Abominaciones del año:
La pesadilla de Darwin: Y no sólo de Darwin … dos horas de larga y plomiza retahíla de tragedias humanas cuya muy original tesis podría resumirse en ‘que malo es ser pobre’. En la web de Izquierda Unida seguramente la considerarán cine muy profundo y necesario para remover conciencias blablabla, pero la verdad es que estos docudramas o los presenta Nieves Herrero o son un pestiño.
La pequeña Lola: Otra peli de cine social que se ha agotado antes de los diez minutos de metraje. Los personajes no tienen la menor entidad y la anécdota argumental se estira hasta la náusea. ¿Por qué Bertrand Tavernier sigue haciendo películas? ¿Es que en Francia no hay viajes del Inserso?
Hard Candy: Risible, inverosímil, morbo fácil con supuesta coartada pseudointelectual en la línea de un bodrio de Michael Haneke … Esta historia ya la contó bien y de forma creible, con una mujer adulta violada en lugar de una niña repipi, Polanski en La muerte y la doncella.
Zulo: Ni el hecho de ser cine Dillinger salva a este insufrible cortometraje hiperalargado y pointless de la quema. Aquí reivindicamos el dillingerismo voluntario fruto de la propia depravación y libertad individual, el dillingerismo forzado por secuestro no tiene interés dramático, y he aquí una evidente prueba de ello.
Peli a reivindicar:
Como cabía esperar, la prensa se lanzó a la facilona tarea de despedazar Instinto básico 2 y calificarla de lo peor del año, en la mayoría de los casos sin haberla visto. El que se moleste en verla en vez de rechazarla con mueca de superioridad, se encontrará con una obra evidentemente muy inferior a la original pero con Sharon Stone pasándoselo bomba repitiendo el papel de su vida, un pelele con el que nuestra amiga juega a su gusto, y un guión de equívocos que desarrolla muy bien una ambigüedad que resultaba confusa en la primera parte, elementos más que suficientes para su disfrute. El único defecto realmente grave de la peli es no tener desnudos frontales.
El célebre ensayista vallekano Gepunto-Panadero…
…ofrece breves reflexiones sobre sus diez películas favoritas de 2006. Un año en que reconciliarse con el “cine de chuches”. Si bien nuestros padres se criaron en el humilde “cine de pipas” viendo sucios spaghetti-western, cintas de acción parapolicial de Castellari y comedias de Louis de Funes, nosotros ya crecimos con joyas del “cine de palomitas” como Los cazafantasmas, Los Goonies o Panorama para matar. Y ahora podemos disfrutar, en armonía con Nengs, Juanis y espectadores ocasionales, entre toses, estertores y melodías inoportunas de teléfono móvil, de las mejores muestras del cine en los centros comerciales del extrarradio. Eso sí, nada de pipas, pero todos vamos cargados con fardos de palomitas. Y muchas chuches, chuches de todas las formas y colores. ¡Larga vida al “cine de chuches”!
Missión Impossible III. Ethan Hunt se ve perseguido de cerca por el fracaso; en acto de servicio ha perdido a su mejor amiga, una agente secreta a la que no ha podido librar de la muerte. Y lo mismo va a pasar con su mujer si no consigue librarla de las garras del siniestro Owen Davian. Y para ello tendrá que recorrer todo el mundo. El film supone una grata sorpresa por varios motivos: la estética colorista y exótica, que abarca desde unos títulos de crédito dignos de Saul Bass a una música propia del más chispeante Lalo Schifrin. El cine de acción actual nos ha malacostumbrado a cintas desmesuradas, llenas de giros de guión, secuencias de acción mareantes y estúpido humor compensatorio. Por contraste, sorprende muy gratamente ver una cinta así, concisa, escueta, desarrollada de manera eficiente, que asume sin complejos su condición de entretenimiento. Y al fin vemos un montón de personajes enfrentados a muerte por “la pata de conejo”, extraño dispositivo militar del que poco sabremos porque, al igual que el “halcón maltés”, está fabricado con el material con el que se construyen los sueños.
