Como defensores de la paridad propuesta por nuestro ilustre Presidente, y de la sordidez para todos sin distinción de raza, sexo, credo ni orientación sexual, no podemos seguir consintiendo en este nuestro blog el matiz sexista de la sección Ente onvre, sobre todo cuando la noble causa de la sordidez se sustenta también gracias a muchas mujeres anónimas como las siguientes:Sórdidas televisivasEntre todas las concursantes del mítico Un dos tres hay una que recuerdo por encima de todas las otras, y lo dice alguien para quien el programa de Chicho Ibáñez Serrador representó durante toda la infancia el absoluto no va más de la oferta televisiva y audiovisual. Era morena, tenía bastante acento catalán, llevaba un peinado tipo Mireille Matthieu y despertó mi interés ya en la primera pregunta del show (todo buen español recuerda que la primera parte del Un dos tres consistía en tres preguntas a las que la pareja concursante debía de contestar con el mayor número posible de respuestas correctas). Se trataba de dar nombres de estad
os pertenecientes a los EEUU, y, tras repetir el que Mayra daba de ejemplo y decir algún otro, ella contestó sin vacilación Canadá. Mi estupefacción fue en aumento cuando en la segunda pregunta, nombres de países africanos, respondió con la mayor naturalidad Seúl. Perplejo y admirado ante su surrealista concepción de la geografía política de nuestro planeta, me hice f
an incondicional de ella cuando, en la tercera y última pregunta, enta mujé demostró aptitudes igualmente singulares en otras áreas del conocimiento al responder a la cuestión nombres de personajes célebres nacidos antes del siglo XX con Tip y Coll. Lo más glorioso, y al mismo tiempo estremecedor, es que la susodicha concursante era concejala en su pueblo. Tanto cuento por algo tan anodino en comparación como lo del poyeya, y en cambio nadie cuelga en youtube este triunfal momento del Un dos tres ni averigua que ha sido de su protagonista.Otras mujeres han protagonizado grandes momentos televisivos a través del teléfono. Hace años, Manuel Torreiglesias, que luego se haría célebre con el sosillo maga
cine matinal Saber vivir, presentaba en la telegaita Meigas fora, programa popular en nuestra clase cuando éramos bachilleres porque al parecer en las imágenes de Galicia que recogía en su cabecera incluía a una compañera nuestra tomando el sol en topless. En un debate cuyo tema era los abusos sexuales, el presentador cometió la temeridad de ceder la palabra al público a través del teléfono, algo que en Galicia suele originar momentos de gran vicisitud. La interlocutora cumplió con creces las más delirantes expectativas al relatar un intento de intento de violación que había sufrido en el rural gallego: yo iba por el camino y él se bajó las pantalones y sacó fuera la chorra …. bueno el pene …. aquí en Galicia le llamamos la caralla. Torreiglesias intentó con gran profesionalidad poner cara de poker y no sudar ni elevar demasiado las cejas; por decir algo le preguntó a uno de los contertulios si sucesos como ese eran frecuentes, provocando las iras de la espectadora: ¡Oiga, que lo mio no fue un suceso que fue verdad!Sórdidas de la vida misma: La PersianitasPasando ya a la vida (sur)real, considero que merece ser contada al mundo la historia de una vecina de mis padres a la que voy a tener la precaución de referirme como señora M, o por La Persianitas, que según información de primera mano del señor padre de Vicisitud y
Sordidez era el mote que enta mujé tenía en el colegio por lo poco sexy de sus caídas de ojos. Persianitas es una persona comprometida y de firmes convicciones: milita y hace apostolado del Opus Dei, lo que la lleva a vivir su fe beligerando en múltiples causas. Primero en la recogida de firmas contra el topless en las playas de Vigo; luego, como no, contra el matrimonio gay; ante su escaso poder de convocatoria entre sus vecinos y también entre el resto del mundo, esta valerosa martillo de herejes y gentes de dudosa moralidad decidió dar esas causas por perdidas y emprender una nueva cruz
ada: ahora quiere saber toda la verdad (¿) sobre el 11-M, motivo por el cual se concentra con otras cuatro opusinas aburridas el día once de cada mes en la calle Príncipe de Vigo, entre otros personajes circenses como mimos y punkies con perro que, por desgracia para las beatas, hacen que no se les preste excesiva atención. Las escasas luces con las que se enfrenta a sus no muy originales reivindicaciones no le acarrean demasiadas simpatías en el vecindario; el cartel de protesta que colocó hace poco en los ascensores del edificio quejándose del supuesto incivismo de sus vecinos recibió respuestas anónimas poco gratas que provocaron su retirada. La vida es dura para seres tan puros.Pero no se crean que el entorno que rodea a Persianitas no es también notoriamente sórdido y digno de mención. No me resisto a hablar de uno de sus hijos, compañero
de estudios mio y de Vicisitud y sordidez, que, al igual que su madre, tampoco gozaba de gran popularidad en su entorno. Lo recuerdo con el abrigo caído por los hombros, lo cual le valió en determinados círculos el sobrenombre de Mantón de Manila, corriendo detrás de alguna niña de clase que huía espantada de sus atenciones. Seguramente su costumbre de quitarse el ojo de cristal que tenía (había perdido el suyo en un accidente) y enseñar orgulloso la cavidad ocular hueca no le ayudaba mucho
a tener éxito con las chicas. Pero Mantón de Manila iba más allá de la condición de vulgar salido, era un adolescente inquieto que quería saber: escribió una carta en inglés a la central de Levis en Estados Unidos para saber si sus pantalones eran auténticos. Otra área del conocimiento que le atraía era lo sobrenatural: llegó a pasar alguna noche en el cementerio para grabar psicofonías, y al parecer estuvo presente en una sesión de ouija que despertó las iras de un espíritu vengativo, que en represalia estropeó la televisión de otro de nuestros compañeros. No obstante, a pesar de tanta sed de cultura, las aptitudes intelectuales de ente onvre eran similares a las de su madre, por lo que tuvo que acabar el bachillerato en el colegio masculino del Opus de Vigo
, de un nivel académico más bien lamentable, y un ambiente no muy sano en las aulas, según lo que me contó con posterioridad uno de sus compañeros allí. Ignoro si el hijo de Persianitas sería conocido en este lugar como La Sucia, La Guarra o La Furcia, que eran los cariñosos apelativos que allí se dirigían entre sí los escolares, pero el caso es que nuestro amigo consiguió compr … obtener el título de bachillerato y cumplir su sueño de estudiar Medicina (en la universidad de Navarra, of course). Él pretendía s
er neurocirujano, pero su temblequeante pulso y su tartamudeo le hicieron cambiar de especialidad; en Navarra al parecer le dieron el sobrenombre, debido a sus poco moderadas ideas políticas, de Doctor Mengele, y cuando en una universidad del Opus te consideran facha mejor que te empieces a preocupar. No obstante, la vida te da sorpresas sorpresas te da la vida, y allí en Pamplona nuestro amigo consiguió por fin ligar con una chica, al parecer simpatizante de Herri Batasuna (no me pronunciaré acerca de si lo que les unio fue lo antagónico o lo muy similar de sus ideologías). Hoy en día, nuestro hombre está, felizmente o no, casado (ignoro si con la batasunera) y, tiemblen, ejerce la medicina en Canarias, así que si se ponen enfermos por allí más vale que cojan raudos el próximo avión a la península ….