Para algunos aburridos este es el año del centenario de Mozart, pero para este blog la gran efeméride musical del 2006 es que se cumple una década desde que las Spice Girls lanzaron su glorioso álbum de debut y empezaron a llenar nuestras vidas de diversión. Al igual que ocurría en sus videos, donde las cinco jovencitas irrumpían en acartonadas fiestas y monótonos pueblos ingleses revolucionando a sus habitantes, de la misma forma el piercing de Mel B, las coletas de Emma, las patadas y chandals de Mel C y la sosería de Victoria dieron una nota de color a la música pop de mediados-finales de los 90, muy amuermada tras la caída del grunge y el declive de las grandes pero igualmente efímeras bandas del brit-pop.En esta memorable época, Geri / Ginger fue un pilar básico del universo Spice, con sus vestidos con la bandera de Inglaterra, su pinta de fulanilla, y sus escándalos, como tocarle el culo al poco respetado y poco respetable príncipe Carlos en una recepción oficial, o ser acusada de hija desnaturalizada por su madre, inmigrante española y testiga de Jehová, que friega escaleras mientras Ginger gana millones coreando precisamente, entre otras, la sentida balada de amor filial Mamma.
Pero poco duró nuestra felicidad como wannabes: a finales de 1997 sale el disco Spiceworld, que manifiesta un anquilosamiento del universo Spice (pueden jugar a las siete diferencias entre las portadas de los dos discos). Emma ya no lleva coletas, Mel C no da patadas … Mientras sus señas de identidad como artistas van desapareciendo, las chicas lanzan una película de escaso éxito, y las letras de su nuevo álbum, de las que ellas se proclaman autoras ante la incredulidad general, no muestran gran evolución creativa respecto al primero: aparte del triunfal himno Spice up your life, el resto de canciones siguen con el mensaje de estoy muy buena pero somos sólo amigos, ¿qué te has creido?
La crisis estalló con el anuncio de que Geri abandonaba el quinteto en el verano de 1998, ante el estupor y la desesperación de millones de fans. La separación es poco amistosa, y las Spice restantes no se muerden la lengua: manifiestan que Ginger desafina (aunque Victoria con su inaudible voz no es la más indicada para protestar), y su venganza llega a cotas de crueldad tan extremas como revelar la auténtica edad de su ex-compañera: 35 castañas en lugar de las lozanas 23 que ella declaraba.
Tras el despecho, las ahora cuatro artistas intentan reflotar el grupo enrolando a la eurovisiva Dana Internacional en pleno éxito en aquel entonces con su Diva. No obstante, Dana rechaza convertirse en trans-spice para poder centrarse en su carrera en solitario; carrera que, que sepamos, solamente consistió en resbalar y escoñarse en el suelo del escenario de Eurovisión al ir a entregar el premio a la ganadora del año siguiente, olvidando la regla número uno del show business: la coca se esnifa después de la función y no antes, querida.
Ante esta negativa, Scary, Sporty, Baby y Posh deciden regresar como cuarteto. Esas navidades se muestran más unidas que nunca ante la adversidad, cogidas del ganchete en el vídeo del single Goodbye (dedicado a está claro quien). El enorme respaldo de las masas que lleva a las Spice al número uno navideño por tercer año consecutivo (una hazaña que ni los Beatles habían logrado), no evita que el tercer disco se aplace indefinidamente, circunstancia que aprovecha Geri para sacar álbum en solitario.
A pesar de su perfección, el primer single, Look at me, en cuyo vídeo podemos disfrutar de cuatro Geris, no llega a número uno en listas; al público, aún dolido, le cuesta perdonar la traición de la antigua Ginger. La reconciliación no llegará hasta la obra maestra Mi chico latino: Que sueño, dulce y pequeño. Yo no sé, yo no sé. Pero no es un cuento. Mi corazon con tormento Chico latino te quiero O simplemente deseo. Yo lo sé el camino Es un sueño latino Ni los más duros de corazón pudieron resistir tal acumulación de despropósitos pronunciados en un delirante español: todo el mundo corrió en masa a comprar el gran disco Schizophonic, cuya calidad sórdida volvió a demostrarse en el tercer single Lift me up.
El esplendor de la nueva era Geri, en la que la pelirroja cambia de look y se convierte en embajadora de UNICEF con traje de chaqueta, contrasta con la indiferencia que produce el aplazado tercer disco Spice que, aunque alcanza el número uno en su lanzamiento, se desploma rápidamente. Ahora ya son todas las que intentan lanzarse en solitario, y sólo Mel C consigue hacerle sombra al éxito de la antigua Ginger. No obstante, tras haber triunfado en sus esfuerzos por reconquistar a su público, una nueva sombra se cierne sobre nuestra heroína: en el video presentación de su segundo álbum en solitario cuesta reconocer a la rubia delgaducha y demacrada que se retuerce homenajeando los contoneos de Fama y Flashdance. Geri tardará un tiempo en reconocer que padece una bulimia más que evidente; al retiro que le provoca su enfermedad se une que la acogida de su segundo disco resulta inferior a la que disfrutó el primero, con la sola excepción del primer single, una exitosa versión de It’s raining men, que, no obstante, no aportaba gran cosa al clásico de las Weather Girls y canción favorita de Homer Simpson.
En los cinco años transcurridos desde entonces nuestro ídolo se ha dedicado a reponerse de sus problemas alimenticios y a hacer todo lo esperable de una estrella pop en decadencia, como publicar sus memorias, lanzar DVDs de técnicas de yoga, despedir a su agente, y publicar un tercer disco, Passion, ignorado por crítica y público. No obstante, confiamos en que Geri aún tiene mucho que decir (no necesariamente que cantar), y le deseamos mucha suerte con su embarazo, que va por el séptimo mes sin que se sepa quien es el padre. ¡Larga vida al girl power!