A scanner darkly. Norteamérica se encuentra barrida por la sustancia D. Al menos un 20% de la población es adicta, y la autoridades han de intervenir. Un agente del orden –extraño ser que metamorfosea a conveniencia- se integra en un grupo de drogadictos como uno más de ellos. Con el paso del tiempo este agente olvidará su misión, creyendo que siempre fue adicto. Con tal premisa argumental nos adentramos en la llamada cultura de la droga, explorando los miedos, las ansiedades y los padecimientos de los adictos desde una óptica lúcida y diríase clínica. El film oscila entre lo paranoide y lo plausible, al explorar las sutiles formas de manipulación mental que pueden servir a intereses políticos, y supone una elocuente exposición de los estados mentales alterados, especialmente efectivos gracias al astuto uso de la pista de sonido y a la técnica del rotoscopio, que crean un conjunto abstracto, alucinado, donde nuestra percepción de los personajes y situaciones resulta tan distorsionada como las de un adicto. No olvidemos que el film adapta la novela homónima de Philip K. Dick; por cierto, quizás la primera vez en que al adaptar al novelista no se ha perdido lo efervescente de sus ideas.
La increíble pero cierta historia de Caperucita Roja. Con este film se demuestra una vez más que no todo el cine de animación está destinado al público infantil. El cuento tradicional de Caperucita Roja transmuta en manos del trío de cineastas en una historia detectivesca de tintes cómicos en la que, al más puro estilo de Rashomon, los cuatro implicados en el caso –una Caperucita que despierta a la vida adulta, un Lobo con antecedentes penales, un tirolés incontrolado y violento, una abuelita de doble vida amante del riesgo- reconstruyen la historia con cuatro puntos de vista, sendas verdades y mentiras que no se excluyen entre sí. La complementariedad de los puntos de vista, el afilado humor de la propuesta, lo acertado de los gags, tanto verbales como visuales, hacen que la cinta resulte chispeante y espontánea. Aunque la animación digital, que gracias a su sentido del volumen evoca las películas de stop-motion, nos brinda unos personajes de tosco perfilado y caracterización algo inexpresiva.
Scoop. Tras la muy ambiciosa Match Point, Woody Allen recupera el tono menor de sus filmes recientes Granujas de medio pelo y La maldición del escorpión de jade. El cineasta no arriesga y se mueve por terreno ya conocido, pero lo hace a sus anchas, con frescura y mucho desparpajo. La propuesta no puede ser más delirante: gracias a la ayuda de un mago farsante (Woody Allen), una joven estudiante de periodismo (Scarlett Johansson) obtendrá la noticia bomba de boca del espectro de un prestigioso reportero: ¡podrá desenmascarar al Asesino del Tarot! Los diálogos funcionan como bomba de relojería, sembrados de inocencia y agudeza a partes iguales; Woody Allen juega la baza de resultar más caricaturesco que nunca, la Johansson se encuentra lo suficientemente bien dirigida como para dar buena réplica al veterano de la comedia… Y Hugh Jackman resulta plenamente convincente como aristócrata misterioso. Redondean a esta humilde y divertida cinta su colorismo kistch desmelenado y una música que remite al cine mudo.
Clerks 2. Una década después, Kevin Smith vuelve a la carga con los personajes de Clerks. Ahora la pareja protagonista, que ya anda por la treintena, trabaja en un restaurante de comida rápida, y allí tratan de vencer el tedio y el desencanto a pesar de estar rodeados de los personajes más redneck de Nueva Jersey. La gran baza del título, una vez más, son los malabares realizados con los diálogos, que denotan verdadero sentido del ritmo y la comicidad. Y pese a lo poco convicente de la trama, los personajes resultan sólidos, caricaturas eficaces de tipos fácilmente reconocibles, lo cual potencia el aire costumbrista de la cinta. Kevin Smith se mantiene impermeable al paso de los años: sigue resultando tan fresco en su presentación de personajes y a la hora de plantear la historia como inmaduro a la hora de darle forma como argumento dramático.
007 Casino Royale. La nueva entrega de la saga sobre James Bond nos ofrece un planteamiento original sobre el personaje: esta adaptación de la primera novela de Ian Fleming lo devuelve a la imaginería pulp y a la vez lo muestra como el personaje rudo y arrogante que fue en un principio, lejos de la galanería y afectación con que identificamos al agente, sobre todo por su encarnación a cargo de actores como Roger Moore o Pierce Brosnan. Casino Royale, pues, se beneficia de una total coherencia, tanto en el diseño de producción como en la música, tanto en la puesta en imágenes como en su sentido del ritmo. Porque Martin Campbell ha sabido hacer encajar las piezas del puzzle para ofrecernos una película compacta dentro de su sencillez, con secuencias de acción “más difícil todavía” impecables, a la vez que ha confiado en un desarrollo de personajes más delicado de lo habitual en estos casos. Con todo, y como es habitual en las superproducciones actuales, el guiso se pasa por dilatar excesivamente ciertas situaciones, abusar de la concatenación de posibles finales y, en suma, recurrir al excesivo metraje como si éste fuese seña de calidad.
