
Resulta que mi señora anda ampliando sus conocimientos por aquello de medrar en su profesión. Una chica responsable. ¿Y qué hago yo con mi tiempo? Pues, cómo no, ahondar en mi friquismo. Todos los días mi novia llega a casa y se abalanza sobre el ordenador para hacer millones de Power Points. Porque, como todos sabemos, hoy en día lo que realmente se hace en cualquier oficina son Power Points para presentárselos a los jefes y que éstos queden bien con sus superiores. Lo que ponga da igual: lo importante son los colorines.
El caso es que yo me quedo delante del televisor con un par de horitas que pasar antes de hacer la cena. Y en lugar de ver las películas de Fuller y Ulmer que tengo desde hace meses, lo que meto en el DVD, cómo no, es toda la inmundicia fílmica que se pone por delante.
Hace unos meses publiqué aquí un articulillo sobre las películas chungas de bárbaros que estaba redescubriendo (o autoinflingiéndome) gracias a la mula. Entonces, había un apartado titulado ‘La morralla ignota’. Ahí englobé las muestras más raras del género que ni se me pasaba por la cabeza volver a ver. Mas, cual implacable Franco Nero en peli de Castellari, cambié de opinión y me lancé a esta misión suicida. ¿Conseguiría completar mi objetivo sin acabar dándome cabezazos contra la pared?
Comencé con ‘Gunan, el guerrero’. Ay, Dios mío. Como diría el templario de la tercera de Indy: ‘Eligió… mal’. ¿Por qué puñetas no me puse ‘Hawk The Slayer’? ¿Quién me manda a mí empezar con una italiana con menos presupuesto que Ator? Porque, sí, queridos amigos: Gunan hace que Ator parezca una producción Bruckheimer.
La cosa comienza con un tipo diciendo tonterías mientras se ven imágenes del espacio. Varios minutos más tarde, aparecen dinosaurios stop-motion que no tienen absolutamente nada que ver con el resto de la película. El narrador sigue diciendo idioteces varias, las cuales vienen a resumirse en que hay un espíritu guerrero que nace cada cierto tiempo y que viene con nombre incluido: Cona…, quiero decir, Gunan. Pasamos a ver el Poblado Del Héroe ™ donde una señora va a dar a luz a Gunan. Pero, en un giro inesperado de la trama, nacen dos niños. Luego, y a cámara lenta por aquello de rellenar un poco de metraje, acontece el Ataque Al Poblado Por Bárbaros Malos ™ sin el cual es virtualmente imposible que exista película alguna del género.
Los gemelos se salvan y crecen protegidos por unas amazonas playeras, pero en vez de soltarse chistes malos entre sí como los míticos Hermanos Bárbaros, éstos se pelean a ver quién es el verdadero Gunan. Uno gana. El otro va a derrotar a los bárbaros malandrines y le hacen un buen afeitado a la altura de la barbilla. Gunan (ahora sí) va también a la patria de los malos (dos arbustos más allá de la playa donde se rodó el resto) donde acaba con el jefe. Fin. En serio.
Es cierto que yo he visto mucha morralla. Mucha. Pero esto me superó. Al menos ‘Manos The Hands of Fate’ (la peor película que he visto) daba bastante risa por su ineptitud. E incluso tenía una sorpresa final sólo un poco más mala que la de Señales. Pero este ‘Gunan’ es la inanición creativa absoluta, y no sólo no da ningún amor: es tan mala que ni siquiera da vicisitud.
Tremendamente deprimido por esta primera experiencia, y con el lema ‘peor, imposible’ grabado en mi mente, afronté la siguiente.

Tras varias vicisitudes (incluido un encuentro con cavernícolas que recuerda bastante a ‘Yor’ y, una vez más, a ‘La conquista de la tierra perdida’), encuentran el arca. Dentro hay una ballesta tamaño ‘king size’ que el amigo Sangraal pasa a autilizar como es debido: para darle mazazos en la cabeza a los malos. Finalmente mata al malo-jefe y se carga de un ballestazo mágico (ahora sí) a la diosa mala. Mientras el héroe se dirige cual Lucky Luke con taparrabos hacia el horizonte, una voz nos informa de que su espada será llamada Excalibur en el futuro. Bueno, en realidad no recuerdo si esa chorrada era de ésta o de Gunan, pero qué mas da.
Como podéis ver, la historia de ‘Krotar’ es un poco más animada que la de la anterior película, de la misma manera que ‘Los aurones’ tenía más variedad dramática que ‘Los Fruitis’. En el apartado de realización, se ve que el tipo le pone más empeño que el director de ‘Gunan’. Y con ‘empeño’ quiero decir que se dedica a hacer trescientos contrapicados con angular para intentar dar la impresión de épica. Además, se llama Tarantini y había trabajado en una de Alvaro Vitali. Lo cual no quiere decir nada, pero me da risa.
¿Y dónde está el tal Krotar? Pues en ningún lado. Es sólo un señor que nombran al principio de la peli. Como dije en el anterior artículo, se trataba un truco chungo de los distribuidores españoles para que los inocentes infantes como yo picaran al ir al video-club.
Así pues, ha llegado el verano y ya he visto dos. ¿Seré capaz de enfrentarme a ‘La guerra del hierro’, ‘The warrior and the Sorceress’ y ‘Hawk the Slayer’? Teniendo en cuenta que el recuerdo que tengo de la primera me hace temblar de terror, que la segunda es un remake de la muy grande ‘Yojimbo’ y que la tercera la pusieron en los inicios de Antena 3, quizá me rinda. Al fin y al cabo, creo que mi novia va a dejar parte del master para dentro de varios meses. Y ya no me aburriré tanto.