Yo estuve allí: La Reunión del milenio

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Hay quien se pregunta si Roger Waters se reconciliará con David Gilmour para sacar a los Pink Floyd de gira. Hay quien piensa si se volverá a reunir lo que queda de los Beatles, o cómo será la gira de reunión de los Who este verano… Bueno, pues que vayan dejando de pensar tonterías porque la reunión estelar de este milenio ya se ha producido. ¡Mariano Ozores, Fernando Esteso y Andrés Pajares cabalgan de nuevo!

Todavía es pronto para saber si rodarán juntos. En la rueda de prensa, por lo menos, dejaron claro que les gustaría. En todo caso, tendrían el apoyo del dueño de Manga Films, ese filántropo depravado que ha comenzado a reeditar clásicos como “Los Bingueros” o “Yo hice a Roque III” en DVD.

Para este señor, y para Don Mariano himself, no es de recibo que jóvenes generaciones conozcan el mito de “La Lola nos Lleva al Huerto” pero no la película, y esta colección va a cubrir dicha falta de memoria histórica aportando, a su vez, una pista de comentarios de audio de sus tres grandes artífices.

Pero basta ya de parecer una nota de prensa. La pregunta ahora es ¿Cómo se saboreó aquel gran momento en el que los tres genios volvieron a aparecer unidos ante los ojos del mundo? Antes de su llegada, algún gilipuertas estaba con el clásico discurso de “Claro, si Torrente 3, que es una cutrez triunfa, ¿por qué no se va a reeditar esto? Si es que España es el país de la cutrez…” todo con la clásica entonación de superioridad que denota a todos los gilipollitas que se creen que saben hacer la o con un canuto. Para discursos tan pobres, mejor ni gastar saliva ni ofender a mis pobres oídos. Que se vayan a ver la última mierda de Amos Gitai y nos dejen vivir felices a los tres que, en medio de ese mar de culturetas, fuimos capaces de aplaudir el ignominioso montaje musical efectuado con imágenes de los nueve títulos editados. Luego vinieron las preguntas que volvieron a poner de manifiesto el nulo criterio de la prensa cultural española. Especialmente 

sangrante fue una zorra que se dedicó a hilvanar preguntas más dignas de la prensa del corazón – o de reinserción de deficientes profundos en la sociedad – que de cine, mientras se dedicaba a lucir su presuntamente sensual voz. No paró de decir una pollez tras otra hasta que Andrés Pajares le dijo que no le importaría tocarle una teta. Un Andrés, por cierto, que, entre tanto lifting, maquillaje y tinte para el pelo estaba más pallá que pacá. No se sabía bien si renegaba o se enorgullecía de las películas de ese periodo, y su único momento de lucidez consistió en criticar el turismo sexual a Cuba, cuando hoy en día existen – Andrés dixit – sobrados locales en Madrid donde folgar con cubanas de forma más limpia. El regordete Esteso, por su parte, tenía un tic nervioso – ¿demasiada farlopa? – que desaparecía cuando prorrumpía en sus celebérrimas risas histéricas. Así y todo, se hizo querer más por la concurrencia y demostró un amor sin ambages ni cortapisas por Don Mariano. Este último, una vez más, fue un ejemplo de gusto, inteligencia, expresión articulada y saber estar.

Las anécdotas suculentas fluyeron sin cesar, y no me resisto a relatar una de “Los Energéticos”. En aquel momento, Don Mariano buscaba, para hacer de malo, alguien con una presencia especial. Producción le propuso a una actriz porno residente en Italia llamada Ajita Wilson

. Don Mariano fijó una cita y, al día siguiente, se encontró con una negra de metro noventa en pelota picada. En medio del shock, le comentaron que, en realidad esa actriz era un señor bombero de Chicago. “Ya me parecía a mí que tenía manos de bombero” dijo Don Mariano quien, no obstante, la contrató encantado. Todo esto no supondría mayor problema para el rodaje si no fuese porque, al final, Ajita tenía que darse un beso “de tornillo” con Pajares. “Todo el mundo en el rodaje lo sabíamos menos Andrés” comentaba Esteso, descojonándose, mientras Pajares revivía la situción como si fuese ayer. Un Don Mariano compasivo, le dijo “-Andrés, que es un bombero de Chicago – Y una mierda, lo que pasa es que tienes celos porque yo la voy a besar –Te juro que no, Andrés”. Finalmente, se reescribió el guión y no hubo beso de tornillo, aunque, a día de hoy, Pajares sigua preguntándose si hizo o no lo correcto.
Entre estulticia periodística, chanzas y chascadillos discurrió la mañana hasta que llegó la hora de las entrevistas. Mientras las cámaras se abalanzaban sobre Esteso y Pajares preguntándoles detalles sobre su inminente proyecto juntos, “El Código Aparinci”, yo aproveché para acercarme a mi idolatrado pozo de sabiduría fílmica que es Don Mariano. Como mi profesor de montaje cinematográfico, Don Pedro del Rey del Val, fue montador de Ozores (entre otros filmes, “Las Dos y Media y Veneno” su ópera prima), tuve fácil el iniciar conversación y que se mostrase sumamente amable. Don Mariano es una persona encantadora, muy lúcida, y da gusto hablar de cine con él. Respeta al personaje de Torrente como creación y a Segura como persona, pero opina que Santiago, cuando se sale de Torrente, cae en zafiedades que le provocan nula gracia. Se alegró mucho de que la juventud lo aprecie y de que un servidor de ustedes guarde en su memoria el recuerdo mítico de “El Soplagaitas”, la primera película en la que vi empelotes frontales. También comentamos en profundidad “Le Llamaban la Madrina” y critiqué agriamente que algunos montadores no hubiesen puesto en sus películas todo el mimo y el amor debido. Igualmente, nos solidarizamos en los ataques políticos que el sufrió por “El Sexólogo” y yo, en mucha menor medida, e indirectamente, por “Fuera de Control”. ¡Viva la incorrección! “Llámame de tú” me dijo Don Mariano. Lo intenté, pero de mi boca sólo pudo salir un balbuceante “No soy digno”. Con más confianza, al final canturreamos juntos un poco del “Miedo Miedo” del principio de “Las Dos y Media y Veneno”.

Como recuerdo de haber pasado un rato al lado de ese ser superior, quedan estas fotos (e incluso un autógrafo que le pedí para otra persona aún más fistro que yo). Por supuesto, hay fans que se lo merecen más que uno. Existe un dependiente del Corte Inglés que se sabe DE MEMORIA todas las matrículas de los coches que salen en las pelis de Ozores. Si un día, en vuestro cutrebuga de segunda mano, alguien os dice “Illo, tú coche salía en El Erótico Enmascarado”, sabed que no es coña. De hecho, tenéis la oportunidad de revisar nueve títulos de su filmografía en inmaculado DVD para saber si vuestro carro tiene un pasado del que os podáis sentir francamente orgullosos. Mariano, Andrés, Fernando… Ha valido la pena esperar.

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