Silent Hill. El cineasta Christophe Gans se atreve con la adaptación del videojuego homónimo, resultando la mejor cinta en esta categoría. Una niña sufre sonambulismo y en medio de sus delirios nocturnos habla una y otra vez de Silent Hill, un pueblo perdido que no figura en los mapas. Resulta tan anecdótica la trama como sugestivo el conjunto gracias al sentido del delirio del cineasta, que ofrece un film de denso cuidado estético, donde reduce las fuentes de tensión a los elementos fundamentales: la imagen, los barrocos encuadres, el sonido ambiente, la música de corte minimalista, que a fuerza de repetición va coronando la atmósfera. Lo que sí cabe achacar al film es su obsesión por explicar y justificar los detalles sobre todo en su tramo final, quizás como concesión al público que desconoce el género fantástico, que podría haber reaccionado mal ante una cinta tan desconcertante, de ritmo tan alucinado.
United 93. Paul Greengrass se atreve con este docudrama sobre los atentados del 11-S en el que se especula sobre lo que sucedió en el interior del cuarto avión, el que no acertó en su objetivo. Con poco más de 90 minutos consigue una cinta nerviosa y densa, que se sirve hábilmente de la filmación casi íntegra en steady-cam, otorgando además una significación dramática a este recurso, ya un tanto manido en el cine actual, que aquí ayuda a conformar el clima de histeria. El tono hiperrealista viene acentuado por las interpretaciones, pues el reparto lo conforman desconocidos –los controladores aéreos son encarnados por controladores aéreos de la vida real, así como los militares o auxiliares aéreos-. La cinta se ve de un tirón, pues plasma sin concesiones una realidad que ha cambiado de golpe la política internacional, ofreciéndonos una catarsis nada cómoda. La única nota negativa de esta cinta tan arriesgada la pone el retrato que se hace de los terroristas, demasiado tópicos, casi salidos de Delta Force y que parecen regidos por las convenciones del thriller, desentonando en una cinta donde todo lo demás resulta plenamente convincente.
Desayuno en Plutón. Neil Jordan nos presenta la historia de un joven de sexualidad ambigua que crece adorando la ropa femenina y vistiéndose de mujer. La Irlanda de esa época –los años setenta- se contagiará de la efervescencia del glam rock y el joven será cantante, ayudante de un mago… hasta pasar por diversos oficios estrafalarios. El autor de Juego de lágrimas mantiene vigentes sus constantes temáticas –la ambigüedad de los roles sexuales, la añoranza de la madre, ambientes típicos de cuento infantil, el terrorismo en Irlanda- para erigir un film agradecido por su esteticismo, que tiene cierto gusto a videoclip artesanal. La película comienza por verse con total complicidad, pero al cineasta se le va la mano con el azúcar y el protagonismo casi absoluto del joven afeminado –un convincente Cillian Murphy- acaba por devorar el conjunto, desmigajando incluso el argumento, convertido en una sucesión inconexa de sketches, no siempre efectivos.
Monster House. Llega la ansiada Noche de Halloween y tres niños que se quedarán solos, deberán investigar al margen de los adultos en una misteriosa casa del vecindario donde parecen suceder fenómenos paranormales. Steven Spielberg y Robert Zemeckis son los productores ejecutivos de esta simpática cinta de animación, y la usan para auto-homenajearse. Por fortuna, Monster House trasciende el mero apunte nostálgico y se erige en inteligente revisión de una cierta forma de cultivar el fantástico; durante el visionado es fácil recordar películas ya clásicas como Los Goonies, Una pandilla alucinante o Cuentos asombrosos –y no falta quien saca a colación hasta Matar a un ruiseñor-. El film sorprende gratamente por su sencillez, circunscrito a unos pocos personajes y casi un único decorado: la casa encantada. Y se deja ver con la fluidez con que lo hacían cualquiera de las películas citadas. A la postre, y habida cuenta de ciertas claves argumentales un tanto bizarras y complejas de asumir para el espectador infantil, queda Monster House más como recordatorio para los que de niños vieron ciertas películas que para los niños de ahora.
Y lo peor del año es, sin lugar a dudas, el regreso de Antoñito el cineasta.
El camino de los ingleses. El malagueño Antonio Banderas se vuelve a poner tras las cámaras para adaptar la novela de otro malagueño, Antonio Soler, quien obtuvo el Premio Nadal con El camino de los ingleses. Realmente supone un desafío adaptar al ensimismado Soler, que en esas páginas relata las vivencias de un grupo de adolescentes que están dejando de serlo para saltar de golpe al mundo adulto. Y la adaptación de Banderas resulta del todo indefendible, en tanto que confía demasiado en el poder de la palabra –esas afectadas voces en off que se pretenden poéticas-, reconstruye ejemplarmente mal esa época, el verano de 1979, al aglutinar multitud de elementos extemporáneos –desde los peinados y el argot juvenil hasta la tan traída por los pelos filosofia orientalista New Age-, y por último, parece incapaz de insuflar un mínimo ritmo al film, donde sobran metáforas visuales inverosímiles y se acusa el mimetismo hacia ciertas películas de moda, como Las Vírgenes Suicidas.
Paco Fox es más ñoño que dios, y aún así opina
El año más frustrante que recuerdo en mucho tiempo. Pinículos buenos ha habido, pero casi ninguno me ha gustado del todo. Pero es problema mío: Excepto los casos veramente lamentables, veo aspectos positivos en la mayoría de los filmes. Pero pocos me acaban encantando.
10.- El tigre y la nieve: Por joder. Entiendo que el Benigni puede resultarle cargante hasta a Ned Flanders. ¡Pero soy un romántico más ñoño que dios!
9.- Gracias por fumar: Cachondeo, crítica y ritmillo (¡Una peli de hora y media! ¡Gracias San Feck!)
8.- Casino Royale: Los productores merecen toda la admiración del mundo por haber colado lo mismo de manera diferente. Y no me seáis listillos, pues no era tan fácil como parecía.
7.- La dama del agua: La película más depravada del año. Un flim sólo para la gente qué discurre con lógica fantástica. El resto ni la entiende ni tiene por qué. Esto es, la película que distingue a los sórdidos de verdad de los de pose.
6.- Plan Oculto: El flim de entretenimiento mejor construido del año. Ojalá Denzel Washington fuera menos chulete. Con otro actor y esos mismos chistes, habría sido casi perfecta.
5.- Hijos de los hombres: Ciencia ficción. Planos secuencia. Chistes de pedos. In the Court of the Crimson King. Y Battiato versionando ‘Ruby Tuesday’ en el momento más dramático de la peli. ¿Qué más puedo pedir?
4.- Borat: Amos a ver. Casi todo el cine se estaba descojonando durante toda la película. Y eso no lo veía yo desde hacía mucho tiempo. Ergo (como diría El Arquitecto), como comedia, esta película cumple todos sus objetivos. Ergo es buena. Ergo a callar.
3.- Buenas noches y buena suerte: Salí con un cabreo tremendo. Es que esto de la falta de ética en los medios me queda muy cerca. ¡Y también dura una hora y media!
2.- United 93: Como diría el tío de los Judas: Acojona, tronco, acojona.
1.-. Orgullo y Prejuicio: Pues lo dicho al principio: Es que soy más ñoño que diós. Y a mucha honra. Por no olvidar la rubia que hace de hermana de la Kiera, claro.
Se me quedan sin reconocimiento:
Scoop (cada vez que habla Woody, hace un chiste. Pero no me reí tanto como esperaba), Munich (¡Qué manía la de Spielberg con alargar las películas a cuatro actos!)
Little Miss Sunshine (La peli de buen rollo del año. Pero he preferido meter otras por dar variedad genérica)
Infiltrados (Si bien hecha está. Pero mejor no mirar demasiado de cerca la coherencia del guión)
Grandes pestiños: Siete espadas (dios mío, ¿cómo una película de espadas puede ser más aburrida que una de Oliveira?) y A Scanner Darkly (versión ciencia ficción de Beavis and Butthead, pero más aburrida todavía)
…Y esto ha sido el 2006 resumido en catorce dimensiones espaciales y dos temporales. Si con artículos de este tipo no batimos el record de comentarios, es que ya os tenemos demasiado mal acostumbrados. ¡A participar todos! ¡Y a pinchar en los anuncios, que tenemos ganas de darnos otro cenorrio a vuestra salud!